—Jesús, ¿se arrepiente de algo ocurrido en todo este tiempo?
—Cuando estoy con los efectos secundarios de la quimio, a veces me vienen esos pensamientos y empiezas a hacerte esas preguntas. Al final llego a la conclusión, tras valorarlo todo, de que estoy donde estoy por todo lo anterior... Me llena tanto lo que hago... Ahora mismo, practico una medicina tan independiente... Hago lo que quiero, nadie me dice nada, no me tengo que estar peleando con nadie, sólo tengo gratificaciones... [...] De lo que me arrepiento es de no haber sabido todo lo que sé ahora al empezar la lucha. Pero eso es imposible. Todo se aprende con una trayectoria. Hacer lo que hago, con tan buen rollo, estar rodeado de tanta gente y que Lidia Bosch haya colgado un vídeo de la UAPO... Todas estas cosas que me están pasando no hubieran pasado si yo no hago lo anterior. No me puedo arrepentir. Muchas veces me pongo a leer las cosas que me escriben y no te puedes hacer una idea lo que te hace sentir... Gente que no te conoce y te dice que te quiere como parte de su familia... —solloza—. Eso es la hostia y yo digo: '¿Cómo me voy a morir?'. Es que... Pff... Me emociono, tío...
Hace seis años comenzó todo. Por entonces, Jesús Candel (Granada, 1976) era un médico granadino más. Su familia, sus pacientes y sus cosillas. Poco más. Todo cambió cuando quisieron fusionar los dos hospitales de Granada. Ahí sustituyó la bata por el traje de Spiriman, convirtiéndose en una especie de superhombre para enfrentarse a la Junta de Andalucía y conseguir que en la capital nazarí hubiera dos hospitales. Eso le otorgó una relevancia pública extraordinaria. Puede parecer que ha pasado una eternidad, pero para él "fue ayer" cuando se inició la pelea.
Su canal de Facebook pronto alcanzó los cientos de miles de seguidores. Un vídeo suyo se viralizaba en cuestión de horas y organizaba manifestaciones masivas para luchar por la sanidad pública. Susana Díaz y el PSOE Andalucía le temían; la oposición le llamaba para ofrecerle entrar en sus filas; era el héroe del pueblo.
Sin embargo, la popularidad de Spiriman fue cayendo con el paso del tiempo. La lucha encarnizada le llevó a pisar los juzgados, como acusador en temas de corrupción y como acusado en otras peleas, incluso señalado por compañeros. El rey del pueblo pasaba a tener un equilibrio entre quienes le odiaban y quienes le amaban.
El Gobierno de Susana Díaz cayó en 2018 y él se siente plenamente culpable de aquello. El PSOE perdía Andalucía tras 40 años de Gobierno. "Juanma Moreno me llamó para darme las gracias y ofrecerme ser Consejero de Sanidad", dice en conversación con este periódico en vísperas de unas nuevas elecciones andaluzas.
Llegó el coronavirus y la popularidad de Spiriman terminó de caer. Lo que catalogó de "pollonavirus" acabó convirtiéndose en una pandemia mundial. "Yo sólo era el altavoz de lo que estaba viendo un grupo de médicos", expone mientras habla de cómo soporta la crítica en un punto de la entrevista.
El siguiente capítulo en su vida fue el cáncer. Era octubre de 2020 y Spiriman se alejaba de su lucha mediática para centrarse en la pelea contra la enfermedad, le habían dado tres meses de vida. El médico anunció al poco una curación milagrosa y luego una recaída.
Ahora, los rizos y la barba de Spiriman han dejado paso a una tez rasurada donde el pelo sólo se asoma en cejas y pestañas por culpa de la quimioterapia. Aun así, está centrado en su proyecto estrella: la Unidad de Apoyo a Pacientes Oncológicos (UAPO), en la que hacen hincapié en el trabajo de la fuerza física, la fisioterapia y la mente para luchar contra el cáncer. La unidad está abierta en Granada y pronto hará lo propio en Madrid. Cuando le preguntan si abrirán en otras ciudades, reclama ayuda: "Moved el culo. Esto necesita socios".
[Así es el centro de Spiriman para atender gratis a enfermos de cáncer]
Los últimos meses
"Estoy viviendo las cosas que he atendido siempre y que he leído en los libros", comenta el médico. El día a día de Jesús Candel es mucho más tranquilo que antes. Habla sosegado, aunque a veces se enerva. Durante la entrevista, también se emociona. Lo hace cuando rememora los mensajes que ha recibido en este tiempo.
