Él tiene 66 años y ella 34. Él tiene casi la misma edad que el padre de ella. Él lleva los mismos años que tiene ella trabajando en la misma compañía, donde se conocieron. Ella se llama Silvia Trillo y él es José Manuel Pérez. Desde que empezaron a intimar, todo ha ido muy rápido. Ahora se han establecido en A Coruña, de donde es Silvia, y aseguran no poder estar el uno sin el otro. Ni siquiera apenas dos horas. ¿El amor tiene edad? ¿Qué les dice la gente cuando se enteran de esa diferencia? ¿Por qué están tan unidos?
“Nosotros nos conocimos a raíz del trabajo, porque estamos en la misma compañía. En un evento al que yo iba de ponente en Zamora, nos presentaron”, explica José Manuel. Al principio eran simples compañeros de trabajo, pero pronto él vio a una “chica comprometida y disciplinada”, según califica, y se interesó por ayudarla. Hablaban de vez en cuando por teléfono sobre ideas de negocio. José Manuel se convirtió en una suerte de mentor profesional de Silvia.
Ella, por otra parte, seguía creciendo laboralmente en el sector del marketing. Llegó un momento en que no necesitaba tanto la ayuda de él. “Nos presentaron en diciembre de 2017. Yo acababa de dejar mi empleo en banca para entrar en la nueva empresa”, rememora Silvia. Estuvieron sin tener apenas trato cerca de un año, tan solo coincidían en videollamadas colectivas y eventos de trabajo.
Así relata José Manuel el siguiente hito de su historia con Silvia: “En octubre de 2021, que yo me había divorciado unos meses antes, me encontré en un momento que no sabía qué hacer con mi vida. Vivía solo y decidí centrarme en el trabajo, así que llamé algunas personas que ya conocía para intentar ayudarlas más de cerca, y ahí volvió Silvia”.
Empezaron a hablar una vez a la semana, más o menos, y José Manuel comenzó a sentir algo hacia ella que superaba lo meramente profesional. “A pesar de la diferencia de edad, me atreví a decírselo, aunque yo creía que era una locura, y la verdad es que ella no se sorprendió”, relata él.
La chispa del amor
Ya en noviembre, Silvia tenía que viajar hasta Madrid, y José Manuel decidió preguntarle si le gustaría que coincidieran en persona. “Digamos que en ese viaje fue cuando nos dimos cuenta de que empatizábamos muchísimo, coincidíamos mucho en lo personal y en nuestra forma de ser”, añade él, que residía en Alicante.
Y en la capital surgió el amor. “A partir de ahí todo fue muy rápido. José Manuel fue claro conmigo y cuando vimos que había una energía muy bonita entre los dos, que cada vez iba a más, empezamos con la relación”, agrega ella.
Ninguno de los dos conseguía separarse del teléfono. Estaban muy enganchados. Por aquel entonces, Silvia se lo contó a su familia. “Fui a Alicante un par de veces y él también viajó a Galicia. Me fue muy claro y me dijo que tenía una edad y no estaba para jugar, y que si esto iba en serio deberíamos vivir juntos para conocernos mejor. Le dije que sí”, enuncia Silvia.
Fue ella la que dejó A Coruña atrás para establecerse con José Manuel en Alicante: “Fue muy radical, pero la cosa iba tan en serio que no podíamos tampoco perder el tiempo. Estaba tan enamorada que decidí dejarlo todo y marcharme con él”, en palabras de Silvia.
Una de las principales ventajas con las que cuenta esta pareja es que su desempeño laboral puede realizarse desde cualquier lugar. Los dos convivieron en Alicante casi un año, hasta noviembre de 2022. Ese fue el momento en que Silvia decidió estar mucho más cerca de su abuela nonagenaria, así que en estos momentos tanto ella como él residen en Galicia.
Críticas y dudas
Tal diferencia de edad entre uno y otra no pasa desapercibida en sus círculos cercanos. “La gente que te quiere, que son a quienes escuchamos, te da consejos. En mi caso son consejos para que lo piense bien, que vea si es un sentimiento de amor o de admiración, que lo sopese bien”, dice Silvia.
Su respuesta era clara: “Prefiero pasar un día con él a 100 sin él”. Esto último lo dice porque no han sido pocas las personas las que le han preguntado dónde se imagina que estará cuando pasen 20 o 30 años, a lo que ella respondía lo anterior.
“La vida es un camino de obstáculos y hay gente a la que esos obstáculos le achican, y a veces le destruyen, pero a nosotros nos envalentona más. Sí que hay opiniones o gente que no ve muy bien nuestra relación, pero no podemos tomar las decisiones sobre nuestra vida por lo que piense la gente”, reflexiona José Manuel. Según añade, su amor es tan fuerte y tan real que nada iba a impedir que hicieran caso a su corazón.
De hecho, algunas amistades de él se han sorprendido de lo que están durando como pareja. Al principio, le decían que no duraría ni dos años. “Ahora, cuando nos ven ir juntos a cosas del trabajo o en formaciones, y ven el tándem que formamos y cómo nos miramos, se han dado cuenta de que esto es muy real, y me han llegado a decir que me envidian por tener esta energía, que ya les gustaría a muchas parejas”, desarrolla José Manuel. Es decir, lo que al principio era una crítica después se convirtió en admiración.
Silvia y José Manuel se describen como dos personas espirituales. “Creemos profundamente que somos llamas gemelas, esas almas que se persiguen para vivir eternamente juntas”, confiesa él. En realidad, los dos pasan casi las 24 horas del día juntos, ya que trabajan en la misma casa en la que conviven.
“Hay gente que nos dice que necesitamos un poco de espacio, pero yo honestamente digo que no”, afirma José Manuel antes de comentar que entre ellos no hay espacio tampoco para la mentira. Ni siquiera las piadosas. Silvia, por su parte, concluye que no ha encontrado ninguna dificultad en su vida por la diferencia de edad que le separa de José Manuel.