El lunes 30 en Almuñécar los médicos pensaban que había fallecido. Una mujer de 70 años tenía el pulso tan bajo que sus allegados avisaron a los servicios de emergencias. Los sanitarios del centro de salud se trasladaron al domicilio de la mujer que no reaccionaba a ningún tipo de estímulo.

Los médicos, respetando todos los procedimientos, comprobaron las constantes vitales de la paciente y no respondía. Además, no escuchaban su corazón, parecía que no respiraba, ni los médicos pudieron detectar su pulso. Con este escenario, los sanitarios dieron por fallecida a la mujer y activaron el protocolo habitual para poner en marcha la maquinaria judicial para proceder a levantar el cadáver y estudiar las causas de la muerte de la mujer.

Paralelamente a la activación de los protocolos judiciales, los familiares también contactaron con una funeraria para que se hiciera cargo de los restos de la mujer. En el domicilio se personó la guardia civil, la policía judicial y el médico forense. Una vez personados los cuerpos competentes, se percataron de que la mujer aún respiraba y rápidamente le inyectaron adrenalina para que recuperara las constantes.

Imagen de una ambulancia medicalizada

La vecina fue trasladada de forma urgente a las dependencias del hospital Santa Ana de Motril, donde aún permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos donde, previsiblemente, se recuperará.