Los espectadores estaban acostumbrados a ver a Raúl Gómez recorriendo cientos de kilómetros ataviado con sus divertidas camisetas y cruzando metas de carreras por todo el mundo. Pero desde principios de julio, el barcelonés cambió los pantalones cortos, las camisetas de tirantes y las zapatillas por pantalones largos, otro tipo de calzado, camisa y chaleco para presentar Te ha tocado en RTVE.
En este cambio de registro, Gómez se ha puesto al frente de un concurso en La 1 donde 30 participantes juegan por llevarse multitud de premios, tan variados como un set de escritorio, un flotador de flamenco, una vuelta en globo o un viaje a Nueva York. Todas estas pruebas tienen un objetivo final: llevarse el dinero del bote que irá aumentando según avancen los programas.
EL ESPAÑOL se reunió con Gómez en el carril bici del madrileño barrio de Montecarmelo, con multitud de corredores y ciclistas como telón de fondo, para charlar sobre su actual proyecto, sus inicios en televisión y, como no podía ser de otra manera, sobre running.
Sus inicios como Elvis
Tenacidad. Es una de las palabras que podrían definir a Raúl Gómez, porque gracias a ella ha llegado a ser una de las caras más reconocidas para los espectadores… y los corredores. El barcelonés no lo tuvo fácil en sus comienzos, donde, para dar rienda a su divertida personalidad hacía figuraciones de Papá Noel o de doble de Elvis Presley en fiestas, bodas, bautizos y comuniones entreteniendo a los niños.
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“Desde siempre me ha gustado el cachondeo, la tontería, llevar la sonrisa por bandera. Incluso llegué a hacer despedidas de soltero y soltera haciendo shows de animación en las cenas para ganar un dinerito”, recuerda.
–¿Cómo fueron sus inicios en televisión?
–Un día, en una televisión local, City TV, había un programa que se llamaba Vitamina N, un programa nocturno que convivía con Crónicas Marcianas. Era un late night canallita que presentaba Jordi González y lanzaron un casting. Yo me lanzo a todo y compenso mi falta de talento con mi poca vergüenza, eso me ha hecho ir a por todas siempre. Por lo menos lo intento, y luego, que pase lo que tenga que pasar.
Me apunté al casting de reportero, llegué a la final, pero no me cogieron. Como también soy muy cabezota y tenaz, pasado el verano, el mismo programa buscaba el mejor Elvis de Barcelona, me presenté, perdí, pero al día siguiente Jordi me llamó para decirme que le gustaba mucho lo que hacía y que me querían fichar. Estaba estudiando ADE (Administración y Dirección de Empresas), lo acabé dejando porque no me daba la vida. Jordi González me dio la primera oportunidad y ahí comenzó mi andadura. Era y sigue siendo un hobby. Luego dimos el salto a TNT y a la televisión nacional, aunque creo que era demasiado joven y fue tremendo para mí. Luego fui enlazando cosas como El Buscador, Channel Nº 4, Otra Movida, CQC, El método Gonzo... he hecho mucho de todo.
–Y 20 años después…
–Aquí sigo dando guerra, nunca pensé que podría vivir de esta profesión que tanto me gusta. He estado en programas muy chulos con gente muy buena que me han ido enseñando muchas cosas. También he tenido la suerte de hacer uno de los grandes formatos de mi vida, lo llevaré siempre y ojalá vuelva, que es Maraton Man. Fue algo tremendamente especial y que cambió mi vida. La gente me lo sigue recordando por la calle, soy como Santi Rodríguez, el frutero de Aída o Fernando Tejero, el portero de Aquí no hay quien viva, tengo que convivir con Maraton Man allá donde voy. Hay gente que no sabe que soy Raúl Gómez, pero me llaman Maraton Man, en las carreras, todos me llaman así, y los niños me dicen que soy el chico que corre con una sonrisa y con camisas muy locas. Cuando haces una cosa tan bonita y especial, aparte de hacer reír y entretener, le pellizcas el corazón al público, cuando emocionas al espectador siendo natural, la gente lo percibe y se crea una conexión increíble.