Contesta después de una noche en la UVI. "Bien, es durillo todo, otra vez liado", dice sobre las últimas horas, antes de explicar que se ha operado del cáncer de pulmón por la privada.
Opina desde su experiencia como paciente oncológico: "Se habla mucho de los avances para la cura del cáncer, pero al final nosotros decimos: seguimos tratándonos con fármacos de los años 70 u 80 muy agresivos. Es una barbaridad. Si el cáncer no te mata, te matan los tratamientos. O estás sumamente fuerte para aguantarlos o te dan por el culo. Hay que tener el cuerpo, la mente y la alimentación muy cuidada".
Candel tiene claro que contra el cáncer no sólo valen los fármacos. "Echo de menos en la sanidad pública muchos tratamientos que no provengan de la industria farmecéutica", expone. "Hay muchos médicos que hablan de la importancia de la microbiota intestinal, es que es ciencia. Es como el ejecrcicio físico. ¿Por qué no hay preparadores físicos dentro de la sanidad pública? En eso no se va a invertir jamás. Si no se invierte en lo básico...".
Por eso decidió crear la UAPO. Ha puesto en marcha la de Granada, donde habrá una para los granadinos y otra para pacientes que llegan de toda España. "Viene gente de Canarias, La Coruña, Madrid...".
El proyecto ha ganado tantos adeptos en los últimos tiempos que pronto abrirá en Madrid. "En septiembre. Son gente muy conocedora, unos maquinorros que lo han puesto todo. Lo hemos hecho a través de socios. En Madrid tenemos unos 1.800, y unos ingresos mensuales que rondan los 3.000 euros. Están poniendo todos los medios para montar las instalaciones, todo el equipamiento, a través de gente que ayuda y lo costea. La UAPO le ayudará para que los socios madrileños mantengan el coste humano, que es en lo que nos gastamos el dinero", cuenta Candel.
Y es que ese podría ser el resumen. El ciudadano que quiera tener una UAPO en su ciudad puede poner el proyecto en marcha. Sólo tiene que encontrar a la gente que aporte el capital necesario para pagar a los profesionales y encontrar el lugar donde se desarrollará. "Está costando mucho que cedan sitios", advierte Candel.
El médico andaluz agradece mucho a todos aquellos que aportan su granito de arena. La última persona que lo hizo fue una de las limpiadoras del centro granadino. "Esto lo hace gente que tiene dinero y gente humilde que pone su dinero. La señora que trabaja allí de limpiadora, con un sueldo de cualquier mujer de la limpieza, ha comprado una máquina de gimnasio y la ha llevado allí. Dices: tiene huevos, que se ha dejado el sueldo del mes".
Su experiencia le dice que la gente "sabe lo que es el cáncer, pero le cuesta aceptar que los políticos no van a cambiar eso. Hay que invertir en investigación, pero también en implantar cosas ya inventadas". Se refiere al cuidado de la salud en temas de prevención.
"También te digo —prosigue Candel—: la culpa a los políticos, pero usted qué hace. La responsabilidad es nuestra, nosotros podemos cambiar las cosas. Queremos una UAPO, en Granada vamos a hacer dos. Si quiere una en Huelva, pues mueva el culo, no espere que lo hagamos nosotros. 8.000 socios pusieron en pie la de Granada. Es muy fácil, pero la gente no se lo cree. Actúan como los políticos".
La sanidad pública
El fenómeno de Jesús Candel es, a veces, difícil de comprender. ¿Por qué un médico de la sanidad pública que defiende las mejoras en la sanidad pública es criticado en muchas ocasiones por la izquierda? ¿Es la paradoja de Spiriman?
"Sobre todo el PSOE. Para muchos soy el responsable de la caída de Susana Díaz. Sé que lo soy y sé que eso es bueno. Los medios no lo van a decir porque lo que hay detrás es un movimiento social, no el partido de la oposición", apunta sin complejos.
Está convencido de que fue él quien derrocó a una de las baronesas más fuertes del PSOE. "Juanma Moreno me llamó para agradecérmelo", incide mientras explica que le ofrecieron ser Consejero de Sanidad de la Junta de Andalucía y entrar en el PP y en Podemos.
Lo declinó todo. Él no tiene aspiraciones políticas y únicamente pretendía cambiar las cosas a su alrededor, algo que piensa que todo el mundo puede hacer si se mueve.
