Moses Von Kallon es de Sierra Leona, tiene 29 años y es uno de los supervivientes del Aquarius, el barco en el que se encontraban más de 629 personas africanas abandonadas a su suerte tras ser rescatadas en el Mediterráneo. El Gobierno español ofreció el puerto de Valencia en un gesto de acogida sin precedentes que dio la vuelta al mundo.

Moses, como todos los que viajaban en los barcos de rescate, sufrió muchísimo para poder llegar a España. Dejó a su familia, se subió a una patera en Libia, naufragó poco después y salvó la vida gracias a los voluntarios de esta embarcación de la ONG Open Arms

Este sábado 17 de junio se cumplen cinco años de la llegada a España, el país que les abrió los brazos y les prometió empezar una vida diga mientras el resto de Europa miraba hacia otro lado.

Moses en una imagen compartida en sus redes sociales.

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El puerto se convirtió en un gran plató de televisión y en una oportunidad política para que Pedro Sánchez se estrenara en el cargo de presidente del Gobierno, solo unos días después de que prosperara la moción de censura contra el popular Mariano Rajoy.

La maniobra permitió a Sánchez posicionarse en Europa frente a la Italia de Salvini y dio un giro a la política migratoria de Rajoy. Pero con el apagón mediático llegó la fecha de caducidad y España volvió a las mismas medidas de siempre.

Son cinco años de promesas incumplidas, incluso de olvido. Un tiempo en el que los supervivientes y organizaciones humanitarias han denunciado la falta de apoyo del Gobierno para regularizar su situación y retomar sus vidas. Pese a los compromisos adquiridos, el 80% de las solicitudes de asilo han sido denegadas.

Según datos del Ministerio del Interior, 294 solicitudes han sido denegadas o archivadas, 6 están pendientes de estudio y 71 han sido favorables (41 de Sudán, que tiene un acuerdo preferente).

"Salvar personas en el Mediterráneo es algo increíble, en ese momento necesitamos humanidad para salvar nuestras vidas. España nos rescató y estaremos siempre agradecidos. Pero muchos compañeros no han sido regularizados y no pueden trabajar o alquilar una vivienda".

Aquarius es sinónimo de esperanza y refugio. Pero también representa "el fracaso de la política migratoria europea y el incumplimiento del compromiso de regularización adquirido por parte del Gobierno español durante la acogida", mantienen los supervivientes.

Moses es el presidente de la Asociación Aquarius Supervivientes. Se fundó en noviembre de 2019 en Valencia gracias al impulso de las personas que desembarcaron en el puerto de la ciudad aquel 17 de junio. Llegó sin saber ni una palabra en castellano y hoy maneja el idioma y ayuda a otros en su aprendizaje.

El grupo, apoyado por cooperadores españoles, trabaja en defensa de los derechos y la dignidad de todas las personas refugiadas y migrantes que viven en España, y que presentan circunstancias específicas que las hacen especialmente vulnerables en numerosos ámbitos, para contribuir a su plena integración y convivencia en el país.

"Hoy soy feliz porque estoy vivo, pero no los soy del todo. Encontrar trabajo o una casa para vivir en estas circunstancias es muy complicado. No puedo ser feliz si veo a mis compañeros supervivientes en una situación irregular".

1.039 muertos 

El Mediterráneo sigue siendo un gran cementerio y Europa, agitada por el auge de la extrema derecha, no es capaz de poner soluciones sobre la mesa.

Sólo esta semana se han contabilizado al menos 79 muertos y cientos de desaparecidos tras el naufragio de un barco repleto de migrantes en el mar Jónico, frente a las costas de Grecia. Es el más grave en lo que va de año en el mar Jónico y en todo el Mediterráneo, pero según la Cruz Roja puede tratarse incluso de una tragedia migratoria sin precedentes.

La mayor tragedia migratoria de la que hay noticias ocurrió el 19 de abril de 2015, fecha en la que la Fiscalía italiana anunció que habían desaparecido 850 personas en aguas de Sicilia cuando intentaban alcanzar la costa europea. 

