Armando Prados, posando en uno de los baños árabes de AIRE Ancient Baths.

Armando Prados, posando en uno de los baños árabes de AIRE Ancient Baths. Cedida

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El éxito del español Armando Prados: factura 70 millones con sus baños árabes en Londres, NY...

Tras 20 años, su expansión avala el negocio de sus “recorridos termales”. En 2022, medio millón de personas pasaron por sus centros de EE.UU. y Europa.

3 junio, 2023 03:30

De negarles financiación para el proyecto a facturar 70 millones de euros. Así se podría resumir la trayectoria exitosa de AIRE Ancient Baths, la pequeña empresa española presente en diferentes ciudades como Londres, Nueva York y Copenhague. Con una plantilla total que superará las 1.000 personas el año que viene, su propuesta no se asemeja a nada igual en el mercado: un recorrido termal inspirado en los baños árabes en un edificio histórico del centro de cada ciudad. Son un océano azul, en términos empresariales. Ellos crean el nicho de mercado y lo completan con su propia oferta.

Armando Prados no es nuevo en esto de los negocios. Desde los 17 años ha fundado diferentes empresas y AIRE Ancient Baths es una de las que está más orgulloso. Presente en ciudades como Sevilla, Barcelona, Nueva York, Londres, Chicago y Copenhague, hasta medio millón de personas disfrutaron de sus servicios el año pasado: una desconexión total a nivel físico, tecnológico y mental. “Empezamos con AIRE cuando yo era productor ejecutivo en Telecinco gracias a esa bendita inconsciencia, como lo llamo yo, que con 24 años nos impulsó a emprender”, dice el empresario a EL ESPAÑOL.

Ahora tiene 50 años y un gran bagaje en su haber: “Gracias a mi paso por Telecinco aprendí cómo es una empresa estructurada a nivel internacional, porque antes sólo había estado en la empresa pequeña”. Su sueño empezaba a tomar forma, al menos en su cabeza. La materialización del mismo llegó de la forma más inesperada. Así lo cuenta él: “Algunos socios y yo fuimos a una fiesta en Sevilla en el año 2001, terminamos tarde y a las 12 de la mañana les echaron del hotel. Me pidieron ir a algún centro de masajes o algo por el estilo, nos pusimos a buscar y no había nada”.

Armando Prados en la ciudad de Chicago, en Estados Unidos.

Armando Prados en la ciudad de Chicago, en Estados Unidos. Cedida

El hecho de que procedieran de Granada y la ligazón que esta zona tiene con los baños árabes iluminó la bombilla que les ha guiado desde hace dos décadas. Si lo hacían, tendría que ser a lo grande. “Empezamos a buscar una antigua casa-palacio sevillana. Éramos muy jóvenes y todo el mundo nos rechazaba alquilar los espacios que nos gustaban para desarrollar para un concepto que todavía no existía”, relata. No quedaba otra, tendrían que comprar.

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Internacionalización de un concepto

En este momento, Prados es uno de los dos socios mayoritarios de AIRE, a quienes acompañan 11 más minoritarios. “Incluimos a más gente en el proyecto porque solos no podíamos”, puntualiza. Finalmente, Sevilla fue la primera ciudad en la que estos baños tan característicos se convirtieron en realidad, allá en el año 2004. Cuatro años después llegaría un nuevo centro en Almería, en 2011 dieron el salto a la capital catalana y, al año siguiente, comenzó su internacionalización en Nueva York. El 2015 abrieron un nuevo local en la ciudad barcelonesa de Vallromanes. En 2017 continuaron con Chicago, en 2020 con Copenhague y en 2021 con Londres. Pronto abrirán un nuevo centro en Nueva York y Toronto.

Han pasado dos décadas desde sus inicios y cientos de situaciones que la empresa han tenido que sortear. Siempre victoriosos, el concepto de su negocio ha sido lo suficientemente fuerte para hacer frente a los vaivenes. “Nosotros creamos un océano azul, tal y como se le conoce en el mundo empresarial, tenemos un nicho único que abarcamos nosotros mismos, sin competencia alguna”, relata el propio Prados.

