Hablar de Juan y Medio es hablar de uno más de la familia, de un clásico de la televisión que lleva acompañando durante décadas a los españoles. Ha pasado por multitud de programas y por casi todas las cadenas, tanto privadas como autonómicas. En televisión comenzó como gancho del programa Inocente, Inocente, pero pocos saben que antes, el mundo de la música fue -y sigue siendo- su pasión.
El pasado jueves estrenó con éxito (líder de audiencia de la noche con más de un millón de espectadores) su nuevo programa en La 1, Dúos increíbles, donde artistas senior como Ana Belén, Víctor Manuel o Antonio Carmona comparten escenario con cantantes junior como Agoney, Nía o Antonio José versionando temas que les alejan de sus estilos musicales.
El almeriense ha recordado con EL ESPAÑOL su pasado en el mundo de la música, donde acompañó a uno de los grupos más importantes de la historia musical española, Hombres G, como guardaespaldas, promotor, mánager y amigo durante sus conciertos. También su amistad con Bertín Osborne, su afición por los animales y las motos o sus múltiples fracturas por todo el cuerpo por ‘culpa’ de los patines y los caballos.
De Derecho a la música
Juan y Medio estudió Derecho en la universidad de Alcalá de Henares, ya que reconoce que no soporta las injusticias, pero nunca ha llegado a ejercer la profesión de abogado porque lo que le gustaba era el mundo de la música. El almeriense recuerda que durante la carrera, para sacarse “un dinerillo extra" para sus gastos comenzó a trabajar de guarda de seguridad en conciertos a través de unos amigos. Gracias a su 1,95 de altura y a su complexión atlética, imponía mucho y, por eso, le ofrecieron colaborar con ellos.
Eso sí, el presentador asegura que por su carácter y por la educación que recibió en su casa, era muy tranquilo, nunca se peleaba, siempre intentaba hablar y razonar cuando había algún problema, por eso le solían colocar para vigilar los palcos VIP o para llevar y traer a los grupos de música a los hoteles, aeropuertos, lugares en los que iba a ser el concierto... “En esa época teníamos a estrellas internacionales tan importantes como los Rolling Stones, Sting, Ray Charles, George Michael, Julio Iglesias… Veías cosas flipantes”, admite.
- ¿Cómo conoció a los Hombres G?
- Como tengo mucha labia hice contactos, fui tratando con mucha gente del mundillo y de la mano de Manolo Summers (padre de David Summers) empecé a trabajar como promotor y manager de Hombres G viajando por todo el mundo (también fue pareja de la hermana del batería del grupo, Javier Molina). Con ellos he recorrido toda América, en México pasábamos meses enteros seguidos de gira dando conciertos sin parar, por toda Europa. Hombres G son como mis hermanos, personas buenas, auténticas, divertidas, creativas, mucho de lo poco que soy se lo debo a ellos.
- ¿Sigue manteniendo relación con ellos?
- Claro, nosotros somos hermanos, yo tengo cinco de sangre y cuatro de vida, los Hombres G. Sus padres son como si fueran también mis padres y sus hijos los siento como míos también. Somos familia. Ellos son cuatro tíos a los que les encanta la música, uno de ellos compone de manera genial y hacen que todo lo que tocan tenga éxito, luego el resto de etiquetas que les pongan son percepciones de los demás.
- ¿Recuerda alguna anécdota especialmente curiosa vivida con el grupo?
- Miles. Una vez fuimos a Colombia contratados por Armin Torres, un empresario colombiano, según dicen muy cercano a Pablo Escobar. Íbamos en unas avionetas atravesando toda la selva y no sabíamos si íbamos a salir vivos de allí, no había forma de aterrizar durante horas. En Colombia visitamos a don Víctor Carranza, el mayor vendedor de esmeraldas del país, no podría contar lo que vimos allí, pero tenía adornando su casa artesonados robados de un montón de iglesias de Europa. También cuando estuvimos en Londres alquilamos una casa para vivir, recuerdo que les leía a Oscar Wilde cada noche hasta que se dormían. Y en un vuelo comercial a México, el comandante del avión, del cariño que les tenía al grupo, desvió la trayectoria para que pudiéramos ver el volcán Popocatépetl desde arriba y el lago azul de su interior.
- ¿Qué es lo que más le gustaba de su trabajo como mánager?
