Miguel y su esposa, María Jesús, llevan haciendo una vida muy similar a la de los ermitaños desde que aquel trágico 5 de febrero, en una cuneta de la Parcela La Carrascosa, un vecino de Traspinedo se topó con el cuerpo sin vida de Esther López, desaparecida desde el 6 de enero. Sin embargo, este sábado Miguel rompe su silencio para hablar con EL ESPAÑOL, en una entrevista en la que apunta a una sola persona como presunta asesina de su hija: "La tuvo agonizando 8 horas".
Miguel habla a la vista del impulso que la Guardia Civil quiere dar a la investigación con "el análisis de varias piezas" del Volkswagen T-Roc que conducía Óscar, el amigo de Esther, investigado, y última persona que la vio con vida la noche que desapareció tras disfrutar de unas cervezas en un bar, con motivo del clásico Real Madrid–FC Barcelona. "La Guardia Civil está trabajando muy bien", asegura.
Para este jubilado de una empresa de cerámica, la vida se ha tornado en tragedia desde que a su hija se le perdió la pista en la carretera nacional número 122, cerca del Restaurante La Maña. "Mi mujer y yo no salimos de casa ni hablamos con nadie", comenta al otro lado de la línea. "Todo esto lleva su tiempo, seguimos esperando respuestas, se nos está haciendo muy largo, pero qué le vamos a hacer", admite resignado.
—¿Cómo convive un matrimonio con la angustia de sumar tres meses y diez días esperando a obtener respuestas sobre la muerte de una hija?
—Miguel: Lo vivimos muy mal. Hace tres días tuvimos una alegría, de la hija que aún nos queda, Inés, que nos dio una nieta. La vamos a llamar Carmen.
Precisamente, Miguel apunta que su hija Inés es la que está ejerciendo de interlocutora de la familia con los miembros del Instituto Armado, que asumen las diligencias del caso. "Nos tienen al corriente de muchas cosas. Eso nos ayuda a mantener la cordura y la compostura, por eso le digo que están trabajando mucho y muy bien. Hay cosas que ya iréis sabiendo, de cosas que han intentado borrar".
—La principal hipótesis que se baraja ahora mismo es que Esther murió a causa de un supuesto atropello. ¿La familia da por buena esa tesis de la investigación?
—Esther fue asesinada y punto. Eso de que fuera atropellada o golpeada... Mi hija ha sido asesinada. Según cinco forenses, Esther se podría haber salvado. Ocho horas la tuvo agonizando y dejándola morir.
—¿La autopsia de su hija revela alguna lesión más al margen de la rotura de cadera fruto de un supuesto atropello?
—No es solo del atropello. Tiene más heridas. Aparte de la rotura de cadera, tiene otro golpe en la cabeza.
De la respuesta del cabeza de familia se desprende un detalle de interés porque habla en singular: "La tuvo agonizando". Es decir, Miguel apunta a una única persona como presunta responsable de la muerte de Esther López de la Rosa. De momento, en el marco de la investigación han declarado tres personas del entorno de esta vallisoletana, de 35 años, afincada en el pueblo de Traspinedo, donde siguen realizando actos en su memoria bajo el lema 'Justicia para Esther'.
El primero de los interrogados fue Ramón 'El Manitas', vecino de la Urbanización El Romeral, la zona donde se perdió la señal del teléfono móvil de la víctima mortal.
El segundo, Óscar, es el dueño de una agencia de viajes. Supuestamente fue la última persona que vio con vida a Esther, tras llevarla con su Volkswagen T-Roc hasta un cruce de la carretera N-122, donde la dejó para que presuntamente siguiese de fiesta con otra persona en Valladolid. El tercero es Carolo, un amigo de Esther que la sitúa en el aparcamiento del Restaurante La Maña junto a Óscar.
—Sin decir nombres: ¿Usted cree que alguno de los que ha declarado es el supuesto responsable de la muerte de Esther?
—No puedo decir nada, prefiero no hablar. Todo está en secreto de sumario. Lo único que sé es que mi hija podría estar viva y no lo está.
—¿En este tiempo se ha cruzado con alguno de los tres hombres que han prestado declaración en la investigación?
—Miguel: Esos no han vuelto por el pueblo.
