Todo momento insólito sabe a poco a Pedro Sánchez, el primer presidente del Gobierno en publicar un libro (Manual de resistencia, Península, 2019) aún en ejercicio. Por eso acaba de lanzar el segundo, Tierra firme, editado por la misma editorial y escrito por la misma persona que le ayudó con el primero, Irene Lozano, exdiputada de UPyD y exsecretaria de Estado y expresidenta del Consejo Superior de Deportes ya con Sánchez en La Moncloa.
Se trata de una crónica política de la anterior legislatura cuyo punto de partida es la noche electoral del 28-M. La madrugada que, con el batacazo socialista en las elecciones municipales y autonómicas aún en caliente, el presidente del Gobierno decidió adelantar las generales al 23-J con todas las encuestas en contra a la mañana siguiente. Las mínimas revelaciones y las pocas anécdotas del libro se contienen casi exclusivamente en esos dos meses. Un arranque de faena que la dupla Sánchez/Lozano decidió introducir a modo de prólogo.
Desde los primeros compases de Tierra firme, asoma el concepto de "ultraderecha", ejerciendo el presidente su derecho al regocijo tras la reciente victoria parlamentaria. Los lamentos son múltiples. Sánchez se queja del trato padecido por una prensa falta de "pluralismo" y por la "información imaginaria" de las encuestas.
[El segundo libro de Pedro Sánchez escrito en primera persona también es obra de Irene Lozano]
Lamentaciones entre las cuales filtra ataques directos y continuos al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, de quien recuerda en varias ocasiones su amistad con Marcial Dorado —un "fardo" para el presidente del PP, según metaforiza— al punto de introducirlo en el universo de Fariña, esa biblia del narcotráfico gallego escrita por Nacho Carretero.
Después de De la derrota a la victoria, el preámbulo, las negritas son mínimas, más ruidosas las ausencias. Sánchez no menciona la amnistía. Sánchez no habla de Irene Montero. Lozano no escribe el nombre de Carles Puigdemont. Tampoco de Juan Bernardo Fuentes Curbelo, Tito Berni, y cómo vivió aquello internamente. No aparece la Ley Trans y únicamente la Ley del Sólo sí es sí cuando agradece a José Luis Rodríguez Zapatero el capotazo echado. Los capítulos son cortos, a menudo de cuatro páginas, casi siempre solventados con alguna creencia o satisfacción.
1. "La primera persona fue Begoña"
Pese a que, en la madrugada de aquel 28-M, su entorno barajaba septiembre como fecha idónea para el adelanto electoral, fue Sánchez quien se decidió por la primera fecha hábil. Que Feijóo ya hubiera celebrado elecciones en Galicia un mes de julio [por la pandemia] fue la excusa perfecta para neutralizar cualquier crítica. "La primera persona con quien lo hablé fue Begoña. Aún sonrío recordando la perplejidad con que reaccionó. Le conté mi razonamiento, así como mi interpretación de los resultados, y se mostró de acuerdo. (...). Begoña es un apoyo fundamental para mí en cualquier encrucijada".
"A continuación llamé a María Jesús Montero y a Santos Cerdán", sigue su relato el presidente. Después, telefoneó a Félix Bolaños y a Óscar López. "Les pedí a los cuatro que vinieran a la Moncloa. Al verlos entrar en la sala de columnas del palacio percibí hasta qué punto se encontraban abatidos por el resultado". Eran las una de la madrugada.
2. "La información imaginaria de la encuesta"
"Es necesario un inciso para reflexionar sobre la necesidad de que las empresas de encuestas actúen con más transparencia", comienza Sánchez su crítica, sin cuartel y generalizada, a las casas demoscópicas. Por supuesto, el presidente del CIS, José Félix Tezanos, tampoco aparece en el libro. "Nos muestran el plato ya cocinado, pero no nos dejan ver los ingredientes: ignoramos con qué alimentan nuestras emociones políticas", ahonda.
"La información imaginaria de la encuesta se convierte en tema de actualidad sobre el que se pronuncian no sólo los líderes políticos, también los comentaristas", sigue el presidente del Gobierno. "El humo como noticia", remata en su particular vendetta contra quienes le auguraban un fatal devenir electoral.
3. "Un problema de pluralismo periodístico"
Hasta la campaña electoral del 23-J, ni siquiera en el marco previo al 28-M, Sánchez sólo había concedido entrevistas radiofónicas para el matinal que conduce Ángels Barceló en la Cadena Ser. Sin embargo, el presidente piensa que "nuestro país tiene un problema de pluralismo periodístico" y que él no lo alimenta.
A juicio de Sánchez, "la España progresista no está representada en los medios de comunicación de acuerdo con su dimensión y su peso social. Esto genera un clima de opinión que no recoge con fidelidad la realidad de España". Además, el presidente considera —en clara alusión a El Hormiguero y su entrevista con Pablo Motos— que si hubiera acudido a un programa de entretenimiento se le hubiera "tachado de frívolo".
4. "Quizá me faltó ímpetu" en el cara a cara
Se trata de la única concesión, si bien cargada de arremetidas, que hace a Feijóo en todo el libro. Sánchez reconocé que el líder del PP lo doblegó en el único cara a cara de la campaña. "Tampoco fue mi mejor día: quizá me faltó ímpetu para rebatir sus falsedades. Salí de allí con la sensación de haber dado un tropiezo. Y solo quedaban dos semanas para las elecciones", cuenta el presidente, que considera que las "mentiras" del líder de la oposición se convirtieron en un "bumerán" contra él en los días posteriores. "La mendacidad es un rasgo de la personalidad política de Feijóo que quedó desenmascarado durante la campaña", escribe Lozano por boca de Sánchez.
