Ha llegado un momento en que todo el mundo conoce a alguien que hace running. Los corredores inundan los grandes parques de las ciudades, a pesar de que la mayoría de ellos desconocen las lesiones a las que se enfrentan por una mala técnica o una desacertada elección del calzado. Por eso, desde hace un tiempo las consultas de los fisioterapeutas especializados se inundan de amateurs que no midieron bien sus fuerzas. Aquí, diferentes expertos abordan las dolencias más frecuentes y cómo poder evitarlas antes de verse en la tesitura de gastarse hasta 1.000 euros en curar algunas de ellas.
Quique Torralba, fisioterapeuta especializado en deporte, ubica la principal problemática del running en su popularidad: “Se ha puesto de moda. No está mal que la gente haga ejercicio, pero cuando se populariza es como si la gente se pusiera objetivos que no son realistas. La carrera es un deporte muy agresivo para el cuerpo”, dice. Agresivo, pero también agradecido, ya que correr es una buena forma de ejercitar el cardio, las piernas y, además, hace perder peso rápidamente.
Por eso, miles de personas se atan sus zapatillas cada día para salir a correr a la calle sin apenas conocer los riesgos que puede llegar a desentrañar. “Como todo, se ha convertido en un negocio, ya no hay entrenadores como los de antes. La popularización del running ha hecho que se desvirtúe, porque todo el mundo piensa que puede correr una maratón y así es como llegan las lesiones”, dice este fisioterapeuta.
Por ese motivo, tanto Torralba como todos los demás especialistas consultados han notado un incremento de estas lesiones, sobre todo en la rodilla, unas dolencias que dependiendo del tipo y la intensidad pueden llegar a persistir meses y hacer que el paciente se desembolse más de 1.000 euros en su rehabilitación. Las causas son, más o menos, las mismas en todos los casos. Entre ellas sobresalen una mala alineación de los cuádriceps debido a una musculatura deficitaria, la falta de estiramiento y entrenamientos excesivos.
Las lesiones, por otra parte, pueden ser bastante dolorosas al afectar a una zona del cuerpo indispensable para el normal funcionamiento del organismo en el día a día. “La tendinitis infrarrotuliana es una de las más comunes. Se debe a la inflación del tendón situado bajo la rótula, conocida como la rodilla del saltador; y también llegan muchas patas de ganso”, comenta Torralba. Esta última dolencia mencionada se denomina así debido a la inflamación que puede aparecer en tres tendones estabilizadores que, cuando aparecen, dejan una imagen como si una huella de ganso se tratara.
La reina de las lesiones, en cambio, es la cintilla iliotibial, una dolencia ubicada en la cara externa de la rodilla, conocida como rodilla del corredor. “Esta lesión tiene la agravante de que se ubica en una zona que ya de por sí tiene fricción, y cuando esta aumenta por la lesión puede convertirse en una dolencia muy incapacitante y que suele costar bastante solucionar”, apunta al respecto el fisioterapeuta. Quien la sufre puede tardar meses en recuperarse.
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Incrementos repentinos de las cargas
Las patologías más frecuentes que aparecen en personas que hacen running se pueden dividir en varios tipos, según Manuel Aparicio, fisioterapeuta deportivo y profesor de la Universidad Pontifica de Salamanca. Por un lado, las sobrecargas musculares, que no llegarían a considerarse lesiones como tal. Por otro lado, las lesiones patológicas, en donde sobresale la rodilla del corredor, como también se denomina a la cintilla iliotibial.
Desde su punto de vista, la lesión más común es la tendinopatía rotuliana, que se materializa en un dolor ubicado en la cara anterior de la rodilla, justo debajo de la rótula. “Un incremento repentino de la carga suele estar detrás de este tipo de lesiones, ya sea porque la persona sale a correr más días de los que lo venía haciendo o corre más tiempo cada vez que sale”, enfatiza Aparicio.
En caso de necesitar tratamiento, este comienza con la búsqueda de factores de riesgo como una mala programación de la carga, no tener los niveles de fuerza suficientes o una mala movilidad del tobillo, por ejemplo. “Luego pasaríamos a técnicas pasivas para relajar el tejido afectado y disminuir el dolor, activas para ejercitarlos y aumentar su fuerza, y la modificación de la carga en el entrenamiento”, añade este experto en la materia.
Ir antes a los profesionales
Si tuviera que dar un consejo a los corredores que se inician en este deporte, Aparicio se decide por acudir a un profesional que les oriente y les realice un test de fuerza y movilidad, además de enseñarles una técnica de carrera. “Si no lo hacen, porque eso casi nadie lo hace, si yo fuera un corredor amateur, empezaría al 50% de lo que realmente mi cuerpo es capaz de superar, e iría incrementando ese porcentaje con el paso de las semanas”, en sus propios términos.
Tiago Studart, fisioterapeuta experto en lesiones deportivas, también opina que estas lesiones han ido a más en el último tiempo debido al incremento de aficionados al running que inundan los grandes parques de las ciudades. “Está de moda y lo hace mucha gente, pero pocos calientan antes de ponerse a correr y reposan después de hacerlo, por ejemplo. Tampoco descansan lo adecuado entre una sesión y otra, y utilizan un calzado inadecuado”, expresa.
Todo ello potencia la posibilidad de caer lesionado, al igual que lo hace la alimentación. Tal y como apunta este especialista, “una persona que no está bien hidratada o come muchas grasas saturadas, azúcares, tendrá alterado su nivel metabólico y, a su vez, el normal funcionamiento de los tejidos, tendones, músculos y ligamentos”.
Las zapatillas, factor esencial
El calzado es otro de los aspectos cruciales para evitar lesiones que no siempre se tiene en cuenta como se debería. “La gente se compra zapatillas porque le gustan o son baratas, y también al contrario. Se creen que por gastarse 150 euros tienen que ser ya buenas, cuando no es así”, señala Torralba. En realidad, no todas las personas corren de la misma manera, por eso lo ideal es acudir a un especialista que pueda medir la pisada y tener en cuenta factores como si el deportista corre más de puntillas o carga más por la parte del talón.
“Lo ideal es acudir a comercios especializados y que analicen tu peso y el terreno sobre el que vas a correr. Más que gastarse 150 euros en unas zapatillas de alta gama que si no has elegido bien el modelo van a hacer que te lesiones, lo que habría que hacer es buscar la calidad, que no siempre está reñida con el precio”, desarrolla este fisioterapeuta.
El coste de las lesiones
Torralba suele ir a la Casa de Campo de Madrid a correr, un lugar ideal para ver a personas haciendo running, aunque no siempre de la forma adecuada. Tal y como él mismo expresa, “en general no sabemos correr. Yo veo auténticas barbaridades en cuanto a ritmos y técnicas inapropiadas, y es que cuando vas a practicar un deporte tan exigente y agresivo como la carrera debes tener una técnica aprendida”.
Si finalmente uno cae lesionado por cualquiera de estos motivos, cada consulta con un especialista cuesta, de media, unos 50 euros. Dependerá de la gravedad, pero para superar algunas dolencias como la cintilla iliotibial pueden llegar a pasar hasta cinco meses, según el mismo Torralba. Solo hay que multiplicar para ver que, a una cita semanal, curar la lesión rondará los 1.000 euros. Sabiendo esto, quizá es mejor hacer caso a los expertos consultados y acudir a especialistas antes de salir a correr a la calle.