Francisco Javier Almeida, durante el juicio por el asesinato de Carmen López en 1998.

Francisco Javier Almeida, durante el juicio por el asesinato de Carmen López en 1998. La Rioja/Hemeroteca

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Habla el asesino de Lardero por primera vez y culpa a Álex: "No le forcé. Fue todo colaboración"

Francisco Javier Almeida declara instantes antes que no recuerda nada de aquel día porque estaba bajo los efectos del alcohol.

20 marzo, 2023 14:28

La Audiencia Provincial de Logroño, que acoge desde este lunes el juicio con jurado contra Francisco Javier Almeida, supuesto autor del asesinato y agresión sexual al niño de nueve años Álex, ha sido el lugar en el que por vez primera el asesino multirreincidente ha prestado declaración. Nunca antes lo había hecho y nunca ha reconocido los hechos. 

Tampoco lo ha hecho ahora. Ha subrayado en primer lugar que no recuerda nada de aquel 28 de octubre de 2021 en Lardero (La Rioja), pero sí que "bebí mucho ese día. Yo creo que no me acuerdo de nada por el alcohol", un extremo en el que su defensa ha basado parte de su intervención posterior y que ha sido desmentido rotundamente por los agentes que han declarado en el juicio.

Nada más comenzar a hablar, Almeida ha manifestado que "esa persona que ha hecho esto no soy yo. Se llama igual que yo, tiene la misma ropa que yo, pero no soy yo".

No obstante, sí ha acabado recordando, pues ha contado que sí agredió sexualmente al pequeño. "No sé explicarle por qué subió el niño (a su domicilio)". En su declaración ha volcado parte de lo ocurrido en una supuesta voluntad de Álex, de 9 años de edad, pues ha subrayado que el niño lo hizo todo "voluntariamente". "Hay cosas que no soy capaz de responder. En mi dormitorio estuvo, pero no le quité la ropa. Se bajó los pantalones él solo. Yo no empleé violencia".

[Comienza el juicio contra el asesino y agresor sexual reincidente que mató a un niño en Lardero]

El hombre, condenado en 1993 a siete años de prisión por agredir sexualmente a una menor de edad y asesinar y violar cinco años después a una mujer en Logroño en 1998, ha enfatizado que "no violé al niño". Pese a no recordar nada, ha continuado diciendo que "le metí el pene en la boca pero no sentí que eyaculase ni nada. Yo no le forcé. No fue con violencia".

Violencia extrema

Sin embargo, el agente instructor asegura que las marcas que presentaba Álex eran "de extrema violencia". Los agentes han declarado que las lesiones que tenía el niño: presentaba "moratones en la boca, en la encía superior y el labio interior", unas marcas de "elevada violencia". También tenía en el cuello, resultado de una axfisia ocasionada desde atrás, con el brazo, subiéndolo incluso hacia arriba. Algo que hizo que el niño "en absoluto" tuviera "medio de defenderse". .

Tras reiterar que no recordaba nada de aquel día, Almeida aseveró que "sólo recuerdo que le tapé la boca y ya nada más. Luego lo cogí y lo bajé para pedir ayuda y si no, llevarlo a Urgencias".

Durante la vista se ha proyectado el vídeo de seguridad de las cámaras del edificio, en el que se ve cómo a las 20,07 sale Almeida de su casa y regresa a las 20,38 horas, seguido por un niño disfrazado con una túnica. Las imágenes recogen también cómo el hombre le dice a Álex que vaya por las escaleras mientras él sube en ascensor hasta su domicilio, situado en el tercer piso. En el vídeo se aprecia como el pequeño tiene que recogerse la túnica para poder ir subiendo los escalones sin tropezar. El hombre, en la sala, las ha contemplado impasible.

El asesino ha aseverado que "no tenía intención de matarlo ni de agredirlo, no sé por qué", y ha puesto el acento en que "si hubiera tenido malas intenciones de deshacerme del cadáver no haría eso. Mi intención era pedir auxilio", ha contado sobre el momento en el que fue sorprendido en el rellano por agentes de la Guardia Civil. 

Un sargento de este cuerpo, quien ha declarado como testigo, ha relatado que se encontraron "el cadáver de un niño tapado con una sábana blanca (...)" y junto a él "había varios objetos, una peluca, zapatos, tarjeta, teléfono móvil". También ha aseverado que Almeida se encontraba en el segundo piso y que en ese momento llevaba "la bragueta bajada".