En Maraton Man he vivido muchas emociones, en cada capítulo tenía la suerte de conocer a personas fascinantes, momentos donde la emoción me superaba, he llorado mucho haciéndolo, pero es que también el cámara, el director lo hacían y se traspasaba al espectador, que también se emocionaba.
–El último capítulo de Maraton Man fue muy emotivo.
–Durante el último capítulo donde hago la ruta que hizo Filípides (una maratón en solitario por Grecia) homenajeándole, al final hice un monólogo que se lo dediqué a dos personas, a mi hermano y a mi hija Julieta. Mi hermano hace muchos años que no está conmigo y, por desgracia, no me ha podido ver nunca hacer televisión porque murió un par de años antes, pero sí me ha visto mi familia. Pero mi hermano es para mí un espectador de lujo allá donde esté. Siempre le tengo muy presente en mi vida, le llevo en los dorsales de las carreras, pongo Raulito, que es como me llamaba él, y cuando voy mal, lo miro y me da fuerzas para continuar. También ese maratón se lo dediqué a mi hija porque dos semanas después de hacerlo iba a convertirme en padre. Le escribí una carta muy bonita, de corazón, diciéndole todo lo que he aprendido hasta ahora en la vida y las cosas que debería hacer. No doy consejos, solo a mi hija que es muy pequeña.
–¿En qué te han cambiado la vida Julieta y Olivia?
–Superhumanos lo terminé cuando empezó la pandemia, de ahí hasta ahora no había vuelto a hacer un programa, por lo que he sido multimillonario en tiempo y estos dos años y medio, aparte de hacer mil y una cosas fuera de la televisión, he sido padre, le he dedicado a Julieta muchas horas de mi vida y eso me ha hecho muy feliz. Tengo dos pequeñas que dependen absolutamente de mí, que me exigen el monopolio de mi vida, de mi cabeza, de mi corazón y ya todo gira en torno a ellas. Hemos tenido momentos complicados como no dormir, las rabietas… pero hay millones de cosas que te hacen ser una de las personas más felices del mundo. Ser padre es duro y precioso.
No abandona las zapatillas
El barcelonés sabe que siempre le acompañará el programa de Movistar Plus+, Maraton Man, y que tampoco abandonará, mientras pueda, su afición por correr. Su último reto ha sido recorrer 357 kilómetros por relevos en Islandia durante más de 33 horas, también hizo de la misma manera el recorrido Madrid-Barcelona con un grupo de amigos: “El reto se llamó No hay…, algo que en la vida hay que plantearse porque nos obliga a hacer cosas que, a priori, parecen imposibles. Para hacer maratones solo hay que entrenar, dedicarle tiempo, paciencia y ser constante, no hay más secretos”.
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–¿Qué es lo que le motiva a correr y entrenar?
–Lo que me sigue apasionando de correr y continuar sumando maratones en mi vida es que cuando cruzo la meta, lo hago con mis hijas. Espero que cuando Julieta y Olivia tengan 18 años vean su vida retratada en metas de maratón desde los 8 meses, que lo hice con la mayor, hasta su mayoría de edad. Mi objetivo es correr cada año mínimo un maratón hasta que cumplan los 18.
–¿Qué le dice la gente en las carreras?
–Cuando corro en España hay un ambiente increíble porque la gente me tiene mucho cariño. Me emociona cuando me dicen que están ahí por mí, que han corrido una maratón por mí, o que empezaron a correr por mí… que lo que yo he hecho les haya motivado a empezar a correr me parece increíble.
–Es muy asiduo a las redes sociales: ¿Le roban mucho tiempo? ¿Cómo influyen en su profesión?
–Las redes sociales influyen mucho porque son una fuente de ingresos ya que las marcas se acercan y colaboras con ellas. Me lo paso muy bien, pero no me las tomo muy en serio porque sería un error. Hay que usarlas para trabajar cuando toca, pero para entretener y echar buenos ratitos para contar cosas de nuestra vida. Es una ventana abierta a todo el mundo y le dedico tiempo, pero no me obsesiona que una foto tenga más o menos likes. Tengo la suerte de tener pocos haters, por ahora la gente, por lo que sea, me trata con respeto, les caigo bien y me tiene cariño y eso es fascinante. Espero que dure. Creo que en redes sociales soy como Te ha tocado, blanquito y a jugar.
