Alguien debió pensar que sería buena idea mandar a un periodista especializado en ciencia y cultura a cubrir la final de la Kings League y la Queens League. Veámoslo. La tarde empieza con un atasco y 36 grados al sol en el verano más cálido de la historia de la especie humana. Una fila de coches, la mayoría VTC, rodea el estadio Civitas Metropolitano. Mi primera vez en el estadio rojiblanco.
Ríase usted de la operación salida: el 'coliseo' del Atlético de Madrid está repleto ya de ambulancias, grúas, furgones de la Policía Nacional; más que un evento deportivo organizado por la empresa de Gerard Piqué, Kosmos, y el escuadrón de streamers más famosos de España, parece la final del Mundial, sólo que la media de edad no supera la treintena. El evento, aseguran los organizadores, llega al 92% de aforo.
Sobrevivir a la primera prueba, encontrar aparcamiento, me lleva a la segunda: la alfombra roja y el photocall. Frente a las cámaras y los micros comienzan a desfilar personajes del mundillo de la farándula.
Ahí está Kiko Rivera tras su cirugía de corazón negándose a hacer declaraciones; el Maestro Joao, que no se cansa de afirmar, tarot en mano, que Rauw Alejandro le ha puesto los cuernos a Rosalía; se les suma la exestrella de Telecinco Alba Carrillo, quien tampoco tiene cuerpo de hablar de la denuncia por "despido improcedente" que le ha cascado a Mediaset pero sí de lanzarle dardos envenenados a Bertín Osborne. Les siguen un tal Papi Gavi, una mujer a la que apodan Madame de Rosa y El Xokas, que debe ser algo así como un gurú del streaming porque todo el mundo quiere hablar con él.
Un grupo de periodistas conseguimos colarnos en el ascensor del equipo de bailarines de Omar Montes para subir rápido a la tribuna de prensa. Comienza la ronda de semifinales de la Kings League. El calor azota y más de uno teme por la vida de los pobres diablos a los que les ha tocado sentarse bajo el sol. Pero el Civitas ruge, impasible. A los pocos minutos, Aniquiladores, el equipo de Juan Guarnizo, ya sobre el césped, marca el primer gol de la jornada. Adri Contreras, líder de El Barrio, bando contrincante, le devuelve el agravio sacando una... ¿carta mágica? ¿Qué?
Trato de comprender el mecanismo de este juego cuando Manolo el del Bombo interrumpe para animar al personal. Sube el volumen de los cánticos mientras aporrea la membrana del tambor. A su ritmo baila un hombre vestido de patata Grefusa. Por todos lados brillan luces, emanan columnas de fuego, reverberan efectos de sonido de videojuego, 'arma secreta' por aquí, un dado gigante lanzado desde una catapulta por allá, Kiko Rivera dispara un balón con un cañón, "¡penalti presidente!", un grito ruge desde el micrófono. Ya no sé dónde mirar. Me siento como un extraterrestre en otro planeta.
Resulta que El Barrio gana el primer partido. Me chiva un compañero que estudié con su presidente, Adri Contreras, pero ni me suena. Ahora, sobre el campo, sale Porcinos, de Ibai Llanos, que arrostra a Xbuyer Team, la selección de Javi y Eric Ruiz, dos hermanos youtubers que se hacen llamar 'hermanos Buyer'. Segundo partido de las semifinales de esta Final Four.
"Sois cabras. Sois putas cabras. ¡Sois putas cabras!". El que se desgañita ante el micro es Ibai. Lo hace contra los Ruiz, o los Buyer, mientras trata de recuperar la atención de un estadio que empieza a aburrirse. "Me suda la polla que tengas más seguidores. No te pueden regalar tiempo, que ya te han regalado un tiro", responden los hermanos a grito pelado tras una trifulca por una falta. ¿Pelea de gallos pactada o roast cuñadísimo? Qué importa, porque el público ríe la broma a carcajadas y eso es lo único que quiere Piqué. Los rosas de Ibai, al final, pierden el partido en tanda de penaltis.
Uno acaba exhausto de este almizcle de fútbol clásico, videojuego y ruido, aunque quizás ese sea el secreto del éxito de la liga del ex del Barça: orquestar un show multicolor, polifónico e inclusivo decidido a enganchar, mediante el uso de un tornasol de efectos especiales y colores, como un festival de magia psicodélica o de acción (nada) barata, al millón de seguidores de Twitch y YouTube que, al menos ellos, comprenden las normas de este juego porque están acostumbrados al lenguaje del online gaming.
