Íñigo compró las muñecas hinchables de Ferraz por 376 €: la ‘Revolución de los Corchopanes’ comenzó así
EL ESPAÑOL habla con los jóvenes vascos que llevaron a cabo las performances en la sede del PSOE. Los churros de piscina son su emblema: "Ellos tienen porras, nosotros corchopanes".
20 noviembre, 2023 03:12Es domingo en la calle Ferraz y los bares comienzan a cerrar. Son en torno a las 6 de la tarde y las protestas suman ya 17 días seguidos, aunque hoy será tranquilo. Íñigo y Roberto —nombre ficticio este último a petición del entrevistado— son dos jóvenes vascos habituales en las manifestaciones. Desde hace poco menos de una semana se han convertido en protagonistas de las manifestaciones por haber sido los organizadores de la autoproclamada como 'Revolución del Corchopán'. Toman café cerca de la sede del PSOE cuando llega el reportero. Es la primera entrevista que conceden.
Todo comenzó en la cabeza de Íñigo, "dándole vueltas a cómo se puede mostrar la amoralidad de un grupo de diputados que están vendiendo España de la manera más visual posible". Eso, estima, "se ha visto más flagrantemente en las prostitutas de Andalucía, en el Don Angelo y el resto de prostíbulos, y en el escándalo del Tito Berni. También había cocaína, pero lo deseché. La manera más sencilla de mostrar unas prostitutas era con unas muñecas hinchables. Era muy nítido. Y ahí empezó todo".
Lo primero fue mirar "presupuestos de muñecas hinchables". "Había algunas bastante profesionales, que daban bastante miedo. Entonces, busqué unas sin orificio y hablé con una tienda de disfraces online y me creé un presupuesto de cuánto dinero necesitábamos para llevarlo a cabo", apunta el joven vasco en conversación con EL ESPAÑOL.
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El siguiente paso fue ir a Twitter, un lugar en el que Íñigo es ampliamente conocido. "El hashtag que se utilizó desde el primer momento fue #SobrinasFerraz, porque al señor Ábalos, por ejemplo, o al señor Óscar Puente se les ha visto con mujeres a las que Twitter mayoritariamente ha llamado sobrinas y me parece una manera muy cómica de representar esa realidad. Entonces, el hashtag fue ese".
Solo faltaba entonces poner la idea en práctica. Necesitaba dinero y habló con grupos de conocidos de las redes a través de los que financiar la campaña. Hizo un cartel con Inteligencia Artificial, lo puso en Twitter y comenzó el movimiento. "Hice el presupuesto, hablé con la tienda de disfraces y pedí 25, un número importante para que tuviera el impacto visual que ha tenido. Entonces, hice el cálculo y eran 370 euros y el palo donde se sujetaba. Abrí recogida de fondos y se hizo a través de Paypal".
Dicho y hecho. La recogida de fondos fue efectiva y el pasado 14 de noviembre 25 muñecas hinchables aparecieron en Ferraz. Los cánticos que se escucharon entonces fueron los habituales en Ferraz: "No es una sede, es un puticlub". Asimismo, los manifestantes realizaron un cántico señalando que "estas son las ministras del PSOE". Los organizadores se desligan de él y aseguran que ninguno de los portadores corearon tal lema.
Roberto explica: "El tema no es la compra, sino que esto es una reacción. Es una reacción a la falta de moralidad, a la hipocresía. Es decir, ese PSOE y el equipo de natación sincronizada te puede llamar machista mientras escogen putas por catálogo en el Congreso. Ese hartazgo a que el poder se protegiese a sí mismo y esa doble moralidad, una hacia fuera, a través de sus medios, y otra hacia nosotros, es la que acaba causando esa explosión. Creo que lo ha definido muy bien cómo se encontró la canalización de la idea a través de las muñecas hinchables. Y de esas caretas de Tito Berni que llevábamos, que se habló menos de esas caretas, pero era el elemento claro para señalizar".
Sin embargo, ese no sería la única performance. Dos días más tarde se vistieron de verde, como los comerciales de una conocida inmobiliaria. Y portaron carteles con Se Vende y distintos lemas. Todos, por detrás, aseguraba: "Nuestro Futuro".
Podían no ser los mismos, pero lo eran. Las dos protestas solo tenían un elemento vertebrador y común: los churros de piscina de los que colgaban las muñecas y los carteles. Ellos mismos han acordado en llamarlo 'La Revolución de los Corchopanes'.
