Los policías de la paliza de Linares a juicio en 2024: el fiscal les pide cárcel y su destierro por "brutalidad"
La Fiscalía sostiene que el agente Manuel y el subinspector José Luis, estando fuera de servicio, apalearon a Carlos estando "inmovilizado".
25 septiembre, 2023 17:38El agente Manuel y el subinspector José Luis lo tienen complicado para volver a enfundarse el uniforme de la Policía Nacional. EL ESPAÑOL ha podido saber que en 2024 se podría celebrar la vista oral donde serán juzgados por propinar una supuesta paliza a Carlos, en presencia de su hija menor de edad, cuando estaban fuera de servicio tomándose unos cubatas en el pub La Galería de Linares. La Fiscalía considera que actuaron con "una brutalidad extrema" y pide cinco años de cárcel para el agente Manuel F. N. y cuatro años para el subinspector José Luis P. C.
Además, solicita el destierro de Linares de ambos policías nacionales por el mismo periodo de su condena y la "inhabilitación especial" de ambos para trabajar en las Fuerzas de Seguridad. "A Carlos M. A. le estuvieron golpeando en la cabeza, estando reducido e inmovilizado, durante más de dos minutos y una vez cesaron los golpes, los acusados, le metieron con la placa de Policía en la cara diciéndole: 'Tú no sabes con quién te has metido, hijo de puta, somos policías'", tal y como expone el fiscal en su escrito de conclusiones provisionales al que ha accedido este diario.
La víctima de estos hechos que provocaron un terremoto en el Ministerio del Interior todavía sigue acudiendo al psicólogo por el trauma que le causó esta agresión. También acude a especialistas para tratar las secuelas que padece -como problemas de memoria-. Durante la instrucción judicial, los funcionarios emprendieron acciones legales contra Carlos, para el que piden 5 años de cárcel por atacar a agentes de la autoridad.
La paliza se produjo en febrero de 2021. Desde entonces, la Audiencia Provincial de Jaén ha intentando que ambas partes alcanzasen un acuerdo a la vista del cruce de denuncias, como si se tratara de una pelea de discoteca, con el objetivo de evitar la celebración de una vista oral, pero eso ha sido imposible. De manera que el juicio contra los policías se podría celebrar "entre marzo y abril de 2024, tras haberse suspendido la vista fijada el 12 de septiembre", según explica una fuente ligada a la causa.
El escrito de conclusiones provisionales de la Fiscalía es contundente contra el agente Manuel y el subinspector José Luis: el primero, condecorado con la Cruz al Mérito Policial, y el segundo, con una dilatada hoja de servicios que le llevó a estar destinado en la embajada de Haití.
Para el fiscal queda acreditado que ambos acusados "se encontraban francos de servicio", cuando estaban en el pub La Galería de Linares el 12 de febrero, "consumiendo unas copas de alcohol", justo antes de que le propinasen una supuesta paliza a Carlos que fue grabada por varios testigos.
"Al salir del pub La Galería, Carlos M. A. se cruzó en la puerta con el acusado José Luis P. C. que entraba al baño. De forma fortuita, chocaron con el codo, pidiéndose disculpas. José Luis P. C. le dijo en tono jocoso: 'Ya vas 1 a 0'. Contestándole Carlos M. A., también en tono jocoso: 'A ver si vamos a empatar'". Nada hacia presagiar lo que ocurriría unos segundos después, cuando Carlos, acompañado de su hija menor de edad, pasó por delante de la terraza del local de camino a su casa, y comenzó a ser presuntamente insultado por el agente Manuel: el compañero de copas del subinspector.
"En ese momento, el otro acusado, Manuel F. N., se encontraba sentado en la mesa, y al escuchar lo que Carlos le dijo a su compañero, gritó varias veces: '¡Qué le pasa al gilipollas ese!' Cuando vio que José Luis se marchaba del lugar, se levantó dando un fuerte golpe con la silla en el suelo, diciéndole a Carlos M. A.: 'Ven para acá 'so' mierda", según relata el fiscal. "A lo que Carlos M. A. le respondió: 'Mierda serás tú'. De modo que Manuel F. N., con la intención de agredirlo, se dirigió directamente a Carlos M. A., cogiéndolo del cuello, para tirarlo al suelo, pero como Carlos M. A. es más fuerte y voluminoso, no se doblegó, ambos cayeron al suelo, produciéndose un forcejo entre los dos, en el que Carlos M. A. lanzó varios puñetazos a Manuel F. M.".
En la disputa medió el cuñado de Carlos, pero el agente Manuel no dio por zanjada la cosa porque supuestamente lanzó esta amenaza: "Hasta que no sangre no voy a parar". De hecho, este policía nacional fuera de servicio esquivó al citado cuñado y corrió a por Carlos "con un evidente ánimo de atentar contra su integridad física, acometiéndolo por la espalda". Cuando Carlos respondió a la agresión ya era tarde porque José Luis acudió a ayudar a su compañero y también le empezó a golpear.
