El imperio de Fede Sainz tras la ropa española que no se mancha ni se arruga: factura 2,5 millones
A través de la investigación en laboratorio, Sepiia desarrolla un tejido 100% reciclado y especializado para cada tipo de prenda.
4 agosto, 2023 03:18Una camiseta o camisa empapada por el sudor enfundada en una persona que camina trabajosamente por el paseo marítimo de alguna ciudad costera. Se trata de una estampa habitual de los veranos en España. También es una imagen con la que la marca de ropa Sepiia quiere terminar. Su propuesta se centra en una indumentaria cómoda y funcional que, entre otras cosas, evite la transpiración y no se degrade a las primeras de cambio.
¿Su secreto? “Trabajamos con materiales particulares para cada una de las prendas, investigando cuidadosamente los tejidos y los hilos para ofrecer el mejor producto posible”, cuenta Federico Sainz de Robles, CEO de la empresa. Este emprendedor madrileño, que fundó Sepiia allá por 2016, siempre tuvo una especial pasión por el mundo de la moda. “Siempre me fijé en los diseños, en los estilos de la gente. Siempre me ha encantado ir de compras”, confiesa a EL ESPAÑOL.
En 2021, la marca cosechó 1,2 millones de euros en ventas. En 2022, duplicaron esa cifra, alcanzando los 2,5 millones. Para 2023, Sainz de Robles augura unos resultados aún mejores. “El negocio está creciendo sin parar y seguramente superemos la facturación de años anteriores entre las ventas en nuestro local y las del canal multimarca”, apostilla.
Pregunta.- ¿Qué es lo que más le gusta del mundo del textil?
Respuesta.- Sin duda lo que más me atrae son los productos funcionales y de calidad. Cuando una prenda, además de ser bonita y estar bien diseñada, sirve a un propósito claro, cumple su función. Además, no se echa a perder tras unos pocos lavados y usos, me da una gran satisfacción.
Sainz de Robles se dio cuenta, mientras trabajaba en un laboratorio de la industria textil durante sus años de formación, de que la tecnología permitía elaborar unas prendas de mucha mejor calidad que la ropa a la que accede la mayoría de la población. Se preguntó por qué no ofrecer al público un producto duradero y fiable, funcional a la par que estético. De esa idea, junto a la vocación de diseño del emprendedor, nació Sepiia.
“Durante los primeros años, hasta el 2018, nos dedicamos a estudiar el mercado, entender y analizar las necesidades de los clientes, realizar las primeras preventas…”. Federico enumera todo lo que tuvo que hacer antes de lanzar el producto al mercado hasta detenerse en el paso más importante: “Realizamos toda serie de pruebas en el laboratorio, buscando el tejido y el material perfecto para cada una de las prendas”, relata.
El empresario, que estudió Ingeniería en Diseño Industrial por la Universidad Politécnica de Valencia, conoce los secretos del laboratorio. “Todo este proceso lleva una carga enorme de prueba y error, de arriesgarse varias veces antes de acertar. Al final, el principal reto al que nos hemos enfrentado como empresa ha sido el desafío de desarrollar y producir todos nuestros materiales y tejidos nosotros mismos”, asegura.
Tras todo este desarrollo, han sacado una línea de productos en los que destacan varias innovaciones. Por ejemplo, a sus tejidos de poliéster reciclado han incorporado nanopartículas de plata que “neutralizan las bacterias que causan el mal olor cuando sudamos”, tal y como aseguran en la web.
Otro ejemplo. Además de tener que lavarse menos, tampoco hace falta que se planchen las prendas cada vez que pasan por la lavadora. Gracias a la tejeduría en 3D, tal y como reflejan en su página, tanto camisas como camisetas adquieren “la propiedad de no arrugarse y una extraordinaria elasticidad en todas direcciones”. Las pocas arrugas que permanezcan suelen corregirse al contacto con la piel, gracias al calor corporal.
Según cuenta Sainz de Robles, todas las prendas de ropa de Sepiia han de cumplir tres condiciones principales. En primer lugar, requieren un cuidado mínimo, sin que sea necesario lavarlas o plancharlas cada dos por tres. En segundo, maximizan el confort, declarando la guerra a la transpiración indiscriminada. Y, por último, emplean únicamentematerial reciclado proveniente de la Unión Europea.
