El Queipo de Llano 'bueno' con pabellón a su nombre: por qué con él no puede la Memoria Democrática

Era sobrino nieto del jefe del Ejército del Sur durante la Guerra Civil y responsable de ordenar el bombardeo de la carretera de Málaga a Almería el 8 de febrero de 1937, conocido como 'la desbandá'.

Pero también era sobrino nieto, por vía materna, del malagueño Alberto Jiménez Fraud. Discípulo de Francisco Giner de los Ríos, fue editor, traductor, íntimo de Unamuno, Baroja y Juan Ramón Jiménez, y director de la Residencia de Estudiantes donde se concitaron Alberti, Lorca o Buñuel. Exiliado en Oxford, falleció en Suiza, donde trabajaba como traductor para la ONU. En el pedigrí de Alfonso, por tanto, se condensaban las dos Españas, y de qué manera.

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Alfonso Queipo de Llano nació en el Sanatorio Marítimo de Torremolinos, municipio que por aquel entonces pertenecía a Málaga, en noviembre de 1937. Su padre, Alfonso, traumatólogo y cirujano, era hijo de Alfredo, un hermano del militar vallisoletano, y su madre, María de la Encarnación, era nieta de Gustavo Jiménez Fraud, hermano de Alberto.

Comenzó a estudiar Derecho pero abandonó la carrera, y se dedicó a la administración de fincas en Málaga. Fue, entre otros proyectos, uno de los responsables del desarrollo urbanístico de La Malagueta.

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Su vida siempre estuvo ligada al baloncesto. Primero, como jugador, y luego fue entrenador y directivo, pero hasta el punto de que fue mecenas de este deporte en sus inicios. Fue uno de los fundadores de la Liga ACB en 1981 y con los años, uno de los impulsores del nacimiento del club de baloncesto Unicaja de Málaga. Por todo ello es considerado el padre de este deporte en la capital de la Costa del Sol. 

Emilio Guerrero, periodista de la cadena Cope, con Alfonso Queipo de Llano, retransmitiendo un partido. Cedida

Emilio Guerrero compartió 20 años de micrófono con Alfonso Queipo de Llano, pues  también ejerció como comentarista radiofónico de partidos. Este periodista de COPE Málaga cuenta a EL ESPAÑOL que la tardanza, de un año, en que se le realice el homenaje de ponerle su nombre al Pabellón Ciudad Jardín "viene precisamente de las reticencias que ha habido por su apellido. Porque a Javier Imbroda (consejero de la Junta y entrenador de baloncesto fallecido también el pasado año) lo homenajearon rápido".

Alfonso Queipo de Llano, recibiendo el aplauso en el homenaje que se le dio en el Martín Carpena.

Fue un hombre "reconocidísimo, querido, respetado por todas las administraciones y también carismático" que se dejó "gran parte de su patrimonio en el baloncesto". Tenía seis hijos, y llegó un momento en el que tuvo que elegir entre seguir gastando lo que tenía o su familia.

La elección del pabellón de Ciudad Jardín tiene, además, una enorme carga simbólica. Porque el germen del baloncesto malagueño tuvo lugar allí, y durante años fueron las instalaciones del club, trasladándose luego al Martín Carpena.

Alfonso Queipo de Llano, recibiendo la Insignia de Oro concedida por el Club Unicaja en diciembre de 2021. Unicaja

Allí se disputaron los partidos del grupo C del primer mundial de baloncesto que acogió España, en 1986. Alfonso Queipo fue el gerente de Málaga como sede. Gracias a él, la afición pudo disfrutar de históricos encuentros en los que se alzó como líder de grupo Estados Unidos, que finalmente acabaría ganado el mundial.  

El trámite ha durado justo un año. Su muerte, a los 84 años, causó un enorme pesar no sólo en Málaga, sino en el mundo del baloncesto. Entre otros, mostraron sus condolencias el seleccionador nacional, Sergio Scariolo o Pau Gasol.

Nada más fallecer, la sociedad malagueña se movilizó para rendirle homenaje. Se volcaron todos los colectivos, incluido el del mundo del flamenco. Porque Alfonso Queipo de Llano también contribuyó a la difusión de los verdiales, el conocido palo flamenco. La Peña Flamenca Juan Breva, de la que era miembro, promovió activamente una recogida de firmas para que el pabellón llevara su nombre. 

Camiseta serigrafiada con su nombre, como homenaje póstumo, en la presentación de la Copa del Rey de baloncesto. Unicaja

Justo al cumplirse el año de su fallecimiento, el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía, titular del equipamiento deportivo, hacía oficial el homenaje. En el texto, la administración autonómica referencia que "fue uno de los fundadores de la Sociedad Deportiva Caja de Ronda, uno de los clubes que se fusionó para el nacimiento del actual Unicaja".

Vinculado hasta 1992 en diversos puestos directivos de la entidad malagueña, "pionera en la creación de la ACB, durante la década de los sesenta y setenta también fue jugador del CD Málaga de baloncesto".

Alfonso Queipo, durante la presentación del libro 'Gigantes del baloncesto malagueño'. E.E.

Su actividad y dedicación en el ámbito del baloncesto "traspasó la provincia de Málaga, extendiéndose a nivel nacional, como se constata por haber sido uno de los fundadores de la Asociación de Clubes de Baloncesto (ACB) en 1981, contando en su haber con numerosos reconocimientos y premios a lo largo de su trayectoria".

Entre ellas, la insignia de oro de la Liga ACB, dos veces la insignia de oro y brillantes de la Liga de Baloncesto. Semanas antes de morir fue homenajeado por su club recibiendo la Insignia de Oro del Unicaja de Málaga. Ahora le llega, a título póstumo, un honor más. Quizá el más grande, concedido a una trayectoria profesional y humana que ido mucho más allá de un apellido.