La madre de Raúl, el atracador de Murcia en busca y captura: "Te sale así un hijo y qué haces"
La Policía Nacional suma dos semanas tras la pista del supuesto autor del robo de 100.000 euros a una sucursal de CaixaBank en Guadalupe.
5 abril, 2023 03:06Hortensia se ha deslomado desde que era una adolescente, como limpiadora del cuartel que la Guardia Civil tiene en la calle de la Batalla del Salado, cerca de Atocha. Durante 38 largos años, se pasó ocho horas diarias dejando como el jaspe las dependencias, para sacar adelante a sus dos hijos. Uno siguió la senda de la rectitud: trabaja en una fábrica, se casó y tuvo hijos. El otro, llamado Raúl, le ha salido amigo de lo ajeno, a pesar de recibir la misma educación y del ambiente castrense que reinaba en el lugar de trabajo de su madre. "Te sale un hijo así y qué haces", se pregunta a sí misma Hortensia, sin encontrar explicación al historial de fechorías de Raúl.
La última, consiste en que su hijo suma 14 días en busca y captura por el supuesto atraco a un banco en la pedanía murciana de Guadalupe. "A Raúl, más que nada, le gustaba vivir por encima de sus posibilidades, y yo me tengo que aguantar con una pensión de mierda de 1.200 euros", tal y como reflexiona la madrileña Hortensia, de 71 años.
Esta madre dice las cosas como las siente, sin pasarle la mano a su hijo por el mero hecho de ser la sangre de su sangre, porque es plenamente consciente de que a Raúl le buscan por tierra, mar y aire desde el jueves 23 de marzo. Todo ello, después de haberse hecho con un botín que supuestamente asciende a 100.000 euros, aunque desde la entidad afectada -CaixaBank- ni lo confirman ni lo desmienten: no ofrecen cifras.
Tan solo se limitan a afirmar que han presentado una denuncia ante la Policía Nacional. Este golpe no es el primero que protagoniza Raúl T. H. (Madrid, 1979): un exconvicto que ha pasado en dos ocasiones por Alcalá Meco, una prisión de alta seguridad. Este vecino de Torrejón de Ardoz no es un aficionado de los atracos, va a vender cara su detención y su madre lo sabe. "Yo he pasado mucho", lamenta esta pensionista, mientras atiende en exclusiva a EL ESPAÑOL: "Mi cabeza ya no da para más".
- ¿Cuándo empezó a torcerse su hijo?
- Hortensia: A los 19 años.
- ¿Tuvo malas compañías?
- Él siempre ha tenido muy buenos amigos y muy buenas compañías, lo que pasa es que si sale así, pues sale así. ¿Qué te voy a decir como madre? Tendremos que aceptarlo como ha salido.
En la adolescencia, Raúl solo contaba con el graduado escolar porque dejó los libros sin pisar el instituto, de forma que se buscó la vida con empleos temporales: "Trabajaba en currillos de lo que salía en alguna nave". Así lo aseguran algunos de sus amigos de juventud -consultados por este diario- con los que compartió salidas por locales de Malasaña o Argüelles.
"Le gustaba ir arreglado y maqueado con el peinado". La percha que siempre ha tenido y un palique con el que es capaz de venderle hielo a un esquimal, le permitían llevarse a las chicas de calle a aquel adolescente, amante de la música punk de los Sex Pistols.
"Era bastante mentirosillo: era difícil saber lo que era verdad o mentira de lo que contaba", según recuerda con cariño uno de esos colegas, entristecido por el último golpe cometido supuestamente por Raúl y que le ha situado en la diana de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV). "Es un muy buen amigo y nos duele esta situación".
Más dolor le causa a Hortensia que no deja de sumar disgustos desde 1998, cuando detuvieron por primera vez a su hijo, por un robo con fuerza, con solo 19 años. "Estuvo trabajando de carretillero en una empresa de logística y en una fábrica de congelados de Torrejón de Ardoz, junto a su hermano. No tenía buenos salarios", recuerda esta mujer, intentando justificarle, aunque ella sabe que eso no es motivo para robar.
Raúl trató de enderezar su vida seis años después, echando los papeles en 2004 en Infantería de Marina, para convertirse en militar profesional, pero no llegó ni a pisar el centro de formación que la Armada española tiene en Cartagena. De forma que este madrileño del que todos sus allegados resaltan su "inteligencia" y su "buena condición física", optó por seguir invirtiendo el intelecto y la musculatura en asuntos turbios.
- ¿Cómo acabó Raúl diseñando el atraco a un banco?
- Hortensia: No sé hijo, pues porque nacen así. Yo le he criado a él como he criado a mi otro hijo. Uno me ha salido así y el otro me ha salido bien. Cada persona es como sale en esta vida. Yo tengo 71 años, no he robado en mi puta vida y no tengo para llegar a final de mes con mi pensión.
