"Sin quererlo nos convertimos en protagonistas. Veíamos que no era tan trascendente, nosotros lo que hemos hecho es buscar a aquella gente en la que más confiamos. Creíamos que lo más importante no eran las siglas, sino las personas". Es el inicio del relato de Aureliano Martín, primer teniente de alcalde de Montehermoso por la coalición Unidas Montehermoso (IU-Podemos). Son una de las noticias de la semana porque lejos de gobernar apoyados por PSOE o incluso PP, lo harán con el apoyo de dos concejales de Vox.
Lejos de la frontera de este pequeño pueblo cacereño, de unos 5.700 habitantes, el acuerdo ha formado un gran revuelo. Vox ha expulsado a los concejales y Unidas Podemos tomaba una decisión en la tarde de ayer (no comunicada al cierre de esta edición).
Dentro del Ayuntamiento siguen sin entender el porqué: solo quieren trabajar por su pueblo. Aureliano, portavoz del equipo de gobierno, y Blanca, portavoz de Vox en el consistorio, responden a distintas entrevistas a lo largo de la tarde. Las preguntas son muchas y las respuestas, quizás, más sencillas de lo esperado.
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Todos coinciden en que era lo mejor. Un gobierno en minoría debería haber aprobado sus medidas con decretos de alcaldía. Con el acuerdo entre Vox y Unidas Montehermoso todo se podrá ratificar en pleno. "Al final se hace por la democracia", coinciden intervinientes de los dos partidos.
Este lunes en pleno ratificaron el acuerdo. Blanca Retortillo pasa a ser la concejala de Seguridad Ciudadana; Víctor Martín, concejal de Gestión Forestal y Caminos.
Sin embargo, para llegar aquí, ha tenido que haber algún problema. No es normal, por mucho que compartan el interés en el pueblo, que Izquierda Unida y Podemos lleguen a un acuerdo con Vox. Menos aún en plenas sesiones de investidura de Alberto Núñez Feijóo, donde todos los partidos tienen las piezas controladas para que nada desentone.
La historia de este acuerdo comienza a fraguarse hace muchos años, en realidad, con la sucesión de distintos alcaldes y gobiernos de izquierdas. Sin embargo, los últimos meses son fundamentales para que se produzca un acuerdo que muchos han tildado de antinatura.
Historia de una traición
Las elecciones del pasado 28 de mayo arrojaron unos resultados de 5 ediles UM, 4 PSOE, 2 PP y 2 Vox. Subían los primeros y los últimos, perdía el PSOE e igualaba el PP. En el anterior equipo de gobierno, el PSOE lideraba con 6 ediles y los concejales de su izquierda le apoyaban.
Ante esta coyuntura y con el PP y Vox con dos concejales cada uno, Unidas Montehermoso parecía tener asegurada la alcaldía los cuatro próximos años, pero antes debía pasar por la investidura. Los grupos de izquierda no hablaron mucho y el PSOE trató de conseguir que Carlos Labrador, su alcaldable, ostentara el bastón de mando.
"El PSOE quería ganar en los despachos lo que no había ganado en las elecciones. Buscó un acuerdo, habló con los dos del PP y con Vox", comenta Aureliano Martín sobre la sucesión de hechos. Vox dijo que no y la lista más votada tomó las riendas del consistorio.
El PSOE, con el exalcalde y exdiputado autonómico Carlos Labrador al frente, buscaría una segunda oportunidad. El 29 de junio convocó una reunión con Vox y PP para llegar a un acuerdo y desbancar a la alcaldesa. El único problema: los ediles de Vox no sabían a qué iban. Ni siquiera se les convocó a la vez.
Les dijeron que el encuentro era para acordar los puestos dentro del Ayuntamiento. "Primero a mí me puentean y contactan con Víctor (2 de Vox), empiezan a malmeter a ver si consiguen el 7 (la mayoría absoluta). Cuando uno de los concejales del PSOE se les va al grupo mixto, me llaman a mí y me convocan a la reunión porque necesitan 2 votos", cuenta Blanca Retortillo.
La portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Montehermoso acudió ese día al Consistorio para coger unos informes de unos vecinos. Se encontró con la alcaldesa y le preguntó por la reunión. Ella le aseguró que no la habían invitado, a lo que Blanca respondió: "Pues entonces yo tampoco voy. Yo quiero una reunión si es para las representaciones".
La edil de Vox comenzó a sospechar. "Empiezas a hilvanar. Si no invitas al ganador es clandestina", dice sobre la reunión.
