Nachter: "Respeto a los 'influencers' y 'youtubers' que se han ido Andorra, pero no lo haría"
"La gente que critica a los 'youtubers' puede ser gente que no gana lo que ellos están ganando" // "Leonor es una chica que tiene una proyección brutal. No me importaría tomarme un café con ella" // "Intento hacer vídeos de humor sano que se burlan de una manera simpática de las madres, de los hijos, de los padres...".
16 noviembre, 2023 03:43Ignacio Gil Conesa (Valencia, 1990), más conocido en las redes sociales como Nachter, es un creador de contenido poco usual. Es doctor en Económicas y tenía un trabajo regular en el grupo Saona, pero decidió dejarlo todo para dedicar todo su tiempo a ser influencer; a fortalecer sus canales de comunicación hasta llegar a ser uno de los españoles con más seguidores en TikTok con 11,8 millones. Su “humor familiar” ha traspasado fronteras y le ha catapultado hasta ser uno de los creadores más prolíficos de las redes.
Todo ello, como a cualquier creador de contenidos, le genera unos suculentos ingresos de los que ha evitado hablar. Reconoce que está “enamorado” de España como país, y que nunca espera irse porque aquí tiene a su familia y a sus amigos. Pero también entiende y respeta “al 100 %” a otros youtubers, streamers e influencers que han hecho las maletas para irse a Andorra para tributar menos. Él no lo haría.
Políticamente, Nachter es respetuoso. Dice que se tomaría un café con todo el mundo, desde la princesa Leonor hasta Pedro Sánchez, porque siempre está “dispuesto a escuchar y aprender”. Pero, para él, lo más importante es su familia y crear contenido para redes apto para todos los públicos. EL ESPAÑOL ha hablado con él para repasar la carrera de este influencer que desde un tiempo a esta parte se ha vuelto una sensación en redes sociales.
Pregunta.– En su descripción de Instagram pone “el arte más noble es el de hacer feliz a los demás” y en la de Snapchat usted escribe “Humor sano”... ¿Para usted qué es el humor sano y cuál es el insano?
Respuesta.– El humor sano, para mí, es el humor familiar. Un humor que puedas enviarle a tu madre, a tu abuela o a tu hijo y en el que todos se ríen y no te puedan criticar. Siempre pienso en hacer vídeos que podría ver tu hijo de ocho o nueve años y que sea para todos los públicos, básicamente. Como si fuera una película para todos los públicos en el cine. Y el humor insano sería básicamente un humor que, por ejemplo, no quisiese que viera mi hijo de siete u ocho años. Vídeos en los que, por ejemplo, saliese una persona drogándose.
P.– ¿Quizá el humor insano es el humor machista, racista…?
R.– Para mí eso sería insano. Todo lo que pueda generar polémica o distorsionar la realidad para las personas más jóvenes. Los adultos ya podemos tener criterios para decidir qué está bien o qué está mal, pero con los niños nunca se sabe… Por ello, mi principal foco de atención es crear un contenido que puedan verlo todos, incluidos los niños.
P.– Ya que me saca el tema de la infancia y la juventud. Quería preguntarle cómo fue la suya. ¿Cómo era de pequeño?
R.– Era como ahora, pero sin barba y sin arrugas. Era básicamente el mismo. Quizá en la universidad fui más serio, pero en el colegio era un poco más payasete. No es que fuese dando problemas a la gente, pero era el graciosete de clase, como digo yo. Los profesores me recuerdan así. De hecho, a ningún compañero de mi clase le ha extrañado que haya acabado haciendo vídeos graciosos en las redes sociales porque me conocen desde que era pequeño. Y mi infancia fue normal. No era el mejor estudiante, aunque eso cambió en la universidad.
P.– ¿Y eso?
R.– Simplemente me gustaba lo que estudiaba, así que me fue mejor. Por ejemplo, fui el delegado de clase, me volví responsable, pero en el colegio nunca destaqué por ser la persona con mejores notas.
P.– Tengo entendido que estudió Administración y Dirección de Empresas (ADE). Quería preguntarle sobre esta etapa, sobre su máster y sobre su doctorado.
R.– Como bien dices, estudié Administración y Dirección de Empresas (ADE) en la Universidad Católica de Valencia, pero es verdad que gran parte de la carrera, que eran cuatro años, la pasé en Londres, donde estuve ocho meses del tercer año, y en Filipinas, donde conocí a mi mujer.
Luego hice el Máster en Gestión de Producto y Servicio de Empresa en la Universidad Politécnica de Valencia, que duraba año y medio y estaba enfocado en logística y marketing. Y después, el doctorado, que no quería hacerlo, pero lo hice.
P.– ¿Cómo fue su etapa laboral antes de dedicarse a crear contenido como jefe de compras del grupo Saona?
R.– Aunque llevo nueve años en las redes sociales, antes del grupo Saona trabajaba en una fundación y los Saona sólo eran unos restaurantes a los que acudía con mi mujer. Pero pude conocer al dueño, Gonzalo Calvo, y me ofreció trabajo. Cuando entré había cuatro restaurantes y ahora hay más de 50. Fue una etapa muy bonita y dura en la que aprendí muchísimo y trabajé muchísimo. Yo no era una persona experimentada en compras, por lo que aprendí a base de golpes.