Todo ello, sin renunciar a un diseño minimalista y atractivo que hace de las prendas una opción perfecta para multitud de planes. De primeras, puede parecer que una camiseta de poliéster no es lo más idóneo para salir o para ir a la oficina. Sin embargo, lo cierto es que no tiene nada que envidiar a una camiseta de algodón en lo que a estética se refiere.
Lucha vs el cambio climático
“Absolutamente todo lo que empleamos en la confección del producto proviene de materiales reciclados en la Unión Europea”, afirma Sainz de Robles. Además de apostar por un producto de mayor calidad, Sepiia se ha propuesto hacerlo con respeto al medio ambiente, algo que en la industria tradicional brilla por su ausencia. De hecho, el sector textil, según datos de la Unión Europea, casi duplica las toneladas de producción en los últimos 20 años -de las 58 hasta las 109-. Para 2030, se prevé que esta cifra alcance las 149 toneladas.
Esta ingente producción tiene un coste. Tal y como refleja este artículo del servicio de noticias comunitario, la industria textil de masas supone un 10% de toda la contaminación mundial, más que los vuelos internacionales y el transporte marítimo combinados. Ya lo dice Sainz de Robles: “La moda low cost provoca un enorme impacto ecológico, ya que la producción sin parar implica también la contaminación sin parar”.
Dentro de sus posibilidades, Sepiia trabaja contra ello. “Nosotros ofrecemos ropa de buena calidad y cómoda que es respetuosa con el medio ambiente y con la sociedad”, afirma Sainz. Y es que, además de la sostenibilidad ambiental, la empresa apuesta por la sostenibilidad social. “Toda nuestra producción se ubica en España y Portugal, con trabajadores de aquí a los que se les paga un salario digno”, explica el CEO, al tiempo que hace notar la diferencia que eso supone con empresas que buscan mano de obra barata en países como Bangladesh.
Como botón de muestra del cuidado que SEPIIA tiene con los residuos y con el medio ambiente, todos los excedentes que restan después de la producción se ceden a Recovo, una empresa dedicada a reunir los tejidos sobrantes de la industria textil y transformarlos en recursos para otras marcas del sector de la moda. Además, la propia Sepiia cuenta con un servicio de devolución de ropa vieja de la marca. Si tu camiseta o pantalón se ha quedado desfasado, puedes mandárselo a ellos, pues volverán a reciclar el material y lo reutilizarán en nuevas prendas.
Una marca responsable
¿Cómo cambiar esta industria? Para cambiar el paradigma actual de la industria textil seguramente lo primero que haya que modificar sea el comportamiento de la clientela. El frenesí consumidor y la necesidad de renovar vestuario cada pocos meses hacen buenas migas con la producción masiva. Son el combustible que mantiene la máquina en movimiento.
Tal vez el perfil del consumidor que se preocupa por la situación medioambiental y social que rodea a la industria pueda interesarse por Sepiia. “La típica persona que suele comprar en nuestra tienda aprecia los esfuerzos que emprendemos en pos de la innovación y la sostenibilidad”, explica Sainz de Robles, “suelen ser perfiles de 35-50 años, con la madurez necesaria para comprender la calidad y durabilidad del producto”.
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Gracias a esta propuesta, Sepiia está creciendo cada vez más. A la única tienda física que tenían, situada en Madrid, se ha unido recientemente un nuevo establecimiento en Barcelona. Se encuentra en la Rambla de Catalunya. En declaraciones a Fashion United, Sainz de Robles contó que se trata de una tienda en la que la experiencia de compra se acompañará de una experiencia visual. Todo lo relativo a la producción y al cuidado del medio ambiente se relata en varios stands, de manera que el cliente no solo comprará, sino que sabrá lo que está comprando.
Naturalmente, toda esta carga de investigación, innovación y sostenibilidad repercute en el precio. Las camisetas, por ejemplo, oscilan entre los 30 y 45 euros, mientras que polos y camisas llegan hasta los 70. Se encuentran en la misma horquilla de precios que marcas de gran prestigio entre el consumidor, pero, además, añaden la ventaja de ser resistentes y sostenibles, respetuosas con el ecosistema y con la sociedad.
Como la piel de la sepia, que se autorregula en función del ambiente en el que se mueva el animal, las prendas de esta novedosa marca ofrecen unas prestaciones inteligentes, adaptándose al consumidor y a las necesidades de su cuerpo. A diferencia de la industria tradicional, Sepiia apuesta por un producto que cumple los estándares de calidad y, como muestran los reconocimientos que tiene, sobresale en el cuidado del medioambiente. Y, además, funciona en el mercado.