Luis Manuel Rubiales López es un jubilado andaluz que nació en Motril (Granada), en 1953, y vive en la capital nazarí. Se dedica a malcriar a sus nietos, a escuchar música, a pasear y, sobre todo, a leer, que es su pasión. Las épocas doradas quedaron atrás. Hace 20 años era, entre otras, el alcalde socialista de Motril, la segunda ciudad de la provincia de Granada. Luego fue el delegado de Empleo de la Junta de Andalucía en Granada.
Pero ahora vive en un plano completamente distinto. Pocos recuerdan su pasado como primer edil fuera de su ciudad natal. Para el gran público es el padre de Luis Manuel Rubiales Béjar, el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
Esta semana no lo ha pasado bien. Aunque está acostumbrado a las luchas políticas, tener a un hijo en medio de la vorágine informativa no es igual que batirse uno mismo el cobre. Sobre todo si piensas que se le ha implicado en un asunto de calado nacional desde un punto de vista falso.
El padre de Luis Rubiales no ha querido salir a la palestra a hacer declaraciones sobre los audios desvelados esta semana en El Confidencial. Sin embargo, el presidente de la RFEF sí mencionaba a su padre, un desconocido para muchos, en la rueda de prensa que ofrecía el pasado miércoles.
Lo hacía al narrar una anécdota que dejaba perplejo a muchos. Contaba Rubiales Béjar que su hermana le caía encima y le rompía las dos piernas cuando era un bebé. El médico le dijo entonces a Rubiales López, el padre, que el niño se despidiera de ser futbolista —spoiler: acabó jugando en Primera División—.
Aquel suceso habría tenido lugar a finales de los años 70 del siglo XX. Luis Rubiales López, según él mismo licenciado en Psicología, en la especialidad de terapéutica y educación del lenguaje, y profesor de Primaria, estaba de paso en Las Palmas de Gran Canaria por motivos laborales. Pero pronto volvería a Motril, su ciudad natal, junto a su familia.
En su retorno a la localidad granadina, Rubiales López impartiría clase en el colegio San Antonio. Algún alumno suyo aún recuerda cómo le golpeó con la regla en las manos como castigo. "Era otra época", comenta riendo a EL ESPAÑOL un pupilo que prefiere no revelar su nombre.
Después, Rubiales López pasó a la esfera política. Primero como edil del Partido Socialista en Motril. Posteriormente, con el apoyo de Izquierda Unida, tomaría el bastón de mando de la localidad en 1995.
Corría la misma temporada en la que un joven Luis Rubiales —Luisillo, el hijo del alcalde— debutaba con el primer equipo de la ciudad antes de partir lejos en su aventura futbolística. Ambos Luis Rubiales estaban muy unidos. "Y siguen siendo uña y carne", cuentan a EL ESPAÑOL en las calles de Motril. El padre está muy orgulloso del hijo.
Un alcalde "querido"
Según explicó el propio Rubiales hace años en una entrevista concedida a Granada Hoy, entró en política en quinto de bachillerato, cuando fue elegido delegado de curso. "Recuerdo que organizamos la primera huelga de Enseñanzas Medias que se hizo en la época de Franco. Vinieron grises de todos lados", expuso.
Sin embargo, la trayectoria política de Luis Manuel Rubiales López comienza en 1987 tras pasar por algunas asociaciones. Es edil socialista en Motril hasta 1995, cuando se convierte en regidor. Toma el bastón de mando de un Ayuntamiento en quiebra y viene a regenerarlo, a quitar deuda en principio y a transformar la ciudad en un proyecto a 25 años.
De aquello ya ha llovido bastante. Este pasado jueves por la mañana en el Ayuntamiento de Motril, unos colegiales leen poesías a la Policía Nacional que guarda el Consistorio, mientras algunos periodistas acceden a una rueda de prensa convocada casi de urgencia. Nada grave, es la presentación de una prueba de atletismo que se convocó temprano.
