Juan Carlos Rivero y su 'exilio' narrando la Selección Sub-21: "No me afectan las redes sociales"
El periodista fue apartado de la absoluta tras el Mundial. No cree que el cambio tuviera que ver con las críticas en redes: "Nuestros jefes son inteligentes".
1 julio, 2023 02:21Juan Carlos Rivero (Madrid, 1962) no necesita más presentación que su propia voz o su imagen. En la calle, para explicar quién es, bastaría con decir: el que narra los partidos de la Selección en Televisión Española. Los más cafeteros añadirían: el presentador de Estudio Estadio durante muchos años. Pero a Rivero, en realidad, le definen muchas otras cosas.
Lleva casi 30 años pegado al micrófono en Torrespaña y ha viajado por todo el mundo haciendo lo que más le gusta: contar cosas. Algunas de sus narraciones son históricas. Su pasión es el fútbol, pero también ha tenido la oportunidad de estar en los Juegos Olímpicos, "lo más grande que hay".
De ahí quizás que su carrera se englobe en el gol del granjero jerezano Kiko Narváez en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92', la primera medalla de oro para el balompié español en unos JJ. OO. "Preparado para el lanzamiento (de esquina) Ferrer. Ahí está el lanzamiento de Ferrer. No llega Kiko. Luis Enrique... Pelota para Kiko... ¡¡¡¡Gooooool de España!!!! Ha marcado Kiko el 3-2 a los 45 minutos de juego del segundo tiempo...", cantaba Rivero hace ya 30 años en TVE, cuando todo era más sobrio.
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El periodismo patrio ha cambiado mucho desde que llegara en 1989 a la televisión pública. Su carrera también. Lo que no se ha modificado tanto es su aspecto, siempre característico, con peinado y gafas similares. Quizás lo más llamativo es que su cabellera se ha tornado en gris plata delante de la pantalla.
Tras el Mundial de Catar a finales de 2022, RTVE decidió alejarle de los partidos de la Selección Española. Le sustituiría el compañero David Figuera, que hará la Eurocopa 2024.
La decisión se anunció justo después de aquel evento, en el que las redes sociales se le echaron encima al periodista madrileño. Hasta Pablo Iglesias pidió su despido, en este caso concreto por decir en un partido de Marruecos que "los marroquíes roban y salen a toda velocidad". La frase, aunque desafortunada por el contexto actual, es muy utilizada en el argot futbolístico.
Él no hace caso a las críticas de las redes. Al menos, eso dice. Tampoco cree que afectaran a los mandamases de RTVE para que le apartaran de lo que venía haciendo tantos años. "No, yo creo que nuestros jefes son inteligentes y no se van a fijar en esas cosas", dice. De todas maneras, él no se siente "apartado, en absoluto". Reconoce que este año ha narrado "más fútbol que nunca".
Se encuentra en un buen momento personal cuando recibe a EL ESPAÑOL en Torrespaña. Está a punto de narrar el Noruega-Italia del Europeo Sub-21, un campeonato en el que sigue a los cachorros de Santi Denia. Da gracias por "cada minuto aquí, que es lo que deberíamos hacer todos"
—¿Cómo está viendo el Europeo?
—Bien, la verdad. Yo creo que es un equipo competitivo. Tienen que jugar Cuartos y yo confío en que puedan llegar a la final. Veo jugadores con mucho cuajo, mucho oficio y presencia. Hemos tenido la oportunidad de ver al resto de selecciones y creo que es una de las favoritas.
—Experiencia tiene usted en esto…
—Pues sí, es lo que tienen los años. (Ríe). Es algo que agradezco, que me hayan dado la oportunidad de tener tanta continuidad. Los que llevamos aquí de mi generación llevamos mucho tiempo. Cuando llegamos, los que estaban ya llevaban mucho tiempo, pero era el único canal que había. Luego llegaron el resto de canales a partir de los 90. En todo caso, hemos estado muy bien aquí. En el caso de los deportes ha sido maravilloso porque hemos tenido muchos derechos, se han hecho muchas competiciones. Hemos viajado muchísimo y eso no nos lo quita nadie.
