En Occidente, el 9 de mayo no significa demasiado. Sin embargo, para Putin lo es todo: simboliza el Día de la Victoria sobre el nazismo, la fecha en la que el pueblo ruso recuerda que se sobrepuso a 27 millones de muertes de los suyos. Muchos países sufrieron las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, pero ninguno dejó atrás una cifra de cadáveres tan traumática. Por eso, el plan de Putin de hacer desfilar a los prisioneros de guerra en Melitopol supone una forma de mandar un mensaje al mundo. Pero, también por eso, la población ucraniana puede no estar dispuesta a que el Kremlin se salga con la suya.
Peter Andriushchenko, consejero del alcalde de Melitopol, ha lanzado un mensaje a través de Telegram en el que avisaba de los planes del Kremlin: organizar un "grotesco desfile" conmemorativo del 9 de mayo en el que participasen los prisioneros de guerra ucranianos. Según Andriushchenko, la idea de Putin sería disfrazar a los casi 2.000 hombres capturados y retenidos en los 'campos de filtración' para hacerlos pasar por militares.
De este modo, Rusia ejecutaría un enorme acto de propaganda que vendría a decir algo así como que se han respetado las vidas de los civiles y que solo se ha combatido contra militares. Además, al hacerlos desfilar el Día de la Victoria, simbólicamente estaría lanzando el mensaje a su población de que están preparados para conquistar Ucrania. Todo ello en un contexto donde se especula con que Putin declare la guerra oficialmente en su discurso.
Discurso de Putin
En los años inciertos de la Guerra Fría, los expertos y analistas de la Unión Soviética esperaban ansiosos que llegase el Día de la Victoria. El discurso del presidente en Moscú era estudiado como un jeroglífico del que extraer conclusiones y adivinar el siguiente paso soviético. Si bien es cierto que con Putin esto había perdido sentido, este año todo es diferente y recuerda al de aquellas décadas.
Ben Wallace, ministro de defensa británico, ha expresado su preocupación de que Putin utilice el 9 de mayo como una oportunidad para provocar una movilización masiva de la población rusa. Algo que, por otro lado, lleva meses fraguándose a través de llamamientos en redes sociales rusas. Una de las pocas que aún no está restringida, VK, ya ha recibido un ultimátum para que impida el acceso más allá de sus fronteras.
Para Wallace, no sería sorprendente que Putin aprovechase los desfiles del Día de la Victoria para lanzar el mensaje de que expande su campaña bélica contra los nazis de todo el mundo. Es decir, una expansión de la guerra contra Estados Unidos y la OTAN.
Aunque Putin no lo haga así de explícito en su discurso, el desfile de civiles disfrazados de militares en Melitopol iría en esta línea: justificar sus operaciones militares al tiempo que motivar a sus ciudadanos para aceptar de buen grado la llamada a filas.
A este respecto hay que recordar que, desde hace años, la población rusa ha buscado evitar el reclutamiento debido a los bajos sueldos, los numerosos problemas de bullying y las pobres condiciones de vida. Por tanto, estos actos propagandísticos son muy necesarios de cara a cumplir su objetivo.
Boicots en Melitopol
Melitopol es una ciudad del sur de Ucrania que se encuentra entre Marupol y Jerson y, por tanto, es una localidad importante en la estrategia geográfica rusa. A finales de marzo Ivan Fedrov, el alcalde, fue depuesto y a los niños se les obligó a aprender ruso en las escuelas.
Aunque es un territorio controlado ya por Rusia, los civiles siguen resistiéndose a la ocupación. El sábado 7 de mayo ya hubo manifestaciones en el centro de la ciudad con banderas de Ucrania en un claro gesto de resistencia ante lo que se espera que va a ocurrir.
Imágenes compartidas en redes sociales muestran que los rusos han preparado Melitopol para el desfile. El propio Andiushchenko, asesor de Fedrov, ha afirmado que que los ocupantes instalaron en la ciudad un espantapájaros con una bandera rusa. Además, los militares rusos están limpiando la ciudad de escombros para que luzca de la mejor manera en un evento que describió como "un desfile sobre los guesos de los ciudadanos de Mariupol".
Para ello, los rusos han recurrido a los propios civiles, obligándoles a trabajar a cambio de comida. Pese a todo, el alcalde Fedrov ha avisado que la resistencia no piensa quedarse impertérrita ante estos abusos. También ha alertado de que los rusos planean disparar a los manifestantes que intenten boicotear el desfile para, después, acusar a los militares ucranianos de la masacre.
Para evitarlo, ha pedido a los habitantes de Melitopol respetar el toque de queda, que durará desde la noche del 8 de mayo hasta la mañana del 10 de mayo. El Kremlin, por su parte, niega tener nada que ver con los hechos.