Quien se encontraba a las seis de la mañana en las Atalayas, un conocido polígono de ocio nocturno en Murcia, era -posiblemente- para frecuentar las discotecas ubicadas allí. Pero lo que ocurrió la madrugada del domingo, nadie lo esperaba. Eran las seis de la mañana cuando la sala Teatre dio el primer aviso al 112: se estaba incendiando. A su lado, otra discoteca, la Fonda, llamaba a emergencias a las 6:05 horas por las llamas que devoraban el local. La gente huía despavorida del incendio.
No fue hasta las 8 de la mañana cuando los bomberos consiguieron apagar un fuego que lo dejó todo carbonizado. Aunque aún se están llevando a cabo las pesquisas sobre su origen y propagación, la temperatura de entre 500 y 600 grados que alcanzó aquella mañana el interior de los locales hace pensar que existían una gran cantidad de elementos inflamables y errores en la compartimentación que ayudaron a que las llamas calcinaran con rapidez los establecimientos.
Cuando los bomberos consiguieron extinguir el fuego y se adentraron en la discoteca La Fonda, encontraron que el techo de la primera planta se había desplomado. Se cree que es en ese piso donde se originó el incendio porque es ahí donde encontraron a 11 de las víctimas. Otras dos se encontraban en la planta baja como consecuencia del colapso de la estructura.
[Un experto antiincendios: "En España no pasan más tragedias de estas porque Dios no quiere"]
De momento, mientras las autoridades investigan lo sucedido, las incógnitas rodean al trágico suceso. No solo por cómo se originó, sino acerca de cómo pudo propagarse con tanta facilidad y hasta la sala Teatre, la contigua. El humo, incluso, llegó hasta la discoteca Golden, pegada a su vez a esta última.
Juan Carlos Rojas, bombero del Parque de Bomberos de Cádiz, ha intervenido en multitud de situaciones con la misma o parecida casuística. Como cuenta a EL ESPAÑOL este profesional, lo sucedido en Murcia “es tremendo”, pero las medidas de protección de incendios y de edificación, “lamentablemente, en muchísimos locales dedicados a este tipo de actividad, no se contemplan”.
De hecho, no es la primera vez que las llamas afectan a estos establecimientos. En 2009, la discoteca Teatre fue desalojada por el fuego que causaron los cables de la fachada. Afortunadamente, nadie resultó herido. En este sentido, el bombero reconoce que hasta el año 81, en España, no había una normativa contra incendios hasta que aparece el Código Técnico de Edificación, “pero claro, se contempla para la obra nueva o cuando se acomete una obra de remodelación importante”.
Por el momento, lo que se conoce sobre el edificio despierta serias dudas. El Ayuntamiento de Murcia va a depurar responsabilidades contra la sala Teatre Murcia S.L. por funcionar sin permiso municipal desde el 10 de enero de 2022. Según recoge un comunicado, esta orden de cese de actividad fue dictada por el anterior concejal de Urbanismo, Andrés Guerrero, tras denegarse a la empresa la autorización que había pedido para dividir en dos (Teatre y La Fonda) la nave que funcionaba desde 2008 como discoteca. Según los técnicos, se necesitaba una nueva licencia porque “se había modificado la configuración interior”.
Cómo pudo suceder
Según explica Rojas a este periódico, las posibilidades son muchas, pero comenta que la presencia de falsos techos puede ser una de las razones por las que las llamas se hayan propagado de una discoteca a otra. A falta de los informes periciales, el experto comenta que si una nave grande la divides en dos, como es el caso, y se le ponen dos techos de escayola sin compartimentación ninguna, la distancia que hay entre ese techo que vemos y el real deja un pasillo interno que conecta las distintas discotecas. “Si el techo de escayola se me cae, las llamas por ahí se propagan. Esa podría ser una hipótesis”, cuenta.