—La idea del corchopán es de Roberto. Pensamos en palos de escoba, porque es importante que estas cosas cojan altura. Lo primero para que no se vea quién lo lleva, porque eso no es importante, pero también para que los móviles apuntaran a la zona de arriba. Fuimos a un bazar a por palos de escoba y había estos corchopanes. Entonces, Roberto dijo: ¿Y si usamos corchopanes? No se puede pegar con ellos y tiene mucha altura —señala Íñigo.
Roberto explica: "La idea del Corchopan es muy sencilla. Es decir, ellos tienen porras —el estado, no la policía—, nosotros corchopanes. Que lo importante sea el mensaje: que no digan que se pueden utilizar para pegar ni nada. No, mira, es que es un corchopan, es un churro para la piscina".
Ambos protagonistas comentan que la Policía Nacional les ha identificado los dos días de protesta, "pero nunca hemos tenido problemas y tenemos buen trato".
Periodista—¿Las performances están ligadas o van por separado?
Íñigo— Hemos señalado los vicios amorales en la primera acción. En la segunda acción hemos señalado que se vende España a cachos en una inmobiliaria. Y en la tercera se va a señalar a los apoyos de Sánchez. Tanto al votante socialista como a los apoyos internacionales. Hay una cierta secuencia que ha sido a raíz de sentarnos y darle vueltas. En principio eran las muñecas y ya. Luego, he recibido propuestas por Twitter. Queremos hacer lo que nos plazca. Queremos tener una línea, eso sí. Es verdad que el primer día no lo pensamos, pero luego dices: joder, el corchopan tiene más significado del que habíamos pensado.
Roberto— Imagina lo inocuo que es un clavel y en Portugal cayó una dictadura a través de ellos. Es decir, hay elementos simbólicos que pueden ser muy importantes. Estamos en una situación de quiebra de unas expectativas de una generación que ha vivido de crisis en crisis, y encontrar elementos comunes que puedan servir de catalizador lo creemos importante. El elemento común es esa comedia ácida de quien está astiado de todo.
P.—Entiendo que es un proyecto generacional.
Í.—Sí, la crítica segunda era con un componente generacional. Era: se vende a cambio de no poder pagar el alquiler, se vende a cambio de no poder comprar fruta, a cambio del aceite a 10 euros el litro, a cambio de que un pensionista gane más que yo... Hubo un mensaje generacional y creo que seguirá siendo clave de aquí al futuro. Por eso ayer en los carteles sueltos por Madrid se veía el mensaje 'Se Vende nuestro futuro'.
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Las protestas son de usar y tirar. Las muñecas hinchables se quedaron colocadas en un muro de la calle Ferraz. "Hubo algún boomer que se llevó alguna a casa, pero repito que no tenían orificios. Se quedaron en las vallas para que se vieran en las fotos de la prensa", dice Íñigo.
Los carteles que se encontraron después del viernes fueron utilizados el sábado y colgados por todo Madrid. "Economía circular, dijo Íñigo", comenta con sorna Roberto.
El futuro
Estos jóvenes vascos no aparecen ahora en el panorama político. Ambos tienen un bagaje. Roberto, que guarda su anonimato como se apuntó anteriormente, estuvo varios años en un partido político. Íñigo, nombre real, participó en una asociación para combatir el enaltecimiento terrorista en País Vasco y Navarra mucho tiempo.
P.— ¿Hasta cuándo va a durar esto?
Í.—Esto van a ser ondas. No sé qué intensidad alcanzará, esto ha sido lo máximo, pero te cansas de trasnochar, trabajar al día siguiente, los estudiantes igual... En algún momento se frenará, pero en cuanto vaya avanzando la ley de amnistía volverá a salir y trataremos de estar ahí. Siempre que haya una movilización, saldremos. Pero asumimos que nadie puede aguantar movilizado 100 días.
P.—¿Están con los radicales?
R.—Depende de a lo que te refieras con radicales.
P.—A los violentos.
R.—Vale. Es que nosotros creemos que una acción subversiva es una acción radical. Porque es algo que hay que hacer. Es decir, en este momento, a los que catalogarían de punks, de contrapoder o los que dirían ilegales somos nosotros. No a la izquierda que salió a manifestarse porque había gente que no se manifestaba, no. Es a nosotros. Es una acto radical y subversivo, es un acto contra el poder. Es una acto contra el stablishment político y mediático que cada vez se difuminan más ambos elementos.
