Silvia Idalia Serrano, la mujer que se debate entre la vida y la muerte en la UCI del hospital de La Paz en Madrid por una presunta mala operación estética, ha salido "esta semana" del coma inducido en el que estaba desde principios de mayo tras experimentar una "leve mejoría" en su estado. "Los médicos nos han dicho que no es bueno que esté tanto tiempo en coma inducido", ha explicado una fuente perteneciente a su familia a EL ESPAÑOL. Pese a ello, la mujer a la que le practicaron una triple cirugía estética "sigue teniendo el 30% del cuerpo en carne viva y está sedada de cuello para abajo", ha añadido. Su estado "sigue siendo muy, muy grave".
Aunque no han intervenido la cara de la mujer de 34 años, pues las operaciones se centran principalmente en glúteos y abdomen, su rostro está “claramente envejecido”, añaden sus familiares. De hecho, su novio, Daniel Poyato, visita cada día a su pareja, que, aunque no puede hablar a causa de una traqueotomía, ya puede comunicarse gesticulando, asintiendo y negando con la cabeza. Pero tanto ella como su familia siguen viviendo un calvario que se encuentra en fase de instrucción en el Juzgado de Instrucción número 46 de Madrid.
Este tribunal, de hecho, ha imputado a dos personas y a la Clínica CEME por el caso de Silvia Idalia. Concretamente, la denuncia les señala como autores de un presunto delito de lesiones por imprudencia, derivados de unas presuntas negligencias ocurridas a finales de abril y principios de mayo de este año.
Silvia se operó el 29 de abril de una reducción de pecho con liposucción y transferencia a glúteos en la Clínica VOT de Madrid, uno de los centros donde CEME realiza las operaciones. Al día siguiente de la intervención Silvia recibió el alta pese a que el gotero por el que se le tendrían que haber suministrado los antibióticos y analgésicos estaba obstruido.
Pese a esto, la paciente fue enviada a casa con total normalidad. Durante los seis días siguientes, Silvia contactó en múltiples ocasiones con la clínica y les contó que sufría fuertes dolores, fiebre, mareos, vómitos y desmayos. La clínica insistió en que eso entraba dentro de la normalidad.
El miércoles 4 de mayo, sumida en terribles dolores, Silvia y su pareja, Daniel, acudieron a un hospital de día donde CEME gestiona las urgencias. Una vez allí, los médicos aseguraron que no había motivo para preocuparse y que los dolores, vómitos, mareos y fiebre entraban dentro de la normalidad. “En la primera visita no le hicieron ninguna prueba ni nada”. La clínica, por su parte, niega este punto y asegura que fueron los propios doctores quienes citaron a Silvia en Urgencias.
El jueves 5, llegó la segunda visita, donde le realizaron unos análisis que presuntamente no arrojaron ningún dato fuera de lo normal, más allá de la hemoglobina algo baja. De nuevo, de vuelta a casa. Fue ya en la tercera cuando le hicieron un electrocardiograma y vieron que algo no funcionaba como debía. Lo siguiente fue pedir una ambulancia del Samur que trasladó a Silvia muy grave hasta La Paz. Desde entonces, la mujer de 34 años ha estado en coma inducido, hasta esta semana. Sin embargo, su vida sigue en peligro y su estado sigue siendo de extrema gravedad.
[Tres imputados por el caso de Silvia, la mujer en la UCI tras una operación de cirugía estética]