Sobre la sanidad pública habla claro. "La sanidad no la quieren privatizar sólo los políticos, sino que la quieren privatizar muchísimos médicos de la sanidad pública. Parece que están siempre que si los políticos quieren privatizar... La Sanidad la quiere privatizar mucha gente que trabaja en la Sanidad pública y que luego trabajan también en la Sanidad privada".
Esa es la opinión de Candel sobre el sistema. Recuerda que hay muchos y buenos profesionales en el ámbito sanitario público, pero que también están los que él suele llamar "apesebrados".
"Luego estamos que si los políticos y tal. Todas esas decisiones las adoptan porque médicos y jefes de servicios le dan esas ideas para que esa gente, que se ha formado en la sanidad pública durante muchos años, termine y se vayan a la privada. Y les interesa que la privada también reciba dinero y derivaciones, sobre todo en esos famosos planes de choque para quitar las listas de espera, que es la puerta de entrada para que la gente se vaya cansando. Que parezca que la sanidad pública funciona mal y que se deriven allí pacientes", esgrime.
Reitera la frase del principio: "La sanidad no sólo la quieren privatizar los políticos, sino también muchos médicos de la pública".
Política y elecciones
Ha declinado la oferta para hablar en sus entrevistas sobre política andaluza y elecciones. Sin embargo, Candel no rehúye nunca una pregunta y habla claro cuando EL ESPAÑOL le cuestiona sobre los comicios.
—¿Qué espera de esta jornada electoral?
—Si te digo la verdad, me importa tres pares de cojones quien salga. Sé que mi vida y lo que quiero hacer no depende de ningún político. A la gente que depende de que gobierne un partido u otro pues le deseo suerte, que gane el más votado y ya está, que se pongan de acuerdo entre ellos. A mí no me da miedo ninguno. Ni Podemos, ni Vox, ni tal. Yo conozco gente que vota a Vox, al PP, a Podemos y son magníficas personas los que conozco. Me sorprende que hay muchos socialistas que van a votar a Vox, médicos... Es que no me lo puedo creer. Eso es lo que me ha sorprendido, sobre todo en los pueblos. Lo entiendo, eh, porque la gente sigue creyendo que los políticos son los que van a cambiar su situación. Yo realmente he tenido la experiencia de ver que no. Yo tengo la experiencia de la UAPO, veo que la política se está cargando las instituciones, que los políticos no son gente preparada, que no son gente valiente... Yo siempre digo que cuando votemos a personas cambiarán las cosas y darán la cara por esos 150.000 ciudadanos que los han votado.
Candel atacaba a los políticos por su falta de acción desde sus inicios. Esta vez, no iba a ser menos. En concreto, hablaba de cómo había visto el debate de las andaluzas y atacaba a Teresa Rodríguez: "El otro día, hablando de la sanidad pública, dices: 'Tío, que eres gaditana, que tienes una sanidad pública de mierda en Cádiz'. Que es donde más privatizada está la sanidad en Andalucía. Los conciertos con Pascual, la no sé cuantos... Son un desastre los hospitales de Cádiz. Al Puerta del Mar le llaman los gaditanos el Puerta del Mal. ¿Qué hacéis? La gente dice: no, es que son los políticos, la Junta, es el gobierno central... Mueve el culo".
Vuelve a hacer hincapié en lo que él consiguió en Granada para valorar a Rodríguez. "Y tú, que eres política, eres de izquierda, que se te llena la boca de defender la sanidad pública, que son los grandes defensores de la sanidad pública, porque aquí sólo defendéis la sanidad pública vosotros, los de izquierda, pues mueve el culo por tu provincia, que tu marido —José María González 'Kichi— es alcalde".
No sólo tiene para la izquierda, también para la derecha. "Los de derecha: vamos a quitar tal, vamos a terminar con no sé qué. Coño, que todavía hay hospitales que son ultra del PSOE. ¿Cuántas cosas puedes cambiar? Manada de acomplejados. Podéis cambiar no sé cuántas cosas y estáis manteniendo a los de antes".
"Los de Vox... Vamos a hacer esto, lo otro. Si cada cosa que decís, hacéis la contraria. Unas cosas que te cuentan... Todos hacen exactamente lo mismo. Todos. Prometiendo que van a entrar y todo funciona igual que antes", expone.
Spiriman cierra la entrevista volviendo a incidir en la importancia de la UAPO, de la ayuda en red y de la importancia de movilizarse. "Gracias a ellos estamos haciendo una cosa maravillosa y ojalá las instituciones públicas se den cuenta. Que espabilen y trabajen. Las cosas se cambian siendo excelentes y empáticos".