Con solo cinco años de experiencia, Iván Merino se ha convertido en uno de los mejores pilotos de drones del mundo y en el mejor de España. El gaditano ha contado a EL ESPAÑOL su trabajo para programas de televisión como El Hormiguero, equipos de fútbol, de ciclismo, e, incluso, con pilotos de MotoGP, que le reclaman para que les grabe con sus drones que llegan a alcanzar los 200km/h y se cuelan por los sitios más insospechados.
Merino también ha sido abanderado de la selección española en campeonatos del mundo en Corea o China, donde ha llegado a competir, a sus 29 años, con niños de solo nueve que se ponen las gafas para pilotarlos y, como en un videojuego, le disputan el triunfo a los más veteranos.
—¿Cómo comenzó todo?
—Esta afición viene porque mi padre volaba en parapente y, para que no me acabara subiendo a uno con él, desde los tres años mi madre me compraba aviones de radio control porque no existían los drones. Pero no lo consiguió porque, aparte de volar drones desde el suelo, también vuelo por el aire con un parapente. Me da más respeto el paracaidismo o el puenting porque cuando salgo con el parapente yo lo inflo y me saca él a volar, no me tiro al vacío. Esa sensación que le gusta a mucha gente, para mí es demasiado y me crea inseguridad, prefiero volar, que me suba el aire, sentirte un pájaro… es un subidón indescriptible.
A raíz de todo lo que me gustaba, la aerodinámica, los aviones, la Formula 1… me metí a estudiar Ingeniería Aeroespacial. Recuerdo que en la clase de propulsión me llevé una hélice rota de uno de mis aviones de radio control para estudiar su aerodinámica, y fue cuando mi compañero me habló de los drones de carreras y me vendió mi primer dron por 20 euros.
Como la competición, la Fórmula 1 y las motos también me gustan, pensé que eso fusionaba mis dos pasiones y tenía que probarlo. Lo hice, vi que se me daba bastante bien, me apunté a un campeonato, luego llegaron los patrocinadores, conseguí el segundo puesto en la Copa del Mundo y hasta el punto de fichar por el patrocinador más importante de mi carrera, que es Umiles. Gracias a esa habilidad certificada por la competición me llaman de muchos proyectos porque saben que no le vas a dar a un actor o a una moto a 200 km/h.
—¿Cuáles fueron los primeros vídeos que hizo?
—Como el dron lleva una cámara, empecé haciendo algunos vídeos a nivel amateur. Un día fui con mis amigos, como aficionado, a un festival de parapente donde estaba Canal Sur haciendo unas grabaciones, vieron mis vídeos y les gustaron tanto que los emitieron. Empezó a correrse la voz no solo por como los hacía, sino mi gusto audiovisual.
Llegó 'El Hormiguero'
El programa de Antena 3 ya ha recurrido en varias ocasiones durante esta temporada a Iván Merino para impresionar a sus invitados. Uno de los más espectaculares coincidió con la visita del cantante Pablo Alborán. Marron ofreció al artista y a Pablo Motos ver algo nunca antes emitido en televisión, que un dron consiguiera grabar el fuego propulsado a 20 metros por un lanzallamas, en directo para los millones de espectadores que siguen a diario el espacio producido por 7yAcción.
La idea surgió del equipo de ciencia de El Hormiguero, que vio un vídeo viral de un chico americano donde, en un campo abierto, perseguía con el dron a un lanzallamas y se metía en el humo final. Entonces llamaron al patrocinador de Merino, Umiles, por si lo podían recrear en las instalaciones del programa. “La diferencia es que ese vídeo estaba hecho en campo abierto y yo lo tuve que hacer en el parking de la productora, que es más pequeño y en directo delante de millones de espectadores”, recuerda el piloto. Para ensayar y ver cómo lo podía hacer, días antes de la emisión fueron a un aeródromo para medir la longitud de la llama y lo que se podía acercar con el dron al fuego.
El 17 de enero de 2022, día en el que Alborán iba air a presentar su nuevo disco al programa, Merino y su equipo realizaron dos vuelos de prueba en el plató antes del directo, uno para ver in situ el espacio que tenían y, el segundo, para ver hasta donde se podía acercar el dron al fuego, pero se aproximó tanto que se chamuscaron las hélices.