El cuñado de la víctima intentó volver a atajar la pelea y el subinspector José Luis P. C. supuestamente le propinó dos puñetazos: "Estampándolo contra la pared". A partir de ese momento, Carlos yacía sobre la acera, defendiéndose del ataque a traición de Manuel, mientras que José Luis se lanzaba sobre su cara "dándole un pisotón". Para el fiscal, estos dos funcionarios fuera de servicio sacaron partido de la "situación de indefensión" de la víctima: "Aprovechando su superioridad numérica, comenzaron a golpearlo con puñetazos en la cabeza, dejándolo semiinconsciente".
"Manuel F. N., en una acción clara de venganza por el forcejeo anterior, se colocó encima de Carlos M. A., bloqueándole, y con una brutalidad extrema le propinó al menos 8 puñetazos seguidos en la cara, llegando a lanzarle puñetazos por la zona del cuello, cuando intentaba levantar la cabeza del suelo". Prueba de ello es que el fiscal expone que Carlos tuvo que protegerse, poniendo su cara contra la acera, al tiempo que las personas que presenciaban "la brutalidad de la agresión" comenzaban a denunciar a viva voz lo que estaba pasando: "¡Lo va a matar!"
"Lejos de cesar los golpes, ante esta situación en la que Carlos M. A. no podía moverse, al yacer contra su propio charco de sangre, José Luis P. C. le propinó hasta tres puñetazos sobre la cabeza, ante la impotencia de la hija menor de Carlos M. A. que presenció la brutal paliza que le estaban dando a su padre". El Ministerio Público remarca que esta situación indignó a los transeúntes que "les recriminaban su actuación", pero no podían acudir al auxilio de Carlos por dos motivos: "La extrema violencia empleada y porque era notorio y conocido que eran policías nacionales los que actuaban, aunque estaban francos de servicio y llevaban todo el día bebiendo".
En los vídeos de la paliza se aprecia cómo el subinspector y el agente se comportan "como si estuvieran en el ejercicio de sus funciones, intentando reducir a Carlos M. A. como si de un detenido se tratase, golpeándolo después de tenerlo reducido, para lo cual, especialmente José Luis P. C. estaba empujando y golpeando a cualquiera que se acercase, asegurándose una zona de seguridad donde tuviesen inmovilizado a Carlos".
Ni siquiera pararon de apalear a la víctima cuando dejó de defenderse a causa de sus graves lesiones: "Pasado unos minutos, estando Carlos M. A. semiincosciente, y bocabajo en el suelo, Manuel F.N., con desprecio a la vida y con la intención de ocasionar un padecimiento innecesario, puesto que dichos golpes no iban encaminados a reducir y en modo alguno podían ser respondidos por Carlos M. A., le volvió a propinar sendos puñetazos en la cabeza hasta quedarse sin fuerzas".
"Cuando la hija menor de edad de Carlos M. A. vio que Manuel F. N. tenía cogido por el cuello a su padre y tenía la cara roja, comenzó a gritar despavorida: '¡Me van a matar a mi padre!' '¡Me lo van a ahorcar!'" La adolescente comenzó a golpear al agente de la escala básica que iba de paisano, para defender a su progenitor, y el fiscal subraya que el subinspector le pegó "dos puñetazos en la cara" a la chica.
A raíz de aquel episodio, la menor ha tenido que acudir al Servicio de Asistencia a Víctimas en Andalucía para recibir atención psicológica. En su conciencia quedaron grabadas a fuego las imágenes de su padre apaleado en la acera, los puñetazos que esta chica recibió presuntamente a manos del subinspector José Luis y las palabras que este mando le dedicó cuando la zona se llenó de patrullas de la Policía Nacional: "Poco te he metido, te tenía que haber metido veinte más. Hija de puta".
Del visionado de los vídeos que obran en la causa, el fiscal concluye que estos dos funcionarios eran conscientes de que los estaban grabando y exhibían "un sentimiento de impunidad" tras la llegada de varios zetas. "Al ser recriminados por todos los presentes, por los graves y vergonzantes hechos que habían protagonizado, José Luis P. C. se mofaba de las personas que lo grababan, alzando los brazos, realizando unos bailes y cánticos despectivos, sin mostrar la menor preocupación por lo que había pasado".
El escrito del Ministerio Público considera que aquel 12 de febrero de 2021 se produjo un delito de lesiones agravadas contra Carlos, "al ser golpeado mediante reiterados y brutales puñetazos en la cabeza, mientras permanecía ya inmovilizado y semiinconsciente en el suelo". También estima que se produjeron delitos leves de maltrato y lesiones contra la hija y el cuñado de la víctima. Incluso le atribuye un delito de lesiones a Carlos.
Durante el juicio, el agente Manuel y el subinspector José Luis no solo se enfrentarán a penas de cárcel, también al pago de indemnizaciones: 15.000 euros para la menor de edad por daño moral y 42.000 euros para Carlos por las fracturas que sufrió, los sesenta días que pasó con una férula nasal, la intervención quirúrgica a la que fue sometido...
Ese dinero no compensa a Carlos ni el trauma psicológico que padece ni la pérdida que sufrió de su trabajo. Cuando este vecino de Linares fue apaleado estaba de baja por una operación de rodilla y con las lesiones que sufrió a manos presuntamente de estos dos policías, vio agravado su parte, siendo despedido de la empresa de cepillos industriales donde sumaba casi tres décadas trabajando. En la actualidad, Carlos trata de reinsertarse en el mercado laboral haciendo prácticas en un tanatorio.