En la puerta, el reportero de EL ESPAÑOL pregunta a miembros del PSOE y el PP cómo recuerdan a Luis Rubiales López. Hace mucho de aquello, en breve se cumplen 20 años de su abandono de la alcaldía, por lo que todos hablan de la amnesia que les ha traído el tiempo. Otros, simplemente, habían rehusado participar.
"Personalmente es muy buena persona", concuerdan a decir todos aquellos a quienes se le pregunta. A todos les ayudó en alguna ocasión y lo rememoran.
Mientras las conversaciones se suceden, un miembro del Ayuntamiento llega a la puerta. "Venía preguntando por Luis Rubiales", dice más o menos el reportero. "El mejor, muy buena persona y muy honrado. Siempre presume de Motril", le contesta el varón antes de ser avisado de que se referencia al padre, no al hijo. "Ah, también, fue alcalde de aquí", viene a decir.
Aunque todos los consultados recuerdan 'vagamente' las legislaturas de Rubiales —incluidos los cronistas—, hay quien apunta que no todo fue color de rosa. "En todas las cosas hay claroscuros. Aquí nadie es un santo ni un diablo". Y es que, "es una persona recordada, para lo bueno y para lo malo. De un lado y de otro. No pasó desapercibido".
Entre sus decisiones más polémicas, la recalificación del terreno y la aprobación del actual Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU). Esto le llegó a enfrentar con sus socios de Gobierno, Izquierda Unida.
"La gran recalificación urbanística que sufre Motril, la hace él. IU va en contra del plan. Él se apoya en el Partido Andalucista para sacar el tema para adelante. Por eso te digo que hay cosas… Hay una recalificación enorme de terrenos…", cuentan a este diario.
Si el paso de Rubiales por la alcaldía fue positivo o negativo no consigue responderlo nadie. Alguien que fue más veces amigo que enemigo expone: "No opino si fue positiva o no. Hay muchos aspectos que se nos escapan. En una conversación de este tipo hay muchos matices. Y hace mucho tiempo. Esto sale ahora por el tema del hijo… Es complicado".
Hay quien dejar caer insinuaciones, pero nadie ha conseguido demostrar que Luis Manuel Rubiales López hiciera algo contrario a la legislación en su etapa como alcalde. Sentados en la plaza de la Aurora de Motril, le explican al reportero: "Mucha habladuría y muchas insinuaciones, pero nunca se llegó a demostrar nada; nadie lo sentó delante de un juez por lo que hizo aquí".
"De casta le viene al galgo"
Los alcaldes tipo, en aquellos años de finales de los 90' y principio de los 2000, eran bastante personalistas en muchas ciudades. Rubiales parece ser uno de ellos. Algunos le veían como prepotente, una fama que atribuyó a su forma de andar, demasiado estirada. Él mismo lo reconocía en una entrevista concedida a El Faro, decano de la prensa de Andalucía Oriental.
Quienes compartieron Ayuntamiento con él recuerdan que "tenía fama" [de prepotente], pero "en el trato corto era una persona cordial y correcto. Incluso teniendo diferencias políticas".
No rehuía nunca la batalla, no se escondía. "Rubiales —el padre— esa personalidad egocéntrica sí la tenía", comentan fuentes municipales a EL ESPAÑOL.
"En eso se parece el hijo a él", advierte un conocido de ambos. Se refiere a que los dos son capaces de dar la cara en cualquier situación adversa. Luis Rubiales hijo ofrece explicaciones miércoles y jueves sobre las filtraciones de audios que le han robado de su móvil. Luis Rubiales padre atiende a EL ESPAÑOL y tiende su mano a darnos un libro en el que se resume su paso por la alcaldía motrileña en un par de meses, luego sigue con sus labores de abuelo.
"De casta le viene al galgo", asegura una persona que conoce a ambos por el tema deportivo. Se refiere a que el hijo aprendió del padre a dominar el lenguaje, a no taparse cuando había que dar explicaciones y a gestionar en el terreno de lo público. "Rubiales hijo apuntó más alto, eso sí".