Í.— Pero en ningún momento nosotros hemos atacado a la Policía Nacional. Y ahí sí que hemos tenido un control. Porque no conseguimos 100 personas para llevar carteles, pero sí a 25 o 30. Hemos tenido cuidado de a quién le dábamos un corchopán. Sobre todo para que no se desvirtúe el mensaje.
R.— Es eso. A ver, el que quiera estar en Ferraz que esté, nosotros no somos ni jueces ni jurado de nadie y no estamos aquí para dar la legitimidad moral de nada, cada uno tiene que ser responsable de sus acciones. Nosotros no somos un movimiento, ni una organización, ni los representantes de nada. Pero sí tenemos cuidado de a quién se lo damos. Que a quien se lo demos sea un patriota, que al final no es más que una persona que asume su condición de ciudadano: sus derechos, sus obligaciones, pero además tienes responsabilidades: para cuidar tu sistema democrático, para cuidar la nación, que trasciende incluso.
Í.— Dentro de lo que hay en Ferraz estos días hay paleros (gente del palo), hay cayetanos, hay boomers, hay chavales basados de Twitter, hay abuelos, hay capillitas y hay fachas. Eso es lo que hay. Nosotros no hablamos por ellos. Nosotros somos unos tuiteros que hemos pasado a la acción no violenta tratando siempre el humor, porque el humor jode mucho. Parece que el humor tiene que ser algo de izquierdas y el humor es de todos.
R.— Somos derechita punk. Pero somos antes Siniestro Total que La Polla Record.
P.—¿Por qué creen que les dicen machistas?
Í.— El subdirector de El País al día siguiente —de la acción de las muñecas—, además de machistas nos trató de incels. Además, en esa columna pervertida...
R.— Como si fuera un diputado socialista, igual de pervertida.
Í.— ...Igual de pervertida que un diputado socialista. Mencionó dos asesinatos masivos de mujeres por parte de incels y los mezcló en su columna. Y no. Estamos hasta los huevos de eso. Nosotros no podemos controlar lo que canta la gente. Pero te aseguro que, de los 25 que llevamos muñecas, ninguno cantó "estas son las ministras del PSOE". Sí se cantó otro tipo de mensajes, pero ese mensaje machista no se cantó. No somos machistas. El mensaje era la perversión de muchos socialistas. A ellos les ha venido bien ese mensaje, pero cada uno es libre de cantar lo que quiera y evidentemente el hashtag era #sobrinasFerraz. Sobrinas son sobrinas, no ministras.
R.— Totalmente. Llama la atención la hipocresía de llamarte machista o violento. Yo he vivido cómo a compañeros les han agredido y Ander Gil nos llamaba perros y que bien estaba que nos pegaran prácticamente. Acabamos de ver a la comunicación del PSOE reírse del tiro a Vidal Quadras. Hoy mismo ha puesto un tuit en esa dirección. Luego te piden que condenes que han tirado un huevo a un diputado. Oye, mira, yo no le he tirado el huevo al diputado. Yo no tengo que condenar las acciones de nadie. Yo respondo de mis acciones, de las de nadie más. El problema es que en el PSOE nadie responde de sus acciones, responde el PSOE por ellos.
Í.— En 2015, tenemos en un acto de las Juventudes Socialistas de Valencia a Rajoy guillotinado. Nadie respondió por eso. Y me parece bastante más grave que unas muñecas.
R.— E insisto: máxime cuando los que estaban tuiteando era gente que estaba en Ramses antes de irse con prostitutas y cocaína.
P.—Ustedes hicieron imágenes con Inteligencia Artificial. ¿Qué les ha parecido la de Ion Antolín, dircom del PSOE?
Í.—Habla de la capacidad de cada uno. Mira que había imágenes. Que hemos visto a paleros con la esvástica en una bandera de España. Evidentemente hay de eso. Podía haber usado esa imagen. ¿Por qué ha hecho eso?
R.—Porque cada uno tiene las capacidades cognitivas que tiene. No hay mucho más. Cuando uno necesita el parabien de su amado líder para seguir comiendo pues cae en ese tipo de absurdeces. No da para más. Necesitas que te sigan aplaudiendo. En política pasa mucho, no solo en el PSOE, por el hiperliderazgo tan claro y la adoración al líder que es propia de movimientos totalitarios.
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P.—¿Creen que finalmente verá la luz la pactada ley de amnistía?
