Javier Arenas y su manual de resistencia: rescatado de su 'muerte política' tras el caso Bárcenas por Feijóo
El líder del PP lo ha fichado con rango de "invitado" para su Comité de Dirección, algo sin precedentes. Es el último superviviente del Congreso de Sevilla de 1990 donde nace el partido. Llevaba 5 años fuera de Génova.
10 diciembre, 2023 02:42Javier Arenas (Sevilla, 1957) nunca muere. El ex [introduzca aquí el cargo que sea] del Gobierno y del PP siempre tiene un as bajo la manga. Arenas hubiera ganado la partida de póquer a Paul Newman en el tren de El golpe y, en aquella timba fluvial de Maverick, empatado la escalera real de Mel Gibson. No hay quien lo arroje por la borda al Misisipi (o al Guadalquivir). De cuantos pintan algo en Génova, sólo él estaba en Sevilla cuando José María Aznar fundó el partido en 1990. Es el último superviviente de su generación. Conoce los entresijos del PP porque los ha creado.
Para eso lo ha llamado Alberto Núñez Feijóo, que lo ha invitado a formar parte del Comité de Dirección para pasar revista semanal al PP desde su máximo órgano consultivo. "Es una Wikipedia de la política nacional de los últimos 30 años", justifican su incorporación a EL ESPAÑOL desde el entorno del líder del PP. "Puede aportar reflexiones y buenas ideas en muchos debates. Ha estado en todas las etapas del partido, conoce la casa y es una opinión que merece ser escuchada", argumentan. "Como en el Madrid, aquí contamos con veteranos y noveles, desde los 31 años de Noelia Núñez [nueva vicesecretaria de Movilización y Reto Digital] a los 65 de Arenas", comparan.
Será el miembro 17 de la cúpula. Y una excepción estatutaria sin precedentes, puesto que el secretario general del grupo en el Senado no tiene asiento orgánico en dicho comité. Así, seguirá asistiendo a Génova los lunes tras ser portavoz interino en la Cámara Alta durante dos meses, los comprendidos entre la salida de Javier Maroto y la llegada de Alicia García. No tendrá ese privilegio Macarena Montesinos, su homóloga en el Congreso.
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Feijóo y Arenas tienen una "buena y fluida relación", fundada cuando el gallego presidía Correos y el andaluz era ministro de Administraciones Públicas (2002-2003). Sin embargo, por insólita, su designación no deja de ser sorprendente.
La carrera de Arenas parecía terminada tras la explosión del caso Bárcenas, la renovación orgánica del PP durante la etapa de Pablo Casado y su destierro a una segunda fila política, circunscrita su área de poder a un escaño en el Senado y a su influencia personal en Andalucía. Muchos en el partido no se explican que Feijóo haya recuperado a un activo que consideran "amortizado". A alguien que ya era un "muerto político" desde que, en julio de 2018, una vez finalizada la etapa de Mariano Rajoy, abandonara Génova y su puesto como vicesecretario general de Política Autonómica y Local del PP.
"Javier siempre gana, si no es a corto plazo, pues a la larga, porque ha encajado muchas derrotas electorales en una carrera política que tiene tantas luces como sombras", asegura una fuente destacada del PP sevillano. "Tiene una capacidad de análisis extraordinaria y una intuición política fuera de la común. Sabe ver las cosas muy rápidamente, lo que le permite anticiparse a lo que hay que hacer", defiende el senador popular Juan José Matarí, estrecho colaborador de Arenas durante décadas.
Arenas y su relación con Bárcenas
La amistad de Javier Arenas y Luis Bárcenas, el extesorero del PP que durante años llevó una contabilidad paralela en el partido, como así ha quedado probado en varias sentencias judiciales, siempre fue motivo de suspicacias. Bárcenas aseguró que se veía con Arenas al menos "una vez al año" durante las vacaciones de verano en Marbella.
Unas fotografías publicadas por El Mundo prueban, al menos, una jornada de pádel en la Costa de Sol junto a Jesús Sepúlveda (exalcalde de Pozuelo de Alarcón y exmarido de Ana Mato) y Gerardo Galeote, quien fuera hombre fuerte del PP en Bruselas y, tras no repetir como eurodiputado en 2009, asesor personal de Rajoy en asuntos internacional con el tercer sueldo más alto del partido.
También han sido investigadas diversas cuentas presentes en los papeles de Bárcenas que cuadrarían con el nombre del exsecretario general de los populares, como los pagos en metálico a "Javier Are", "Arenas" o "J. A.". "No soy el único Javier que aparece en esos papeles ni tampoco el único Javier del PP", declaró Arenas en sede judicial en marzo de 2021. El exlíder del PP andaluz despejó una y otra vez las preguntas del fiscal mientras insistía en lo común que es su nombre.
