Más de 130 programas y un bote que cada vez está más cerca del millón de euros. Ese es el resumen de la participación de Los Mozos de Arousa en Reacción en cadena, el espacio de Telecinco presentado por Ion Aramendi en el que están haciendo historia.
Bruno Vila y los hermanos Santamaría, Raúl y Borja, son unos expertos en concursos en televisión con varios a sus espaldas, pero su estancia en el programa de Mediaset está siendo la más longeva de todos ellos.
El que más veces ha pisado un plató es Borjamina (como le gusta que le llamen en honor a una perra que tenía su familia que se llamaba Mina). Fue el concursante que más veces evitó caer por la trampilla de la historia de ¡Ahora caigo!, donde estuvo en 32 entregas.
EL ESPAÑOL ha charlado con los tres para hacer un repaso a su trayectoria en Reacción en cadena en estos meses de participación y conocer cómo les ha cambiado la vida ser las estrellas del concurso de Telecinco.
Borjamina, el más veterano
Al participar en un concurso televisivo, si no resides en la ciudad donde se graba, siempre hay que adaptarse a los ritmos que marca el equipo del programa con tu rutina habitual de vida, cuadrando viajes y agendas.
Esa dinámica a conoce bien Borjamina, ya que durante más de 30 programas tuvo que desplazarse a Barcelona desde Vilagarcía de Arousa para participar en ¡Ahora caigo!, como ahora hace todas las semanas con sus viajes de Galicia a Madrid por Reacción en cadena.
El gallego vive con intensidad las grabaciones del concurso, unas tres al día, y suelen pasar factura, ya que entre programa y programa tienen que cambiarse de ropa, retocar maquillaje, probar micrófonos… Eso hace que no tengan muchos momentos de respiro.
“Sin olvidarnos también de la tensión que vivimos, ya que cada programa puede ser el último, y el esfuerzo mental que requiere, que también afecta al cansancio”, afirma. Además, el gallego hace hincapié en que "hay que tener en cuenta que somos de Vilagarcía de Arousa, lo que hace que medio día se nos vaya en el trayecto del tren”.
Su vida fuera del plató del programa de Telecinco es totalmente diferente, ya que, gracias a lo conseguido por el concurso, muchas de las actividades que hace cuando no está grabando están relacionadas con Reacción en cadena: “Ahora mismo la mayor parte de mi día a día gira en torno al programa o a todo lo que surge como fruto de nuestra presencia en televisión. Semana tras semana nos invitan a actos o eventos a los que nos cuesta decir que no”.
Aunque, de vez en cuando, el cuerpo le pide descanso: "Queremos ser agradecidos con los organizadores que piensan en nosotros e intentamos cuadrar todo en nuestras agendas, aunque no siempre sea posible", comenta. Además, en las últimas semanas también están recorriendo diferentes colegios e institutos para poner en valor valores y actitudes que consideran fundamentales en el desarrollo de los jóvenes como el trabajo en equipo o la curiosidad por aprender. Sin embargo, el concursante no puede dejar de lado su éxito en redes sociales: "Me roban más tiempo que antes, intentando estar activo y responder el mayor número de mensajes posible”, admite.
Afirma que aún no es consciente de todo lo que le está pasando y que será de él cuando finalice su paso por Reacción en cadena, momento en el que realmente pueda valorar si su vida me ha cambiado para siempre o si solo ha sido algo momentáneo y todo vuelve a la normalidad. “Lo que sí está claro es que la cuenta corriente estará un poco más llena y que el objetivo por el que empecé en el programa, conseguir un local para nuestra asociación Arousa Moza, está más cerca”, afirma Borjamina.
El gallego tampoco se ha puesto un objetivo de cara a una posible eliminación en los próximos días, semanas o meses, no sabe muy bien qué pasará cuando todo el ruido mediático generado por el programa se acabe: “Sinceramente, no tengo ni idea. Todavía estoy dentro de una burbuja que espero tarde en estallar. Ahora mismo estoy centrado al 100% en Reacción en cadena y pensar más allá puede suponer un despiste que nos cueste la eliminación. Lo que tenga que venir, vendrá”.
Desde que están Los Mozos de Arousa en Reacción en cadena y, sobre todo, desde la vuelta del verano, el concurso no para de subir de audiencia, batiendo su propio récord semana a semana, y mucha culpa la tienen los participantes gallegos.