Cara a cara con Roberto Real
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Te ha tocado está en la misma franja horaria de emisión que Pasapalabra, presentado por su amigo Roberto Leal, con el que comparte su afición por el running o las redes sociales: “Siempre que me junto con él y grabamos algo para Instagram tenemos el hashtag #theidiots porque, básicamente, hacemos el tonto”, comenta Gómez.
El presentador sabe que le costará rascar audiencia teniendo enfrente a un concurso tan asentado como el de Antena 3, aunque el barcelonés tiene un deseo: “Ojalá Te ha tocado entretenga de la misma manera que lo hizo Maraton Man y convivamos mucho tiempo con Roberto Leal y Pasapalabra”.
–¿Cómo ve ese ‘enfrentamiento’ con su amigo?
–Hay una cosa buena y otra menos buena de que Te ha tocado sea a las 20:00 horas. La buena, es que vamos detrás de El Cazador, uno de los concursos más exitosos de TVE. La menos buena, es que convivimos con Pasapalabra, que es un programa fascinante al que ya he ido varias veces como invitado y me lo he pasado siempre muy bien. Es un titán de concurso. Admiro mucho a Roberto Leal y somos amigos íntimos, así que ha sido el destino que nos ha querido juntar.
–¿Cómo ha sido el cambio de registro de Maraton Man o Superhumanos, de estar siempre viajando a mantenerse fijo en un plató?
–En los últimos años en televisión he hecho mucha calle y mucho viaje, ahora me meto en un plató, siempre en el mismo lugar… cuando me lo ofrecieron pensé: “Me faltará espacio para moverme”, pero me he sentido muy a gusto, me he ubicado genial y parar un poquito está bien. En plató, con aire acondicionado, con las luces, bien elegante… mi abuela está muy contenta de verme, por fin con camisa y chaleco y no con camisetas locas.
Estoy muy contento en el plató y aquí también cuento historias porque son 30 personas, cada una con la suya y algunas muy interesantes que van a atrapar y emocionar. Ahora, al ser padre, tampoco me apetece tanto irme 15 días de casa constantemente para grabar fuera, es una oportunidad bien bonita. Me ha gustado mucho el ser presentador de concursos.
–¿Le ha fastidiado las vacaciones?
–Está todo grabado, es lo bueno de los concursos.
–¿Piensa que se puede alargar más allá del verano?
–Yo le he puesto toda mi ilusión y lo he hecho con el pensamiento de durar mucho en parrilla, casi tanto como Saber y Ganar. Espero que no se quede en una temporada y que podamos seguir creciendo y entreteniendo en ese hueco de las tardes.
–¿En qué consiste Te ha tocado?
–Es un concurso que se estrenó hace un año en Francia y ha tenido un éxito bestial, ojalá pasé aquí lo mismo. En él se mezcla el azar, el conocimiento y la habilidad. Tenemos 30 concursantes, que son a la vez nuestro público, que eso es una delicia porque a medida que van pasando los programas ellos se van conociendo más y yo, también. Los concursantes no se van hasta que no ganan el bote, tenemos la suerte de disfrutarlos mucho y eso hace que se cree una energía muy bonita en el plató.
El azar es el que decide quién se enfrenta a quién en los duelos de preguntas por parejas, hay cuatro o cinco duelos por programa. Tenemos una esfera, que es como un bombo de lotería, donde ruedan treinta bolas y cada bola representa a uno de los concursantes, es el bombo el qué decide que dos concursantes se enfrentan, puede ser que haya concursantes que salgan mucho a jugar y otros muy poco, pero de eso nosotros no tenemos ningún control y por tanto el azar es el que decide. Las preguntas de los duelos son muy variadas, historia, archivo de TVE, pruebas musicales… debo de decir que ya he bailado de todo, cada vez que suena la música en el programa, se convierte en una auténtica verbena. El que gana el duelo de preguntas se enfrenta al billar japonés, que es lo más icónico del programa. Se trata de una plataforma alargada con agujeros al final, en ellos hay o dinero o regalos, el concursante tira una pelota hacia los agujeros y dónde caiga es lo que se lleva. Aquí no gana el bote el que más sabe, porque cuando te enfrentas al billar hay una mezcla de habilidad y suerte que es muy emocionante.
