La historia de María Concepción Marcos está colmada de frustración e indignación. Su tono de voz es sereno. Pero está enfadada y disgustada. No es para menos después de ser incapaz de cobrar la pensión de jubilación que solicitó el pasado 13 de marzo. En los centros de la Seguridad Social nadie es capaz de darle una respuesta a esta madrileña de 65 años. Ni siquiera el Defensor del Pueblo, que la única solución que le lanzó fue la de seguir esperando. Pero María está cansada de esperar. Cansada y agotada de no recibir una contestación tras seis meses de lucha. "Vivo gracias a mi hijo y a otras personas que me están ayudando", expresa.
María ha trabajado como peluquera toda su vida. Vivió en Alemania durante once años, donde nació su hijo, y volvió a España en el año 84. Ahora vive en Zaragoza, donde se ha ido desplazando de peluquería en peluquería, hasta que pudo abrir la suya propia.
En total lleva 47 años cotizados. En marzo de este año, la madrileña solicitó la pensión de jubilación por adelantado. En un principio, la peluquera podría beneficiarse de esta desde el tres de mayo. Al llegar la fecha, María seguía sin poder acceder a la pensión: "Me presenté presencialmente con una gestora y me dijeron que se habían equivocado y que la jubilación —según ellos— no me correspondía hasta el 25 de junio. Hicimos un anexo con el traspaso de esta a la fecha señalada. Supuestamente ya estaba todo bien". Pero era agosto y María seguía sin recibir noticias.
Un fallo desde Alemania
Cuando la madrileña se dispuso, de nuevo, a ver lo que estaba sucediendo con su pensión, se encontró con que, supuestamente, Alemania no contestaba a los centros españoles de la Seguridad Social y que era este país el que primero debía enviar las cotizaciones. Con esto, María comenzó a contactar con Alemania: "Me dijeron que se trataba de un fallo de ellos. Cuando nació mi hijo, años en los que Alemania se dividía en República Democrática Alemana y en República Federal de Alemania, yo no especifiqué en cuál de las dos ciudades había nacido, sólo indiqué que en Alemania". No obstante, María explica que el error fue corregido de inmediato y que no tardó mucho en recibir la resolución de Alemania por correo ordinario.
"Alemania me informó de que los papeles fueron enviados el pasado 31 de octubre. A mí me ha llegado esta semana por escrito. Pero voy al Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) y allí me dicen que no les han llegado nada. ¿Cómo es posible que yo tenga los papeles y que el INSS me asegure que ellos no tienen nada? No lo entiendo", comenta enojada.
La peluquera explica que ayer mismo fue la última vez que deambuló por estos centros zaragozanos: "No te haces una idea de los ineptos que hay ahí trabajando. Cada vez que voy me cuentan una historia diferente. Lo de ayer ya fue de risa. Las jubilaciones bilaterales se tramiten en Barcelona, y mi expediente no sé dónde está perdido, si en Barcelona o aquí. No tengo ni idea, pero no me dan ninguna solución y llevo desde mayo sin cobrar un duro", espeta la madrileña.
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María insiste en que está viviendo una situación insostenible. La mujer explica que el banco no le concede el plan de pensiones sin la resolución. Cuenta que quizás ayudaría el buscar un abogado, pero "sin nada de dinero es imposible". Tampoco ayuda la poca empatía de los trabajadores del INSS. "Es una vergüenza. Las citas presenciales van a cuentagotas, te dan una cita de mes en mes, por lo que es muy difícil poder adelantar algo de esta manera. Y luego te presentas y además no te saben responder. Ayer mismo le expresé a la trabajadora que estaba allí mi malestar. Le dije que llevaba meses sin cobrar un euro. Me dijo que ese no era su problema", expresa entre apenada y enfadada.
Tras estas palabras, María empieza a arremeter contra este tipo de trabajadores. Cuenta que en una de las tantas veces que lleva yendo al INSS, los que allí estaban cerraron la ventanilla para irse a desayunar mientras la madrileña y otro hombre esperaban a ser atendidos. "En otra cita estuvimos —gestora y yo— desde las diez de la mañana. Allí no había nadie más y aún así tuvimos que esperar media hora para poder ser atendidas, ¡aun no habiendo nadie más! Es un despropósito. He llegado a ver a empleadas jugando con el móvil durante una hora. Hay personas con grandes problemas que tienen el derecho de ser atendidos correctamente. Necesitamos trabajadores cualificados”.
La peluquera apunta que esta situación empeoró tras la pandemia y que con respecto a las pensiones "están tardando más de la cuenta en tramitarlo". No obstante, señala que "una cosa es que tarden y otra cosa es que te digan que tus papeles no están, y que además no sepan darte una solución".
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María cuenta que la próxima cita la tiene el cuatro de diciembre e insiste en que necesita una respuesta a este problema de manera urgente: "Tengo que seguir pagando luz, agua, teléfono y un largo etcétera. Todo sigue. Y llevo toda una vida trabajando. Es una vergüenza que después de trabajar tantos años, que no es fácil en los últimos años trabajar por cuenta propia, te hagan esto. Me están tomando el pelo descaradamente".