Un grupo de mujeres del colectivo Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) protagonizó uno de los momentos más embarazosos del año en el ayuntamiento de Bilbao. Cuando el consistorio se encontraba en uno de sus plenos, varias integrantes del sector de Comisiones Obreras del SAD se levantaron las camisetas y dejaron sus pechos al descubierto al grito de "convenio ya".
Los hechos ocurrieron cuando el edil del Partido Popular, Carlos García, exponía una de sus propuestas. El pleno debatía si las empresas y los sindicatos del SAD de Vizcaya debían firmar un nuevo convenio entre ellos o si el ayuntamiento de Bilbao –ciudad que concentra el 50% de las trabajadoras del Servicio de Ayuda a Domicilio– debía mediar directamente en el conflicto para adoptar una resolución inmediata.
Cansadas de que "les den largas", como explican fuentes del colectivo, el grupo de mujeres, que portaba camisetas moradas, comenzó a proferir gritos reclamando un convenio inmediato que mejorase sus condiciones laborales, ya que a fin de mes algunas de ellas apenas alcanzaban ya el salario mínimo interprofesional.
"Es antinatural"
Tal y como señala EFE, hasta ese punto la sesión plenaria se había desarrollado con total normalidad con la presencia de las trabajadoras. Estas aplaudieron varias intervenciones de concejales de la oposición, pero fue entonces cuando el alcalde ordenó a la policía local el desalojo de las sindicalistas, que procedieron a quitarse las camisetas, quedándose desnudas de cintura para arriba.
Después de desalojar al grupo de protestantes, el alcalde tomó la palabra para reconocer que es "absolutamente anormal y antinatural" que el SAD lleve ocho años sin un convenio. Asimismo, ha propuesto añadir al acuerdo inicial "instar" a sindicatos y empresas del SAD a firmar un convenio y, si no fuera posible, a que soliciten la mediación de la Dirección de Trabajo del Ejecutivo Vasco.
El Servicio de Ayuda a Domicilio es un colectivo de mujeres que atienden a personas dependientes dentro de sus domicilios, desde ancianos con movilidad reducida hasta personas que sufren de problemas neurodegenerativos o psiquiátricos.