Ese mismo día, también declararon como testigos en la Audiencia Nacional los exsecretarios generales Francisco Álvarez-Cascos y María Dolores de Cospedal, además de Pío García-Escudero. "Arenas me mandó a hablar con Álvaro Lapuerta, que me dio todo tipo de facilidades y a quien entregué los talones de devolución", declaró el expresidente del Senado, cuyo nombre aparece en los papeles de Bárcenas por un crédito de 24.000 euros. Un dinero que recibió después de que ETA destrozara su casa con un coche bomba en agosto de 2000 y que, para su restauración, pidió al partido.
Como publicó el 7 de julio de 2013 en El Mundo su entonces director, Pedro J. Ramírez, actual presidente ejecutivo y director de EL ESPAÑOL, tras hablar con Bárcenas durante cuatro horas, la exresponsable de comunicación del PP y persona de total confianza de Arenas, Marilar de Andrés, siempre de acuerdo con el relato del extesorero, llegó a llamar el 1 de febrero de aquel año a Bárcenas para pedirle que negara la autoría y la veracidad de los papeles contables publicados en la prensa.
Además, como se desprende del intercambio de SMS entre Bárcenas y Juan José Matarí durante el 14 de marzo de aquel año, el primero ofreció a Arenas exculparlo de toda relación con la caja B. "Es para hablar de la citación a Javier. Quiero comprometerle lo justo", escribió Bárcenas al colaborador de Arenas, que siempre ha negado tal grado de complicidad y cualquier relación con los hechos judicializados, causantes, a la postre, de la moción de censura a Rajoy. El exsecretario general del PP negó incluso que tuviera conocimiento de tales mensajes.
Bárcenas también narró "con todo lujo de detalles" a Pedro J. Ramírez una reunión en el despacho de Rajoy en la que también estuvo presente Rosalía Iglesias, la mujer del extesorero, junto a Bárcenas, Rajoy y Arenas, que cambió en varias ocasiones su billete de AVE hacia Sevilla debido a las varias horas que duró el encuentro.
Durante la misma, Bárcenas, según su versión, atribuyó a María Dolores de Cospedal las noticias contra él publicadas y aportó una serie de documentos que probaban el cobro de una comisión de 200.000 euros por encargo del PP de Castilla-La Mancha, todo a cambio de la adjudicación de una contrata municipal en Toledo a una empresa de construcción y servicios. Aquelló provocó el estupor de Rajoy y Arenas. "¡Por Dios, Luis, cómo puedes tener estos papeles!", llegó a exclamar el expresidente del Gobierno, según Bárcenas.
[La portada que cambió el debate | Por Pedro J. Ramírez]
Arenas admitió la celebración de esa reunión y su presencia, si bien matizó el carácter "amistoso" de la misma y la falta de "trascendencia política" que le atribuyó. No obstante, también reconoció el encargo de Rajoy para que convenciera al extesorero de abandonar su cargo orgánico y renunciara a su acta de senador.
Por otro lado, Arenas niega el resto de conversaciones y reuniones desveladas por Bárcenas. Según su versión, también se reunió con Arenas a finales de 2012. ¿El motivo? Comunicarle que las autoridades suizas habían requerido información a su banco como consecuencia de la comisión rogatoria enviada desde España. El extesorero, según contó al director de este periódico, pidió a Arenas que informara a Rajoy del dinero descubierto en Suiza y de que había regularizado su situación con Hacienda, aprovechando la amnistía fiscal del ministro Cristóbal Montoro.
Arenas también niega la reunión que, en diciembre de 2012, según el extesorero, se celebró clandestinamente en el restaurante Oriza de Sevilla. Según Bárcenas, Arenas le contó que se había reunido con Rajoy en La Moncloa y que le había transmitido su propuesta de acogerse a la amnistía fiscal y de dejar de cobrar del partido 30 años después, una vez cobrado su finiquito. Arenas, en boca del expresidente, le hizo a saber a Bárcenas que Rajoy, una vez regularizada su situación fiscal, le conminaba a dejarlo todo como estaba.
Guerra abierta con Cospedal
"Es muy buena gente en el trato y un magnífico político, pero percibes rápidamente que tiene dos caras. Sus tesis son las únicas que ganan peso con la remodelación que ha hecho Feijóo, porque Carmen Fúnez [nueva vicesecretaria de Organización] es su pupila", continúa en conversación con EL ESPAÑOL veterano dirigente del PP. "Fue él quien la puso de presidenta de Nuevas Generaciones frente al criterio mayoritario, que prefería a Agustín Iglesias, después alcalde de Oviedo. También la recomendó como asesora del partido cuando la dejaron en la estacada, tanto para el Senado en 2015 como para la Junta de Andalucía en 2018", recuerda.