—¿Ha cambiado todo tanto como dicen en estos años?
—Mucho. Mucho. Sobre todo tecnológicamente. Antes utilizábamos cintas, había que llevar un magnetoscopio aparte de la cámara y se necesitaba ayudante. Ahora se graba en nada. Nos ha exigido mucho a los más veteranos adaptarnos a las nuevas tecnologías porque nosotros no nos hemos criado como las siguientes generaciones con tantos aparatos, pero creo que hay que hacerlo y eso es constante, no te puedes parar.
—En esa evolución están las redes. ¿Cómo se maneja ahí?
—No tengo mucha presencia en redes, pero estoy en todas. En todas las que conozco, de momento… En Instagram, en Twitter y tal. En Tiktok estoy, pero no he hecho nada. En Twitch colaboro con algunos compañeros en algún canal y tienes que estar. Las redes son muy útiles para muchas cosas. Para comunicarte, por ejemplo. Hay gente que las utiliza solo para insultar, pero el problema lo tienen ellos, no lo tenemos los que no insultamos ahí.
—¿Cómo vive eso?
—Nada. Ni me preocupa, ni me afecta, ni le doy la mayor importancia. Hay gente que es por sistema, que quiere hacerse notar y quiere decir cosas ahí. Que digan lo que quieran. Para eso está. Lo podemos hacer con mejor estilo, con peor estilo, incluso con muy mal estilo… Insisto, el problema está en el que lo hace, no en el que lo recibe.
—Sin embargo, le hemos visto envuelto en alguna polémica.
—Sí, llego una tarde y ya soy trending topic. Pues mira, si a la gente le hace gracia el juego, que se diviertan. Yo no participo, ni me afecta, ni me llama la atención. Yo sé lo que hago bien, sé lo que hago mal, sé cuáles son mis limitaciones… Como todo. Pero no porque alguien venga a insultar o a decir alguna barbaridad me va a afectar. El oficio nuestro, el tuyo, el mío, el de todos los que estamos metidos en los medios de comunicación, es de mejora constante. Tienes que fijarte en los que vienen por detrás, en cómo es el nuevo estilo, el nuevo lenguaje y tienes que adaptarte a eso. Pero estar pendiente de si uno dice tal o cual…
—…Hasta Pablo Iglesias…
—Cuando apareció Twitter si afectaba un poco, porque era muy novedoso y decías por qué ha dicho esto y lo otro. Y, de repente, uno se inventa una cosa y tiran para esa rueda. Yo trataba de contrarrestarlo hasta que me di cuenta de que es todavía peor. Entonces, nada. De verdad que no me afecta, ni me interesa lo más mínimo.
—¿Ha afectado lo publicado en las redes sobre usted a su trabajo en RTVE?
—No, yo creo que nuestros jefes son inteligentes y no se van a fijar en esas cosas.
—En las redes hay algún sorprendido con que esté haciendo aún la sub-21. ¿Ha visto estos días comentarios?
No. No me ha llegado ninguno. No sé si es que los que ven la sub-21 son otros, pero yo soy el mismo. Ahí no ha aparecido nadie, eso solo pasa con la absoluta o cuando sales en la 1. Ahora nadie ha dicho nada. Lo mismo ven la entrevista y lo dicen. Eso es una tribuna libre y que cada cual ponga lo que parezca. Si veo algún insulto, me lo quito de en medio y ya está. No me interesa una comunicación así. No me interesan esos mensaje, yo no saco nada positivo.
Las pasiones de Rivero
Juan Carlos Rivero es un tipo normal. A sus 61 años, llega a la redacción de Deportes de RTVE acompañado de su mochila, como hace cualquier periodista que se precie en cualquier medio de comunicación.
Ha logrado hacer de su trabajo su hobbie. "Me encanta la narración, el directo. Yo he estado 10 años con Estudio Estadio y los programas que más me han gustado son los que teníamos muchas cosas en directo: final de jornada, o cuando sucedía algo atractivo e interesante… Yo cuando pasa algo en directo es cuando más me divierto, entonces en las narraciones encontré la horma de mi zapato".