–¿Qué es lo que más le llamó la atención del formato?
–Principalmente dos cosas. La primera es que los concursantes sean a la vez el público, creo que eso no se hacía desde El Precio Justo, el casting es perfecto y muy variado, el público desde sus casas se va a ver reflejado en ellos. Es un programa muy divertido y muy emocionante. Lo segundo que me llamó mucho la atención es el billar japonés, que se lo jugasen todo en una tirada, siempre los botes se los lleva el que más conocimientos tiene y en este caso no es así, intervienen mucho la habilidad y el azar.
–¿Ha vivido algún momento especialmente divertido?
–En el billar japonés hay regalos muy peculiares. Recuerdo uno que era un rollo de papel higiénico con un sudoku, pero los momentos más divertidos siempre se viven con los concursantes, cuando alguno responde algo que nadie se espera y provoca la risa generalizada. Como los participantes están juntos todos los programas pasan muchas horas en el plató, se crea entre ellos una familiaridad muy bonita, hay mucha broma entre todos, hay concursantes realmente divertidos. Cuando alguien se lleva el bote hay una gran alegría generalizada y a la vez un poco de pena porque ya no vuelve. He disfrutado mucho presentando este concurso, mi único objetivo era pasármelo bien haciéndolo y puedo decir que me lo he pasado increíble.
En marcha su segundo libro
Gómez se lanzó al mundo de la literatura en 2019 con La vida mola, una obra donde mezclaba sucesos de su vida con sus andanzas en Maraton Man por los diferentes países que visitó con el programa de Movistar Plus+.
“Era un semi resumen del programa, de personas que había conocido y de lo que yo creía que era la vida porque contaba la mía. Fue un striptease vital porque no soy el Mister Wonderful de la televisión, a veces la vida es muy jodida, pero también muy bonita y merece la pena vivirla”, reconoce el presentador.
–La vida mola también cuenta los malos momentos que pasó cuando no tenía trabajo.
–Todas las profesiones tienen sus altibajos, pero en esta que puedes ser o creerte bueno, mediocre o lo que seas, al final deciden algunos que tú estés en ese proyecto. ¿Por qué yo estoy en Te ha tocado y no otro? Seguro que muchos presentadores y presentadoras que pueden hacerlo mejor que yo, pero alguien, en este caso Tinet Rubira, confía en mí. Estoy muy agradecido de que me elijan.
En estos 20 años no todo ha sido alegría y programa tras programa ¡ojalá! De ellos, habré trabajado 14, he tenido muchas temporadas donde he estado en el paro más absoluto. Esa sensación de querer trabajar, no parar de llamar a puertas y que en todas te digan que no la he vivido. He tenido momentos difíciles y no es un camino de rosas, ni la televisión ni la vida, hay que currárselo, tener una pizca de suerte y que la gente confíe en ti. Hay que trabajar mucho que nadie regala nada.
Después de Otra movida vino un parón muy bestia, una sequía muy larga. También soy un poco puñetero porque también he rechazado muchas cosas porque no me apasionaban, ya que en los proyectos doy lo mejor que tengo dentro, no me gusta hacer televisión por hacer televisión. Siempre he confiado en que, al hacer proyectos que me apasionaban, me llevarían a estar en sitios que me gustaría estar, por ejemplo Te ha tocado, Maraton Man o Superhumanos.
–¿Cómo va el segundo libro?
–Estoy casi rematándolo, a final de año estará, será el perfecto regalo para pedírselo a los Reyes (risas). Como he sido padre, eso me ha marcado absolutamente la vida, y voy a usar la excusa de la paternidad para seguir contando cosas de mi vida, personas que he conocido y lo que pasará. Entretener, emocionar y hacer reír, ese es el mantra.