Para otro compañero del PP andaluz desde los 90, "a Javier Arenas siempre le ha ido bien porque su ideología es Javier Arenas". Pero si algo tiene la ideología (política) de Arenas es el centrismo que tanto busca Feijóo. No en vano, fue uno de los diseñadores de ese "viaje al centro" emprendido por Aznar bajo lo premisa que es ahí, precisamente, donde está el mayor caladero electoral.
"Javier, nos han renovado a todos menos a ti", le dijo el propio expresidente del Gobierno en 2008, en el Palacio de Muestras de Valencia donde se celebró aquel congreso nacional del PP. "Este va a durar menos que Hernández Mancha", fue lo que vaticinó, justo 10 años después, en el Hotel Auditorium de Madrid, el propio Arenas a quienes aplaudían en la fila de atrás al líder del partido recién proclamado.
Y es que, enrolado en la candidatura de Soraya Sáenz de Santamaría en 2018, Pablo Casado fue el único presidente al que nunca aceptó. Aunque se declarara "casadista" en febrero de 2019, una vez revalidada su condición de senador por designación autonómica.
"Es una muestra de su intuición y de cómo conoce el partido", estima una de las fuentes consultadas. "Sabe que ya vivió sus años de esplendor, no busca el foco como hace Esperanza Aguirre, es feliz moviendo los hilos como pueda", opina un veterano dirigente. "¿Quién se podía imaginar que sobreviviría a su guerra con Cospedal o a su relación con Bárcenas? Rajoy lo mandó como su interlocutor porque eran amigos, ¡eh!, y parecía retirado...", desliza sobre el ministro de Trabajo (1996-1999) que sacó adelante el Pacto de Toledo. Un hombre cosido por luces y sombras.
[Cospedal y López del Hierro fraguaron su venganza contra Arenas en su luna de miel]
Su guerra abierta con Cospedal también generó seísmos en el PP. La relación entre la ex número dos de Rajoy y Javier Arenas venía de muy atrás. Corría el año 1997 cuando, siendo ministro de Trabajo el dirigente andaluz, convenció a la joven abogada del Estado, de poco más de 30 años, para que diera el salto de un puesto técnico en el Gobierno a otro político. Desde entonces, comenzó a trabajar en el gabinete del Ministerio.
Pero la relación se quebró poco después hasta hacerse insoportable. Cospedal y su marido, Ignacio López del Hierro, fraguaron su venganza durante su luna de miel. El 21 de septiembre de 2009, 18 días después de casarse en Toledo, López del Hierro mandó al excomisario José Villarejo el siguiente mensaje: "Quería María Dolores todo lo que puedas sacar de ahí".
López del Hierro se refería a la información que tenía la UDEF sobre Arenas y otros dirigentes del PP, investigados por su vinculación a una fundación ligada al partido, a raíz de una investigación de la que tuvo constancia. Una década después, la exsecretaria general justificó su encargo. "Cumplía con mi obligación", argumentó.
La leyenda del 'Niño Arenas'
Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla y funcionario en excedencia del Ministerio de Cultura, donde llegó de la mano de la exministra Soledad Becerril, su trayectoria política comienza en plena Transición. Su primera formación política fue el Partido Demócrata Cristiano (PDC), partido posteriormente integrado en la UCD, al abrigo de Fernando Álvarez de Miranda.
En 1983, con 26 años y bajo las siglas del Partido Demócrata Popular (PDP), uno de los ingredientes de Aznar en el 90, salió elegido como el concejal más joven del Ayuntamiento de Sevilla. Arenas se considera "un sevillano de Olvera", su localidad gaditana natal.
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Los malos resultados en 1987 le impidieron revalidar el acta. No obstante, ya hacía un año que Arenas también tenía asiento en el Parlamento de Andalucía. Hasta ahí se hunde una anécdota tan exótica como poco recordada: Arenas fue un tránsfuga de Alianza Popular. "Fue diputado en el Parlamento andaluz con la Coalición Popular en la que se juntaron AP, el PDP y el Partido Liberal, pero los democristianos se fueron al Grupo Mixto", recuerda un veterano exdirigente andaluz. "Fue un tránsfuga, vamos, ¡como los de Podemos ahora!, que se peleaba desde el atril con Gabino Puche, al que luego sucedió por orden de Aznar", rememora.