Apenas una semana antes, el 13 de abril, desaparecieron otros 400 al zozobrar su embarcación frente a las costas de Libia.

Según los datos aportados por el Proyecto Migrante Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) son casi 27.000 el número de migrantes desaparecidos en el Mediterráneo desde el año 2014.

En lo que va de año, hasta el momento han muerto 1.039 de migrantes en el mar Mediterráneo.

"Cuando veo el mar Mediterráneo me vienen las imágenes del viaje. Vinimos más de 600 personas y no nos conocíamos entre nosotros. Los días que pasamos juntos nos apoyamos unos a otros".

España entregó a los supervivientes la denominada tarjeta rosa, el documento que se concede a todas aquellas personas procedentes de una región en conflicto o que han sufrido un desastre natural mediante el cual se les autoriza a vivir en territorio español.

La tarjeta les permite residir en España mientras se procesa dicha solicitud. Pero la mayoría de solicitudes de protección internacional quedan denegadas.

Los supervivientes se encontraron un muro burocrático al llegar a España. La tarjeta rosa les permitía permanecer durante 12 meses, pero como habitualmente la protección internacional queda denegada, tuvieron que pasar 2 años más como ilegal hasta poder regularizar su situación. La gran mayoría no ha conseguido pasar este proceso.

El barco Aquarius llega a Valencia en 2018. EFE

Esperar la muerte

Moses ha hecho todo lo posible para pasar página y olvidar lo que vivió en Libia. Allí estuvo muchas semanas encarcelado por motivos religiosos y escapó con dos amigos más. Uno de ellos murió en el desierto, exhausto por el cansancio.

"Solo puedes huir si tienes algo de dinero". Cuando llegó a Valencia, recibió durante 8 meses atención psicológica por el impacto que le supuso la travesía y ahora "solo pienso en el futuro".

"La migración va a existir siempre. Si siguen las guerras en África, los malos políticos gobernando y el tráfico de armas entre EE. UU. y Europa, los africanos no nos vamos a quedar allí esperando a la muerte".

Moses señala que "los africanos saldrán de sus países para buscar lugares seguros, da igual si tienen que cruzar el Mediterráneo, porque quieres salir para vivir. Nadie quiere quedarse en una guerra y la migración no va a parar mientras siga esta situación".

Su vida en Valencia no ha sido fácil, pero ha encontrado mucha empatía y solidaridad. "Han pasado muchas cosas. Somos supervivientes y seguimos sobreviviendo".

Moses reconoce haber sufrido el odio del racismo y sus consecuencias. "Lo sufro en muchos lugares, pero estamos trabajando para seguir adelante y mejorar la igualdad y la inclusión de las personas migrantes".

Por el momento, no piensa en traer a España a su familia. "Allí están bien y aquí no les puedo ofrecer nada. No quiero que sufran lo mismo que yo".

Ahora Moses tiene a la familia de Aquarius Supervivientes, que se compone de una amplia base social y de un grupo multidisciplinar de personas voluntarias "que nos apoya con energía". 

Los supervivientes celebrarán el próximo 24 de junio el quinto aniversario de la llegada del barco de salvamento a Valencia con un amplio programa de actividades gratuitas abiertas a toda la población en El Tinglado número 2 del puerto, el mismo lugar donde hace cinco años desembarcaron las 629 personas africanas rescatadas a la deriva frente a las costas de Libia.

El evento pretende ser un espacio referente en España y Europa de celebración de la convivencia y la diversidad. "De reivindicación de los derechos humanos del colectivo refugiado y migrante; y también de reconocimiento a todas las entidades y organismos que cada día contribuyen a mejorar la igualdad y la inclusión en la Comunidad Valenciana", explica Moses.

"Si pienso en el Aquarius pienso en humanidad y diversidad porque fue algo muy simbólico para todos. Nos salvaron".