Recuerda Rivero que a él le gusta el periodismo porque "cuentas todo lo que está sucediendo al instante". Y reconoce: "Me lo he pasado bien del primer partido al último".
De hecho, no tiene ninguna duda de que quiere seguir narrando partidos. "Hasta que me vaya", sentencia.
Una de las críticas fundamentales a Juan Carlos Rivero en los últimos tiempos se basa en su estilo de narración. El narrador pertenece a una generación que creció con José Ángel de la Casa en una televisión pública mucho más seria y menos distendida de la que gusta ahora al gran público.
—¿Qué es lo fundamental a la hora de narrar?
—Muchas cosas. Los estilos son muy abiertos. Antes había un estilo muy concreto que era el que marcaba esta casa. Aparecieron las privadas y llegó gente como Andrés Montes… Pues él aportaba algo distinto. Hizo algo muy bueno que fue: vamos a hacer algo distinto, no vamos a hacer lo que ya hacen ellos. Ahora hay una línea más estándar, más común. Te puede gustar más la voz de uno, la de otro, uno grita más, otro grita menos, unos es más entretenido, otro tiene más contenido, más conocimiento, otros tienen menos… Yo creo que lo mejor es no molestar.
—¿Algo que le haga ilusión recuperar?
—Me gustaría seguir comentando fútbol. Me gustaría seguir comentando todo el fútbol posible. Me gustaría seguir comentando la Selección, pero al compañero que lo está haciendo posiblemente le guste lo mismo. Y la gente que no lo ha hecho, seguro que quiere acceder a eso. Es un interés legítimo de todos. Todos queremos hacer más cosas. Yo espero alguna vez… No me siento apartado en absoluto. He hecho más trasmisiones de fútbol este año, que otro año. Me gustaría seguir ligado a todo el fútbol que tengamos en esta casa.
La conversación con Juan Carlos Rivero se pierde en temas empresariales, hasta que encuentra de nuevo la narración.
—A veces se culpa a los narradores de ser de un equipo u otro.
Pero eso es como decir que el periodista debe ser objetivo. Eso es imposible. Lo que tiene que ser es honesto. Objetivo es imposible porque todos tenemos nuestra interpretación de la realidad. Ahora, yo te aseguro que si yo veo que es penalti, lo digo. Sea el equipo que sea. Salvo cuando juega España, que sí me atrevo a decir que me alegro de que era penalti y no lo han pitado a favor nuestro. Hay que reconocerlo. A la gente le preocupa mucho eso y lo entiendo, pero no creo que el gran problema sea ese. Estamos tan centrados que no estamos tan pendientes.
—¿Tiene usted equipo? Si lo quiere decir a los lectores de EL ESPAÑOL...
Sí, tengo alguna preferencia. Prefiero no decirlo, que cada cual adivine o intuya lo que le parezca. Yo lo que intento es ser honesto con lo que digo. En una transmisión no tanto, pero en Estudio Estadio sí me he permitido cierta ironía, pero ha sido intentar pinchar un poco, llamar la atención, pero sin herir ninguna sensibilidad. El fútbol es lo más importante de lo menos importante que dijo aquel, pero hay que tener sensibilidad con todo el mundo.
Juan Carlos Rivero se aficionó al fútbol de muy joven, por tradición familiar. En casa también se veía boxeo, pero ese deporte no caló en el presentador, que reconoce que lo practica a veces. Su primer mundial fue Argentina 76', donde no vio a España, pero sí a Maradona.
Su referente es José Ángel de la Casa. "No ha habido nadie como él. Ha habido gente muy buena y otros estilos, pero José Ángel... Nadie tuvo más conocimientos en la retransmisión", apunta. "Entonces era más sobrio y nos hemos ido alejando. Yo creo que algunos de esta casa, otros sí les ha gustado mantener esa línea. Otros nos hemos ido adaptando", señala.
—Ahora están comenzando a verse narradoras en fútbol. Usted ha trabajado con Paloma del Río, que es la narradora por antonomasia de este país, y la que quizás abrió un poco la veda.
