Es miércoles por la mañana en el Centro de Alto Rendimiento, un oasis deportivo enclavado en plena Ciudad Universitaria madrileña. Será una de las pocas veces que Roberto Sotomayor (Madrid, 1977) haya pisado una pista de atletismo en chaqueta y zapatos. Quizás en algún cóctel o entrega de premios, en algún evento. Los chavales a los que saluda, sin camiseta y sudorosos bajo un sol de justicia, algunos de sus compañeros durante los 20 últimos años, le generan cierta nostalgia pese a estar todo demasiado fresco. Sotomayor ya no se ata las zapatillas y su entrenador lo observa como si se hubiera disfrazado. Ha cambiado de disciplina: del mediofondismo a la política. Sus dos pasiones.
Porque el candidato de Podemos a la Alcaldía de Madrid se crió entre la gravilla que separan 400 metros de calles ovaladas y las sobremesas al calor de una madre socialista y un padre comunista a quien sólo vio llorar cuando murió Enrique Tierno Galván. Siempre deporte y política. La primera, como "una filosofía de vida"; la segunda, casi como un deber. Ambas las aúna en las fuentes que le sirven como inspiración: figuras del olimpismo -Jesse Owens, Tommie Smith, John Carlos, Bob Beaumon- que lucharon por los derechos sociales.
Es la primera vez que la formación fundada por Pablo Iglesias, amigo del candidato, personaje al que reivindica, concurre en solitario a unas elecciones municipales en Madrid. En 2015 se integró en Ahora Madrid, con Manuela Carmena al frente; en 2019, no se presentó a los comicios tras fraguarse la escisión de Más Madrid.
[El exatleta Roberto Sotomayor, candidato de Podemos a la Alcaldía de Madrid en 2023]
Sotomayor, un fichaje de Ione Belarra para su estructura en mayo de 2021, tras su ascenso a la Secretaría General del partido, acaba de ser contratado, además, como asesor del grupo parlamentario en el Congreso. Un camino hacia el cargo público que antes siguieron atletas españoles como Ruth Beitia, Javier Imbroda, Marta Domínguez, Abel Antón o Fermín Cacho. A Sotomayor, que durante 25 años compaginó su vocación atlética con el trabajo en unos grandes almacenes, las medallas le llegaron en la madurez.
Asegura que le interesa "el deporte como herramienta de integración social". Por eso, si algo le obsesiona es la extendida ludopatía entre los chavales de barrios humildes, muchos de ellos congregados en torno a las casas de apuestas. "Algunos sólo ven deporte porque han apostado, es una tragedia", se lamenta mientras busca una sombra.
Vayamos a la a candidatura. "Vamos a centrarnos en sumar todos los apoyos posibles, en conseguir una mayoría que pueda presentarse fuerte", se arenga. PSOE, Más Madrid, Recupera Madrid, Podemos. La división en la izquierda dibujará en las mesas y cabinas de los colegios electorales una ensalada de papeletas, pero también la sensación de escoger entre el Frente Popular de Judea o el Frente Judaico Popular. ¿Por qué votarle? ¿En qué se diferencia del resto? "Yo les pediría que cogieran la papeleta de Podemos porque creo que necesitamos reconectar a los madrileños y madrileñas a la política", contesta.
También se apoya en dos asuntos que califica de "indecentes": el conocido como caso Mascarillas y los Pactos de la Villa, suscritos por los partidos de izquierdas en el consistorio y a los que considera un "blanqueamiento de las políticas neoliberales". Sobre el escándalo en el que se vio envuelto el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida -para el candidato de Podemos, el "peor alcalde de Madrid en muchísimo tiempo-, considera la respuesta de la izquierda como demasiado tibia por no haber propuesto una moción de censura.
Un castrista de la rojigualda
Si a los siete años comenzó a competir en el club de atletismo del madrileño barrio de La Concepción, casi a la misma edad comenzó a despertar en él una conciencia política. "Vengo de una familia muy politizada", reconoce quien se etiqueta como "progresista". "Me gusta hablar más de progresista que de izquierdas", acota.
¿Algunos de sus referentes políticos? Julio Anguita, Fidel Castro o Pablo Iglesias. "Fidel Castro hizo mucho por la isla cuando acabó con el régimen de Batista", defiende. "Otra cosa es que en Cuba se necesite un cambio político y más democracia. Eso es innegable, pero acabó con el régimen de Batista, que fue dictatorial", argumenta sobre el dictador cubano, "otra cosa es que después existiera un bloqueo económico y que el régimen haya derivado en lo que es ahora mismo. Cuba necesita más democracia y más apertura, evidentemente".
—¿Habla mucho con Pablo Iglesias?
—Tengo relación pero no solemos hablar mucho últimamente, por motivos de agenda. Para mí Pablo Iglesias es un referente en la política, creo que ha sido una persona que ha hecho mucho por plantear ciertos temas que hasta hace poco eran implanteables y, evidentemente, la aparición de Podemos en la escena política española es gracias a él.