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Al fin y al cabo, ofertan algo tan necesario y buscado en la actualidad como la desconexión total. Es una especie de microrretiro que, a lo largo de dos horas en las que tienes acceso a los baños y a un masaje, insufla la energía que el día a día arrebata a cualquier persona. “Una de nuestras diferencias es que nunca tuvimos como objetivo el dinero. Sabemos que es la gasolina del negocio, pero somos unos románticos. Si nuestras ganancias se reducen por meter un aporte diferencial más al cliente, lo hacemos”, se explaya el empresario refiriéndose a esta estrategia como otra forma de crecimiento.

Un lujo para desconectar

A primera vista, el producto ofrecido por esta empresa de recorridos termales, tal y como los denominan, pudiera parecer algo vetado para las clases más populares. Prados también se refiere a ello: “En realidad, es asequible porque no es algo que hagas de forma recurrente. Tenemos un target muy diverso porque la gente acude de manera puntual, como un pequeño lujo accesible”. En España, el ticket medio se sitúa entre los 70 y 80 euros, una cifra que asciende hasta los 220 dólares en el caso de Nueva York.

La coyuntura de crisis económica tras la pandemia, asimismo, tampoco ha sido óbice para que esta compañía siguiera creciendo. “El consumo ha subido. La gente quiere salir, disfrutar después de tanta tragedia, y nosotros somos uno de esos sectores que se está alimentando de ello”, añade Prados. De hecho, AIRE ha ido creciendo a doble dígito año tras año.

Armando Prados, en uno de los baños árabes que ha abierto su empresa por el mundo.

Armando Prados, en uno de los baños árabes que ha abierto su empresa por el mundo. Cedida

Una de las transformaciones de la que han sido testigos desde la compañía es cómo la gente se ha acercado a los baños. Si en un principio se concebía como un plan de grupo, después fueron las parejas quienes más lo utilizaron. “Ahora ya hay gente que ha entendido el concepto y vienen solas, sobre todo en Nueva York. Ven que es un espacio para uno mismo, de desconexión total”, reitera el propio Prados.

Salta a la vista que esta compañía aún no está presente en la capital española. “Madrid se merece algo espectacular, y estamos en búsqueda activa, pero todavía no hemos encontrado el sitio perfecto para ello”, en palabras de este emprendedor. Esta ciudad es una de las que más presencia tienen en su radar, al igual que París.

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Crecimiento personal y profesional

Aunque superada con creces, la incertidumbre que acarreó el inicio de la crisis sanitaria hizo tambalear un proyecto que iba viento en popa. Midieron sus recursos y corroboraron que podrían aguantar. Así lo hicieron. Pero este no ha sido el único inconveniente que se han encontrado a lo largo de su trayectoria. Según Prados, la opacidad que existía antes a nivel corporativo para compartir el conocimiento les lastró, al igual que la financiación, pues su proyecto, ahora millonario, fue rechazado en un primer momento por las entidades bancarias.

Prados, por su parte, no limita su día a día a AIRE. Ejemplo de superación personal, este empresario se marca tres objetivos anualmente: personal, profesional y deportivo. Eso es lo que le ha hecho que consiguiera terminar la prueba deportiva Iron Man, cursar un máster de Programa de Alta Dirección en el IESE o montar su propia marca personal mediante la que asesora a jóvenes emprendedores. “Eso les ahorra mucho dinero y es una forma de transmitir mi conocimiento”, apuntilla orgulloso.

Ahora, el sueño de este empresario está en que AIRE Ancient Baths esté tan consolidada que sea un atractivo para cualquier persona que vaya a visitar una ciudad. “Queremos estar en Asia, Australia, Oriente Medio, tener una marca global, un valor añadido para la ciudad en la que estemos”, concluye Prados.