['Manual de resistencia' de Sánchez: primer presidente que rompe la norma de no publicar en el cargo]
"Al orientarse la atención hacia su dudosa fiabilidad, era inevitable que surgiera el asunto más turbio que tiene a sus espaldas: su relación con el narcotraficante Marcial Dorado. En cualquier otro país de Europa le habría impedido presentarse a unas elecciones, incluso a las menos relevantes políticamente", dice sobre Feijóo, que ganó dos elecciones por mayoría absoluta en Galicia después de publicarse la famosa foto. "Habla mal del PP que le acogieran para dirigir el partido con tanto entusiasmo, sabiendo que carga con ese fardo".
5. "Soy un político con convicciones"
La expresión "cambio de opinión" acuñada por el propio Sánchez en la entrevista preelectoral con Carlos Alsina en Onda Cero se ha sofisticado. Ahora son "cambios de posición política" los meandros en el camino presidencial. Además, aporta ejemplos de sus predecesores: "Rajoy ganó las elecciones en 2011 diciendo que bajaría los impuestos y llevó a cabo uno de los mayores aumentos de nuestra historia reciente. Aznar empezó a llamar a ETA 'Movimiento Vasco de Liberación Nacional' como si tal cosa. Felipe González llegó al poder prometiendo un referéndum para salir de la OTAN, pero lo convocó para que nos integráramos. Y lo más importante es que acertó. Hay cuestiones que no se ven hasta que no se ocupa la presidencia del Gobierno. A veces cambia la coyuntura; otras, hay que hacerla cambiar". "Soy una persona pragmática, y creo que una gran virtud política es combinar las convicciones con el pragmatismo", afirma.
6. El feminismo y el "universo de los afectos"
'Lo que el feminismo ha hecho por los hombres', se llama uno de los capítulos del último tercio de Tierra firme. Sánchez explica que las connotaciones cariñosas hacia sus hijas y su esposa, Begoña Gómez, no sería la misma sin su formación feminista. Gracias a ella, por ejemplo, puede compartir con su mujer la "afición al deporte": "A los hombres de hoy el feminismo nos ha dado acceso a ese universo de los afectos, y a compartir con nuestros hijos y nuestras parejas momentos especiales. Con Begoña comparto la afición por el deporte, nos gusta salir a montar en bici juntos, dar un paseo por el campo... Ambos somos aficionados a leer y nos gusta conversar sobre nuestras lecturas".
7. "Una paella, una fabada... Soy muy de cuchara"
A continuación, el presidente del Gobierno define lo que para él es un "día perfecto", siempre acompañado de su familia. "Consiste en levantarme tarde, hacer algo de ejercicio con Begoña y comer con mi familia una paella, una fabada, un salmorejo... Soy muy de cuchara. Todos los domingos almorzamos en familia, no soy muy original en eso. No siempre veo a mis hijas y a Begoña todo lo que quisiera, porque los viajes me obligan a ausentarme de casa, pero hay un pequeño ritual familiar que intento respetar, no importa en qué parte del mundo me encuentre: cada mañana, a través de nuestro grupo de WhatsApp, les envío un enlace a mis hijas. Puede ser una noticia de ciencia o de cultura, a una canción que he escuchado, al último tema de un cantante que nos gusta a todos o de un grupo que acabo de descubrir".
8. "Rosalía, Sen Senra o Beach House"
En el mismo capítulo del libro, Sánchez profundiza en su lado más personal durante algunos párrafos. Como quedó patente en su entrevista en La pija y la quinqui —el pódcast al que, como revela, acudió tras ser avisado por Pepe Álvarez, secretario general del UGT—, para el presidente es muy importante la música.
"Mis hallazgos proceden de emisoras que escucho a menudo: Radio3, el canal idóneo para los amantes de la música, y el programa All Songs considered, de NPR, la radio pública estadounidense, también muy recomendable para melómanos. Mis hijas, a su vez, comparten música conmigo. A menudo intercambiamos listas de Spotify. Disfruto descubriendo lo que escuchan. Siento que me acerco a ellas, me conecta con las generaciones jóvenes y me hace tener la mente abierta a las novedades. Compartimos la afición a la música de Rosalía, Sen Senra o Beach House. A veces se sorprenden de que me guste algo de su generación", cuenta Sánchez.
9. "Qué crack" (sobre Joe Biden)
"Conversamos sobre distintas cuestiones y la impresión que me transmitió fue la de ser un líder en forma, conocedor de los temas y con criterio propio", cuenta Sánchez sobre el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, tras visitarlo en el despacho oval por segunda vez. Abordaron varios temas, sobre todo política internacional, en el marco de un "intercambio de impresiones" que no estaba agendado. "Es un hombre cercano y afable", estima Sánchez de Biden, que se hizo una foto con la comitiva española hasta allí desplazada. "Qué crack", pensó el líder del PSOE.
10. "Presidente, ha comenzado la invasión"
"El 24 de febrero de 2022, en plena madrugada, sonó mi móvil en la mesila de noche", cuenta Sánchez. Era Josep Borrell, alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y exministro de Asuntos Exteriores en el primer gabinete de Sánchez, con un mensaje. "Presidente, ha comenzado la invasión" de Rusia a Ucrania. "Nuestra relación es excelente: somos viejos compañeros de partido", dice sobre Borrell.