Antes, en 1989, se había incorporado al PP hasta hacerse rápidamente importante para el flamante líder, que lo nombra al poco tiempo vicepresidente del nuevo PP andaluz como número dos de Puche. Ese mismo año, aterriza en el Congreso de los Diputados. Dos más tarde, ya ocupa un papel importante en la cúpula como vicesecretario general de Organización Territorial. "Supo pegarse a Aznar y ganárselo desde que lo conoció", opina alguien que vivió ese proceso de afección. "En la Feria de Sevilla, por ejemplo, era la sombra de Aznar y Ana Botella desde que llegaba al hotel hasta que volvía", recuerda.
Dos anécdotas ilustran lo mucho que Arenas aprendió cerca de Aznar y la "gracia" de "encantador de serpientes" —a juicio de sus detractores— con la que hizo fortuna en la organización. "Cuando Aznar lo llama para que hacerlo secretario general (1999-2003), le dice que tocaba avisar a quienes seguían o no como candidatos y a quienes encabezaban las listas. Le preguntó que cómo se repartían los teléfonos. Aznar le contestó: 'Evidentemente, yo llamo a los que se siguen y tú a los que no'", narran fuentes del PP andaluz.
La otra es un golpe de ángel andaluz: "Aznar se llevó a Arenas a una finca para pasar un fin de semana y decirle que dejaba de ser ministro, que continuaría sólo como secretario general del partido. Javier contaba que tuvieron un largo paseo por el campo y que, al ir con zapatos, acabó con los pies reventados de pisar piedras. Cuando Aznar le dijo que dejaba de ser ministro, él le contestó que con dejar de andar, tenía bastante".
Durante los años previos a la publicación de Somos humanos (Planeta, 2017), las memorias del veterano político, Arenas bromeaba con lo que incluría o no en su libro. Uno de los capítulos escritos por su compañero Rafa Salas versaba sobre Rodrigo Rato. "Lo tuvo que arrancar", cuentan fuentes del PP andaluz. "Decía que, como siguieran encarcelando a compañeros, se quedaba sin libro". Pero el Niño Arenas, un apodo convertido en sambenito, como el de Fernando Torres, todavía tenía cosas que vivir en el PP.
La "depresión" tras perder en 2012
Del PP andaluz fue presidente en dos etapas, entre 1993 y 1999 y, tras un relevo de cuatro años con Teófila Martínez al frente, entre 2004 y 2012. Arenas terminó de pulir el partido que crearon entre Puche, Antonio Hernández Mancha, Miguel Arias Cañete, Ricardo Mena o la propia Teófila Martínez.
La dolorosa y pírrica derrota electoral contra el PSOE de José Antonio Griñán, la que certificó su marcha del despacho presidencial de la calle San Fernando, en marzo de 2012, lo sumió en "una depresión de caballo". Aunque ganó, le faltaron cinco diputados para conseguir la mayoría absoluta (55) en el Parlamento andaluz. Supone su gran mazazo político y vital.
Arenas se había hecho miles de kilómetros por todos los pueblos de Andalucía durante años, y conseguido perfilar una imagen de alternativa frente a un poderoso y hegemónico PSOE andaluz. Primero tuvo que derribar un cliché ya superado, el de señorito andaluz metido a político. Una caricatura que agravó su foto con un limpiabotas en 1994, publicada por Interviú y utilizada hasta ahora por los socialistas como arma electoral. "Yo estaba allí, se la pidió el propio limpiabotas, un servicio que Javier nunca utilizaba, porque nunca llevaba los zapatos brillantes", recuerda Matarí.
Arenas, vicepresidente, ministro, diputado, senador, número dos de Aznar, no consiguió nunca gobernar en su tierra pese a presentarse en cuatro ocasiones. Un lugar donde logró aglutinar a todo el partido en torno a su incuestionable liderazgo. "Te sigo por los periódicos", le decía al líder local de cualquier pueblo. "Hazme un papelito", le pedía a sus asesores para cualquier tema. "Llegaba a referirse a páginas concretas de libros que no había leído", ríe una dirigente del PP sevillano. Sus detractores y damnificados, bastantes, sólo salieron después de su caída. Y fueron muy pocos los que se atreven a hacerlo en público.
Juanma Moreno —según una persona cercana, "una jugada que se inventó Arenas para que José Luis Sanz, que tenía los avales, no fuera ni presidente del partido ni candidato a la Junta"— siempre supo que tenía que tenerlo cerca. Por eso, el presidente de la Junta de Andalucía lo designó senador por la comunidad y le ha dado siempre un buen lugar en los órganos internos.
Además, lo nombró presidente de honor del PP de Andalucía en 2017. La decisión, a juicio de un político con trienios, parece acertada: "No tener a Arenas de tu parte es un hándicap jodido en el PP desde hace 30 años".