El restaurante Macarena es una especie de safari gastronómico. Javier García y su pareja, Luz Tenorio, llevan 14 años compartiendo su gusto por la comida exótica en este restaurante que se encuentra en la calle Puerto de Pajares, 5 del barrio madrileño de Vallecas. Su carta cuenta con una gran variedad de carnes exóticas importadas directamente desde los cinco continentes: carnes de cebra, camello, canguro, búfalo o avestruz y huevos de avestruz, emú y oca. Además de eso, ofrece comida típica española que hace de este sitio un lugar donde “ se come muy bien” que no deja a nadie indiferente.
¿Por qué abrir un restaurante exótico? Javier García era el jefe de producción de una empresa de publicidad. Un día le superó el estrés y decidió dejarlo todo, comprar un local de un bar de toda la vida de su barrio y abrir este restaurante tan peculiar. Y lo consiguió, porque tras su apertura tuvo un gran éxito tanto a nivel profesional como a nivel personal: "Es curioso decir que en la hostelería trabajas menos horas que en mi anterior puesto. Pero es así".
El motivo que llevó al dueño a cambiar de vida además del agobio que le generaba su anterior trabajo, fue gusto por viajar y por probar comida diferente. "Hemos viajado y probado muchos tipos de carnes exóticas y pensamos que si a nosotros nos gustaba a la gente también le gustaría. Vimos como lo hacían en otras partes del mundo y funcionaba".
No es el único restaurante español que apuesta por este tipo de carnes porque en Madrid quedan algunos que también lo hacen. No obstante, es una cifra que sorprende debido a que hace 10 años esa cantidad suponía el doble. El dueño del Macarena explica que este fenómeno se ha dado porque con la llegada de la pandemia, muchos de ellos han tenido que cerrar. "En Madrid había como 10 restaurantes con estas características pero el problema es que la mayoría se dedicaban solo a esto. La pandemia, entre otras cosas, afectó a que cerrasen algunas granjas de estos animales lo que provocó que se tuviesen que retirar de las cartas muchos alimentos y por eso, tuvieron que cerrar porque no tenían existencias suficientes".
Por eso, lo más característico de Macarena no es que venda carne exótica si no que, además, ha sabido fusionar esa vanguardia con la elaboración de comida casera tradicional. “Somos un bar de barrio que tenemos nuestro menú y de forma especial damos estos productos de animales exóticos. Lo que pensamos de los otros sitios que han cerrado es que probablemente solo se dedicaban a eso.”, cuenta Javier.
Comida exótica
Su carta está compuesta por una gran variedad de platos que se venden a precios muy económicos. En primer lugar, se elabora comida típica española: ensaladas, hamburguesas de todo tipo, ternera, huevos y su plato estrella que es el Rabo de Toro. Por otro lado, la parte exótica está compuesta actualmente por carne de cebra, canguro, búfalo, angus americano, bisonte, camello, venado y avestruz. Pero las joyas de la corona de la carta son los huevos de avestruz, de oca y de emú que se venden por temporadas.
Cabe destacar que antes de la pandemia del Covid-19, se vendían también otras carnes exóticas como el ñu, la gacela, el antílope e incluso el cocodrilo que tuvieron que retirar el pasado enero porque hubo una alerta sanitaria y ahora mismo está prohibido. También, según cuenta Javier, el caballo lo suele traer ocasionalmente: “El caballo lo tengo opcional y lo traigo de vez en cuando. La carne de potro me encanta desde siempre y además es muy buena para la gente que tenga anemia. Yo me he criado cerca de una carniceria que vendía carne de caballo”.
En cuanto a la procedencia de cada alimento, Javier compra cada carne en granjas procedentes de diferentes países. Si bien la carne de avestruz y el guayo la compran en España, la cebra viene de Sudáfrica, el camello de Australia, el bisonte de Canadá y el angus americano de América. Además, este último es una novedad en la carta y Javier ha traído una pieza que no se puede encontrar en ningún otro sitio como los huevos de emú que parecen como de dragón- . Por otro lado, el cocodrilo lo compraban en granjas de Namidia.
–Javier, ¿notas que la gente es reacia a probar comida exótica porque no están acostumbrados?
–La comida es cuestión de educación. A nosotros nos han educado de tal forma que solo comemos pollo, cerdo y ternera y todo lo que se salga de ahí, te da miedo. Siempre hay alguien en el restaurante que dice que no lo quiere probar simplemente por educación y también tengo gente que lo ha probado y le acaba sorprendiendo.
– ¿Has incorporado a tu dieta diaria la ingesta habitual de carnes exóticas?
– Te voy a contar una anécdota que es muy graciosa. En el confinamiento, mi hijo daba clases online y siempre le preguntaban los profesores sobre lo que había comido ese día. Mi hijo siempre decía "hemos comido cocodrilo, gacela o venado" que era verdad. Pero claro, la gente se sorprendía y algunos padres me llamaban y me decían que si mi hijo tenía mucha imaginación. Y yo, entre risas siempre les contestaba que comíamos esa comida normalmente. Asi que sí, sí que solemos comerlo muy a menudo aunque tampoco todos los días.
