A sus 25 años de edad, Pablo Ruiz no conoce lo que es estar en el paro. Su entrada en el mundo laboral llegó antes de lo esperado para la inmensa mayoría de jóvenes de nuestro país. Este joven madrileño encontró trabajo cuando cursaba el tercer año del grado de Desarrollo de software y aplicaciones, una de las carreras con mayor índice de empleabilidad, con un 97,4 % según el INE. “En mi sector es muy fácil encontrar trabajo, hay muchas salidas de cualquier cosa”, explica Pablo a EL ESPAÑOL.
La ingeniería de software ofrece un amplio abanico de salidas laborales que abarca desde el big data hasta la inteligencia artificial, el desarrollo de aplicaciones web o móviles y la parte de entretenimiento como desarrollador de videojuegos o películas de animación. Sin embargo, Pablo siempre tuvo claro que quería dedicarse a la ciberseguridad. “Es algo que me apasiona. Para mí no era un sacrificio estudiar para un examen, sino que era más como un hobby”, comenta este joven que, tras su paso por la universidad, fue seleccionado por SEDEA, la Asociación Española de Excelencia Académica, entre los nueve mejores graduados en informática de España.
Sus primeros pinitos en el oficio llegaron de la mano de un profesor de tercero de carrera especializado en hacking, quien vio el gran interés de su alumno por la materia. “Como yo era muy inquieto y veía que me gustaba mucho lo que hacía, me invitó a hacer las prácticas en Entelgy Innotec Security, una empresa de ciberseguridad. Al cabo de dos meses ya me habían contratado sin haber terminado siquiera la carrera”, comenta.
[A Raquel se la rifaron antes de terminar la Universidad: la carrera con 100% de empleabilidad]
En U-tad, el Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital en el que estudió Pablo, presumen de que sus alumnos del grado en Desarrollo de software y aplicaciones tienen una empleabilidad del 100%. La realidad nos confirma ese dato y es que, de sus compañeros de promoción, todos se encuentran trabajando actualmente, y el que no lo hace es porque está haciendo un máster o un doctorado. “Incluso promociones posteriores a la mía, están todos trabajando”, explica.
Al año y medio de su entrada en el mundo laboral, y persiguiendo mejorar sus condiciones, Pablo encontró trabajo en otra empresa, StratioBD. Fue un proceso rápido. El mismo día que hizo la entrevista ya tenía el contrato firmado. “En Innotec cobraba 15.000 euros al año y en Stratio eran cerca de 40.000”, una diferencia significativa de salario debida a la experiencia, muy valorada en este sector. “Si quieres trabajar recién salido de la carrera o incluso antes, no vas a tener problemas, pero vas a cobrar poco. Sólo con la experiencia llegarán mejores condiciones”, advierte.
Trabajar fuera de España
En marzo de 2022, Pablo tomó la decisión de marcharse fuera de España con destino a Oslo, la capital de Noruega. Allí se incorporó al equipo de Mnemonic, una empresa de ciberseguridad líder en Europa. En ella, Pablo ostenta el cargo de consultor de seguridad, su función es la de detectar y solucionar las amenazas e incidentes cibernéticos a diferentes empresas y organismos públicos del país, como Ministerios o Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
“Lo que hago es hackear a clientes nuestros para descubrir las vulnerabilidades que tienen. Es decir, ataco a las empresas para descubrir sus fallos y ayudarles a corregirlos para que, si el día de mañana son atacadas de verdad, no sufran un impacto”, explica.
"Es muy fácil empezar a trabajar en España, pero vas a cobrar menos que en otros países"
A través de la cultura popular, la figura del hacker se nos presenta como alguien encargado de hacer el mal, sin embargo, en la mayoría de los casos, se trata de un profesional experto en resolver problemas cibernéticos.
“Los hackers lo que hacemos es precisamente evitar ataques informáticos de los ciberdelincuentes. Un hacker no es una persona que haga el mal, sólo hay un porcentaje muy bajo que lo hace. Por eso, cuando se trata de instituciones públicas, nuestro trabajo es de suma importancia ya que tenemos que evitar que información confidencial del Estado pueda ser atacada y filtrada”, cuenta.
Ahorrar costes
Cada vez más, las empresas españolas empiezan a darle más importancia a la ciberseguridad. Buscan profesionales cualificados para ocupar esos puestos que requieren grandes conocimientos y una motivación fundamental. Sin embargo, España se diferencia de otros países por la mentalidad de ahorrar costes.
“Si una empresa siente la necesidad de estar protegido a nivel informático, debe contratar a gente cualificada y pagarles como corresponde. Es muy fácil empezar a trabajar en España, pero vas a cobrar menos que en otros países”, dice Pablo quien, de momento, no tiene intenciones de volver a España, “salvo en Navidad para ver a la familia”.
[La evolución del hacker: de 'delincuente' a figura vital para la empresa]
A diferencia de otros sectores, el sector de la ciberseguridad ya estaba preparado para afrontar una pandemia. De los dos años y medio que Pablo estuvo trabajando en su anterior empresa, lo hizo casi todo el tiempo teletrabajando desde casa, algo que le parece “beneficioso para la empresa y le da mucha más flexibilidad al trabajador”, aunque le quita el contacto humano. “A mí me gusta ir a la oficina y relacionarme con los compañeros, también me vine a otro país para eso, para conocer gente nueva, un nuevo idioma… En mi anterior empresa tenía compañeros que no sabía ni qué cara tenían. Y es una lástima”, concluye.