Miguel baja con su silla, la despliega sobre la acera, bajo un sol de justicia, y comienza su turno de vigilancia antiokupa. Este vecino no está solo, otros residentes de la Urbanización El Señorío de Sangonera la Verde, pertrechados algunos de tumbonas de playa, se suman al piquete vecinal contra unos okupas que tratan de hacerse con la friolera de 88 viviendas de un residencial sin inquilinos, propiedad del 'banco malo' [Sareb].
"Durante diez años no ha habido problemas porque el Residencial Detinsa contaba con una empresa privada de seguridad, pero en marzo quitaron los vigilantes y empezó a merodear gente por la zona porque todos los pisos están vacíos", tal y como explica Miguel, uno de los trescientos vecinos que está movilizado desde el sábado, cuando saltaron todas las alarmas debido a que un residente de la urbanización, con su teléfono, filmó a un grupo de personas saliendo del citado complejo.
"Comenzó a circular entre los vecinos un vídeo donde aparecían unas quince personas en la valla perimetral". EL ESPAÑOL ha accedido a esa grabación que puso en guardia a la Urbanización El Señorío de Sangonera la Verde, cuyos residentes optaron por avisar a la Policía Local de Murcia.
"Cuando llegó una patrulla al residencial no había nadie". El motivo se debía, según el relato de Miguel, a que los okupas ya habían hecho el trabajo sucio: "Cambiaron la cerradura de la puerta de la valla y creemos que también hicieron tomas ilegales a la luz y el agua".
La ocupación era inminente y se creó un grupo de WhatsApp, que en cuestión de minutos estaba integrado por residentes de siete comunidades vecinales de la Urbanización El Señorío, que está jalonada de adosados unifamiliares y bloques de viviendas. "Trescientas personas nos organizamos en turnos de vigilancia, día y noche". Entre los 'centinelas' está el alcalde pedáneo de Sangonera la Verde, Fran Noguera: "Todos somos vecinos y estoy vigilando como uno más, pero sin hacer política de esto".
La madrugada del sábado al domingo, el piquete vecinal antiokupa surtió efecto. Así lo relata el propio pedáneo: "A las tres de la madrugada trataron de acceder al residencial y llamamos a la Policía Local". Una decena de efectivos fueron movilizados, evitando la ocupación de varios pisos. "Cuando entraron los agentes no pillaron a nadie dentro, pero detectaron que habían cambiado el bombín a la puerta de nueve viviendas".
Punto fijo de Policía Local
Los okupas huyeron alertados por la movilización vecinal y policial. "En El Señorío hay unos 2.000 vecinos, todos trabajadores, es una zona residencial tranquila, y sería complicado gestionar 88 pisos ocupados", alerta el pedáneo. "Me puse en contacto con la Concejalía de Seguridad Ciudadana de Murcia para informar de la situación y montaron un punto fijo de vigilancia con una patrulla frente al residencial".
La Policía Local también cambió la cerradura de la puerta de la valla perimetral, pero ninguna de estas medidas desmovilizó a los vecinos que se niegan a permitir que se degrade la zona con la entrada de okupas. De hecho, mantienen el piquete frente al residencial, pasando horas en sus sillas, día y noche, en la acera del Camino del Palmeral.
El piquete antiokupa evitó otro intento el domingo, sobre las 14 horas. "Frenamos a una mujer que venía con unas llaves a meterse en un piso porque lo había pagado", apunta Miguel, integrante de uno de los turnos de guardia. "La mujer llevaba un carrito, sin bebé, y aseguraba que iba a entrar a por unas cosas de su hijo". No la dejaron pasar y finalmente se marchó disuadida por los agentes del punto de vigilancia policial.
¿De La Fama o Los Rosales?
"Parece ser que unos okupas del Barrio de La Fama, en Murcia, o de Los Rosales, en El Palmar, son los que han cambiado los bombines de los pisos y luego los venden o alquilan por entre 500 y 1.000 euros". Toda una ganga si se tiene en cuenta que las viviendas del Residencial Detinsa, antes de que su promotora zozobrase, se comercializaban a 141.500 euros, bajo el eslogan: 'Hogares del tercer milenio'.
Las viviendas están equipadas con dos dormitorios, salón abierto con terraza, dos baños, cocina amueblada, plaza de garaje y trastero. Además, hay espacios comunes para sus residentes, como jardines y una piscina. "Hemos hablado con la Sareb para informar del problema y nos dicen que tenían previsto rehabilitar los inmuebles para venderlos, en un periodo de tres a cinco meses, pero van a volver a poner vigilantes", asegura el alcalde pedáneo de Sangonera la Verde, el socialista Fran Noguera.
- ¿Qué piensan hacer hasta entonces?
- Fran Noguera: Vamos a mantener los turnos de vigilancia vecinal y una patrulla de la Policía Local seguirá viniendo periódicamente a la zona. Además, estamos haciendo una colecta para pagar a un guarda jurado hasta que la Sareb vuelva a reponer el servicio de vigilancia privada en unos días.