Desde que a principios de siglo retomara su afición por las velas, Juan Carlos siempre ha sido fiel a las regatas de Sanxenxo. Sólo ha fallado los dos últimos años, exiliado en Abu Dabi, y aún así nunca dejó de comentarse que podría volver. Ya sí, ya a la siguiente, ya está a punto... hasta que cumplió. El Emérito ha cumplido con el objetivo y, tras años sin salir a navegar, ha conseguido la victoria en el Trofeo Viajes InterRías en la categoría Clásicos. La tripulación del Bribón afanzó el primer puesto de la clasificación el viernes, la organización canceló las pruebas el sábado y el Emérito finiquitó el trabajo el domingo, ya como patrón a los mandos del velero.
Esta ha sido la única jornada en la que el padre de Felipe VI ha formado parte de la competición, ya que el viernes decidió no participar y el sábado no pudo hacerlo por la falta de viento. Hoy, por tanto, ha sido el día en el que ha podido ejercer de patrón del Bribón tras más de dos años de ausencia, logrando el cuarto puesto en su manga. Su copatrón, amigo y anfitrión, Pedro Campos, ha decidido dar un paso atrás y no competir, dejándole el sitio a Juan Carlos.
El Rey ha recibido el premio de ganadores del torneo en representación de su equipo. Un momento en el que la organización han reconocido ser un "embajador del deporte de la vela en todo el mundo", dada su afición desde hace décadas. A esto se han sumado los vítores y la ovación que le ha dedicado un centenar de personas que estaban sobre el dique del puerto.
Completaron el podium de los Clásicos la Titia, de Alicia Freire, también del Náutico de Sanxenxo; y Caprice, de Íñigo Echenique y el Club de Canido, todos ellos de bandera española. Todas compitieron tres mangas, dos el viernes y una el domingo.