—En algún momento de la investigación se ha tenido la sensación de que el caso entraba en una vía muerta porque no había avances. Ramón 'El Manitas', quedó en libertad con la prohibición de no salir de España, y Óscar ya ha declarado en cuatro ocasiones. A pesar de ello, la familia no ha roto su silencio...
—No hay que calentarse. Hay que tener paciencia y confianza en la Guardia Civil, ni más ni menos. A nosotros solo nos han pedido paciencia en la Guardia Civil, pero aclarar, se van a aclarar las cosas. Confío en que se aclarará la muerte de mi hija porque ya hay varias cosas claras [pruebas], pero no puedo hablar más para no entorpecer la investigación. Confío mucho en que todo esto se va a esclarecer.
El optimismo en las palabras de Miguel se debe a que, tal y como él mismo avanza a EL ESPAÑOL, el Instituto Armado ha enviado a Madrid "varias piezas del coche". El padre de Esther no quiere precisar qué partes están analizando del Volkswagen T-Roc de Óscar, el dueño de la agencia de viajes, que llevó a Esther hasta el cruce de una carretera nacional donde arranca este rompecabezas. "Las piezas las está analizando un grupo especial y esas pruebas van en la línea de aclarar muchas cosas".
—¿Usted cree que el cuerpo sin vida de su hija permaneció durante 25 días en aquella cuneta de la Parcela La Carrascosa?
—Eso no pasa por la imaginación de nadie. A mi hija la asesinaron en otro sitio, no sé dónde la ha tenido, ha querido engañar a todo el mundo, y luego la volcó allí [en La Carrascosa]. Después borró todas las huellas del móvil.
—¿El supuesto autor de la muerte de Esther borro o formateó el terminal?
—Sí. No sé lo que haría con el teléfono.
—¿Cómo sospecha usted que perdió la vida su hija?
—Aquí la única hipótesis es que cuando lleguen las pruebas se van a aclarar muchas cosas. Hasta que no lleguen los resultados de Madrid y unas pruebas del extranjero no podemos decir nada.
Este diario ha consultado a un guardia civil, con experiencia en homicidios, y explica que esas piezas del vehículo han sido entregadas a los laboratorios de criminalística que tiene la Policía Judicial en la capital de España. "Posiblemente, habrán enviado el paragolpes, el capó y los bajos del coche, con un doble objetivo, de un lado, someterlas a un análisis químico para detectar alteraciones en las piezas, compatibles con el golpe de un atropello que ha sido posteriormente reparado, y de otro, realizar su análisis biológico, con la intención de buscar algún resto de ADN y vestigios de ropa de la víctima", explica el agente.
En esos laboratorios cuentan con lamparas modelo 'Crimenlite' para realizar un examen multiespectral completo del chasis y del habitáculo del coche, incluido el maletero del Volkswagen T-Roc. "En un atropello es compatible un golpe en la cadera, seguido de un impacto de la cabeza de la víctima contra el capó, de modo, que imagino que buscarán algún resto de sangre en el chasis y en el interior del vehículo, porque la luz forense saca los restos de sangre aunque los limpies".
En esas instalaciones del Instituto Armado, según apunta este guardia civil, "escanearán las piezas del coche para detectar productos de limpieza y cualquier reparación en su estructura, además de aspirar el portamaleteros para buscar algún pelo o resto de tejido de ropa de la víctima".
Mientras llegan estos resultados de la Policía Judicial, Miguel mata el tiempo en casa, dando cariño a su esposa en estos momentos tan duros, trata de disfrutar de su nieta o sale a pasear por el campo para tratar en vano de dejar de darle vueltas a la trágica desaparición de su querida Esther. "A veces, prefiero estar solo".
—¿En qué piensa cuando sale a caminar?
—Me quedaron muchas cosas pendientes con mi hija. Nadie sabe lo que significa perder una hija ni nadie sabe lo buena y alegre que era Esther. Mi hija siempre me estaba hablando de irnos de vacaciones, pero este año no nos ha dado tiempo. Todos los años nos íbamos de vacaciones juntos a un sitio: Benidorm, Torremolinos… Esther y mi esposa, María Jesús, me liaron una vez y nos fuimos a Cancún (risas).