Hay mayor afluencia durante las semifinales femeninas de la Queens League. Sin ser un experto, parece que aquí ya sube la calidad del juego. Hay menos ruido y más tacticismo; me atrevo a decir que el partido es 'emocionante'. Las Troncas, equipo presidido por la youtuber y tiktoker Violeta, gana 4-3 al Xbuyer de los hermanos Buyer, que repiten sobre el terreno presidiendo, esta vez, el equipo femenino; el siguiente encuentro, disputado entre el PÍO FC, de la streamer Rivers, y el Porcinos, de la twitcher Gemita, se salda con un 3-4 en favor de las primeras. Sentencia: PIO FC y Las Troncas se enfrentan en la final.
Funambulistas, música y pirotecnia
Cuando parece que se ha establecido la normalidad, hay quien diría que hasta la monotonía, un grupo de técnicos monta un escenario improvisado en el centro del campo. Es hora de un espectáculo musical. Piqué, desde luego, no ha escatimado en gastos. El showman no tolera el aburrimiento. La música de Nicki Nicole y Manuel Turizo reverbera en las paredes del Metropolitano. De pronto, empiezan a estallar fuegos artificiales por todos lados. Al acabar la música y la pirotecnia, un funambulista, Nathan Paulin, camina por un cable a 57 metros del suelo, cruzando el cielo del estadio con una pelota amarrada a la espalda.
"Que no se mate, por favor", pienso. "Tírala ya, coño", grita Ibai. Reclamo que se salda con un lanzamiento perfecto al centro del campo. Otra vez el show. Comienza la gran final de la Kings League. Los enfrentados: El Barrio de Adrián Contreras y el xBuyers Team de los hermanos Buyer. El público jalea emocionado cada tiro a meta, cada parada, cada gol. Piqué, no cabe duda, sabe mantener la atención del público, su público. El Civitas Metropolitano está repleto. 92% de aforo con 57.326 personas. Llegarán a 60.000. En Twitch hay medio millón de usuarios en directo. Hasta un grupo de niños se ha colado en la tribuna de prensa para ver la primera final de la noche.
La batalla es intensa. El partido va 3-4 a favor de xBuyers. Penalti que favorece a El Barrio. Los hermanos Buyer pierden los nervios. Uno de ellos comienza a pegarle puñetazos a su silla y la patea en el suelo. Llega hasta a tirar los ordenadores de la mesa de Rivers. Increíble. Al final, el equipo de Contreras marca el 4-4. Acaba el tiempo de juego y ambos se disputan el título a penaltis. Contra todo pronóstico, el primer ganador de la Kings League, El Barrio, no revalida: son los hermanos Buyer quienes se alzan con la copa.
De nuevo, pirotecnia. Esta vez deja una tenue neblina londinense en el ambiente. Comienza el gran desenlace de la noche: la Queens League. PIO FC y Las Troncas pelean mientras el público empieza a abandonar el estadio hasta dejarlo, a ojo, a mitad de aforo. Mucho discurso inclusivo y feminista por parte de los organizadores, pero el público no llega a la entrega de premios.
Lástima, porque es uno de los mejores encuentros de la noche. "De infarto", no se cansa de repetir el locutor. La última lid se salda con un 3-1 a favor del PIO de Rivers. Segundo 'oro' de la noche. Ocho horas después, el reloj ya marca la medianoche. Los ganadores salen al campo a recoger sus respectivos trofeos.
Más allá de la euforia de los ganadores, el auténtico vencedor de esta Kings y Queens League es Gerard Piqué. El exdefensa del F.C. Barcelona ha sabido aliarse con la flor y nata del mundo del streaming para convertir este espectáculo futbolístico en una revolución deportiva de masas.
"Creo que ha sido algo histórico. El ambiente ha sido brutal. Las semifinales y las finales; todos los partidos han sido increíbles. La gente se lo ha pasado bien. Eso espero. Estamos muy contentos de que haya sido un espectáculo. Otra vez". Palabra de Piqué, el showman.
Aunque este encuentro maratoniano no ha marcado un lleno como sí logró en marzo en el Camp Nou, ni ha logrado los casi 238 millones de visualizaciones en TikTok de entonces, la cantidad de fieles que ha recabado en redes sociales, y los casi 60.000 espectadores con los que ha llenado el Metropolitano un 29 de julio, en plena operación salida, parecen confirmar que al experimento de Piqué aún le queda mucho recorrido.