- Me parece algo mágico, estar un día en Sevilla, al siguiente en Barcelona y al próximo en Nueva York. Montar un concierto en un lugar donde antes no había nada y ser capaz de marcar la vida de muchas personas, de que sea inolvidable y siempre recuerden que fueron a ese concierto, ver a la gente disfrutar es maravilloso. Luego recoger y que allí no quede más que el recuerdo de lo que fue, como si no hubiera pasado nada. Es un poco como los fuegos artificiales, son bellísimos, pero efímeros. Llevas la ilusión a mucha gente, además es un mundo en el que conoces a personas muy interesantes y variadas, aprendes de todo, te abre la mente.
- Entonces, ¿la música habría sido su profesión soñada?
- Yo soy fan absoluto de la música española porque soy un músico frustrado. Soy una persona a la que le habría encantado dedicarse íntegramente a la música. Formar parte de un programa como Dúos increíbles es un disfrute absoluto para mí. Como comentaba, estuve muchos años dando vueltas por el mundo como mánager de los Hombres G y luego me dediqué a organizar conciertos y giras con músicos como Rolling Stones, Sting, Julio Iglesias, El último de la fila, Siniestro Total, Los Inhumanos, Héroes del Silencio, Rosario Flores, Lolita, Mecano…
- He trabajado con prácticamente todos los grandes artistas españoles haciendo de todo, desde pegada de cartelería o venta de entradas hasta organización completa de conciertos. Incluso he arriesgado mi propio dinero al hacer de promotor, siempre que algo me ilusionaba y me motivaba.
Bertín Osborne
Gracias a su trabajo en una oficina de contratación de artistas donde, aparte de Hombres G, Juan y Medio llevaba los temas de artistas tan conocidos como Antonio Vega, Tino Casal, Camela, Los inhumanos, Luz Casal… también conoció a Bertín Osborne, ya que en ella, lo que solían hacer era que para que contrataran a un grupo grande, metían a uno menos conocido para hacer paquetes de artistas, “y ellos lo saben”, explica.
Por aquella época, el jefe del almeriense compró las fechas de los conciertos de Bertín, que es algo que se hace mucho entre los artistas, y uno de los bolos que tenía era en Zaragoza, por lo que el cantante se fue para allá. Lo que no sabía es que, por casualidad, conocería a alguien que se convertiría en uno de sus grandes amigos.
- ¿Cuál es su anécdota con Bertín Osborne?
- Cuando estaba camino de Zaragoza, justo al pasar por Guadalajara, pinchó el coche y se dio cuenta de que no tenía la llave de seguridad para quitar los tornillos antirobo de la rueda. Estando tirado en la carretera avisó a mi jefe, que me mandó a casa de Bertín a recoger la llave y luego a cambiar la rueda del coche. Resulta que su vehículo estaba al lado de una casa de citas y él estaba esperándome dentro del coche a que llegara para cambiar la rueda pinchada. Pusimos la nueva y se fue. Siempre le digo que nos conocimos en una casa de citas, él no se acuerda, pero es porque nunca hemos estado en una, sino que se quedó tirado con el coche al lado de una. Gracias a eso llegó justo a tiempo para subirse al escenario.
Incidente con los patinetes
El presentador tiene un total de 30 fracturas repartidas por todo su cuerpo. Por ejemplo, se fracturó la tibia y el peroné en un accidente de tráfico al volver de un concierto de Luz Casal en el que el chico que chocó contra él falleció. También se ha fracturado varias costillas al caerse del caballo y los huesos de los pies en un accidente de moto, la cadera por tres sitios de una caída, el tobillo y la muñeca… “Es un milagro que esté vivo y en pie, pero claro, un cuerpo tan perfecto como el mío, se comporta como debe”, afirma entre risas.
- ¿Cuál ha sido la lesión más dura que ha sufrido?
- Hace catorce años, en mi primera clase de patinaje, el profesor me dijo que tenía un talento natural para los patines, que tenía un equilibrio increíble a pesar de mi altura y yo me quedé tan contento. Al acabar la clase me puse las manos en la espalda para estirarme hacia atrás, resbalé y caí con los pies para arriba completamente en seco contra el suelo. Me reventé el fémur.
