Decía el chiste que, durante una conversación entre hamburguesas, la doble le decía a la simple que "¡antes muerta que sencilla!" Y, como es bien sabido, los chistes nacen de la ancestral sabiduría popular. Por eso, cuando el youtuber Viruzz, hamburguesa en mano, le espetaba a un miembro del jurado del tercer programa de Disaster Chefs (el reality gastronómico de Ibai Llanos) "esto sí que te va a gustar, sabe a Jesús, es un escándalo", la cara de sorpresa del jurado hablaba por sí sola. Ahora, la cadena de restaurantes Goiko y Uber Eats se han unido para lanzarla al mercado y en EL ESPAÑOL no hemos dejado pasar la oportunidad de probarla. He aquí nuestro veredicto.
La hamburguesa a la que Viruzz hacía referencia, a priori y por su aspecto, no parecía casar bien con su chulería: tradicional, sobria, sin alardes, caños ni triples piruetas. Una hamburguesa que es justamente eso, una hamburguesa. Ni más ni menos. A vuelapluma, de hecho, uno podría predecir que le faltaban, al menos, un buen par de rodajes de tomate para darle ligereza al asunto.
Sin embargo, Viruzz y su compañero el boxeador Sandor Martin sabían bien lo que se traían entre manos y es que, a veces, menos es más. Mientras tanto, el jurado se reía de ellos porque, volvemos a recalcar, la presentación no es el punto fuerte de su plato. "Con productos simples se pueden hacer platos muy ricos", insistía Viruzz. Y algo de razón debía de tener: pasadas las tres horas y media de programa, la "Hamburguesa sin complejos", como la bautizaron, se hacía con el premio al mejor plato de la noche.
Disaster Chefs
El 1 de febrero de 2022 Ibai Llanos volvía a sorprender a propios y extraños con su particular versión de Master Chef. Pasado por la imaginación desvergonzada y fresca de Ibai, el popular concurso de TVE se convertía en una serie de catastróficos platos preparados por una serie de catastróficos concursantes, de procedencias mucho más variopintas que los que acuden a la televisión.
A lo largo de cinco programas eliminatorios, el concurso enfrentaba a 'streamers' organizados en parejas como Siro López y Julita, Kiko Rivera y Telmo Trenado, IlloJuan y Bokerón, Alexelcapo y Felipez, Knekro y Xokas o Werlyb y Paula Gonu. Estos últimos, además, fueron los vencedores de la gran final que tuvo lugar el pasado martes 29 de marzo y obtuvieron los 40.000 euros del premio, uno de los botines más cuantiosos de la historia de Twitch.
"El primero fue horrible, el primero fue horrible..." confesaba Siro López a Masi, presentadora del reality junto a Ibai. En efecto, el primer programa de la primera temporada de Disaster Chefs fue una auténtica calamidad: fallos técnicos, ambigüedad y concursantes que, en palabras de Siro, eran "muy malos".
Sin embargo, si las cifras de audiencia hablasen habrían dicho lo contrario: "El primero fue un éxito, el primero fue un éxito..." Lo cierto es que no solo ocurrió con el piloto, las cinco emisiones en Twitch consiguieron números fantásticos para la plataforma: más de 200.000 espectadores de media cada una, con picos cercanos a los 300.000.
Los patrocinadores, además, parecían tenerlo todo más que previsto o confiar a Ibai casi a ciegas, porque se pudieron ver comerciales de muchas de las principales marcas del sector gastronómico. Por ello, siendo los únicos borrones el mal hacer de los cocineros -algo que formaba parte del show ya que el propio nombre del concurso lo avisaba con spoiler-, no es de extrañar que Ibai haya confirmado una segunda temporada.
Disaster Burger
En EL ESPAÑOL siempre acudimos a fuente primaria para informar. En este caso, la fuente primaria es la hamburguesa. Por eso, cuando Uber Eats -una de esas marcas que aparecía con frecuencia en el plató del reality- y Goiko se lanzaron a comercializar la "Hamburguesa sin complejos" de Viruzz y Sandor estábamos en la obligación de comprobar si todo lo que vimos en Twitch era cierto: que su sabor mejoraba sus pintas, que era tan buena como para ganar el tercer programa, que lo simple a veces mejora lo recargado...
Cuando Manuel, un repartidor de Uber Eats que tiene el cielo y las propinas ganados porque aguantó el lío de direcciones en que le metí sin querer, me entregó la hamburguesa, las primeras sospechas se confirmaron. "Es sencilla pero directa", decía Sandor, con más razón que un santo, "la parte más especial es la salsa mayo Goiko que lleva". Y, bueno, seguramente tenga razón, pero así a simple vista lo que más reluce es su buena dosis de pepinillos. Algo que también había avisado Ibai, encantado de que así fuera, ya que "una hamburguesa sin pepinillos no es una hamburguesa".
Para mí, que la tortilla va con cebolla y las hamburguesas sin pepinillos, el ingrediente más abundante de la hamburguesa era un hándicap. Quien me iba a decir a mí que, quince minutos más tarde, iba a verme sumergido en una confusión con respecto a ellos. Esta es la primera lección: 'haters' de los pepinillos, no temáis, por alguna extraña magia culinaria no se notan o, al menos, no molestan.
Como se trata de una hamburguesa de edición limitada (solo estará disponible hasta el 17 de abril con un precio de 14,90 euros, y podrá pedirse en exclusiva a través de la aplicación de Uber Eats), me siento mal comiéndomela yo solo. Como si estuviera escondiendo algo que no puede pertenecerme solo a mí, llamo a mis compañeros de piso: David, Carlos, necesitáis probar esto.
"Acabo de comer..." dice el primero, perezoso. Su primera impresión tras bocado no parece entusiasta: "Está buena, aunque mucha carne". Claro, es una hamburguesa de 190 gr de carne de vacuno, qué se puede esperar. No parecía muy convencido hasta que le dio otro par de bocados más. "Oye, déjame algo, que tengo que escribir sobre ella", me quejo. Si por él fuese, se la habría comido entera. Y dirá lo que quiera, pero como sabe cualquier guionista, un personaje es lo que hace, no lo que dice.
Carlos, en cambio, aguantó su trozo en la boca un buen rato. Él entendía la importancia del asunto. "No sé si llevará algo de bacon...", dice después de un momento pensando. ¡Bravo, compañero! He aquí la clave de su éxito. "Hemos jugado con las texturas, hemos incrustado un crujiente de bacon integrado en la salsa", explicaba Sandor en el programa.
Pues bien, después de acudir a la fuente principal podemos confirmar que esos bits de bacon son los que marcan la diferencia y solventan la falta de cualquier otro ingrediente. Y entonces recuerdo otro chiste, también sobre conversaciones entre hamburguesas, que casa mucho mejor con la Disaster Burger que el anterior:
- ¿Qué le dice una hamburguesa a otra?
- Nada, porque me las comí.