—Sí, se está comentando mucho que haya mujeres en la narración de fútbol y es que no se debería fomentar que sean hombres o mujeres. El que sea bueno o buena que lo haga, no porque seas mujer o porque seas hombre tienes que acceder a algunas cosas. Pero esto me parece estupendo. Hay quien echa en falta o se pregunta por qué en fútbol no hay más narradoras femeninas. Bueno, aquí en gimnasia ha habido una narradora desde hace 30 o 40 años. En natación hay otra mujer desde hace el mismo tiempo… Nadie se preocupa en decir por qué no está un hombre. En ese tipo de cosas, en vez de ser ventajista o buscar el buenismo, conviene ser natural y buscar la igualdad siempre. En cualquier discriminación, tolerancia cero. Pero no fomentar a nadie en función del género. El que sea bueno o buena que lo haga.
Juegos y futuro
Para Juan Carlos Rivero, los Juegos Olímpicos es "lo más grande que hay. A mí lo que me gusta es el fútbol y he estado en Mundiales, Eurocopas y Champions, eso es glorioso. Ahora, yo creo que para un periodista deportivo el culmen es ir a unos Juegos Olímpicos. Son 28 mundiales a la vez. El nivel es maravilloso. Desde el primer día hasta el último no para la competición. Para cualquiera es un reto apasionante".
—¿Le gustaría estar en París 2024?
—Le digo como antes. Claro que sí, pero a mí y al resto. Me gustaría y entiendo que cualquiera lo diga.
—¿Alguna espinita clavada?
—No, no. No me da el ego para tanto. Me hubiera gustado estar en Sudáfrica, en la final de la Eurocopa de 2008. Pues sí, pero no me da el ego para eso. No somos tan trascendentes. Disfrutamos lo que hacemos, pero no considero que seamos la pieza angular del acontecimiento deportivo. La pieza angular son los que están ahí.
—Está muy de moda eso entre ciertos periodistas…
—Ya… Pero yo creo que con los años se aprende. Se aprende a darte cuenta de dónde estás. Lo importante es que te sientas a gusto y que la importancia te la des tú. No hace falta que te reconozca nadie nada. Lo importante es saber lo que haces tú, a dónde llegas, qué puedes alcanzar… Tú eres el espejo donde te tienes que mirar. El alrededor es ruido y tiene la importancia que tiene.
—¿Le choca un poco eso de las nuevas generaciones?
—No creo que sea de las nuevas generaciones. Siempre he dicho que hay gente que hace dos regates y se cree Garrincha. Yo no creo que sea consustancial a ello, sino a nuestra profesión. Va en la personalidad de cada cual. Con los años te das cuenta de la importancia que tiene y la trascendencia. Qué más da de lo que se acuerden los demás.
Rivero está cada vez más cerca de la retirada y es consciente. No obstante, le gustaría seguir activo de alguna manera. Si no, disfrutará del mar. "Me gusta mucho, viajo mucho a Menorca. Lo considero ya uno de mis lugares en el mundo. Me encanta el mar en todas sus facetas. Respirarlo, vivirlo, sumergirme. Dentro de no mucho tiempo creo que voy a pasar mucho rato en el mar", comenta.
Modelo RTVE
RTVE camina hacia un modelo con más deporte. El propio Juan Carlos Rivero así lo expone durante la entrevista. La televisión pública ha perdido algunos contenidos en las últimas décadas, como por ejemplo la Champions. Sin embargo, ha ido ganando y manteniendo otros como la Copa del Rey, a la que Rivero seguirá ligada.
—Cada vez se compra más fútbol en esta casa (RTVE).
—Es un milagro que una empresa pública y en abierto tenga la oportunidad de acceder a contenidos especialmente de fútbol. Creo que si lo hacemos es porque los dueños de los derechos no quieren que todo el fútbol se vea a través de las plataformas de pago, sino que también tenga la difusión que no tiene el pago a día de hoy. La clave es que cuando coincidimos, por ejemplo, la final de Estambul —entre Real Madrid y Atlético de Madrid—, la diferencia es bestial. La difusión no tiene nada que ver.
—¿Le diría a la casa que siga esa línea?