- Me tuvieron que operar de urgencia, cortarme parte del hueso y meterme un hierro que va de la rodilla a la cadera. Me quedé cojo ya para el resto de mi vida, tengo 2,5 centímetros más corta la pierna derecha que la izquierda. Lo bueno es que no me duele y hago vida normal, no puedo saber si va a llover o no por el dolor de huesos, pero es cierto que los pantalones me están siempre cortos de una pernera y largos de otra o que tengo que llevar alzas especiales para que no se note mucho en pantalla, pero nada más.
- ¿Y el resto de lesiones?
- Tras varias caídas en moto me tuvieron que operar del pie izquierdo, pero ya estoy bien. Es que me encantan las motos, voy a todos lados en una, desde que era un crío son mi pasión. He comprado muchas que se caían a trozos y las he arreglado y dejado en perfecto estado para venderlas después. Sigo teniendo mi Vespa de cuando iba a la universidad, restaurada al 100% y preciosa. También tengo una Honda Goldwing en mi casa de Almería, que es de las pocas motos con equipo de música, lo que para mí fue un descubrimiento, unía mis dos pasiones, las motos y la música. Tengo grandes recuerdos subiendo con ella el Puerto de la Cruz Verde mientras escuchaba la Sinfonía Pastoral de Beethoven. Las motos son una maravilla y ya si llevas a la mujer a la que amas sentada detrás, no hay nada comparable.
- ¿Qué otras aficiones tiene?
- Soy muy de animales, tengo canarios, mi perro que es uno más en la familia y siempre estoy rodeado de caballos, pese a que me caído varias veces de ellos, lesionándome algunas veces. Me encantan todos los animales, no me da asco ni miedo ninguno. He viajado por el mundo solo para ver animales y árboles. Recuerdo que en una ocasión fui al parque nacional de Yosemite en Estados Unidos solo para ver los árboles más grandes del mundo.
Vuelta a TVE
El pasado jueves estrenó en La 1 el programa musical Dúos increíbles (liderando la noche con 12.7% de share y 1.211.000 espectadores, superando a Antena 3, Telecinco y el resto de canales). La combinación de artistas consagrados con emergentes cautivó a la audiencia. “Este programa es una apuesta muy fuerte por la música del repertorio español. Cuando me hablaron de él, un programa de música de calidad, me volqué por completo”, reconoce el presentador.
- ¿Cómo ha sido la vuelta a la televisión nacional y cómo lo va a compaginar con su programa en Canal Sur?
- Pues ya llevamos grabados varios programas y lo que hago es venir a Madrid a grabar en Televisión Española los miércoles, ese día me sustituye en Canal Sur mi compañera Eva Ruíz, y me vuelvo a Sevilla los jueves por la mañana y así me voy apañando. Paso muchas horas metido en el AVE, pero es muy placentero. He trabajado mucho para RTVE y es la cadena que no tiene competencia, es la televisión de todos los españoles, la que tiene el mayor recorrido a sus espaldas, el mejor archivo, la que ha formado parte de nuestras vidas desde niños y la que se ve en el mundo entero. Es un placer y un honor formar parte de ella.
- De todos los concursantes, ¿de cuál tiene más discos en casa? ¿Les conoce personalmente?
- De Ana Belén y Víctor Manuel, soy muy fan. De Miguel Poveda también tengo todos porque es amigo y me los manda dedicados cada vez que saca disco. Tanto él como Víctor Manuel han venido a mi programa Menuda Noche a cantar. A Sole Giménez la sigo desde sus comienzos con Presuntos Implicados… creo que a los senior los conozco bastante a todos (Ainhoa Arteta, Antonio Carmona, Diego Torres y Carlos Goñi).
- De los junior solo conocía a Antonio José, al que le tengo mucho cariño porque le sigo desde que era un crío. He oído hablar mucho de Nía y de La Cebolla, porque es de Sevilla, pero de los demás, no tenía ni idea (Agoney, Paul Alone, Chema Rivas, Marta Soto y Yoly Saa).
- ¿Cree que hacía falta un programa de música en directo en televisión?