Estando en Saona, dejé las redes sociales en un segundo plano y en vez de un vídeo diario hacía uno o dos a la semana e, incluso, había semanas que ninguno. Era imposible. No me daba tiempo por las responsabilidades, pero debido al ERTE que sufrió la empresa en 2020 por la Covid, como muchísimas empresas en España, dije ¿ahora qué hago? Así que me propuse hacer cinco vídeos semanales para las redes, y así empecé.
P.– ¿Cuándo dejó su trabajo regular y lo apostó todo por las redes sociales?
R.– En agosto de 2021. Me costó un poco porque había estudiado toda mi vida para un puesto como en el que estaba y mi trabajo me encantaba. Pero al llegar a los 2 millones de suscriptores, la cosa se ponía seria, y yo empecé a perder oportunidades como ir a rodajes, etc. No podía hacerlo porque ya no me quedaban días de vacaciones, así que pedí una excedencia…
P.– Quería preguntarle por su familia. ¿Ellos han sido su fuente de inspiración para los vídeos y el humor familiar que crea Nachter, ya que suelen ser parodias en los que aparecen el hermano mayor, el hermano mediano y el hermano pequeño?
R.– Algo tiene que ver, sí (risas). Somos tres hermanos y yo soy el mayor, por lo que en los vídeos es con el que menos me meto. Luego está el hermano mediano, que es con el que más me meto y equivale a mi hermano Mario, con quien nos hemos chinchado toda la vida. Luego está mi hermana pequeña, Pilar, que representa a la mimada y es a la que siempre hemos tenido más protegida. Tiene cinco años menos que yo.
Y, bueno, he de decir que la mayoría de las experiencias que cuento en los vídeos de manera cómica –y obviamente exagerada– son inspiradas en situaciones reales. De hecho, cuando hacía los vídeos y los subía, mis hermanos me escribían diciéndome “qué cabrón, esto no es así”. Pero, vamos, lo divertido de ahí era que entre nosotros veíamos los vídeos, nos sentíamos identificados y recordábamos el pasado.
Por otra parte, mi madre, Pilar, y mi padre, Ignacio, son literalmente como se ven en los vídeos, casi. A ver, mi madre no va con una peluca blanca, una bata y una chancla (nunca me ha tocado), pero sí hacía como que sí. Pero sí que tiene un carácter muy fuerte y es muy firme cuando quiere algo. Pero todas las frases son reales. Pero sí, mi madre es 100% parecida a la de los vídeos.
P.– Cuando decidió apostarlo todo por ser creador de contenido para redes, sus padres se preocuparon, ya que usted ya tenía su carrera, su máster, su doctorado y su trabajo tradicional… ¿Cómo lo llevaron entonces y ahora?
R.– Ahora lo llevan genial y están más que acostumbrados, pero es verdad que al principio fue complicado… Yo tardé mucho hasta comprobar que este mundo generaba cierta seguridad, pero bueno, decidí arriesgar. Al final es un sueño en el que crees y que disfrutas. Y aunque me considero una persona con muchísimos defectos, me considero trabajador, por lo que no tengo ningún problema en ponerme a trabajar en un mundo fuera de las redes si lo necesito.
Por ahora, gracias a Dios, me ha pillado el mundo las redes sociales en una edad en la que he podido estudiar mi carrera, mi máster y he tenido experiencia trabajando. Ahora me toca disfrutar de este sueño que estoy viviendo, sea lo que Dios quiera, lo que dure.
P.– Ese sueño se traduce en cifras. En TikTok tiene 11,8 millones de seguidores; en Instagram, 4,2 millones; en Snapchat, 44.500 seguidores y suscriptores… Esto, evidentemente, genera ingresos. ¿Cuánto puede estar facturando ahora mismo gracias a las redes?
R.– No puedo comentarlo, además es muy volátil, ya que va cambiando con los años. Al final, cualquier persona interesada sólo tiene que meterse en Internet y buscar aproximadamente lo que pagan todas las empresas del mundo por visualización. Es igual para todos los influencers.
P.– ¿Podría decir si gana más que antes, cuando tenía un puesto de trabajo regular?
R.– Sí, más que antes sí.
P.– Este sector, el de los influencers, youtubers, streamers, durante años ha estado en el foco porque algunos de ellos han decidido irse a Andorra para tributar menos en España. ¿Qué piensa de estos compañeros? ¿Usted lo haría?
R.– Es complicado. Yo no lo he hecho, ni tengo intención de hacerlo, pero eso quiero decir que no sea duro. Obviamente, muchos de los influencers y youtubers con nombre en YouTube o Twitch, que pueden generar mucho dinero, se han ido a Andorra, pero respeto su decisión al 100 %. Al final, yo creo que hay que estar en esa tesitura para tomar esa decisión. Toda la gente que critica de normal a los youtubers puede ser gente que no gana lo que ellos están ganando.
