No hay más constancia de su presencia que un par de cortes de vídeo superpuestos. Las piernas abiertas sobre la mesa, camisa negra, corbata roja. Los ojos entrecerrados, la barba incipiente, desordenada, la sonrisa guevariana, el piercing, los aros, la coleta. Todos estos elementos no son suficientes para reconocerle en pantalla, y el panel aclara: “Pablo Iglesias, presentador de La Tuerka”. Es 16 de noviembre de 2012, nueve y media de la noche, y un profesor de Ciencia Política se estrena en laSexta.
El programa se llama La Sexta columna, un semanal que en ese momento lleva menos de un año en antena y que acaba de estrenar su segunda temporada bajo el mando de otro que también se viste de negro pero sin corbata, el director Antonio García Ferreras. El tema de hoy es comentar el “año uno” del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y eligen al de la coleta como uno de sus analistas. Por ser la primera vez no visita los estudios de San Sebastián de los Reyes, sino que mandan una cámara al plató de La Tuerka en Puente de Vallecas.
Cómo este desconocido ha acabado apareciendo en prime time es algo que ni el mismo Ferreras se explica. Pablo Iglesias viene recomendado por César González Antón, director de Informativos, y Javier Gómez Santander, entonces presentador, ahora jefe de guionistas de La Casa de Papel. El dúo le ha echado el ojo a ese programa autoproducido en Canal 33 que tanto conecta con el público del 15M y deciden darle una oportunidad al de la coleta. “A ver qué tal funciona”. Ferreras acepta, pero con reservas. Es el inicio de una relación que esta semana, tras años de desmanes, ha estallado por todo lo alto tras la publicación de los conocidos audios de Villarejo.
El director de EL ESPAÑOL, Pedro J. Ramírez, recordó el pasado martes en TVE lo peligroso que es utilizar un corte manipulado y editado intencionadamente. "Me pareció mal cuando se usó contra Dolores Delgado y me parece fatal que se ponga en entredicho a Ferreras por un corte parcial. Más aún se acepte como fuente de autoridad a Villarejo".
Todavía nos faltan años para hablar del audio. Volvamos a 2012. Esa pequeña aparición de un minuto, sumada a un debate de La Noria (Telecinco) en marzo de 2011, fue el primer espacio de Iglesias en televisión, pero el profesor no funcionó en pantalla. No fue hasta el año siguiente, el 25 de abril de 2013, que se consagró como el animal catódico que toda España terminaría conociendo. Lo haría jugando en campo rival, Intereconomía, solo ante el peligro entre conservadores, pero practicando el deporte que mejor se le ha dado siempre: la tertulia política.
Brilló, y en menos de un mes dio el salto a Las Mañanas de Cuatro con Jesús Cintora, recién nombrado presentador. Era una época distinta y la televisión lo era todo para la política. Comenzó el programa en mayo de 2013 con una mesa de jóvenes promesas: Pedro Sánchez, Pablo Casado, Pablo Iglesias, Albert Rivera y Alberto Garzón. Una premonición de lo que estaba por venir, pero duró poco para el de la coleta.
“Con él sí que tenía muy buena relación, Cintora descubrió a Pablo por YouTube, coincidieron en Intereconomía y luego empezó a llamarle como colaborador para Cuatro”, confirma una fuente cercana a Iglesias en aquellos años. Al poco, de las mañanas pasó a las noches y a la competencia, de vuelta a laSexta, pero en un horario mejor.
Esta vez fue Ferreras directamente el que le llamó, sin intermediarios. “Era pasar de la mañana a las noches, que en ese momento era una locura”, añade la misma persona. El tablero había cambiado, y el profesor de universidad que hace un año aparecía brevemente en La Sexta columna se había transformado en un greñudo simpático de sonrisa socarrona que atizaba a los fachas con verbo bolivariano y gracia vallecana. Tenía las tablas para convertirse en un tertuliano de izquierdas de éxito. Esta vez sí.
De tertuliano a político
La historia que separa al Pablo Iglesias tertuliano de 2013 al Pablo Iglesias político de 2014 es de sobra conocida: cómo el profesor se convirtió en polemista, el polemista en líder de opinión y el líder de opinión en líder de partido. Entremedias, es imposible explicar su trayectoria sin la presencia de una cadena, laSexta, y de un periodista, Antonio García Ferreras.
