"¿Queda algo de hielo?" Esta quizá podría ser la pregunta más repetida en los últimos días en los supermercados de Madrid. Agua congelada en forma de cubo, algo tan sencillo y tan complejo a la vez. Y es que está sucediendo con el hielo lo mismo que ocurrió hace unos meses con el papel higiénico y con el aceite. En los supermercados empieza a haber grandes huecos en los congeladores y las fábricas no llegan para satisfacer a los consumidores.
Puede parecer algo imposible, pero el suministro de hielos empieza a escasear. En los últimos días, numerosos proveedores han avisado a los clientes que la provisión no está asegurada debido al aumento de precios y sobre todo, a esta sofocante ola de calor.
Algo tan simple como un refresco, un café o incluso un agua con hielos, está resultando todo un reto. Las empresas que se dedican a fabricar hielo no dan abasto y más, teniendo en cuenta las altas temperaturas que se están viviendo. Por ello, muchos establecimientos y fabricantes se han visto en la obligación de racionar la venta.
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Y es que, este problema no solo afecta a los supermercados, bares y restaurantes, las distribuidoras de hielo también se han visto en la complicada situación de no poder ofrecer a su clientela. Este es el caso de Hielos Everest que llevan ya tres días parados por no tener género para repartir.
¿De dónde viene el problema?
El problema principal se debe al incremento del precio de la luz, según explica el gerente general de Hielos Everest, Luis Alberto Campos Linares. A la subida del precio de la electricidad hay que sumarle otros gastos que también han propiciado este aumento. El precio del plástico que se usa en los embalajes de los cubitos de hielo y el de la gasolina para el transporte se han visto incrementados, por lo que es otro imprevisto que se suma a la lista.
Este problema no es actual, este desabastecimiento viene de meses atrás, ya que las fábricas del hielo decidieron cortar la producción debido al aumento del precio de la luz. El almacenamiento de hielo para el verano arranca durante los primeros meses del año, para guardarlo en grandes almacenes y que no se acumule la producción en semanas de máxima demanda, como ocurre en los meses de julio y agosto.
"Las productoras no sabían cómo iría este verano y eso sumado a los costes de producción, decidieron cortar el suministro", manifiesta Luis Alberto Campo. "Ahora lo que están haciendo es fabricarlo y enviarlo directamente", añade.
Por otro lado, el calor extremo durante estas semanas ha generado un aumento de la demanda de este producto. Y es que, tal y como afirma Luis Alberto, al haber tanta demanda por la ola de calor, las fábricas "no dan abasto".
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"Estamos llegando a un punto que a la gente la da igual que sea hielo picado, o cubito, la gente solo quiere algo que le refresque", señala.
Grandes superficies
Según cuenta el gerente general de Hielos Everest, los fabricantes están más centrados en abastecer a las grandes superficies ya que con ellos tienen un contrato cerrado de suministrar hielo durante todo el año, y en caso de romper ese contrato se aplicaría una penalización. "Las distribuidoras nos quedamos con una cuarta parte porque nos han racionado la cantidad. Nos está perjudicando tremendamente", indica.
Aún así, estas grandes superficies también se han visto afectadas, y es que como corrobora Luis Alberto, esto es como un "efecto cadena". "Cuando nuestros clientes no reciben su género, van a estas grandes superficies, y no compran una o dos bolsas, sino 15-20. Esto hace que acaben con el género", puntualiza.
Algo tan sencillo como ir a comprar hielo puede llegar a ser una carrera a fondo, son muchos los hosteleros que hacen fila en las tiendas de alimentación para hacerse con este "preciado producto".
Tanto es así que, que incluso algunos supermercados, como Mercadona, han decidido limitar la compra; 5 bolsas por cada cliente y día.
Situación complicada
Algunas distribuidoras están reduciendo sus pedidos de forma obligada, es decir, desde las fábricas han tenido que racionar el suministro de hielo. "Normalmente repartíamos 21.600 sacos a la semana en 9 camiones, ahora solo 2.400; no cubrimos ni la tercera parte de la demanda de nuestros clientes", reconoce Luis Alberto.
El gerente manifiesta que la venta de hielo ha aumentado un 20-25% desde antes de la pandemia, aunque admite que actualmente eso no le beneficia, sino todo lo contrario. "No nos sirve de nada, porque si no nos llega género no podemos trabajar, pero se siguen pagando las facturas", apunta.
Luis Alberto insiste en que se encuentran en una situación complicada, en la que aumentan las pérdidas frente a los beneficios. Desde el 29 que comenzaron la jornada con la ausencia de género, solamente han repartido 2.400 sacos. "Llevamos desde el día 30 parados, trabajo hay y mucho, lo que no tenemos es género, esto es insostenible", apunta.