El bombero reconoce que a menudo ve casos similares en establecimientos, viviendas y naves industriales. “Muchas veces ocurre eso, que una estructura grande se divide en distintas estructuras. Lo ideal es que las tenga bien sectorizadas y que en caso de que se produzca un incendio en una, no lo haya en el resto, pero si encima una puede retroalimentar a la otra, pues se ven casos de este tipo”, asegura Rojas. Añade que “los cerramientos no llegan hasta el forjado para hacerlo como una caja con tapa y cerrada, y muchas veces se hacen burradas que no te puedes creer. Por ejemplo, una empresa de barnices en una planta de gas butano. Muchas veces estas cosas suceden por eso”.
Una de las cuestiones que se ha confirmado por el equipo de bomberos que acudió a extinguir las llamas es que los locales afectados estaban separados por una estructura de pladur. Al preguntar a Rojas sobre su posible culpa en el incendio, el experto es tajante: “Es imposible. Puede ser una consecuencia, porque no es un buen material de sectorización –es decir, que compartimente bien cada sala–. No es el mejor material en un momento en el que existe una carga térmica importante”.
Otra de las hipótesis que baraja este experto son los insonorizantes que pudieran tener los locales. Explica que son una especie de esponja que cubre paredes y techos y lo que hace es evitar que el ruido se escuche fuera de los establecimientos. “Antes todos estos elementos no tenían tratamiento de ignifugación ninguna y eran propagadores de llamas y humo y de gases de combustión”, explica. Hoy, sin embargo, reconoce que muchos siguen utilizando insonorizantes antiguos, sin ningún tipo de protección contra el fuego.
Si además de eso no tienen otras medidas como dispensadores de agua, detector de humos o salidas de emergencia, el cóctel está servido. Sobre todo porque, según se ha podido saber ya por las imágenes aéreas de la policía, prácticamente todo el local era de madera y contaba con bastantes elementos de decoración.
“Lo que está claro es que, viendo la intensidad y la radiación que se genera tan brutal, es evidente que hay elementos que son altamente inflamables que hoy no tienen sentido en un establecimiento público”, lamenta el bombero consultado. De hecho, insiste en que “el decorado hace mucho” y “curiosamente, estos elementos no están sujetos al Código Técnico de Edificación, porque son ornamentales y no se consideran conductores del fuego, pero es un error. La evidencia lo ha demostrado”.
Rojas reconoce que “en Cádiz ha habido incendios en discotecas también, y la propagación y la densidad del humo es proporcional al contenido combustible que hay dentro del local: moquetas, sillones, sillas, esponjas de los insonorizantes antiguos en paredes y techos”. Aunque puntualiza que hoy, muchos de estos elementos o bien han cambiado su composición o admiten tratamientos de ignifugación que hacen que tarden mucho más en arder. “Hoy, un establecimiento sin una normativa medianamente racional, como parece que le pasaba a este local, probablemente no lo abrirían”, apunta el bombero.
Quién es el responsable
El Ayuntamiento de Murcia ejercerá de acusación en las diligencias abiertas en el Juzgado de Instrucción Número 7 de Murcia para investigar el incendio por la orden de cese de la mercantil Teatre Murcia S.L. Sin embargo, existen dudas sobre si la responsabilidad debe caer solo sobre la empresa, porque desde que se pidió su cierre, no se ha vuelto a realizar ninguna inspección para asegurar su cumplimiento.
Como recoge un comunicado del Consistorio, la empresa presentó un recurso administrativo contra la orden de cese de actividad, que le fue desestimado el 23 de febrero de 2022. Es decir, se mantenía en vigor la orden de cese. Más tarde, el 8 de marzo de 2022, la mercantil solicitó la legalización, sin que este procedimiento haya concluido actualmente. Así, las autoridades piden cautela, no solo en cuanto a las responsabilidades tras el trágico suceso, sino también en cuanto a su origen y desarrollo, que aún está por determinar.
Mientras tanto, continúa la identificación de las 13 víctimas mortales, que está siendo más complicada de lo normal por el estado en el que se encuentran los restos hallados. De momento, se han obtenido pruebas de ADN que serán enviados al Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses y se han tomado mientras biológicas de familiares para su análisis y cotejo. No obstante, hasta que no lo autorice la autoridad judicial, no se podrán entregar los restos de los fallecidos a sus allegados.