- Creo que la música en directo siempre hace falta y más en concreto de música española que potencia nuestro legado cultural. Se nos olvida a veces que el español es la segunda lengua más hablada en el mundo y esto hay que impulsarlo. TVE tiene sus canales internacionales que se ven en todo el mundo y es un potentísimo altavoz, este programa lo pueden ver 400 millones de personas repartidas por decenas de países, no es ninguna broma. En este espacio todos los artistas actúan, no son jurado, no están en un sofá, y dependiendo de cómo lo hagan avanzan o se quedan en el mismo lugar y eso tiene su morbo también.
- ¿Se va a animar a cantar en el programa?
- He cantado en mi programa de Canal Sur. Lo hice durante la pandemia porque nos quedamos sin invitados, sin entrevistados y sin público y había que hacer algo para entretener a los espectadores. No dejamos de hacer el programa ni un solo día durante el confinamiento sin tener nada de contenido para trabajar. Creo que hicimos mucha compañía a la gente que estaba encerrada en sus casas, consideramos que, incluso durante los días en los que había miles de muertos, a pesar del riesgo, teníamos que acudir todo el equipo a trabajar, era una labor social. Me comprometí a que durante las dos horas y media de programa no se escucharan ni una vez las palabras coronavirus o pandemia, eso ya estaba en todos los otros canales a todas horas y La tarde, aquí y ahora se convirtió en un oasis para mucha gente. Tengo miles de cartas de agradecimiento guardadas.
- ¿Cómo definiría Dúos Increíbles?
- Es un programa realmente dedicado a la música sin mayor pretensión que escuchar temas de toda la vida arreglados como nunca antes se habían hecho e interpretados por personas, que en principio, no asocias a la canción. Por ejemplo, una canción tipo rock de toda la vida se canta como un tango o un swing. Eso es muy difícil porque son canciones muy conocidas que se versionan por artistas que llevan toda la vida en esto y que están arriesgando. Además, se da la oportunidad a gente desconocida que emerge en el mercado de la música desde las plataformas digitales.
- Es maravilloso ver con qué profesionalidad funcionan los chavales, te sorprende como se encaran a los monstruos de la canción, a gente que lleva toda una vida por los escenarios del mundo defendiendo su música.
- ¿En los ensayos ya ha habido competitividad entre los artistas?
- Sí, a nadie le apetece quedar en último lugar, eso está claro. El que gana en cada programa no tiene que actuar más y se queda el resto del tiempo sentado relajado escuchando como sus compañeros luchan por posicionarse bien en la clasificación final. Sí que hay piques entre ellos, la verdad.
- Hay algunos concursantes, como Agoney, Antonio José o Nía, que tienen más experiencia en platós de televisión que otros por su paso previo por programas como Tu cara me suena, Operación Triunfo o La Voz, incluso de los senior, que no han hecho nunca televisión. No sé si esa ventaja de conocer el medio les puede favorecer. La puesta en escena, tan importante en televisión, cuanto más la domines mejor, pero a la hora de cantar hay que afinar y eso ya va en cada uno. A más experiencia más seguro vas, pero eso no es garantía de nada.
- ¿Qué es lo que más le ha llamado la atención del plató de ‘Dúos Increíbles’?
- Es espectacular, es algo que ya no se hace en televisión, nadie quiere ese tipo de inversiones, es un programa, por ejemplo, que tiene treinta y cuatro cámaras, veintitrés músicos en directo… Hay una superficie de pantallas como no he visto nunca, el suelo del escenario y toda la pared de atrás son pantallas, los túneles por los que salen los cantantes son alucinantes, la iluminación te deja alucinado. En general es un espectáculo visual como yo hacía mucho que no veía en televisión y eso que soy empresario y tengo mi propia productora, pero nada que ver, en ese sentido, lo de este programa es una locura de montaje. Además el programa está rodado en formato película, con una calidad, un grano y una textura de imagen brutal.
- Dúos Increíbles’ está basado en un formato chino, ¿ha visto el programa original?
- Sí, lo he visto para informarme, pero llevo toda la vida haciendo formatos de otros programas y jamás se han parecido al original porque procuro darle a todo mi sello personal, si no serían clones. Intento impregnarle a todo lo que hago sentido del humor porque creo que la risa es un aderezo ideal para todos los platos, siempre intento que haya una broma, un chascarrillo, una ironía que ayude a desengrasar. Creo que si he llegado donde estoy hoy es porque me río de mí mismo el primero y hago reír a los demás, incluso en situaciones aparentemente muy solemnes, me sale solo.