Esta septuagenaria habla en plata porque a estas alturas de su vida ha asimilado que si a su hijo no le enderezó pasar más de un lustro entre rejas, para qué andarse ya con paños calientes. Raúl se estrenó con las entidades bancarias en 2013, según asegura una fuente de la Policía Nacional a EL ESPAÑOL. Pero el botín no llegó a disfrutarlo. Ni siquiera tuvo tiempo de comprarle algún regalo al hijo que tuvo con su exmujer, una chica de familia bien, propietaria de tres mercerías.
"La primera vez, lo detuvieron el mismo día del atraco, iba en el coche de un amigo cuando lo cogieron al lado de mi casa porque le estaban siguiendo", según cuenta Hortensia. Lo hace apenada porque aunque Raúl sea la 'oveja negra' de la familia, ella no deja de ser la mujer que lo trajo al mundo y le quiere por encima de todo. "Cuando vine de trabajar, él ya estaba en los juzgados de Torrejón de Ardoz".
- ¿Qué ocurrió tras la detención de Raúl?
- Hortensia: Estuvo en la cárcel de Alcalá Meco durante siete años, por el atraco. Cogieron el dinero en mi casa. Yo no sabía que lo tenía en mi casa. Mi hijo había escondido 127.000 euros encima del mueble del salón. Cogieron el dinero y él fue a prisión.
- ¿Alguna vez ha hablado con su hijo para que de un giro a su vida?
- Hombreeee… ¿Tú qué crees? ¡Siete años en Alcalá Meco! ¿Y quién fue a verle a prisión? Pues su madre, mi pareja y sus amigos.
- ¿Qué le decía usted en aquellas visitas que le hizo en prisión?
- Pues qué le voy a decir, lo que le dice una madre: '¿Por qué has hecho eso?' 'Es que no te das cuenta de la que se te viene encima'… ¿Qué le voy a decir? Lo que una madre le dice a un hijo. Y Raúl me contestaba: 'Sí, mamá, ya no lo voy a hacer más'. 'Mamá, no lo voy a hacer más, no lo voy a hacer más'. Pero lo volvió a hacer, así que aquí estamos.
- ¿Qué le contó su hijo de su larga temporada en Alcalá Meco?
- Que eso no es bueno para nadie porque como la libertad no hay nada. En la cárcel estuvo trabajando en la lavandería y estudiando idiomas.
Raúl logró sus primeros permisos penitenciarios, tras cumplir cinco años de la condena que le impuso la Audiencia Provincial de Madrid. Nada más volver a respirar aire fresco, este ladrón con palique de donjuán se creó un perfil en la aplicación de citas Badoo y conoció a una chica, a la que convenció de que estaba trabajando en Disneyland París, para no contarle que los periodos que pasaban sin verse, se debían a que tenía que terminar de cumplir una pena de cárcel por el atraco a un banco.
Al final, inició una relación sentimental con esta mujer a la que aseguró que había sido militar profesional y que tuvo que atracar el banco agobiado por las cuentas pendientes que tenía con sus dos exparejas, con las que tuvo sendos hijos. Raúl demostró que se estaba reinsertando, trabajando en un kebab y como monitor en un centro de menores donde se ganaba a los chiquillos, fruto de una personalidad con gancho, donde convergen su inteligencia, las historietas que cuenta y la imagen de fornido deportista -curtido a caballo entre el gimnasio y el buceo-.
Al poco tiempo de quedar en libertad: Raúl se esfumó de la vida de esta mujer para emprender una nueva aventura fuera de territorio español donde se echó otra novia. "Estuvo trabajando en un centro de buceo en Egipto", según explica su madre, Hortensia. Los conocimientos que tenía su hijo, con certificado de buceo, y experiencia en inmersiones en el mar Rojo, le valieron un empleo. "Se fue allí con un amigo íntimo suyo que era monitor de buceo. Trabajaba con él, se encargaba de cargar las botellas para los que buceaban y del mantenimiento de los equipos".
Ni esa oportunidad laboral ni esa nueva pareja le llevaron a echar raíces en suelo egipcio y de vuelta a España volvió a las andadas cometiendo supuestamente el segundo atraco a un banco, tal y como asegura su propia madre. "En febrero de este año salió en libertad. Me llamó su abogado y me dijo: 'Raúl está libre'. Y se vino a mi casa a instalarse".
- ¿Cómo fue este segundo arresto por atracar un banco?
- Hortensia: En esta ocasión no le detuvieron en mi casa. Le cogieron en un hotel en Torrejón de Ardoz. El dinero de este último atraco no lo han podido encontrar, por eso le han dejado en libertad, porque no tenían pruebas.