Mientras tanto, al segundo concejal de Vox, le había llamado un familiar perteneciente al PP para decirle que hay que reunirse y hablar, que tienen que echar al actual equipo de gobierno. También se negó. Según la portavoz, "ellos han intentado malmeter, tenían un plan y no les ha salido". Al final, ninguno de los dos acudieron.
Todo esto provocó la desconfianza ya total del equipo de Gobierno. Aureliano lo resume: "Ante eso, nos habían dado dos (en una no les apoyaron y en otra les intentaron mover la silla), pues no esperamos a la tercera, porque a la tercera va la vencida. Así que decidimos hablar con Vox para hacer un acuerdo basado en nuestro programa y llegamos a buen término. Incluso, le pedimos pasar al grupo mixto si hacía falta y aceptaron. Ahora ya no están en Vox. Por lo tanto no existe un acuerdo con Vox, sino con Blanca y Víctor. Eso es lo que ha ocurrido en Montehermoso".
Clave del no al PSOE
La disputa en la izquierda de este pueblo cacereño comenzó hace tiempo. Carlos Labrador fue alcalde de la localidad hasta en cuatro ocasiones, hasta 2015. "Se encontró un Ayuntamiento saneado y luego vino una etapa de préstamos y mala gestión", aseguran fuentes vecinales.
Labrador se convertiría seguidamente en parlamentario extremeño. Sin embargo, volvería a centrarse en la política local para este 2023.
"Volvió como si fuera a ganar de nuevo la alcaldía, se presentaba como el futuro alcalde en la residencia, por ejemplo", apuntan estas mismas fuentes a EL ESPAÑOL. "Además, hizo su propio equipo y relegó a los que estaban anteriormente en el PSOE".
Blanca no se muerde la lengua: "Ha metido en su lista gente nueva de otros partidos políticos, que los ves y te da hasta miedo cómo están... Parece el mesías de una gran secta".
Además de todo eso, la "nefasta gestión" de Labrador al frente del Ayuntamiento provocaba el rechazo de los otros dos grupos implicados en este caso. "Yo he dicho que esa persona por unos motivos no y es no. Jamás le daré un apoyo a Carlos Labrador", dice Víctor Martín, el otro edil de Vox en Montehermoso, al menos hasta ayer.
Blanca es más dura si cabe. "Yo lo dije en el pleno: me debo a mi pueblo antes que a mi partido. Me dirigí al señor portavoz y le dije que si me tengo que ir al grupo mixto, me voy al grupo mixto, pero por mis santas narices usted no se sienta ahí. Y lo sigo pensando". La portavoz del grupo de Vox, posiblemente mixto a partir de ahora, señala: "Se les nota rencor. Yo lo veo peligroso hasta para algunos vecinos. Menos mal que no ha ganado y que las papeletas son secretas".
Sus allegados les han dicho que con Carlos Labrador no. "Mis allegados y votantes, la gente que me sigue, me han dicho que no lo permita, por favor, que ese señor no se siente en ese banco. Encima, a las bravas. No queremos. Yo también prefiero a Aureliano, Rosa y los suyos. Nosotros no vamos a formar parte del Gobierno, sino que tendremos concejalías", insiste Blanca.
Para la edil, "esto es una artimaña de PSOE y PP. Hay perfiles falsos en las redes, unas palabras feas, asquerosas y hablando de vómitos... No podemos llegar a entender que en un pueblo, que somos política municipal, puedan tener esa inquina o rencor. No solo el señor del PSOE, es que tiene unos súbditos que parecen una secta. Unas barbaridades que pasan la realidad. Roza la locura a mi parecer".
Los tambores de guerra resuenan en Montehermoso. Blanca apunta sobre su liberación como concejal: "Intentan poner el dinero ante todo. Se cree el ladrón que todos son de su condición. Son 900 euros brutos. Yo tengo a mis niños independientes y mi marido trabaja, se me queda en la mitad.... Quiere achacarnos unas ansias de poder que son las que él tiene. Y en el siguiente pleno se lo voy a preguntar, por si lee esta entrevista que se la prepare. Quiero saber cuánto nos ha costado a los extremeños en la Asamblea.
Fuera de sus partidos
Aureliano Martín insiste en que no le dieron importancia a pactar con los representantes de Vox. "No es una cuestión de ideologías. Son cosas que pasan en los pueblos. Esto es normal y es muy fuerte. Los vecinos nos lo dicen: muy bien por poner el pueblo por encima de la ideología. A nivel local no existe ese problema que se ha montado fuera. Nos dicen: tenéis que gobernar con quien sea. Creemos que va a tener razón el pueblo y vamos a intentar demostrárselo estos cuatro años".
