Pedro Alfonso Casado llevaba cerca de una hora y cuarto en la escena del crimen. Era la madrugada del pasado viernes 1 de julio y El Chiqui llevaba toda la noche atrincherado y armado en una vivienda tras asesinar a un amigo. Perico, teniente coronel de la Guardia Civil con una amplia experiencia en negociación, se acercó a la puerta del lugar para hacer entrar en razón al homicida. A las 8.15 horas sonó otro disparo en Santovenia de Pisuerga (Valladolid). Una bala de rifle atravesó la puerta del inmueble y el casco de Perico hasta impactar en su cabeza. El guardia civil murió este martes tras cuatro días peleando por su vida en el Hospital Clínico de Valladolid.
Este suceso ha causado una profunda conmoción en el seno de la Guardia Civil. El teniente coronel Casado estaba al mando de la Unidad Especial de Intervención (UEI), el equivalente a los GEO en la Guardia Civil. Esta unidad fue especialmente notable por ser la que liberó al funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, una operación en la que Perico participó personalmente, según confirman fuentes de la Benemérita a este periódico.
“La verdad es que estamos pasando momentos muy dolorosos”, asegura un compañero del cuerpo en conversación con este diario. “Era una excelente persona, muy gran jefe y sobre todo un gran guardia civil, lleno de vida y alegría”. Paradójicamente, el teniente coronel recibió el disparó el mismo día que se cumplían 25 años de la liberación de Ortega Lara del zulo de ETA donde permaneció 532 días.
Aunque nació en Vitoria, desde pequeño se crió en Sahagún (León), donde tiene raíces su madre. Era huérfano del cuerpo, ya que su padre también fue guardia civil. Salió de la Academia de Zaragoza en 1998, al año siguiente entró en el GAR, es decir, los Grupos de Acción Rural, y un año después acabó en su destino actual: la UEI, con base en Valdemoro. Desde que la unidad adoptara ese nombre, en 1982, ha realizado más de 375 operaciones y logrado la liberación de 563 rehenes; además de anotarse la detención de 640 personas, 141 de ellas miembros de comandos terroristas.
Tras ser capitán y comandante, en 2016 fue nombrado teniente coronel. Los que le conocieron le definen como un “líder” y un amante de su trabajo. Actualmente, su madre y su hermano viven en la capital leonesa. El guardia civil estaba casado y era padre de dos hijas.
Perico se tuvo que desplazar desde Madrid para liderar el operativo provocado por el asesinato de Dionosio Alonso Pardo a manos de Pablo Antonio Santamaría Herranz, más conocido como El Chiqui. Todo empezó el pasado jueves en torno a las 23:30 horas. Fue cuando la Guardia Civil recibió los primeros avisos de una reyerta en la que estaban implicados tanto Chiqui como su víctima, además de otra decena de personas.
Ya dispersada la pelea, casi a las dos de la madrugada, Chiqui mató a Dionisio, de 45 años, y se atrincheró armado en su casa del número 8 de la calle Alfredo Martín. El hombre aseguró tener rehenes, pero resultó ser falso. Solo estaba con él su yerno.
[“Santovenia no es un barrio marginal ni de mercheros”]
Poco antes de que se alzara de nuevo el sol sobre Santovenia, el teniente coronel se presentó en el pueblo para hacerse cargo de la situación. Tras pasar apenas una hora y cuarto en el lugar recibió el “disparo a ciegas” del parapetado homicida. El arma homicida era un fusil Mauser de cerrojo y alto calibre, tal como comprobaron los agentes después de que Chiqui se entregara tras más de 12 horas atrincherado.
"Era un miembro más"
“Disfrutaba con su gente de la Unidad, era un miembro más a la hora de algún servicio”, añade un compañero todavía consternado por lo sucedido. “Fumaba su puro el día de la patrona lleno de felicidad y con orgullo. Era un gran esposo y padre”.
Los mensajes de apoyo a la familia y a los compañeros de Perico se han sucedido a lo largo de todo este martes desde las más altas esferas de la política. “Mi sentido abrazo a la familia y compañeros de Pedro Alfonso”, ha tuiteado el presidente del gobierno Pedro Sánchez.
“Mi más sentido pésame y apoyo a su familia, amigos y compañeros”, ha escrito el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco también en su cuenta de Twitter.
En términos similares se han expresado el secretario general del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca; el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García Gallardo; la secretaria general de Ciudadanos, Inés Arrimadas; o el presidente de la Diputación de Valladolid, Conrado Íscar.