Hasta dar su salto a la política, Iglesias redondeaba su nómina universitaria de 913,45 euros con las tertulias, a unos 250 euros por aparición. Acudía a los platós solo, sin argumentario ni equipo, subido en su scooter rojo y con la misma mochila que durante años llevó al Congreso de los Diputados. Al otro lado del teléfono, el grupo fundador de Podemos se reunía cada sábado en un salón para ver laSexta Noche, el programa del momento, escudriñar el debate y enviar a Pablo datos, ideas y reacciones en directo. Al acabar se reunían en un bar de la calle Argumosa para valorar la intervención y preparar la siguiente.
De hecho, fue en aquel plató de laSexta Noche donde Iglesias vivió -también en directo- el inicio de su carrera política. Fue el sábado 18 de enero de 2014, el día después de presentar Podemos en sociedad y comprometerse a liderar una candidatura para las elecciones europeas si obtenía 50.000 avales. Esa misma noche, los amigos que se reunían en un salón para ayudarle por WhatsApp le confirmaron que había conseguido 80.000, casi el doble.
Ese día murió Pablo el de la Tuerka y nació Iglesias el de Podemos. Sus apariciones en el programa empezaron a menguar, pero su cuota en pantalla no dejaba de crecer, más aún después de las elecciones. Una de sus últimas intervenciones fue el 3 de mayo de 2014, un mes antes de las elecciones, en un debate sobre nuevos partidos con Alejo Vidal-Quadras (Vox), Elpidio Silva (Movimiento Red), Laura Duarte (Pacma), Javier Nart (Ciutadans) y Jordi Sebastiá (Compromís), y cerró la etapa el 13 de julio, en un duelo contra Esperanza Aguirre y Eduardo Inda, acudió por última vez como opinador y empezó a aparecer como político.
A partir de entonces, Ferreras lo sacó de laSexta Noche y lo reclamó como contertulio y entrevistado recurrente en Al Rojo Vivo, el rival eterno del amigo Cintora en la franja de mediodía. Un formato nuevo, mitad tertulia, mitad telediario, mitad retransmisión en directo, que mantenía el pulso de la actualidad y permitía a los políticos brillar junto a los periodistas. Juntos en pantalla, la relación Ferreras-Iglesias dio un salto acorde a sus carreras. Al menos, de cara al público.
“Siempre fue un matrimonio de conveniencia”, resume el antiguo colaborador de Iglesias. Periodista y político se veían poco, casi nada, pero compartían charlas telefónicas y mensajes constantemente para cuadrar horarios e intervenciones. Eran cordiales, afables y cercanos, pero cautos, intermediados por César González Antón, el director de Informativos que se fijó en Iglesias la primera vez, y Jaume Roures, dueño de Mediapro. “Pero nunca fueron realmente amigos, el amigo de Ferreras siempre ha sido [Eduardo] Inda. Con Pablo simplemente se venían bien, pero los dos sabían que iba a estallar".
Antonio el de laSexta
Antonio García Ferreras se apoya sobre la mesa. Lleva años sin calzarse el micrófono, sin prepararse un guion y sin posar delante de la cámara, y está nervioso. Aparece en antena de cuerpo entero, con vaqueros grises, el pelo un poco más negro, los temblores un poco más rápidos y el mismo traje de siempre. Arranca a hablar a las once de la noche, 10 de enero de 2011: “No nos valen las hipérboles ni las medias verdades. Aquí comienza Al Rojo Vivo. Esto es laSexta 2”.
Al otro lado de la pantalla hay café de máquina, una jarra de agua caliente, un par de cervezas en la nevera y una pizza fría. Un grupo de politólogos está pendiente del espacio sin saber que, con el paso del tiempo, sus caras acabarán ocupando ese mismo espacio. En el plató, Ferreras tampoco es consciente de que acaba de inaugurar el que pronto será el espacio de debate e información política más influyente de España. De momento es un marrón.
El director de la cadena no quería presentar Al Rojo Vivo, pero no encontró una alternativa mejor entre su parrilla de periodistas y lo hizo él mismo, al menos temporalmente. En menos de un año laSexta se fusionará con Antena 3 para formar Atresmedia, el grupo actual. Desde el principio, la función de la cadena “pequeña” será apostar por la información política que empieza a interesar en los albores del 15M. También sus protagonistas.
En esos años, entre 2011 y 2012, Ferreras empieza a dirigir su programación hacia un público joven, de izquierdas, identificado con las movilizaciones y recientemente interesado en la política, a pesar de que Antena 3 siempre había sido una cadena conservadora. Ferreras quería ser distinto para sobrevivir, y así convenció a Mauricio Casals, presidente del diario La Razón y adjunto a la presidencia de Atresmedia.
