En la mayoría de las casas, a no ser que se hayan reformado e indicado en los trabajos eléctricos -y tirando por alto- no hay más de seis tomas de corriente por habitación. La solución a la demanda de tanto enchufe inexistente pasa por las regletas. Pero dice el sabio refrán que lo barato sale caro, y no se trata de ninguna leyenda urbana. Según el informe de 2020 que elaboran la Fundación Mapfre y la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos (APTB), "los principales causantes probables de los incendios en viviendas en los que se han producido fallecidos" fueron, "como en 2019", las causas eléctricas. Y en primer lugar, por las regletas que por baratas y obsoletas o sobrecargadas, salen ardiendo.
En 2020, este tipo de incendios provocó 23 muertos, lo que supone el 34,2% del total de fallecidos por incendios en España. Todos ellos debido al "mal uso de aparatos, enchufes, regletas", muy por encima de los fuegos producidos por explosiones.
Para entenderlo, no hay más que intentar visualizar el dormitorio de cualquier adolescente. Un ordenador exige al menos cuatro tomas de corriente: el ordenador, el monitor, los altavoces, la impresora… Es necesario además la luz de la mesita de noche, y una toma más para cargar el teléfono móvil o la tableta. En total, seis o siete enchufes. Un dormitorio normal, e incluso un salón, no suele tener más de dos o tres tomas de corriente.
La solución más rápida es adquirir una regleta que posibilite conectar todo a un mismo enchufe. Pero, cuidado: adquirir las regletas en el chino supone comprar también muchas papeletas para acabar teniendo un serio disgusto.
La mayoría de las regletas de los chinos suelen ser muy baratas porque no incorporan ningún tipo de protección para sobretensiones de la red. Lo mismo ocurre cuando el cable de la regleta es de poca extensión, porque se sobrecalienta, o cuando la regleta o su cable se vuelven amarillentos.
"Cuando la regleta se vuelve amarillenta es porque sus componentes se han deteriorado, y hay que cambiarla", indica E.M., un bombero del Parque Provincial de Huelva. Está cansado de advertir también de que el cargador de cualquier móvil que amarillea debe ser sustituido por los mismos motivos.
Lo sabe bien porque luego le toca a él, junto con sus compañeros, ir a apagar los incendios. "Aunque cuando nosotros llegamos los destrozos son tantos que ya no se puede ver ni el origen del foco".
Eso lo determina la Policía Científica o la Guardia Civil. Precisamente fue el instituto armado el que este año concluyó, según el informe que entregó en el juzgado, que los nueve ancianos que finalmente acabaron falleciendo el pasado mes de enero en una residencia de Moncada (Valencia) habían perecido a causa de una regleta en mal estado en uno de los dormitorios.
El fuego se originó de noche, a las 23.31 horas. Se salió un poco de las estadísticas. Porque la franja horaria que suele cobrarse mayor número de víctimas mortales es la que va de las 4:00 a las 8:00 horas. En esas cuatro horas, en 2020, se acumularon el 23,5% de las víctimas mortales.
Las regletas, sean del chino o certificadas por la CE, estipulan qué cargas pueden soportar, algo que, en la práctica, nadie mira. Nadie lo mira y acaban enchufándoles de todo: desde el microondas al frigorífico, o el ordenador y el móvil. O un par de móviles y el calefactor. "También es importante que cuenten con un fusible de corte la corriente, un botón rojo, que es el que salta en caso de sobrecarga", indica E.M.
Estos dispositivos eléctricos son, por tanto, el origen más prevalente de los incendios en los domicilios, duplicando a los incendios provocados por conductores de calor, como estufas, chimeneas o braseros, que se llevan el 16,4% de los siniestros con víctimas mortales en 2020.
Todo ello sin contar con que, en esta estadística, solo se contabilizan los siniestros en los que ha habido fallecidos. En la realidad, las regletas originan muchos más incendios, sin víctimas, que escapan de los porcentajes.
Lo saben bien Adolfo y Pablo Sevillano, dos adolescentes que todavía recuerdan el día que estando solos en casa les salió ardiendo la regleta. "Era de las cuadradas, del chino, y no tenía botón rojo".
Era el mes de diciembre "y como estábamos con unos amigos en casa, al decir que tenían frío enchufamos el calefactor". A los pocos minutos "de la regleta salían llamas con una altura de entre 10 y 15 centímetros".
Era por la tarde y pudieron apagarlo ellos mismos sin más daños que varios cojines del sofá quemados y el susto en el cuerpo, tanto de ellos como de sus padres, a quienes telefonearon inmediatamente. Nunca más han vuelto a usar una regleta del chino.
Las más seguras
Ignacio Pérez Prado, intendente del Consorcio Provincial de Bomberos de Cádiz, explica a EL ESPAÑOL que hay tres tipos de regletas que contempla la normativa europea. "Las que tienen pies metalizados, que permiten toma de tierra; las que tienen botón, que es un requisito mínimo de seguridad, y las de sobreintensidad o protección, que saltan solas cuando superan la potencia". Más allá de ellas, es jugársela, sobre todo si los domicilios tienen una instalación eléctrica antigua, "porque lo normal es que salte el eléctrico".
"Tras los causados por fallos eléctricos suele haber una maraña de cables: cargas de baterías, regletas… que al fin y al cabo tienen componentes plásticos". Si a eso se le añaden "cables de escasa sección" para estas regletas, se están adquiriendo muchas papeletas para el incendio. Si además están cerca de cortinas, o bajo un sofá, "los incendios que suelen provocar son bastante virulentos", indica.
Manuel Quesada es jefe de una de las Brigadas Científicas de la Policía Nacional a nivel provincial. "El problema es el desconocimiento", explica a este periódico. "La gente les enchufa de todo, y las regletas que se adquieren en el chino suelen tener poca resistencia. Hay que usar regletas específicas y no usar cualquiera". Lo mismo pasa con las alargaderas. "Aunque sean buenas, siempre hay que desenrollarles el cable por completo. Porque si se queda enrollado, se calienta y puede arder".
Las estadísticas
Las estadísticas entre 2021 y 2022 no mejoran. Según el avance que ha difundido la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos, durante los meses más fríos, es decir, noviembre, diciembre, enero y febrero últimos, se han producido en España 100 fallecidos en incendios y explosiones. De esas 100 personas, 76 habrían fallecido en sus viviendas.
Más del 58% de los casos son fallecidos por inhalaciones de humo, y también más de la mitad de los accidentes ocurrieron en horario nocturno. La franja de edad más vulnerable, la que supera los 65 años (el 60% de las víctimas).
De nuevo, la primera causa de fallecimiento por incendios en este invierno ha sido eléctrica (21%). El siniestro más trágico fue el incendio de esa residencia de ancianos en la Comunidad Valenciana, "con 9 muertos, a causa de una regleta en mal estado, según ha trascendido de las investigaciones policiales".