El juez que investiga la muerte de Sota, la perra de un sintecho, por el disparo de un guardia urbano en Barcelona ha dejado a un paso de juicio al agente, acusado de un delito de maltrato animal, aunque lo ha enviado a un proceso de mediación en busca de un acuerdo con el dueño del animal.
Según han informado a Efe fuentes jurídicas, el titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Barcelona ha cerrado la instrucción del caso y ha concluido que hay indicios para enviar a juicio tanto al urbano como al sintecho dueño de Sota, quien está acusado de un delito de atentado por haber intentado agredir a los agentes cuando mataron a su perra.
El animal murió en diciembre de 2018 en la plaza España de Barcelona por el disparo de un agente de la Guardia Urbana que mantiene que actuó para defenderse porque la perra se había abalanzado sobre él, con actitud agresiva y temió que le atacara.
La muerte de Sota suscitó la indignación entre los animalistas y desató una oleada de protestas y movilizaciones en Barcelona, que en algún caso se saldaron con incidentes.
Tres años después, el juez ha dejado en puertas de juicio al indigente y al urbano que disparó mortalmente a la perra, pero no así al otro agente que lo acompañaba cuando ocurrió el incidente y que también estaba imputado porque que el dueño de Sota le acusaba de haberle golpeado.
El magistrado ha acordado suspender la tramitación del caso y ha enviado a un proceso de mediación al agente y al dueño de Sota —que también ejerce la acusación particular en la causa— con el fin de que puedan pactar una sentencia de conformidad, que evite la celebración del juicio, en el que el policía se expondría a penas de inhabilitación y de hasta año y medio de cárcel. Por su parte, el sintecho podría recibir una pena de hasta cuatro años de prisión.
La decisión de enviar la causa al servicio de mediación penal —que ahora debe valorar si se dan las circunstancias para propiciar un acuerdo— cuenta con el respaldo de la Fiscalía y de ambos investigados, pero no de la acusación popular que ejercen el PACMA y otras entidades animalistas, bajo una misma dirección letrada.
El urbano que disparó a la perra y su dueño mantienen posturas enfrentadas respecto a los hechos: mientras la policía sostiene que el animal hizo ademán de atacarlo y mordió en el codo a uno de los agentes, el sintecho asegura que ni siquiera le ladró.
Según declaró el policía investigado ante el juez, la perra se abalanzó sobre uno de los agentes después de que su dueño le azuzara, molesto porque le habían pedido la documentación, por lo que el agente temió por su integridad y acabó disparándole con su arma reglamentaria para protegerse.
Por su parte, el indigente mantiene que los agentes le pidieron la documentación y le golpearon cuando le dijo que no la llevaba encima, sin que la perra se alterase ni ladrara, tras lo que los urbanos le detuvieron y dispararon mortalmente a su perra.