Porque si algo sabe hacer Ferreras es adaptarse. Cuando las cosas se pusieron feas en su primera etapa en Cadena SER se fue al Real Madrid, cuando Florentino Pérez cayó se sumó a laSexta, cuando Podemos era “sexy” se arrimó a los morados y, como era de esperar, cuando dejaron de serlo volvió a girar el timón. Las caras, ya se sabe, son tan importantes como los temas.
2016, el año de Granadinas
Al mismo tiempo, la televisión tritura carne y requiere caras nuevas constantemente. A Podemos y a Iglesias les tocó a partir de 2016, el año en que se estrenó como diputado en el Congreso. El año de la repetición electoral, del piso de Espinar, del asalto de Cañamero, del fraude de Echenique, de la beca de Errejón, de la empresa de Monedero y de la cuenta de Iglesias en Granadinas. El año que vivieron peligrosamente.
Desde Podemos, la visión sobre lo que ocurrió o dejó de ocurrir en 2016 es meridianamente clara: una campaña de acoso y derribo mediático y judicial, con informes falsos y casos exagerados por parte de los medios, señalan dos fuentes cercanas a la dirección de la época. Por parte de laSexta, que retransmitió todas las informaciones, la visión es bien distinta: había que publicarlo.
Comenzó pronto, el 12 de enero, un día antes de que se constituyeran las Cortes de la XI Legislatura en las que Podemos se estrenaba en el Congreso y en pleno debate sobre los posibles pactos de Gobierno. OK Diario, El Confidencial y laSexta son los primeros en publicar el informe PISA (Pablo Iglesias Sociedad Anónima), una información falsa que señalaba a los morados como receptores de dinero iraní. Dos días después, la información se amplía con más euros de Venezuela.
La tónica se mantiene durante meses, hasta las elecciones de junio, con distintos casos -reales, dudosos o falsos- que afectan a las caras más reconocidas de la formación, y por primera vez con laSexta como altavoz contra los morados. Desde Podemos señalan mayo como el mes clave de la operación, primero porque se disolvieron las Cortes, segundo porque las encuestas les daban el sorpasso y tercero, sobre todo, porque se publicó la guinda del pastel de la desinformación.
Solo dos días después de la convocatoria, Eduardo Inda, que había compartido tertulias, peleas, querellas y ataques con Iglesias en laSexta publicaba publicaba a través de OkDiario el documento que venía a confirmar lo que las informaciones anteriores sugerían: una orden de pago a nombre de Pablo Iglesias por orden del Gobierno venezolano sobre una cuenta en el paraíso fiscal de Granadinas. Al Rojo Vivo, con Ferreras al frente, se hace eco de la noticia en exclusiva y publica unos papeles que a la postre se demostraron falsos.
“Inda, voy con ello”
Si la relación entre Ferreras e Iglesias no estaban en los mejores términos, el escándalo de Granadinas fue la gota que colmó el vaso. El portavoz de Podemos entró en directo a desmentir la información, pero “la voladura”, como la define el excolaborador, “ya estaba descontrolada”.
Esta semana han salido a la luz, publicados por Crónica Libre, los audios de una conversación mantenida el 17 de mayo de 2016 entre Antonio García Ferreras, Mauricio Casals, el empresario Adrián de la Joya y los comisarios de Policía José Manuel Villarejo y José Luis Olivera. En ellos, el periodista reconoce, en un corte manipulado y editado, que dio voz a la falsa cuenta de Pablo Iglesias en Granadinas a sabiendas de que no estaba contrastada.
Por entender el contexto de la conversación, el audio se graba justo medio año antes de que Pedro Sánchez fuera defenestrado de la Secretaría General del PSOE (1 de octubre de 2016) y medio año después de que Podemos entrara en el Congreso (20 de diciembre de 2015) con 69 diputados y cinco millones de votos. Ocurre también dos semanas después de la convocatoria de elecciones.
En la charla, que parece distendida, Ferreras y Villarejo bromean sobre cómo laSexta facilitó el ascenso de Podemos dándoles pábulo en los años en los que la relación con Iglesias era cordial. No obstante, otro audio del comisario publicado en exclusiva en EL ESPAÑOL señalaba que esto formaba parte de una estrategia de Casals para hacer “un sándwich al PSOE” -y a Ciudadanos- en beneficio del PP.
“Yo le dije ‘Eduardo, esto es muy serio, yo voy con ello, pero esto es muy delicado y es demasiado burdo’”, reconoce Ferreras. “Estos son bolivarianos, claro que nunca se han ocultado. Ahora, yo no creo que Pablo Iglesias abra una cuenta en las Granadinas a su nombre, dos apellidos, para que Maduro, el día que se escribe Podemos, le mande doscientos mil euros. Joder, son bastante más listos que todo eso”, se recoge en el audio.
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