Y es que los formatos nuevos en televisión necesitan su tiempo para asentarse y que la gente aprenda a jugar. En una época en la que escasea la paciencia y se intenta recuperar concursos que funcionaron en el pasado, “Reacción en cadena es un soplo de aire fresco y cada día se suman más reaccioners, como se hacen llamar los seguidores del concurso”, afirma el concursante.
“Si en algo coincide la mayoría de la gente que nos para por la calle es que el programa engancha y es muy jugable desde casa para casi cualquier edad. Incluso son muchas las familias que nos dicen que ahora mismo no hay ningún otro programa que les haga reunirse delante de la televisión y jugar todos juntos”, añade el veterano concursante.
Su buen hacer en el programa de Telecinco también ha logrado una fidelidad de los espectadores, viendo como cada día aumenta el dinero ganado por los gallegos, algo parecido a lo que le ocurrió a Los Lobos cuando pasaron por ¡Boom!, aunque Borjamina explica que “aunque ambos somos equipos que podemos fidelizar a parte de la audiencia, creo que son casos bastante diferentes porque los programas también son muy diferentes entre sí”.
El concursante ve diferecia en que en otros formatos, como era el caso de ¡Boom!, los equipos luchaban por un bote, lo que hacía que el espectador 'acompañara' a los equipos o concursantes cada tarde hasta que finalmente lo lograban o no.
“En cambio, en Reacción en cadena no hay un bote, y lo que vamos sumando en cada entrega ya es nuestro. El único final posible es la eliminación. Por eso pienso que la clave de nuestra fidelidad es el buen rato que aportamos a la gente que está en casa, centrándonos en pasárnoslo bien y que el espectador también se lo pase bien a la vez que aprende con nosotros y se asombra con conocimientos que no presuponen para gente de nuestra edad por todos los prejuicios que hay con los jóvenes”, destaca.
Y añade: “Creo que la audiencia estará del lado de los Mozos de Arousa mientras mantengamos nuestra frescura, el espectador se divierta y nuestra participación no se vuelva monótona y aburrida, sin necesidad de un bote u objetivo económico final”.
Gracias a su gran trayectoria en Reacción en cadena, los tres se han hecho muy famosos tanto en su localidad, Vilagarcía de Arousa, en Galicia y en toda España. Esa fama les ha hecho vivir situaciones curiosas con sus reaccioners.
Borjamina diferencia las reacciones de la gente a la cara de la que tienen en redes sociales, ya que “por la calle todos los comentarios son positivos. Todo el mundo nos da la enhorabuena, pero a mí lo que más me llena son las personas que me dicen que durante la hora que dura el programa se olvidan de sus problemas y se divierten viéndonos o los niños y niñas que juegan y aprenden con nosotros desde casa, desarrollando la curiosidad y aumentando la motivación por el estudio”.
También reconoce que jamás había soñado con una experiencia como la que están viviendo, ya que a los tres desde siempre les habían gustado los concursos, participando en alguno que otro, “pero ninguna de las experiencias anteriores es comparable a esta, tanto por el premio como por la duración o repercusión”, destaca.
“Mi vida, en este momento, gira completamente alrededor del programa, tanto en los días de grabación como en los días libres, con múltiples actos y eventos que quieren contar con los Mozos de Arousa. ¡Y nosotros encantadísimos! Ojalá poder ir a todo lo que nos proponen. El día que nos tengamos que ir, que esperemos sea dentro de mucho tiempo, será cuando realmente nos demos cuenta del impacto que estamos teniendo. Por ahora aún conservamos la ilusión y competitividad del primer día, deseando que así sea hasta el final”.
Ninguno de los tres se imaginó que iban a llegar a donde están llegando. Y es que, cuando debutaron en el programa, el récord de permanencia estaba en 18 tardes y lo han superado con creces: “Aunque confiamos en todo el trabajo y entrenamiento que realizamos, incluso desde mucho antes de empezar nuestra participación, lo cierto es que un día malo puede ser decisivo y suponer la eliminación. Por suerte para nosotros, ese día aún no ha llegado y esperamos que tarde mucho. No bajamos la guardia”, concluye Borjamina.