Esta misma fuente apunta que Rubiales lo aprendió todo de su padre. "Comenzó en este tema cuando estuvo en el Levante, asesorado por la táctica reivindicativa del padre". Fue antes de enrolarse en AFE (Asociación de Futbolistas Profesionales) y dirigir posteriormente la Real Federación Española de Fútbol.
El hijo del alcalde
Sin embargo, a pesar de estar tan unidos, casi nunca se dejan ver juntos. Sólo en actos públicos de calado, como la elección del presidente de la RFEF o algún homenaje en Motril.
Hubo un tiempo en el que Luisillo —como conocían a Rubiales en Motril— no quiso ser 'el hijo del alcalde'. Estaba empezando su carrera futbolística y tuvo posibilidad de volver al Motril CF, pero se negó. “No quiso para que no dijeran que lo ponían por ser el hijo del alcalde”, apuntó Wilder Barcos en otra entrevista para EL ESPAÑOL.
Era, sin lugar a dudas, el mejor momento de la historia del Motril CF. Aquellos años de prosperidad suponen para el equipo motrileño pasar de la extinta Tercera división a luchar por ascender a Segunda A. “Eran los tiempos del boom, había más dinero y [Luis Rubiales López] consiguió que llegaran patrocinadores”, comentó Miguel Novo, exentrenador del Motril a EL ESPAÑOL hace años.
Fueron buenos años, pero también hubo altibajos. Un presidente llegó a anunciar su dimisión por la falta de compromiso de Rubiales, que, según El Faro, aseguraba haber puesto ya "40 millones de pesetas" sobre la mesa para el club.
Los que vivieron aquella época reconocen que "era de los que apoyaba el deporte, pero le gustaba manejar la situación". Tanto es así que llegó a recibir una placa en nombre del Ayuntamiento por "su colaboración al fútbol granadino".
Pero el momento más álgido del club coincidió con los compases finales de Rubiales al frente del Ayuntamiento. El empresario dedicado a la construcción José Antonio Murado comandaba el proyecto. Nene Montero, entrenador curtido en mil batallas en estas categorías andaluzas, dirigía al conjunto granadino, que se jugó el ascenso en la liguilla ante el Getafe.
Cuando todo parecía hecho, el Getafe se impuso y se llevó el gato al agua. Los que lo vivieron aún le siguen preguntando a Nene Montero qué pasó entonces. Tan rara fue la situación que, aunque tenía firmada otra temporada, el míster se marchó, como también lo hizo José Antonio Murado.
A partir de entonces, el Motril CF no levantó cabeza. La ruina económica le llevó a la desaparición. Ahora el equipo de la ciudad se llama CF Motril.
"Ahí hay una historia bastante oscura… Todo eso se vino a pique inmediatamente porque era un proyecto de especulación urbanística", atina a contar una persona que abogó por el cierre de la entidad pocos años después de la debacle.
Los ERE de Andalucía
Rubiales López estaría 8 años al frente de la corporación motrileña. Aquel lustro y medio daría para mucho en una ciudad que se vio reconvertida. No obstante, no son muchos los que recuerdan con detalle lo ocurrido. Los que lo hacen, piensan que no merece la pena remover algo que ocurrió mucho tiempo atrás.
Lo cierto es que la etapa de Luis Rubiales como alcalde de Motril finalizó en 2003. El PSOE eligió a otro candidato para su puesto. La caja de los truenos destapada en febrero de 2002 acabó por cerrar su periplo de primer edil y dar paso a su etapa como diputado provincial y luego delegado de Empleo de la Junta de Andalucía en Granada.
Fue aquel puesto el que le costó a Rubiales el mayor manchón de su carrera. El 14 de febrero de 2020, el juez de refuerzo del Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla José Ignacio Vilaplana dictó un auto de apertura de juicio oral de una pieza separada de los ERE. En la misma, uno de los procesados era Luis Manuel Rubiales López.