La coalición a nivel regional decidía mientras se realizaba la entrevista si expulsaban a todos los miembros de Montehermoso. Las risas brotaban cuando se hablaba de una posible alcaldía sin partido.
Toma la palabra Aureliano: "Mucho nos han preguntado que si habíamos hablado antes con los de arriba. Nosotros no lo hemos hablado porque no pensábamos que se fuera a montar esto. No creíamos que hubiera inconveniente para crear este acuerdo, que además es un acuerdo que parece difícil y, al revés, es más natural que cualquiera. A nivel de personas podemos hacerlo mejor con Blanca y con Víctor que con los del PSOE. A nivel de personas, con los que más afinidad tenemos es con ellos, así de claro. Y, además, no solo afinidad, sino también la confianza. Con los otros dos no tenemos ninguna confianza. Lo digo porque después de esto han venido a decir 'oye con nosotros'... No, porque no tenemos confianza. No confiamos en vosotros".
Víctor Martín, número 2 de Vox en el Ayuntamiento, también se encuentra abatido en esta tarde de miércoles. "Mal. A mí me han achacado de muchas falsedades. Me han utilizado. Me han usado como si yo hubiera querido estar en un pacto, han tratado de poner a mi compañera en contra mía".
A todo eso se ha sumado la expulsión del partido. Para Víctor, el objetivo es "trabajar por y para el pueblo. Independientemente de las ideas de unos y otros. Lo que queremos es cooperar. Los pueblos pequeños, la mayoría, nos dedicamos al sector primario, que está herido de muerte. Y como no aprendamos a luchar entre todos y a cuidarnos entre todos para salvar esto, que es nuestro único objetivo...".
Su compañera Blanca apunta que todo ha sido "muy precipitado". Ella se siente "pateada" por su propio partido. "No pensé que me fueran a poner tanta pega, porque yo he visto en el Parlamento al Señor Tamames, que fue el que llevó la moción de censura contra Sánchez y lo presentó Vox. Cómo me iba a pensar que por mirar por mi pueblo, que no quiere a este señor (por Carlos Labrador) me iban a expulsar. Sin venir aquí... Pregúntame por lo menos si me duele la barriga, que algo tendré que tener".
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Ambos esperan una respuesta desde la madrileña sede de Bambú. "No, no, nadie ha venido. Por lo menos pregúntame. Simplemente han cogido, me han mandado una carta y me han quitado de coordinadora, me han retirado y me han sacado de todos los grupos de Whatsapp. Me siento pateada. No se me ha tenido en consideración, ni se me ha preguntado. Me he sentido abandonada por ellos".
Afiliada desde hace seis años, esta es la segunda legislatura como concejal de Blanca. "Yo metí aquí en Vox en 2018. Pasamos de 200 hasta 500 votantes. Un buen trabajo hecho en esta zona... Quizás lo que me merezco es más confianza, más respeto. Vente, preséntate, escúchame... No vayas rápidamente a sustituirme. Es algo muy serio, que nos conocemos hace muchos años, sabéis que soy fiel y esto que me habéis hecho no concuerda con lo que yo esperaba. Me han soltado la mano en el precipicio. Pero vamos, que lo tengo muy claro: entre unas siglas y mi pueblo: mi pueblo".
"A mí lo que más me duele es cómo se ha portado el partido con nosotros", afirma Blanca. "Como unos trapos nos tratan", dice su compañero.
Víctor también está defraudado y finaliza casi con un discurso de investidura. "Ya estás saturado... Cuántas empresas y grupos de amigos diferentes están luchando por un mismo objetivo. Gente con distinta forma de pensar... El pueblo es como una empresa o un grupo de amigos, igual. Estamos unidos para un bien común. Nosotros no tenemos más que hacer que mirar por el pueblo, que es nuestro único objetivo, que funcione todo lo mejor posible. No entiendo por qué no se puede. O por lo menos ven, infórmate, mira lo que está pasando realmente en el pueblo y por qué se ha llegado a esto. Yo entiendo que no es un pacto lo más normal posible, pero por qué se llega a eso, infórmate. Es luchar por el bien del pueblo: aumentar el turismo, aumentar las infraestructuras... Mil cosas. Por qué no podemos ir de la mano. Hay que eliminar esos odios de derecha e izquierda. ¿O si me gusta el Madrid no me gusta puedo hablar con uno del Barcelona? Hay que eliminar esos odios e ir a por un objetivo común que es el bien de todos. Yo creo que tan difícil no es eso. Me duele que se haga tanta zancadilla, que haya tanta sorpresa. ¿Por qué no podemos ir de la mano y luchar por el pueblo?".