—Yo no me atrevo a marcar las estrategias de esta empresa. Para eso está otra gente. Como periodista deportivo, les diría que siguieran comprando deporte. Creo que se compra y se accede a mucho deporte. A veces, incluso, por el prestigio y la pantalla que aportamos nosotros. Les diría que compraran fútbol y todo lo demás. Hay mucho interés por el deporte en España.
—¿Es difícil trabajar en una cadena pública?
Lo más complicado es que sabes que estás sometido a un examen al que no está sometido el que trabaja en un medio privado. Los que estamos aquí tenemos una cicatriz en la espalda y has cometido algún error y de todo eso se aprende. Entendemos que con nosotros hay máxima sensibilidad y lo aceptamos. No es lo mismo ver un RM-ATM en una cadena pública que en una privada. La cadena pública está mucho más exigida y hay mucha más atención sobre lo que hagamos nosotros. Lo aceptamos y lo tenemos en cuenta.
—Dice el Partido Popular que no se fía de la neutralidad de TVE para el debate de candidatos a la elecciones generales del 23-J. ¿Los gobiernos que van pasando les afectan?
—Mira lo que afectan que entré aquí en el 89 y he visto pasar gobiernos del PSOE y el PP y aquí seguimos. Afecta no a la línea editorial, sino a la idea que cada gobernante tiene sobre lo que tiene que ser la televisión pública. Eso sí nos afecta. Que haya un partido que lo quiera sea una cosa u otra nos afecta, claro, porque como puede afectar a la sanidad o educación. Depende lo que piensen de nosotros. Lo que sí he visto yo es que no hay un modelo de radiotelevisión pública que quieren los gobernantes. Nosotros, en ese vaivén, nos hemos movido bastante bien. Cuando digo nosotros me refiero a los 6.000 y pico que estamos aquí.
—Sobre lo del PP.
—Yo no sé a qué se refieren, pero es que no estoy en ese día a día de los informativos. Aquí se procura ser honesto y neutral, ahora si alguien percibe que no lo eres… Es muy difícil. A veces es más fácil desintegrar el átomo que acabar con un prejuicio.
—¿Por qué modelo de televisión abogaría Juan Carlos Rivero?
—Me gustaría un medio de comunicación fuerte, que atendiera a todo el mundo, tanto a las mayorías como a las minorías. Pero para eso hace falta un presupuesto enorme. Me gustaría que se sostuviera en una televisión de calidad, que llegara a mucha gente y con entretenimiento. Creo que el tema está complicado porque hay muchos contenidos y hay que empezar a pensar mucho en qué ofreces en abierto en televisión para los que van llegando, porque los chavales no veo yo que pongan mucho la tele.
—¿Cómo podría llegar esa financiación?
—Yo creo que con muy buena intención se trató de suprimir la publicidad, pero en cierto modo lo que hizo fue sacarla del mercado. Te impide competir con los demás con armas parecidas. Yo hubiera buscado algo mixto, dentro de mi humildad, que no me atrevo yo a decirle al consejo de sabios que se reúne para esto, a decirle lo que tiene que hacer. Yo hubiera buscado la fórmula mixta. Contenido público sin publicidad, contenido de mayor alcance con publicidad… Dentro de lo que es la televisión pública que no puedes hacer lo que hacen los demás. Yo no hubiera suprimido esa fórmula.
—Dice que los chavales no ven la televisión...
—Atraer a las nuevas generaciones a las tvs en abierto es complicado porque quieren las cosas a la carta, las prefieren en internet, se pueden tirar horas viendo tiktok pero no un programa concreto… Yo he visto a una persona de 15 años ver Los Serrano al completo. Pero no la ha visto en la tele, la ha visto en internet, donde tiene la oportunidad de ver un capítulo y si no le gusta pasa al siguiente. Ellos han cambiado la forma de ver la tv y hay que darse cuenta de eso. Hay que cambiar el contenido y la manera de contar las cosas.
—Y usted, ¿se ve cambiando de formato?
—Sí, me lo paso muy bien cuando colaboro en Twitch con algún compañero. No tengo ningún problema en absoluto. Soy muy respetuoso con todos, la gente sigue mucha información con el teléfono. Cuando llegan al telediario, casi se lo saben todo.