Desde 1567 la fuerza del hombre se enfrenta a la de la naturaleza en una tradición milenaria. En La Rapa das Bestas de Sabucedo (Pontevedra) el músculo se mide con la bravura del caballo salvaje, hasta conseguir desparasitar, cortar sus crines y sanar sus heridas en un rito ancestral.
En el siglo XVI la peste desoló Sabucedo. Según cuenta la leyenda dos hermanas le ofrecieron varias yeguas al patrón del pueblo, San Lourenzo, para que les librase del mal. Las mujeres cumplieron su promesa al librarse de la peste, pero como los clérigos no podían hacerse cargo de los animales, procedieron a liberarles en el monte, naciendo así el mito.
Los caballos salvajes de los montes de A Estrada, Cerdedo y Forcarei son considerados los descendientes de aquellos dos regalos al patrón San Lourenzo. Y es por este motivo que cada año se celebra la gesta de la purificación, reuniendo a las bestias, los luchadores y los "miles" (visitantes que se acercan a contemplar la ceremonia) en el 'curro' -recinto de piedra donde se celebra el ritual- el primer fin de semana de julio.
La clave es la destreza
Los 'aloitadores' son los encargados de sujetar al caballo -de cabeza y cola- para inmobilizarlo, usando tan sólo la destreza y su cuerpo para realizar su labor. Manteniendo la tradición ancestral, la única ayuda para detener la furia de la 'besta' es su propio cuerpo y unas tijeras.
Se trata de una tradición que pasa de generación en generación. Cada año se inician en ella nuevos jóvenes de la zona que quieren mantener viva la leyenda y el vínculo con los animales.
Gracias al esfuerzo de los gallegos por cuidar su cultura milenaria, desde el año 2007 es considerada una fiesta de interés turístico internacional. El pequeño pueblo de Sabucedo -de tan sólo 30 habitantes- recibe cada primer fin de semana de junio a turistas de todas partes del mundo, llegando a superar los 15.000 este año.
'As Bestas'
Tal y como se muestra en la película de Rodrigo Sorogoyen, As Bestas, este año la tradición gallega se ha mezclado con la reivindicación. En concreto con los parques eólicos.
El entorno rural y cerrado de Galicia se mantiene firme en sus principios tradicionales, no viendo posible la convivencia entre ambos mundos. En este sentido el presidente de la Asociación de la Rapa das Bestas ha informado que "van a ir a la justicia en contra de los parques eólicos" que quieren situar justo en la zona de bajada de caballos.
Hace varios meses, a raíz de las declaraciones de Sorogoyen, la Asociación publicó en su página web un alegato que recogía las palabras del director de cine: "Energía eólica sí, pero no así".
El argumentario fundamenta que los montes en los que habitan los caballos salvajes "son un rico patrimonio arqueológico y sobre todo natural" y denuncian que los proyectos planteados el territorio "quedaría fragmentado por la construcción de grandes vías" (necesarias para el acceso a los parques).
"No queremos subir al monte y tropezarnos con monstruos de 200 metros de altura que invaden todo el territorio con su incesante ruido", sentencian desde la Asociación.