“Querían que me acercara lo máximo posible a la llama y tanto lo hice que me crucé por la bola de humo cuando todavía no era negro, era un poco naranja, y se derritieron las hélices. Ahí supe donde estaba el límite. Las cambié y en el directo me acerqué justo hasta ahí”, afirma el gaditano. Aquel día tuvieron que estar en permanente contacto con la torre de control del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas avisando cuando iban a volar el dron en el programa y cuando iba a aterrizar ya que no se pueden hacer esas maniobras sin comunicarlo por si interfiere en el espacio aéreo de la ciudad. También recuerda de aquel día que “son muy atrevidos porque yo no sé si me atrevería a dejar que me pasaran un dron entre las piernas, pero Pablo Alborán y Pablo Motos sí lo hicieron”.
Marron llegó a calificar a Merino como el mejor piloto de drones que hay es España y tanto le gustó a Motos su exhibición de maestría a los mandos del dron que volvió a reclamarle el pasado mes de marzo, coincidiendo con la visita de Roberto Leal, Omar Montes y Norma Duval, que acudieron para presentar la nueva temporada de El desafío. En esa ocasión mostró sus dotes controlando la velocidad del dron de carreras y su destreza a la hora de moverse por lugares reducidos.
“Hicimos una salida a 90 km/h, que era el máximo que daba el plató, porque ese dron se puede poner hasta a 180 km/h. Tenía que controlar la potencia al tener que pasar por unos aros de fuego que eran hasta cuatro veces más pequeños que las puertas por las que pasa normalmente, tuve que meterme muy despacio para no darle”, explica el gaditano, que destaca la amabilidad que tuvo Pablo Motos con él: “Fue muy majo y atento. Puso en valor mi trabajo y se lo agradezco un montón”, afirma Merino.
Ha pasado por Zapeando, Estudio Estadio, Marca, AS, en programas de Canal Sur… Aunque, de momento, no le han llamado para participar en series o películas. Ha hecho de la publicidad su especialidad ya que se usan drones más pequeños y ligeros que los de los rodajes, y se le da mejor su pilotaje. Merino tiene una especial habilidad para meterlos por recovecos que es donde está, en su opinión, la diversión.
En sus vídeos en Instagram se pueden ver algunos de sus trabajos para hoteles donde puede poner el dron a 80 metros de altura y, repente, meterse por una ventana de la habitación; la grabación por dentro del estadio de La Cartuja antes de disputarse la última Copa del Rey de fútbol o siguiendo al equipo ciclista de Movistar.
Sigue estrellando drones
No obstante, Merino reconoce que ha perdido la cuenta de las veces que ha estrellado sus drones entrenando, sobre todo al principio, como aquel de 20 euros que le compró a su compañero de universidad. En carrera siempre busca el límite, hasta donde puede llegar, que es cuando se estrella, pero es que esa es la única forma de mejorar: caerse para encontrar la meta.
¿Qué sensaciones tiene pilotando y compitiendo con un dron?
Siento adrenalina, velocidad, la tensión de que te estás jugando un campeonato, todo lo que llevas entrenado te lo juegas ahí en rondas de un minuto porque la batería a esas velocidades de 180km/h dura muy poco. Al ganar es emoción, descarga de nervios… cuando pruebas la victoria, trabajas y entrenas para volver a sentirla todas las veces que puedas. Mi mejor posición en un campeonato fue segundo en el último mundial, que me ganó un ruso. Pero llevamos un par de años en los que no hay ranking individual, ni a nivel español ni mundial por la pandemia. En junio ya vuelve la Copa del Mundo, las carreras a nivel nacional…
¿En las competiciones hay gente de todas las edades?
En algunas me he encontrado niños de hasta 9 años que se ponen las gafas, cogen el mando y pilotan tan tranquilos. Ellos no diferencian si el dron se rompe y hay usar horas para repararlo o si están en un videojuego, donde le das a reiniciar para volver a jugar. Esos chavales tienen una ventaja psicológica respecto a sus rivales, no tienen conciencia de lo que se están jugando y van más tranquilos. Si piensas el dinero que llevas detrás, lo que ha costado llegar a la competición y todo lo que te estás jugando por los patrocinadores… luchas con más presión que ellos. También tienen mejores reflejos, porque este es un deporte en el que juegan un papel muy importante. También hay varias chicas compitiendo con nosotros, incluso una de las españolas era la segunda del mundo en categoría femenina.
