Jorge Ignacio Palma es un hombre con un rasgo antisocial y narcisista que utilizaba a las mujeres, fundamentalmente a las prostituidas, como objetos con el único fin de satisfacer sus deseos sexuales.
Sin embargo, no sufre ningún trastorno ni enfermedad mental porque sabía perfectamente lo que hacía en cada momento y lo asumía. "No ha tenido ninguna descompensación mental, ni siquiera cuando entró en prisión".
Es la conclusión a la que han llegado los psiquiatras forenses que este lunes han declarado en el juicio que se celebra en Valencia contra el supuesto asesino de Marta Calvo, Arliene Ramos y Lady Marcela Vargas. Palma también está acusado de intentarlo con otras ocho mujeres más en un periodo de 15 meses, desde verano de 2018 hasta el 7 de noviembre de 2019, y se enfrenta a más de 100 años de prisión.
El juicio, uno de los más importantes del año, encara su recta final. Los especialistas que analizaron su comportamiento han apuntado que Jorge tiene rasgos de personalidad "compulsiva" y que se aburre con facilidad. Además, es un hombre que manipula las consecuencias de sus actos y oculta los aspectos negativos de su comportamiento.
El acusado aceptó entrevistarse con los forenses tras consultarlo con su abogada y los peritos han destacado las contradicciones de su relato. Durante la entrevista, le preguntaron por el método que usó para descuartizar el cuerpo de Marta Calvo, tal y como él admitió cuando se entregó a la Guardia Civil, pero los forenses no creen que haya desmembrado el cuerpo de la joven.
Uno de los doctores que este lunes ha declarado ha explicado que Jorge le contó que empezó por la extremidad derecha, por debajo de la rodilla, y que lo hizo porque "se sintió acorralado y era un inmigrante con antecedentes penales".
[Jorge Palma confiesa que descuartizó a Marta Calvo y se deshizo del cuerpo en varios contenedores]
Según el acusado, logró descuartizar el cuerpo de la joven valenciana en apenas dos horas. "El otro médico y yo dijimos que no nos creíamos lo que había contado. Dijo que cortó los huesos con una sierra metálica y es imposible, tendría que ser de madera", han puntualizado los forenses.
En este sentido, los peritos han añadido que contó "que apenas se manchó de sangre, si lo hizo en esa ducha debió bañarse en sangre. Es muy difícil que la pudiera descuartizar por la rigidez del cuerpo", han puntualizado los forenses.
En las últimas semanas, los especialistas en escenas del crimen de la Guardia Civil que han declarado han coincidido con la opinión de los médicos y resaltaron que es imposible limpiar todo tras un descuartizamiento.
"En los últimos años he estado en cinco escenas de desmembramientos, siempre queda algún resto, es imposible limpiarlo todo, hay fluidos que no se pueden quitar, y aunque los limpies a la vista, el olor hubiese sido captado por el perro", dijo uno de los especialistas de la Guardia Civil que desmontó su versión.
Los forenses comparten el análisis policial y han destacado durante el interrogatorio que es extremadamente difícil haber llevado a cabo esta tarea, además del transporte del cuerpo en bolsas de basura, sin haber dejado restos o evidencias.
El plato de ducha donde supuestamente desmembró a la joven mide 1,5 por 0,70 metro, y está rodeado de paredes y de cristales de pavés con unas grandes juntas, según el sumario. Los investigadores coinciden en que es difícil que no hubiesen quedado salpicaduras por todo el muro, pues se trata de un material muy poroso y las evidencias se hubiesen visto.
Mismo patrón
El acusado seguía un patrón de conducta con todas las víctimas. "Todas relatan lo mismo", han puntualizado los médicos.
Jorge explicó a los psiquiatras que recurría normalmente a mujeres prostituidas para tener sexo si no tenía una pareja estable. Según su propio relato, era la única manera de estar con mujeres "guapas".
"La prostitución es una satisfacción y no una masturbación. Al final se trastorna el concepto de sexualidad. Cuando pagas buscas chicas muy llamativas. Son chicas muy guapas que difícilmente se relacionarían conmigo sin pagar", ha leído uno de los doctores con los que se entrevistó. Igualmente, reconoció que solo practicaba fiestas blancas con ellas, no con relaciones estables, y que tenía complejo por su baja estatura.
Los forenses tampoco creen que consumiera cocaína la noche que estuvo con Marta en el mes de noviembre de 2019. En este sentido, han aclarado que las muestras de cabello analizadas no han hallado presencia de la droga: "Uno no se toma tres gramos de cocaína y se duerme. Es lo que cuenta él y yo como médico digo que no. Que o no se toma la cocaína o no se duerme".
"Un consumo puntual podría haber pasado por alto pero no es cierto que consumiera en las cantidades que él ha dicho, sobre todo de cocaína", ha añadido.
Intento de suicidio
Jorge también explicó a los forenses que intentó suicidarse, aunque más tarde lo negó. "Nos contó que hizo una carta con ideas autolíticas cuando pasó el caso de Marta pero dice que no intentó suicidarse porque venía su madre al día siguiente".
A su madre, que ha rechazado declarar en este juicio y con la que mantiene un vínculo emocional especial, la calificó durante la entrevista como un "ángel"
La madre de Jorge Palma acudió dos veces a declarar al cuartel en relación con la desaparición de Marta Calvo en noviembre de 2019. En la primera, la mujer relató a los agentes que disponía de dos viviendas alquiladas a su nombre pero que utilizaba su hijo, una en Manuel y otra en Ollería, ambas localidades en Valencia, y les facilitó dos números de teléfono del acusado. También dijo que el fin de semana posterior a la desaparición de Marta, ella llegó a Valencia por motivo de un cumpleaños y no notó nada extraño en su hijo.
La madre del acusado volvió a aparecer ante la Guardia Civil el 2 de diciembre de forma voluntaria y entregó ropa de su hijo y un iPad. En ese momento, los agentes le dijeron que si su hijo no había hecho nada, debía dar la cara. Si no, difícilmente le iban a creer.
Justo dos días después, Jorge Ignacio se entregó. "Por este motivo estoy convencido de que madre e hijo estaban en contactos telefónicos mientras el acusado estaba huido", según declaró el jefe de Homicidios durante su testimonio en el juicio.
La vista de este lunes ha tenido que suspenderse tras una indisposición de uno de los abogados de la acusación, Juan Carlos Navarro, y está previsto que en la próxima sesión declare el acusado. No obstante, todo apunta a que se acogerá a su derecho de no declarar.
Jorge Ignacio se enfrenta, tal y como reclama Fiscalía, a 130 años de cárcel por 11 delitos de abuso sexual, tres de ellos como medio necesario para un delito de homicidio y siete para un delito de lesiones, y otro contra la salud pública.
Por su parte, los padres de Marta Calvo, quienes ejercen en el procedimiento como acusación particular, piden para el acusado la prisión permanente revisable. Las otras víctimas personadas en la causa también reclaman esta pena. La defensa sigue reclamando la absolución.