“Paco, que en el Facebook pone que en Torrejoncillo ha caído una de seis en La Primitiva. Han tocado 660.000 euros”. Con esas dos frases anticipaba Amparo a su marido lo que, sin ser conscientes de ello, se convertiría en apenas unas horas en la comidilla de todo un pueblo. Aturdido por la noticia, Paco se incorporó de la cama, se dirigió a coger su cartera, sacó el boleto que había jugado para ese día y comprobó lo que nunca se hubiera llegado a imaginar: su cupón había sido el premiado.
Hasta ese día, Paco, conocido entre los vecinos de su municipio como ‘Pardal’, había jugado toda su vida tres columnas a La Primitiva todas las semanas. Una quiniela de un importe de 9 euros que jugaba cada lunes, jueves y sábado. “Juega una apuesta fija que lleva jugando toda la vida y las otras dos apuestas las cambia anualmente”, cuenta a EL ESPAÑOL Manuel Gaspar, el lotero que vendió el cupón. Sin embargo, algo hizo click en la cabeza de 'Pardal' durante la mañana del lunes 2 de enero, cuando este cacereño decidió cambiar antes de tiempo una de las dos columnas que modifica anualmente. Y fue precisamente gracias a ese pequeño gesto por el que Paco se hizo con el gran premio.
En total, 666.486 euros que han sido recibidos por Paco y su mujer Amparo como una auténtica bendición. El matrimonio ha residido toda su vida en Torrejoncillo, una pequeña localidad de Cáceres de menos de 3.000 habitantes. “Aquí les conoce todo el mundo de toda la vida. Todo el mundo les quiere mucho”, explicaba Manuel, quien considera a Paco un amigo de los de toda la vida.
Los dos amigos comparten una pasión en común: los toros. “Somos muy taurinos los dos. Tenemos los abonos desde hace tiempo y vamos mucho a ver corridas”, explica Manuel en conversación con este periódico. De hecho, fue precisamente el hecho de organizar una escapada para disfrutar de una corrida de Emilio Justo en Olivenza lo que juntó a los dos amigos por última vez el domingo, horas antes de entregarle el premio.
Pero a pesar de que la quedada fue una más de las que suelen compartir Paco y Manuel, lo cierto es que algo rondaba por la cabeza de ‘Pardal’ aquel domingo. “Mi mujer se dio cuenta y me lo dijo, que le había visto un poco alterado. Luego ya el lunes me dijo que no me imaginaba el mal rato que había pasado aquel día, porque ya lo sabía y no me podía decir lo que tenía en casa. Era un dineral lo que tenían”, explica.
Sin embargo, por aquel entonces, el empresario desconocía quién podría ser el agraciado que se había hecho con más de 600.000 euros de premio y del que todo el mundo hablaba. Las fiestas navideñas habían hecho que muchos familiares de los vecinos del pueblo visitaran Torrejoncillo durante las vacaciones, por lo que el ganador podría haber sido cualquiera.
Semanas después, Manuel todavía es incapaz de olvidar los números que hicieron a Paco ganador del premio. “El 5, el 8, el 21, el 24, el 32 y el 38. No se me olvidan”, comenta entre risas. Una combinación que tampoco olvidarán ni Paco ni Amparo, cuyas vidas darán a partir de ahora un giro de 180º tras haberse hecho con el premio. Y aunque todavía no tienen demasiado claro a qué lo van a dedicar, como amigo de la familia Manuel cree saber cuál será una de las primeras decisiones que tomen. “Creo que él se va a jubilar. Él tiene 63 años y ya ha dicho que él ya ha acabado. Se jubilará ya con lo que le quede y listo”.
La vida de Paco ha estado siempre vinculada a Torrejoncillo, al deporte y al mundo del toreo. Los habitantes del municipio le conocen como ‘Pardal’. “Aquí nos conocemos por los motes", comenta. Pero además de por su mote, siempre ha sido conocido en el pueblo por ser el fundador, junto a ‘La Gaña’, del Club de Atletismo de Torrejoncillo
Pero no solo el atletismo ha sido la gran pasión de Paco a lo largo de su vida. También dedicó gran parte de su trayectoria profesional a la construcción. De hecho, trabajó durante años como concejal de obras del Ayuntamiento de Torrejoncillo. Y como no podía ser de otra manera, también invirtió esfuerzo y tiempo en sus labores como mayoral de la ganadería de Victorino Martín, con quien llegó a cruzar el charco hasta países como Venezuela.