Raúl, de las oposiciones al concurso
La vida de Raúl, el hermano de Borjamina, también ha cambiado radicalmente desde que participa en Reacción en cadena, desde sus dinámicas diarias a su futuro, ya que pasó de preparar unas oposiciones a salir en televisión a diario.
Su dinámica cuando está grabando no se diferencia mucho a la de sus compañeros ya que las semanas que graban, “sinceramente, no tenemos tiempo para nada más que dedicarnos al programa. Solemos grabar tres días cada semana y tres programas cada día, por lo que pasamos todo el día en el plató". El poco tiempo que tiene libre lo utiliza para descansar, practicar e intentar desconectar un poco.
Pero no todo en su vida es Reacción en cadena, ya que el resto de la semana que no está grabando con Ion Aramendi y sus compañeros de Los Mozos de Arousa, vuelve a su Vilagarcía a realizar sus tareas diarias como jugar al pádel “todo lo posible”, estar con su familia y su pareja, visitar sitios que no conoce... “Aunque es cierto que es complicado desconectar al 100% del concurso, ya que intentamos quedar todos los días para practicar. También nos invitan a eventos como padrinos o para darnos algún reconocimiento”, comenta Raúl.
El gallego es consciente del salto de fama que han logrado los tres componentes de Los Mozos de Arousa, convirtiéndose en unas pocas semanas en alguien muy conocido, en una referencia para mucha gente, les ha supuesto una gran responsabilidad.
Otro de los cambios que ha sufrido la vida de Raúl es ver cómo su cuenta bancaria aumentará considerablemente cuando abandone el concurso “ya que es una cantidad elevada de dinero con la que no contaba y, de repente, son muchas las puertas que se abren, muchas propuestas y muchos proyectos que antes quizás no me podía plantear y ahora, sí”.
Aunque el final de su participación parece lejano, es consciente que en algún momento caerán eliminados, situación que han rozado en las últimas semanas, pero está preparado para una vida fuera del plató de Reacción en cadena, donde retomará esas oposiciones que quedaron aparcadas: “Mi vocación es la enseñanza y no quiero dejarla abandonada. Pero tampoco cierro puertas a otros proyectos que puedan venir en un futuro. No obstante, cómo será mi vida cuando acabe nuestra participación es una pregunta complicada. Ojalá sea dentro de mucho y quede aún Mozos de Arousa para rato. Pero sí que es cierto que algún día llegará ”, afirma.
El gallego está convencido de que el éxito que ha logrado Reacción en cadena hasta ahora le parece merecido porque era un programa que necesitaba su tiempo para enganchar a la gente y que el público entendiera la dinámica. Aunque el gallego no solo destaca lo que se ve en la television, sino también lo que no se ve: “Todo el equipo del programa trabaja de una manera increíble, el trato entre todos es inmejorable, la ilusión por lo que hacen es de nota y eso, al final, hace que un proyecto como el de Reacción en cadena esté consiguiendo afianzarse y creciendo cada vez más”, asegura.
Raúl destaca que el balance de su paso por el programa es muy positivo, tanto por lo conseguido económicamente hasta ahora como por la experiencia que están viviendo. Empezaron siendo un equipo humilde, como lo son ellos fuera de las cámaras, y casi siete meses después “podemos decir que seguimos en la misma línea: Con los pies en la tierra y entrenando cada día como si fuera el último y con la misma ilusión que el primero”, admite, porque no se imaginaba llegar hasta donde han llegado, superando los 130 programas y rozando el millón de euros de premio.
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“Sabíamos que íbamos preparados y que intentaríamos hacerlo lo mejor posible. Pero cuando te presentas a un concurso así son muchos los factores que influyen y creo que aún no soy consciente de dónde estamos y lo que hemos conseguido”, comenta Raúl, que también destaca la fidelidad de los espectadores cada día en Telecinco y su gran acogida cuando les ven por la calle.
Sobre un posible efecto Lobos (recordando el éxito que tuvieron Valentín, Manu, Erundino y Alberto en ¡Boom!), Raúl comenta que mucha gente les dice que ven el programa por ellos, que son team Mozos de Arousa y que no quieren que vayan. “Sentimos mucho cariño por parte de la audiencia y eso es impagable. Nosotros queremos seguir cada tarde formando parte de esas familias que nos ven y que dedican su tiempo en vernos y apoyarnos de la forma en la que lo hacen. Y cada vez ese número de personas aumenta y eso es una realidad y ojalá cada vez sean más”.