A todos los empresarios –o gente con un negocio detrás bien montado con una facturación importante– que pregunto sobre Andorra me dicen “bueno, entiendo a los youtubers. Yo no puedo mover mi empresa a Andorra, pero si pudiera también lo haría”. Y hay gente que no, pero yo lo entiendo. Al final, es muy fácil tributar a Hacienda si la facturación no es grande, pero cuando eso va subiendo el porcentaje es enorme. Por ello, yo entiendo y respeto a la gente que haga esto, pero para mí, mi prioridad es España, porque aquí tengo a mi familia y a mis amigos. Todo lo tengo aquí. Mi prioridad es quedarme.
P.– Dice que su prioridad es España. ¿Qué opina de España como país?
R.– Después de haber estado viviendo fuera, en muchos sitios, puedo decir que España es un país precioso. No me voy a meter en la política. En la política, puede gobernar uno u otro y desde todos los lados harán cagadas, pero sí que creo que España es un país maravilloso para vivir. La gente es simpática, la gente es abierta, es divertida...
Además, de todos los países que he visitado no he visto ninguno que tenga una comida tan buena y una dieta tan buena como la mediterránea, que es espectacular. La luz que tenemos, el sol, la poca contaminación que tenemos comparado con otros países, como los asiáticos, me parece brutal. Entonces, bueno, España es un país del que estoy enamorado y espero no tener que irme nunca.
P.– Ha mencionado la política. Por ejemplo, Leonor tiene 18 años y puede reinar en el caso de que le pase algo a Felipe VI. ¿Qué opina de ella, por ejemplo?
R.– No la conozco en persona, pero me parece una chica súper simpática. Yo, la verdad, no puedo hablar mucho ni entrar en ninguna polémica sin conocimiento. Lo que veo en redes sociales o en los medios es que es una chica que tiene una proyección brutal. No me importaría tomarme un café con ella.
P.– ¿Y con Pedro Sánchez se podría tomar un café?
R.– En política, al final lo más importante es respetar a todo el mundo. Por ello, al final me tomaría un café con todo el mundo. Absolutamente todos. Siempre estoy dispuesto a escuchar y aprender.
P.– Cambiando de tema, un streamer, a día de hoy, aparte de humorista puede ser educador. ¿Se puede educar en valores a través de las redes?
R.– Yo creo que se puede educar en valores, sí, aunque hay muchos tipos de valores. En mi caso, intento centrarme más en el tiempo en el que uno pasa en familia. Por ello, intento hacer vídeos que se burlan de una manera simpática de las madres, de los hijos, de los padres… ¿Para qué? Para que las madres le envíen los vídeos a sus maridos; los maridos, a sus mujeres; las madres a sus hijos; los hijos a sus madres… Al final, lo que he visto es que las familias se unen mucho gracias a este tipo de contenidos. De ver vídeos de humor en familia.
No soy el primero en hacerlo. Lo han hecho, por ejemplo, Martes y Trece o Cruz y Raya, programas ante los que te plantabas delante de la televisión con tu familia para ver ese humor. Y, en resumen, yo creo que busco eso dentro del mundo de las redes sociales. Es un valor que intento transmitir.
P.– Leí que uno de sus últimos proyectos es con Snapchat acerca de un filtro denominado Lens Listillo. Quería que me explicara en qué consiste.
R.– Cuando yo empecé con las redes sociales sólo tenía Instagram y Snapchat y ninguna otra plataforma. Siempre había usado Snapchat para filtros y para chatear con amigos. De hecho, la gran mayoría de los filtros que uso para mis vídeos –el niño pequeño, el de abuelo…– son de Snapchat. Entonces, la App de Snapchat lleva en mi móvil muchos años. Y cuando me dieron la oportunidad de crear mi propio filtro, no me lo podía creer y me hizo ilusión.
Por ello, conocí al equipo para crear mi propio personaje. Al final, yo tengo muchos personajes, pero quería crear uno que no existiera: el adolescente. Entonces hicimos el típico adolescente con gafas, granitos, brákets, etc., incluso con un cambio de voz con el típico gallo que le puede salir a un adolescente. Ya lo he usado en muchos de mis vídeos y ha gustado mucho. Entonces, me hizo mucho ilusión trabajar con Snapchat este filtro.
P.– La última pregunta: ¿por qué su nombre de creador de contenidos es Nachter? Entiendo que es una derivación de su nombre, Ignacio, Nacho…
R.– Es por el rapero Nach. Cuando yo estaba en el colegio la canción de Palabras se puso muy de moda. Entonces, mucha gente y yo escuchábamos a este rapero. Y, bueno, la mayoría de gente de mi clase empezó a llamarme Nacher. Me acostumbré a responder a esa palabra y cuando empecé en el mundo de las redes quise ponerme Nacher, pero el nombre ya estaba cogido por una empresa. Entonces, busqué un derivado y Nachter era el que mejor me sonaba. Podía haber puesto Natcher, pero al final quedé como Nachter.