“Luego estuvo trabajando en una ganadería de Plasencia y ahora estaba en una funeraria”, añade Manuel. Un empleo que, ahora, gracias a los más de 600.000 euros de premio, podrá dejar a un lado para dedicarse a disfrutar de su jubilación. Pero su pasado profesional no solo le llevó hasta su pasión por el toreo, sino también a otros terrenos, como fueron los de los campos de fútbol españoles. Paco fue muy conocido durante años por su labor como árbitro de fútbol, llegando incluso a ser juez de línea de partidos de la Tercera División.
Por su parte, Amparo, la mujer de Paco, trabajaba hasta ahora cuidando los cinco hijos de una familia muy conocida en el pueblo. “Trabajan los dos y ella va allí a ayudarles. Es como si fuera su madre porque lleva muchos años”, añade Manuel. Pero siempre fue conocida por su relación sentimental con 'Pardal', con quien contrajo matrimonio hace 37 años y con el que estuvo "de novios" otros nueve más antes de darse el "sí quiero".
Y aunque todavía no han manifestado a nadie qué harán exactamente con el dinero, lo cierto es que algunos en el pueblo ya hacen sus propias cábalas y creen que repartirán gran parte entre la familia. “Ellos no tienen hijos, pero es verdad que tienen muchos sobrinos. Así que familia para repartir hay”.
La suerte de Manuel
La emoción del premio de Paco ha sido compartida, y por partida doble, por Manuel Gaspar, el lotero de la administración. Por un lado, por la estrecha relación de amistad que guarda con el premiado desde hace años, pero por otro, y no menos importante, por haber sido él mismo el encargado de entregar el premio.
Algo que jamás llegó a imaginar hace un año, cuando tomó la decisión junto a su familia de quedarse con la Administración. “Estuvimos hasta el mes de junio en la antigua dirección y el 6 de junio nos dieron el traslado y nos vinimos aquí”, explica por teléfono a este periódico desde ‘La Bodeguina’, el negocio familiar en el que ofrece productos típicos extremeños.
El motivo de la decisión, asegura, no fue otro que las dificultades vividas tras la pandemia. “Tengo a mis hijos, acabaron las carreras, vinieron los tiempos del Covid y como nos salió la oportunidad decidimos compararla”, cuenta. Y aunque por el poco tiempo que lleva el negocio abierto el de Paco debería ser el primer gran premio entregado por la administración, lo cierto es que Manuel ya tiene experiencia de primera mano en brindar alegrías.
“Uno un poquito más pequeño sí que he dado. Lo di el 8 de octubre, el primer premio de la Lotería Nacional de los sábados. Tocaron 60.000 euros”, añade. Pero lo mejor de todo no fue la emoción de entregar su primer gran premio, sino quién había sido el agraciado en ese caso: él mismo. “Yo creo que eso fue para ver cómo eran los premios. Ahora que ya sé cómo es pues los empiezo a dar yo a la gente. Era una prueba”, comenta entre risas.
Sin embargo, tal y como él mismo afirma, la alegría duró poco. La necesidad de comprarse un coche y una avería en el camión de reparto que utiliza con su empresa distribuidora acabó con el dinero que Manuel recibió del premio. “Así se me acabaron los 60.000 euros. Estoy igual que antes. Ha sido una trampa”, vuelve a reír.
Desde hace días, en Torrejoncillo no se habla de otra cosa. "Todo el mundo está hablando de esto en el pueblo. Ha sido un auténtico bombazo. Es que son 111 millones de las antiguas pesetas, que se dice pronto", añade Manuel. Y mientras que Paco y Amparo disfrutan de su jubilación dorada, sus vecinos aguardan las esperanzas de ser, quizá más pronto que tarde, los nuevos agraciados del municipio.