La Fiscalía de Sevilla solicitó una condena de tres años de cárcel y ocho años y tres meses de inhabilitación absoluta para Rubiales en relación con las ayudas concedidas por la Dirección General de Trabajo y Seguridad Social de la Junta a las entidades Cespa y Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) entre los años 2006 y 2007, "a fin de solventar el conflicto laboral que mantenían con los trabajadores del sector de la limpieza pública de la provincia de Granada, ayudas instrumentalizadas a través de la financiación de pólizas de seguro".
Además de Rubiales, se pedía el mismo castigo para otras ocho personas más. Vilaplana impuso en el auto de apertura una fianza de 600.000 euros a cada uno de los nueve acusados para asegurar las responsabilidades pecuniarias que pudieran derivarse, informó Diario de Sevilla.
El Ministerio Público le acusa de un delito de prevariación en concurso medial con otro de malversación de caudales públicos.
Además, el juez estima en este caso a las entidades Cespa, Fomentos de Construcciones y Contratas (FCC), la asociación de empresas de limpieza pública (Aselip) y a Actividades Diversas de CCOO de Andalucía como responsables civiles subsidiarios.
Estima el juez en el auto de apertura que las subvenciones se concedieron a través de un "irregular sistema de pagos cruzados". "Las ayudas se llevaron a efecto de forma injusta y arbitraria, prescindiendo del procedimiento legalmente establecido".
Estimaba el instructor en un amplio auto con más detalles que los acusados, "conocedores de que la Consejería de Empleo podía otorgar subvenciones a Cespa y FCC al margen de la legalidad vigente, consiguieron que el director general de Trabajo concediera" las ayudas y, por lo tanto, "participaron directamente en el mecanismo arbitrario y defraudatorio de concesión de las ayudas, resultando conocedores de que se había prescindido de los principios y del procedimiento legalmente procedentes, teniendo en cuenta que no cumplieron, en particular los directivos de Aselip, Cespa y FCC, con las exigencias y requisitos materiales que a ellos, cuando menos, les correspondían para la obtención de las ayudas, sin que ni tan siquiera formalizaran peticiones razonadas y justificadas, en legal forma, que pudieran dar lugar a la iniciación del correspondiente expediente de concesión de las ayudas excepcionales, en tal sentido, arbitrariamente concedidas".
El final de su carrera
Este caso salió a la palestra varios años después de que abandonara la política. En el año 2010, Rubiales volvió a intentar liderar el PSOE de Motril para presentando una moción contra Flor Amón, secretaria de la formación por entonces. Perdió por 8 votos, aunque él acusó a su formación de que en aquel proceso habían participado 70 personas que no eran del partido.
Él dijo que se fue del PSOE y el PSOE dijo que lo echaron. Lo cierto es que acabó en Convergencia Andaluza, a través de la que consiguió nuevamente un puesto como edil en pocos meses. Sin embargo, dimitió al poco, antes de asegurar que no volvería a ninguna lista más. Se le relacionó con Podemos, aunque nadie ha podido confirmar tal hecho, más allá de unas fotos de un miting subida a sus redes.
Tiempo después publicaría una novela y, a lo que se dedica actualmente, ya se lo contamos al inicio de este reportaje.
Rubiales López dejó claro en las páginas de Granada Hoy cuáles fueron sus grandes aciertos como político. Dijo que había cogido un pueblo dejó una ciudad: "El PGOU actual, la Casa de la Condesa de Torre Isabel, la fábrica del Pilar, el centro de servicios sociales, la escuela de idiomas, la UNED, las piscinas municipales, el conservatorio de música, el centro comercial, el aparcamiento del hospital, la plaza de la Aurora, el cambio del centro, el estadio municipal de deportes, la remodelación del Escribano Castilla, ludotecas, centros de mayores, el paseo de la playa, la instauración de Alcampo, el Gran Hotel Motril, la zona logística junto al Puerto, la Charca de Suárez ... Y todo, sin aumentar la deuda municipal en una peseta".
Como error significó algo que hoy se vuelve en contra de su hijo Luis Rubiales Béjar en la Real Federación Española de Fútbol: la ética. "A veces se plantean cuestiones éticas, pero se han tomado decisiones pensando que no había otra alternativa".
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