A veces los milagros existen. Eso debieron pensar Julián, Chema, Leandro y Sergio, los cuatro bomberos sevillanos que, junto a sus caninos Yetro, Dora, Fire y Leo, cuando participaron en el rescate de una madre y de su bebé tras siete días sepultados en un edificio en ruinas por el terremoto ocurrido en Turquía.
Unas horas después de que el temblor de la tierra azotara al país, estos efectivos voluntarios sevillanos se desplazaron hasta allí para colaborar en las labores de rescate de las víctimas del terremoto.
Sin embargo, encontrar vida bajo toneladas de hierro, cemento y hormigón tras un terremoto de magnitud 7,8 grados era, de por sí, sorprendente. Hacerlo siete días después, agotados por el frío y la falta de medios, es un auténtico milagro.
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El alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, les ha agradecido su labor en su cuenta de Twitter, donde ha publicado un mensaje con fotos y vídeos de los efectivos con sus perros buscando a las víctimas.
Por otras experiencias de este tipo, la esperanza de encontrar a personas con vida se reduce una vez que ha transcurrido una semana del terremoto. De hecho, la mayoría de los efectivos trasladados al país turco ya se han vuelto a sus respectivos lugares de origen. No obstante, en este caso esta mujer y su bebé han aguantado siete días con vida.
El el mismo tuit el primer edil sevillano ha compartido un vídeo en el que pueden apreciarse las complicadas condiciones en las que trabajan estos efectivos voluntarios. En estas imágenes se puede escuchar cómo uno de estos bomberos le pide a su perro que busque a estas personas.
También se puede divisar entre las ruinas un oso de peluche, una imagen que deja entrever la difícil situación que se está viviendo en el país una semana después de que temblara la tierra. En estos días, el alcalde de Sevilla ha destacado en varios tuits la labor que están realizando en el país turco estos bomberos.
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Otro can que ha obtenido gran protagonismo en ese país ha sido Heya. Pertenece al efectivo Eugenio Montero del Consorcio de Huelva y de la ONG andaluza Bomberos Para el Mundo, especializada en labores de rescate cada vez que se produce una catástrofe en cualquier punto del globo.
Heya, una pastor alemán, forma parte de su familia. Vive con Eugenio, su mujer y sus dos hijos pequeños, y en su tiempo de trabajo hace uso de su olfato, ladra y salva vidas al obrar el milagro de encontrar bajos cascotes y escombros a supervivientes sepultados. En concreto, en Turquía Heya ha salvado a cinco personas.