Nació niño, de nombre Adam. Asegura que a los 4 años se dio cuenta de que podía ser transgénero. Tenía muchas amigas, dice, y le gustaba maquillarse. Siendo adulto, Adam violó a dos mujeres distintas y fue detenido. A la espera del juicio, a los 29 años, comenzó a hormonarse para transicionar a mujer y cambiar su aspecto. Adam pasaba a llamarse Isla Bryson, acusada de dos violaciones, y en el proceso se le trató como mujer.
El juicio duró seis días en el Tribunal Superior de Glasgow. Ella está acuada de violar a una mujer en Clydebank en 2016 y a otra en Drumchapel en 2019. Ahora está detenida de manera preventiva en la prisión femenina de Cornton Vale, contaron los medios locales, a la espera del veredicto, que se emitirá el 28 de febrero, y de que se decida qué hacer con ella.
La polémica está servida. Escocia aprobó recientemente su ley 'trans' y las dudas sobre el sistema penitenciario fueron algunos de los temas a debate. Las feministas fueron algunas de las que levantaron la voz. El gobierno británico vetó la ley posteriormente.
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Joanna Cherry, feminista y miembro del Parlamento Escocés por el Suroeste de Edimburgo, habló con The Times para explicar lo ocurrido. Entiende que "deberíamos estar hablando de estos casos y las mujeres en prisión son muy vulnerables. Muchas mujeres han sufrido abusos y lesiones a lo largo de los años", decía la representante escocesa.
La parlamentaria aseguró que Isla es un hombre y debería de ir a una cárcel de hombres. "Quizás digan que a nadie le importan los presos, pero los derechos humanos son universales y se aplican a todos. Estoy muy preocupada por la seguridad de las mujeres presas, junto a quienes se ha colocado a un violador convicto".
Cabe recalcar en este punto que la mujer transgénero no está junto al resto de mujeres, sino aislada, según señalan medios como la BBC. Este medio apuntó que, desde 2014, el servicio penitenciario escocés aloja a los presos según la identidad que autodeclaren. Eso sí, se debe hacer una evaluación de riesgos.
Bryson, actualmente de 31 años, lleva dos años hormonándose. Esta es la primera vez que una mujer trans está acusada de violar a dos mujeres, por lo que la evaluación de riesgos será llevada a cabo con sumo cuidado. A Isla no se le puede aislar de forma permanente porque iría en contra de sus derechos humanos.
Según The Times, el Gobierno está preparándose para debatir si abre módulos especiales para las personas trans. Algunos parlamentarios ya han advertido que en ningún caso las personas trans condenadas por delitos sexuales deberían compartir módulo ni convivencia con mujeres.
Las dos violaciones
Las dos mujeres que denunciaron a Adam le conocieron a través de redes sociales de contacto. La primera de ellas lo hizo a través de Badoo. La segunda a través de otra aplicación, relacionada con el streamingo, llamada Bigo.
El 16 de septiembre de 2016, Adam violó a su primera víctima. Lo hizo tras divorciarse de su esposa. Por entonces, el acusado fue hasta casa de la otra chica, a la que había conocido por internet, cerró la puerta con llave y la forcejeó hasta violarla. Ella le dijo que no en varias ocasiones, tal y como consta en la grabación emitida en el juicio. Asimismo, detalló a su agresor como un hombre "musculoso".
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La segunda violación se produjo en 2019. Esta vez, Adam había conocido a la víctima por otra red social llamada Bigo.
Quedó con ella en su piso de Drumchapel, Glasgow, el 27 de junio de 2019. Allí le contó a la mujer los problemas de sexualidad que tenía. Se preparaban para ver una película cuando se produjo la violación.
La BBC apunta que ella le dijo "que se detuviera y no lo hizo. Siguió adelante. Fue entonces cuando cerré los ojos y le dejé hacer lo que quería hacer".
Ahora ya habiendo transicionado a mujer, Isla Byron negó que hubiera hecho daño alguno a esas mujeres. "Nunca lastimaría a ninguna mujer".
"Consecuencias no deseadas"
Fue el pasado mes de diciembre cuando Escocia aprobó su 'ley trans', en la que las personas podían autodeterminar su género a partir de los 16 años. La legislación introducía que para el cambio de género, la persona debía firmar un documento donde asegurara haber vivido tres meses identificados en su nuevo género. Anteriormente se necesitaba acreditar que habían sido dos años.
Al igual que en otros países, la legislación trajo polémica y algunos de los parlamentarios advirtieron anteriormente de los peligros que podría traer en caso de que alguna persona tratara de romper el sistema. De hecho, el Gobierno británico acabó por vetarla.
El ministro británico Alister Jack compartía la "preocupación" tras la ocurrido con este acusado. Según el representante, la legislación podía causar "problemas de seguridad para mujeres y niños". El veto del Ejecutivo central es "necesario" y "el procedimiento correcto", sostuvo Jack, que aseguró que no ha tomado la decisión "a la ligera".