Ese cariño lo recibe a diario cuando sale a las calles de su Vilagarcía de Arousa, viaja por Galicia o por España, reconociéndole en multitud de lugares. Y sus reaccioners le trasladan que él y sus compañeros son un ejemplo, muy inteligentes, un orgullo para su ciudad, que le han devuelto la ilusión a mucha gente que estaba pasando por un mal momento. “Es una satisfacción muy grande poder escuchar todo eso y ver cómo niños y niñas muy jóvenes me dicen que quieren ser como yo. Es increíble”, confiesa Raúl.
Bruno, el primero en llegar
Los tres concursantes residen en Madrid los días que tienen grabación, para volver a Vilagarcía de Arousa los que tienen libres, pero cuando están en la capital, el más madrugador es Bruno, que suele ser el primero en bajar a desayunar, sobre las ocho menos cuarto, ya que a las nueve les recoge un taxi para llevarles a Mediaset.
“Pasamos por maquillaje y la estilista nos comenta qué look llevaremos ese día. Luego grabamos dos programas, paramos para comer y un tercero por la tarde. Al terminar nos traen de vuelta para el hotel en el que solemos estar. Ahí aprovechamos para descansar, practicar un poco o ver el programa que emitan ese día”, comenta Bruno.
Aunque una amiga suya le suele decir que se dedica a la vida contemplativa cuando no está concursando, el gallego trata de mantener activa la mente con pasatiempos, viendo concursos o revisando un poco la enciclopedia que tiene en casa. También aprovecha para pasar tiempo con su familia “y colaborar más en las tareas hogareñas”, afirma.
El éxito siempre es bienvenido, pero a Bruno, en cambio, le ha hecho cambiar por completo su planificación de vida ya que estaba en cuarto de Derecho, pero lo dejó para dedicarse de lleno al concurso. “En septiembre tenía preparado un curso de inglés en Australia que tuve que aplazar y, en caso de que sigamos más tiempo, lo cancelaré”, comenta.
También es consciente de que, en algún momento, caerán eliminados, y ese será el momento de retomar los estudios, pero poco más allá ha pensado: “No sé qué haré cuando salgamos del concurso. Me encantaría saberlo porque la incertidumbre es algo que los seres humanos no llevamos muy bien. Quiero terminar la carrera, eso sí, lo tengo claro, el resto lo iremos viendo. Pase lo que pase, ya me siento muy agradecido a la vida por esta experiencia”, destaca Bruno, que celebra el éxito del espacio presentado por Ion Aramendi: “Me alegro por el público, entiendo que ha encontrado un programa con el que divertirse”.
Ahora está en el bando de los concursantes, pero hubo un tiempo en el que, desde casa, no se perdía ningún concurso televisivo porque había alguien que le llamaba la atención y le invitaba a seguir su trayectoria. Pero Bruno deja muy claro el éxito en audiencias es mérito de todo el equipo del programa, no solo de Los Mozos de Arousa. “Introducir novedades como traer a grandes artistas al programa o ediciones especiales con grandes rostros de la cadena le dan un plus de atractivo al formato”, asegura.
A Bruno le suelen decir los seguidores del concurso que se ríen bastante con él: “Me hace feliz que digan conmigo y no de mí (risas)”. Comenta que Reacción en cadena está siendo la experiencia más increíble de su vida, sintiéndose orgulloso de lo que han logrado como equipo y de haber ayudado a promocionar su ciudad. “El hecho de llevar más de 130 programas nos ha hecho tener la oportunidad de conocer a muchos equipos descubriendo historias personales muy enriquecedoras”, comenta.
Bruno concluye diciendo que “siempre confié en que podíamos durar bastante en Reacción en cadena, pero no tanto. Sabía que entre los tres cubríamos muchas áreas de conocimiento y que practicando mucho la prueba de Complicidad ganadora como hicimos, teníamos gran parte del camino recorrido. El resto ha sido perseverancia, no venirse abajo cuando las cosas no salían tan bien y apoyarse mutuamente”.