—¿Qué significa Podemos para la izquierda?
—Una revolución, un revulsivo para la política española donde se han puesto encima de la mesa debates que antes no se planteaban. Pero complicada, con unos medios de comunicación que han dado mucha cera. Hemos normalizado mucha violencia sobre Pablo Iglesias e Irene Montero, actitudes que, desde mi punto de vista, no pueden ser toleradas en una democracia.
—Le escuché en una entrevista decir que podía llamar la atención porque siendo una persona de izquierdas enarbole la bandera de España.
—A mí me molesta mucho la utilización de símbolos que creo que son de todos y de todas. Parece que porque sea un tío de izquierdas no puedo sacar la bandera de España. Yo me siento orgulloso de sacarla porque es la bandera que nos representa. No me cuesta. Soy republicano pero soy español. La reivindico como algo de todos. Me cuesta entender que todavía haya una parte de España que parece que la bandera es de ellos y no del resto.
Un tuit de Sotomayor, sin embargo, fue duramente criticado por muchos, entre ellos el propio Martínez Almeida. "La dignidad de unos estudiantes de 20 años en la Universidad de Granada. Esa es la verdadera esperanza", escribió sobre el escrache a Macarena Olona hace dos semanas.
—¿Hubiera participado en el escrache a Macarena Olona?
—Si hubiera sido estudiante, evidentemente. Yo lo hice cuando estudiaba en la universidad. Ten en cuenta que son estudiantes de 20 años que no permiten ciertas líneas rojas. Yo creo que la extrema derecha o la derecha radical populista no tiene que tener acceso a la universidad. Son homófobos, son racistas, son machistas. No me parece mal lo que hicieron.
—¿Y si usted fuera a la Complutense y un grupo de chavales de Vox se lo hiciera a usted?
—Quedo a expensas de que me pueda pasar lo mismo.
Los amigos y enemigos de Vox
Las líneas rojas a las que apela continuamente -machismo, homofobia, racismo- representan para el atleta atributos inhherentes a Vox. Su némesis política. Que Pepe Reina se posicionara contra el racismo le pareció "hipócrita" porque el portero simpatiza con Vox. Sus filias políticas, conocidas para el gran público desde hace dos años, le generaron el abandono de algunas de las personas a las que entrenaba.
"Esta es la representación gráfica de cómo está polarizada la sociedad. Nos hemos vuelto un poco locos todos. En función de cómo piensas, te hablo o no te hablo. (...). La clase política tendría que rebajar un poco el tono, porque es reflejo de lo que está pasando", considera el candidato de Podemos. ¿No ha ocurrido esto siempre? "¿La polarización en España? Sí, es cierto que ha existido siempre, pero en los últimos años se ha pronunciado mucho más", estima. "Yo tengo amigos de extrema derecha y de izquierdas. No me voy a dejar de tomar una caña con un amigo de Vox", asegura.
Con más de 60.000 seguidores en la red social del pajarito, Sotomayor pisa todos los charcos, saltando de tuit en tuit. La militancia política representa para él un compromiso adquirido desde siempre. ¿Es una obligación el activismo político para un deportista? La dichosa frase de que 'hay que ser un ejemplo para los niños'. "No creo que sea una obligación, pero yo creo que hay unas líneas rojas que no se pueden traspasar nunca: no se puede ser machista, homófobo y racista", contesta el candidato. "El miedo de tienen muchos deportistas de izquierdas es no salir del armario político por miedo a tener represalias", opina Sotomayor, partidario de la normalizar "que los deportistas hablen de política".
—En su vídeo de presentación a los votantes decía: "Vamos a ganar la Alcaldía de Madrid para la gente". ¿Qué es la gente?
—La gente es el trabajador y la trabajadora, el pequeño empresario que ha montado una empresa y quiere que funcione bien, el que se levanta a las siete de la mañana para ir a trabajar, el sanitario, el barrendero. La gente de Madrid que quiere vivir bien, tener unos servicios públicos decentes, que no quiere gastarse 700 euros en una escuela infantil privada porque no hay en su distrito una pública. La gente de los barrios desfavorecidos olvidados, de las asociaciones vecinales que les han prohibido tener fiestas en sus barrios, de los movimientos sociales que se han quedado sin subvenciones y están haciendo un gran trabajo en los barrios para ayudar a los más desfavorecidos. Las agrupaciones deportivas que tienen espacios cedidos que el Ayuntamiento les quiere privatizar para montar un gimnasio de gestión privada. Eso es devolverle el Ayuntamiento a la gente.
—¿Y por qué esa gente ha votado a Ayuso y a Almeida?
—Bueno, depende del barrio harbía que ver las incidencias de voto. Yo creo que las elecciones de 2021 hay que analizarlas en un contexto de pandemia, que son diferentes a otras que ha habido. ¿Por qué han votado a Ayuso? Pues, probablemente, en un contexto de pandemia hemos priorizado algunos temas sobre otros.
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