Í.—Si el 3 de noviembre no hubiera habido 100 personas en Ferraz. O si Isabel Peralta no hubiera sido pitada y echada de manera masiva cuando hizo el saludo nazi, esto se hubiera acabado. Y ahí yo creo que el poder estaría más cómodo. La derecha no se ha movilizado nunca, estamos aprendiendo a marchas forzadas de qué va la revuelta. Hemos visto lo que han conseguido los catalanes con la revuelta. Además de todo lo que ya tenían, van a conseguir el perdón. Saldrá, pero quizás en algún momento hay una huelga. También ayuda el discurso realizado ayer por el eurodiputado portugués en Cibeles.
R.— El mejor que se ha dado hasta el momento, por cierto. Lo ha tenido que dar alguien de fuera. Hay una falta de liderazgo político también clara.
Í.— Hay que dar muestras de que estamos hasta los huevos, no se debería dar y hay que apoyar al que internamente diga no.
R.— Yo creo que no es importante la consumación. Lo relevante aquí es que el poder está tratando de perpetuarse. Para ello están tratando de saltarse a la ciudadanía, a la cual ha engañado y no le está dando la posibilidad de votar. Y dos, que está con todo el entramado mediático para poder seguir agarrados al poder. Hemos aprendido que hay algo que por lo que sí merece la pena salir a la calle que es España y la democracia. Y que sí que hay una razón para enfrentarse al poder y que además lo hacemos de forma legítima. No solo legítima, sino legal. Desde la subversión, la comedia, la irreverencia... Yo estoy convencido de que es el camino.
P.— Corchopán y cero lecciones de moral, ¿no?
R.— El corchopán es un elemento lo bastante cómico para aunar esto. Es decir, hay revoluciones que son a tiros, hay revoluciones que son con golpes de estado... Lo nuestro es desde la comedia. El hartazgo te lleva a dos cosas: a quemarlo todo o a esta acción que creemos que es un poco más constructiva: coger corchopanes que son inofensivos y levantarte contra el poder con ellos. Es un payaso conduciendo un carro de combate.
P.—Decía Ghandi: "Son violentos porque están desesperados".
R.—No es nuestro rol.
Í.— No lo es. La comparación con lo que pasó con el 1-O, con la ciudad ardiendo, aquí se ha quemado un contenedor.
R.— Y un policía que no va a volver a trabajar en su vida.
Í.— A saber en qué deriva esto, pero yo creo que somos diferentes y mejores ciudadanos.
R.— También hay mucho vasco. Yo creo que también es un elemento clave por lo que hemos podido vivir de otra manera. El haber convivido con muchas movilizaciones, muchas de ellas muy violentas, kale borroka... Determinados elementos que nos han permitido relacionarnos con la Policía de otra manera a la que rodea todo esto... Yo creo que nos ha hecho perder el miedo y gestionar la frustración que te puede dar ver cómo el poder se autoamnistía para poder seguir agarrado a ellos y chupando dinero de nuestro trabajo.
Í.—A mí me gustaría destacar que después de lo de las muñecas dije: chicos, esto he sido yo, se me ha ocurrido una idea, he abierto un Paypal y mirad el impacto. Entonces, creo que la idea es que hay que movilizarse. Falta mucha por hacerlo, pero si no empiezas tú como uno mismo o con tu grupo de colegas, nadie lo hará por ti. Me dan muchas ideas buenas. Nosotros haremos lo que nos plazca, pero que cada uno haga lo que le dé la real gana para levantarse.
R.— Decía Labordeta: "Esa hermosa mañana // Ni tú, ni yo, ni el otro // la lleguemos a ver. // Pero habrá que empujarla // para que pueda ser". Pues eso es: si no lo haces tú, nadie lo va a hacer por ti. Y creo que somos lo bastante jóvenes, pero lo bastante viejos como para habernos dado cuenta de 1.- lo jodidos que estamos; 2.- si no lo hacemos nosotros, nadie lo hará.
Los tres elementos claves son: el poder autoamnistiándose de forma arbitraria con todo el entramado mediático y el equipo de natación sincronizada con ellos; la quiebra de las expectativas de una generación que vive entre crisis y ve que la política se dedica a la política en vez de a los problemas de la gente; y el tercer elemento es el hastío de la ciudadanía que dice hasta aquí por la desigualdad territorial. Además hay gente que está descubriendo que la nación existe y es algo más que hospitales públicos.
P.—Buscan llamar la atención.
Í.— Sí, sí, lo que queremos es eso. Dentro de eso, si alguno quiere hacerlo con humor, brazos abiertos, Paypal abierto y encantado de sumar gente a nuestro movimiento sabiendo cuál es, que es este. Y, si quieres otro, móntatelo por tu cuenta.