¿Se resolverá algún día el misterio del naufragio de Rainer Schaller y su familia? Desde Bamberg (Alemania), ciudad de Baviera de la que era natural Schaller, los pronósticos cada vez son más pesimistas. De hecho, ya se baraja la posibilidad de que el lujoso avión bimotor privado Piaggio P.180 Avanti de 2009 en que viajaba el fundador de los gimnasios McFit quede perdido para siempre bajo las aguas costarricenses. Un verano largo, como eran los de Schaller, que se ha convertido también en el último.
Como tantos alemanes, Schaller amaba la que para ellos es simplemente 'la isla'. Schaller pasaba largas temporadas en su mansión de Sa Coma de Bunyola (Mallorca) junto a su novia Christiane Schikorsky, de 44 años, y sus hijos Aaron Schaller, de 5, y Finja Schikorsky, de 6.
Allí solía vérsele disfrutar del Mediterráneo en los veranos dorados de la isla. Muchos de estos ratos de mojitos y gafas de sol los vivió acompañado de su íntimo amigo el actor y director alemán Til Schweiger (autor de Padre a la fuerza y Padre a la fuerza 2, grandes éxitos de taquilla en su país).
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También había establecido amistad -al menos, simpatía- con los vecinos de Bunyola. La vida allí, desde luego, era lo más cercana a la tranquilidad que pueda haber, pues su finca contaba con todo tipo de facilidades para ello: viñedos allá donde se mirase, capilla, gimnasio, piscina sombreada por palmeras, pista de fútbol y baloncesto, otra de arena para voley playa, y jacuzzis para descansar los músculos tras el partido. Y el gran secreto: la sala erótica subterránea.
Cristiano Ronaldo
Una mansión con tantas cualidades, en una isla paradisíaca, se convirtió pronto en la envidia de la 'crème de la crème' de futbolistas y otros millonarios ociosos. Sergio Ramos, amigo y socio de Schaller, acudía con frecuencia para pasar las pretemporadas allí junto a su mujer Pilar Rubio y sus hijos.
Por ello, no es de extrañar que Cristiano Ronaldo, quien conserva amistad con Ramos por los exitosos años que vivieron en el Real Madrid, la eligiese para celebrar el duodécimo cumpleaños de su hijo mayor Cristiano Ronaldo Jr. Schaller se la alquiló en junio, que es cuando los futbolistas gozan de vacaciones antes de iniciar la pretemporada, y Ronaldo trasladó allí a su familia desde Valencia.
Entre el séquito que llevó con él estaba, además de un Mercedes Todoterreno, el famoso Bugatti Veyron valorado en dos millones de euros que un empleado estrelló el 20 de junio en la urbanización donde se encuentra la mansión. Nada lo suficientemente importante para estropearle las vacaciones a Ronaldo, a quien se le vio bien en su lujoso yate, aparcado cerca de la mansión.
Ahora, los amigos cercanos del magnate en Mallorca, así como todos los futbolistas que gustaban de veranear en su finca Sa Coma, se temen que nunca podrán volver a ese lugar de ensueño del que disfrutaban gracias a la generosidad de Rainer Schaller.
Vacaciones en Costa Rica
El Piaggio P.180 Avanti en que viajaban Schaller y su familia salió del Aeropuerto Internacional de Palenque (México) con destino a Costa Rica, siguiente parada en sus vacaciones por el continente americano. Sin embargo, a 28 kilómetros del Aeropuerto Internacional de Limón, uno de los cuatro internacionales que tiene Costa Rica, la aeronave desapareció del radar.
"El avión iba a aterrizar a las 18:58, pero lo perdimos cuando estaba a 2.000 pies de altura", explicó en televisión Fernando Naranjo, director de la autoridad de aviación civil del país. Al día siguiente encontraron los cuerpos en el mar Caribe. Schaller, su novia, sus dos hijos, el piloto y una sexta persona no identificada estaban muertos.
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Las vacaciones de Schaller en Costa Rica iban a desarrollarse en un paraje natural de ensueño, alojados en espaciosos bungalows de madera en mitad de la selva, rodeados de palmeras y colores, a hora y media en coche del aeropuerto de Limón al que no pudieron llegar. El lugar en cuestión era un conocido resort llamado 'Congo Bongo'.
Schaller, uno de los empresarios más importantes del mundo en el sector de los gimnasios, con una fortuna de 250 millones de dólares, se había tomado cinco semanas de vacaciones para ejecutar el viaje. Algo que, según los trabajadores más cercanos, era bastante excepcional.
El sueño del magnate era darle a sus hijos una experiencia verdaderamente especial antes de que iniciaran la etapa escolar. Por ello, cuando acabó la última reunión de negocios en Los Ángeles su primer destino fue México. Y también por ello, lo siguiente que quería enseñarles era la selva costarricense. Esto revela algo en lo que coinciden quienes lo conocieron en Mallorca: que Schaller era un hombre muy familiar.
Daniel Nelemans, el holandés que dirige el complejo hotelero donde se iban a alojar, fue el primer en darse cuenta de que algo no iba bien: "A la mañana siguiente nos sorprendimos porque no se habían registrado", cuenta a Bild. En 'Congo Bongo' tenían reservada una de las casas, a un precio total de 268 euros las dos noches contratadas. "Es una tragedia inimaginable", dijo Nelemans cuando se enteró del motivo por el que no habían aparecido.
Tal y como se ha sabido en los últimos días, el avión de Schaller no tenía registrador de vuelo ni dispositivo alguno que registrase la comunicación. Sin embargo, no estaba incumpliendo la normativa, ya que en aviones de ese tamaño no es algo obligatorio.
Al no llevar caja negra, algo que habría ayudado mucho a resolver el siniestro, el fuselaje de la aeronave es ahora la clave que manejan las autoridades para poder continuar su investigación con el fin de esclarecer las causas del mortal accidente.