La temporada de verano llega a las Islas Baleares. Las excelentes condiciones climatológicas convierten el lugar en un reclamo para el turismo. Después del varapalo que ha supuesto los años anteriores de pandemia, el archipiélago parece haber recuperado el ritmo. Los empresarios de la zona se preparan para los meses de más auge económico. Sin embargo, un problema común afecta a todas las empresas por igual: no encuentran personal que quiera trabajar.
Los altos precios de los alquileres ha provocado que muchos trabajadores ya no quieran trasladarse a las Islas Baleares durante los meses de verano, con lo cual, las dificultades para encontrar mano de obra ha hecho mella en el tejido empresarial de las islas. Durante la pandemia, el turismo recibió el mayor impacto. Algunas empresas se vieron obligadas a cerrar y eso ha mermado también en la importación de trabajadores. Sin embargo, lejos de mejorar, actualmente “muchas empresas están viendo cómo sus trabajadores optan por marcharse a otros lugares no tan dependientes del turismo”, explican a EL ESPAÑOL desde Pimem, Federació de la Petita i Mitjana Empresa de Mallorca.
A pesar de que se trata de un problema que afecta a todos los sectores, el de la restauración es el que más problemas está encontrando. “La restauración era para mucha gente un refugio laboral y ahora, o bien han cambiado de sector, o bien se han ido de la isla”, advirtió el pasado mes de abril la presidenta de RBC-Mallorca, Eugenia Cusí.
Precios del alquiler
Ibiza, Formentera, Menorca y la costa de Mallorca, las zonas con mayor demanda turística, son las más afectadas por esa fuga de trabajadores. Los temporeros huyen de los abusivos precios de la vivienda y buscan otros destinos en los que trabajar no conlleve riesgo económico alguno. Y es que, el precio medio de la vivienda en alquiler en las Islas Baleares es de 1.588 euros mensuales, lo que supone un aumento del 29,8 % en el último año, según la web enalquiler.com.
Unos precios de la vivienda que son inasumibles para cualquier trabajador de la hostelería. “El sueldo base con doce pagas ronda los 1.500 euros, el problema es que si el alquiler de un piso cuesta más de mil euros, no te sale rentable venir”, exclama Alfonso Robledo, presidente de la asociación Restauración Mallorca.
Durante la temporada alta, muchos propietarios de inmuebles deciden alquilar sus viviendas como viviendas vacacionales destinadas a los turistas. De esta forma, obtienen mucho más beneficio económico ya que los precios por una semana de vacaciones son mucho más elevados que mediante un alquiler de pago mensual. “En Ibiza, por ejemplo, es casi imposible encontrar algo. Otra opción es alquilar una habitación, lo cual te sale por unos 600 euros o así”, afirma Robledo.
Por otro lado, la tasa de desempleo en las Islas Baleares es del 18%. Sin embargo, no basta para cubrir todos los puestos de trabajo que el verano trae consigo. “La mayoría de gente que son de aquí no quiere trabajar en el mundo de la hostelería, suele ser gente que viene de fuera”, explica.
Mano de obra internacional
Las playas mediterráneas atraen a muchos ciudadanos europeos que con frecuencia visitan el lugar. Otros incluso deciden asentarse y trabajar allí. Según datos de la Seguridad Social, las Islas Baleares cuentan con la mayor tasa de mano de obra internacional de España con un 19,6 % del total, ocho puntos por encima de la media estatal (11,7 %). La construcción y la hostelería son los dos sectores más ocupados por trabajadores extranjeros. “Se están quedando con los empleos que los locales ya no quieren”, apunta Robledo.
De igual forma, empresarios italianos y alemanes han comenzado a establecerse en las Islas Baleares. Algunos ya se han apropiado de los locales más exclusivos de la zona. “Un mallorquín no va a pagar 12.000 euros de alquiler; pero un alemán que viene a las islas, sí”, comenta el presidente de Restauración Mallorca. Una situación que contrasta con la realidad de otros restaurantes que, debido a la falta de personal, “sólo pueden abrir por la noche”, cuenta Robledo.
Para hacer frente a las dificultades que entraña la falta de mano de obra, algunas empresas se están viendo obligadas a diseñar estrategias que ayuden a incentivar a la población a trabajar para ellos. Ejemplo de ello es el Hard Rock Hotel Ibiza que premiará con 200 euros a aquellos trabajadores que sean capaces de captar a amigos o familiares para trabajar en el hotel durante la temporada de verano. “Invita a tus amigos, familia o conocidos a trabajar en el Hard Rock Hotel Ibiza y puedes llevarte 200 euros por persona al final de la temporada si trabajan del 15 de mayo hasta el 15 de septiembre", reza un cartel de la empresa.
La sanidad afectada
De forma transversal, la problemática está afectando también al sector público y a profesionales de primera necesidad como las relacionadas con la sanidad. Los enfermeros son precisamente los más afectados por esta situación. “Antes de la pandemia, venían muchos enfermeros de otras comunidades autónomas para hacer sustituciones en verano. Pero ahora vemos como el tema del alojamiento es algo que tira mucho para atrás, y ya no solo el alojamiento, sino lo que vale vivir aquí”, cuenta Raquel Muñoz Arena, vicepresidenta del Colegio oficial de enfermeros y enfermeras de Islas Baleares. “Una enfermera cobra alrededor de 1.800 euros, tirando por lo alto, si viene estaría casi que perdiendo dinero por trabajar”, añade.
Con el fin de suplir las bajas del personal sanitario en los hospitales baleares, el Servei de Salut ha hecho recientemente un llamamiento urgente para cubrir puestos de trabajo de enfermeros y enfermeras en los diferentes hospitales y centros de atención primaria. Se tratan, en su mayoría, de sustituciones de corta duración. “Los llamamientos de corta duración para suplir las ausencias por vacaciones no resultan atractivos para que un enfermero decida venir a las Islas a trabajar, los enfermeros reclamamos estabilidad laboral”, explica.