La importancia de los patrocinadores
Con tanto entrenamiento, competiciones, programas, grabaciones, Merino dispone de un gran fondo de armario de drones compuesto por unos 25 aparatos, entre los de trabajo y competición. Uno lo usa exclusivamente para entrenar por si se da algún golpe que “sufra él”, y a las carreras lleva otros cuatro nuevos a estrenar. El piloto, en total, lleva más de 12.500 euros repartidos por todo su equipo: 25 drones (300€ cada uno); las mismas gafas y mando para controlarlos a todos (1.000€); unas 40 baterías para cada día de entrenamiento “porque duran muy poco” (35€ cada una); otros 15 cargadores (180€ cada uno) para recargarlas. A todo habría que sumarle los recambios de motor, hélices, chasis…
“Mejor no hago cuentas porque el grifo no para, pero para eso están los patrocinadores. Ellos juegan un papel fundamental porque conozco a amigos que eran muy buenos, pero se han tenido que retirar porque entre viajes, inscripciones, material… más el papel psicológico que juega el que te de igual arriesgar para llegar al límite en los entrenos, que otros pilotos sin patrocinadores no pueden hacer”, destaca.
Merino cuenta con el patrocinio de Umiles, la bebida energética Raw (marca que también tiene como imagen a pilotos como Fernando Alonso o Álex Espargaró), Perpetuum, Brutepower y Hyundai Permotor. También un seguro de responsabilidad civil a terceros por si, por ejemplo, rompe un cristal o algún elemento de los estadios u hoteles que graba ya que, por ley, tiene que tener uno de hasta un millón de euros. Pero si el dron se rompe, no lo cubre el seguro.
Acelera más que Alonso
La velocidad de aceleración que pueden alcanzar los drones de Merino es capaz de superar a los vehículos de los mejores pilotos del mundo en Fórmula 1 o MotoGp: “Como tienen una batería muy pequeña puede alcanzar una aceleración de 0 a 180 km/h en un segundo, ganarían a Marc Márquez o Fernando Alonso arrancando”. El gaditano recuerda que, en una ocasión grabó al catalán en el circuito de Jerez, alcanzando la velocidad punta de su dron, los 200 km/h: “Si un ser humano fuera montado encima, no podría aguantar esa reacción”, explica. Tanta es su velocidad que en las tomas que hizo de Márquez, en las curvas le tenía que esperar a la salida aguantando el acelerador del dron, luego ya el piloto de motos se alejaba al ir más rápido su moto en recta: “Había un momento de sincronía muy bonito entre que él va más lento en curva y yo que salía antes”, recuerda Merino.
El piloto está muy apegado a su tierra y a su pueblo, Jimena de la Frontera (Cádiz), de donde no se piensa mudar pese al aumento de trabajo de los últimos años, ya que le encanta su clima, está cerca de la playa, de la montaña, allí vive su familia, su novia… Además, el ayuntamiento del pueblo le ha cedido las instalaciones del campo de fútbol para poder entrenar y, como el espacio aéreo de la localidad no está restringido, no tiene que estar pidiendo permisos a torres de control como le pasaría en cualquier ciudad (como en Madrid cuando visitó El Hormiguero) facilitándole mucho las cosas. “Como los trabajos y competiciones son en cualquier lugar del mundo, que más me da estar en un pueblo si voy a tener que viajar”, admite Merino.
¿Cuáles han sido los mejores viajes que ha hecho por su profesión?
Los más lejos que he ido ha sido al Mundial de China como abanderado de la selección y capitán. También he ido un par de veces a la Copa del Mundo en Corea porque llamaban al primero de cada país. Por trabajo he estado en la Capadocia siguiendo el salto de un paracaidista desde un globo, en Riviera Maya grabando hoteles espectaculares por fuera y por dentro, ya que una de mis habilidades es hacerlo en interiores gracias a mi entrenamiento en sitios muy pequeños y los puedo meter por puertas, habitaciones, ventanas… El sitio más reducido por el que he metido el dron ha sido por el alerón trasero del coche de Fernando Alonso con el que ganó el Mundial de 2005 en su museo. Además, como es una pieza única, no podía ni rozarlo que no hay recambios ¡menuda presión!