Los agentes de la Guardia Civil vinieron encapuchados y me pusieron el piso patas arriba con una orden de registro: ¡Me dejaron el piso 'desvalijao'! No encontraron nada y mi hijo se tuvo que chupar seis meses de prisión, sin ninguna prueba. Así que espero que aquí no vengan esta vez, ni la Policía Nacional ni la Guardia Civil, porque los tiro por las escaleras. A mi casa que no vengan: te lo digo como lo siento.
- ¿Había encontrado trabajo Raúl tras instalarse en su casa?
- Él ahora no estaba haciendo nada.
Hace unas semanas, Raúl hizo la maleta y se marchó del domicilio de su madre en Torrejón de Ardoz, con la excusa de que se iba a Italia a ver a un amigo. Sin embargo, todo apunta a que en realidad se desplazó a 392 kilómetros hasta Guadalupe: una pedanía murciana de apenas 1.800 vecinos. Allí se levanta en la Plaza Mayor una sucursal de CaixaBank que supuestamente atracó el 23 de marzo, justo cuando el director y un empleado se disponían a abrir la oficina, a las ocho y cuarto de la mañana.
Raúl tenía aparcado el coche en la acera, frente a la sucursal, a unos metros de la puerta. De modo que sorprendió por la espalda a los dos trabajadores y con mucho tacto, les mostró una pistola de mayor calibre que el arma reglamentaria de un policía. No les encañonó ni les amenazó. Con calma les dijo: 'Vamos para adentro'. A buen entendedor, pocas palabras bastan: el director y el responsable de la caja, accedieron a su petición y este madrileño acabó la faena en unos minutos.
Tan solo una persona se cruzó con el atracador: un hostelero de la pedanía que se disponía a entrar a la sucursal. "Llegué para hacer el ingreso del dinero de la lotería que vendo en el bar y me encontré saliendo del banco a un hombre que me dijo que los sistemas no estaban operativos", según detalla el hostelero a EL ESPAÑOL. "Me explicó que tenía que esperar un rato hasta que llegase un técnico. Iba tranquilo, vestido con ropa deportiva negra, y una mochila del mismo color. Se montó en un Citroën y se marchó por la calle de Nuestra Señora de Guadalupe".
Ese desconocido era Raúl porque en la comunicación donde la Policía Nacional 'pone precio a su cabeza', se hace constar que huyó en ese modelo de coche: "Este Grupo UDEV 1 está tramitando el atestado policial número X, donde se ha procedido a la identificación como autor de los hechos a don Raúl T. H., con DNI X, nacido el 26 de enero de 1979, hijo de Enrique y Hortensia. En dicho atestado se le ha insertado un señalamiento policial con Orden de Búsqueda y Detención por dichos hechos".
"Se tiene conocimiento de que podría estar intentando abandonar territorio nacional y el mismo habría cometido el atraco en un vehículo, Citroën C-3, tipo sin culo, color oscuro, por lo que se solicita colaboración para la localización y detención de esta persona".
Dos semanas después, sigue siendo una incógnita el paradero de Raúl. Nadie sabe si está dentro o fuera del país. Ni su familia ni sus dos exparejas con las que tuvo un hijo con cada una: un adolescente que ahora tiene 20 años y otro de 14 años. Parece que este madrileño tras ser cazado con 127.000 euros robados a un banco en 2013, ahora lo ha planificado todo mejor para no volver a dar con sus huesos en una fría celda de Alcalá Meco.
- ¿Qué le dijo su hijo cuando se marchó de su casa?
- Hortensia: 'Mamá, me voy'. Nada más. No lo he visto desde que se fue de mi casa. No sé si está en Italia o en Pernambuco. A mi hijo no lo he vuelto a ver […]. Se fue como el que dice que se marcha a comprar tabaco y no vuelve. ¿Los motivos? Él los sabrá.
- ¿Usted ha intentado ponerse en contacto con su hijo en las últimas semanas?
- No tengo donde localizarlo.
- ¿Qué le diría a su hijo si pudiese hablar con él ahora que está en busca y captura por la Policía Nacional?
- Hortensia: ¿Qué le voy a decir? Y usted, ¿qué le diría a su hijo?
- Periodista: Sinceramente, no sé lo que le diría, creo que uno se tiene que ver en la situación en la que está usted. Para qué le voy a mentir.
- Hortensia: Pues nada. ¿Qué le voy a decir? La que lo estoy sufriendo soy yo […]. ¿Qué voy a hacer? Me tiro por la ventana o me tomo esta noche todas las pastillas que tengo para mis cosas y a tomar por culo. ¿Qué voy a hacer si es mi hijo? Usted que es padre, Dios no quiera que su hijo le salga así con todo lo que estoy pasando yo con Raúl.