Cercano y familiar
“Te vas al centro y es más frío todo. Nosotros somos un restaurante sin pretensiones, no es nada apariencia y eso es lo que realmente a la gente la gusta", comenta orgulloso el dueño por tener este restaurante en el extrarradio de la capital.
El ambiente cercano y amigable es una de las mayores características de Macarena. Para los dueños, conseguir esto fue uno de los motivos por los que decidieron montarlo fuera del centro de Madrid. Así lo cuenta el dueño, “El principal motivo de abrirlo fuera era porque todos los locales de este tipo están en el centro de la capital lo que provoca que el precio no tenga nada que ver”. Y es que, la situación geográfica no determina la calidad de las comidas: “hay locales que por tener un local bonito y porque tienen muchos camareros te cobran el doble. Yo siempre digo lo mismo. Todos compramos los productos en los mismos sitios y la diferencia es que yo cobro 27 euros y ellos 54”.
Y es que, si de algo pueden presumir Luz y Javier es de el buen trato que dan a los clientes que es uno de los puntos fuertes de este espacio por el que apuestan con entusiasmo cada día. Esto explica que tengan un alto porcentaje de clientes fidelizados e incluso que “más del 90% de las personas que vienen a comer aquí repitan”.
Todo eso sumado a la gran calidad de la comida y su especialidad en carnes exóticas han llamado la atención de famosos artistas y personajes destacados que suelen acudir de forma habitual a comer al restaurante Macarena. “Tenemos la suerte de que han venido muchos famosos a nuestro reservado. Aquí han acudido la mayoría de los actores de la serie de Águila Roja, Camera Café e incluso algunos que han sido nominados a los premios Goya”.
Además, es uno de los sitios donde más inspecciones de Sanidad tienen porque venden carne exótica lo que determina la seguridad y calidad de sus productos. "Nosotros tenemos una inspección al mes e incluso cada 15 días para que Sanidad se asegure que la carne exótica que vendemos es real".
Probamos el camello y el canguro
En EL ESPAÑOL decidimos acudir al restaurante para conversar con Javier y probar así dos hamburguesasde carnes exóticas.
Según llegamos, Javier García nos recibió de forma amable y educada y, tras un rato conversando con él, nos sentamos en una de las cuatro mesas del local. Seguidamente, nos facilitó la carta para que eligiesemos el plato que más nos llamaba la atención. No había mucha gente en el restaurante y la música que sonaba de fondo en la sala generaba un ambiente cercano y tranquilo.
Tras echar un vistazo a todos los tipos de hamburguesas, nos decantamos finalmente por pedir las de carne de canguro y cebra porque consideramos que eran las más llamativas. Ambas tenían un precio de 10,50 euros.
Antes de que las preparasen en cocina, Javier nos avisó de que el color de las carnes de los dos animales era muy parecido por lo que no íbamos a poder diferenciar correctamente cada una. Por eso, las hamburguesas vienen con un palillo que etiqueta cada tipo de carne. También, nos avisó de que el canguro era una carne que tenía mejor sabor por lo que era más sabrosa que la cebra.
Con estas expectativas, solo tuvimos que esperar 10 minutos hasta que estuviesen hechas y encima de nuestra mesa. ¿Tenían buena pinta? Sí, sin duda. Nos pareció una hamburguesa muy grande que además venía acompañada de unas patatas fritas caseras que también rebosaban una pinta especial.
Partimos cada hamburguesa en dos y elegí empezar por la de cebra. Tras el primer mordisco, me dí cuenta de que era una carne dura aunque más sabrosa de lo que me esperaba. El sabor era totalmente diferente a otras carnes que había probado anteriormente. Era fuerte pero al mismo tiempo agradable aunque no sería algo que eligiese por gusto en mi vida diaria. No obstante, probarlo sin duda me pareció una idea excelente. Se trata de una carne roja muy saludable porque no tiene apenas grasas, es muy magra y alta en proteínas y hierro.
Tras catar la hamburguesa de cebra, me dispuse a probar la de canguro y, sorprendentemente esta me encantó. Se trataba de gyuna carne suave que me recuerda un poco a la ternera o buey. Su textura era fina y suave que casi se me derretía en la boca.
Como valoración final cabe destacar que merece mucho la pena probar los dos tipos de carnes para, de algún modo, quitarnos los estereotipos acerca de este tipo de comida a la que no estamos acostumbrados. Las carnes exóticas tienen además muchas propiedades saludables e incluso, el consumo de algunas de ellas puede ayudar a prevenir enfermedades. Macarena lo tiene a buen precio y con un trato de cine. Pero, si aún no te atreves a dar el paso, siempre te quedará su comida casera típica que también es espectacular.