"Tengo 10 barcos. Cinco de ellos van al interior de la ría. Los otros cinco se pierden y tendrían que ir a trabajar a la zona de abajo. El sector a pie está totalmente cerrado, se murió". Son declaraciones de Gonzalo Reinoso, patrón mayor de la Cofradía de Arcade, en la provincia de Pontevedra. El marisqueo gallego se encuentra en problemas y los mariscadores no saben ya qué hacer. "La situación es catastrófica, al menos en nuestra zona", cierra en sus primeras frases al teléfono con EL ESPAÑOL.
Si antes cogían al día siete kilos, ahora son cuatro. "Es difícil llegar a cinco kilos", expone. Se habla de zonas distintas. "En la zona media e interna el problema es que como las mareas bajan tanto, quedan secos. Hay poca agua y poca salinidad. Ha caído mucha agua además y la almeja se muere", expone Reinoso.
Ha tenido que llevar sus barcos a la zona de Baiona. "O te vas ahí abajo o te quedas en casa", remarca el mariscador. "Las mariscadoras lo dejaron. Ahora pueden acceder a una ayuda. Aún pueden cobrar algo, pero nosotros nada".
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El precio del kilo ha bajado. La almeja japonesa, que es la que coge este mariscador, se encuentra entre los 10 y 14 euros el kilo, dependiendo del tamaño. "Eso no está mal, es un precio bajo", aduce, aunque en verano fue mayor la captura.
No obstante, a pesar de que el precio entiende que no es malo, sí estima "que el año fue un desastre. Lo mejor es parar y ver si se recupera la almeja. Y a ver si tenemos suerte para el año que viene".
Esto no lo convierte en único, la zona ya "ha quedado cerrada hasta el invierno que viene". Han dejado "bastante almeja". "Nosotros, por ejemplo, nos podemos mover en distintas zonas de extracción y vamos rotando. Puede haber un momento en el que no haya marisco, pero espero que no llegue. Ahora hay mucho menos de lo que había antes, aunque siempre encuentras en algún sitio".
Cuestionado sobre si podría darse que se quedan sin marisco el año que viene, Reinoso responde que "esperemos que no". "Si no, sería coger los barcos y quemarlos. Lo que hay que hacer es coger menos y esperemos que se recupere".
Como último ejemplo de la disminución del marisco en las rías gallegas, Reinoso expone: "Ahora en Baiona se cogen 24 kilos de cornicha (o almeja blanca). Hace dos años cogíamos 30. Cuanto menos mercancía más precio. Cuanto menos cojamos, más precio".
La idea de Reinoso es que pueda haber ayudas para "semente" (semillas). "Que la semente se pueda echar por el mar, que sea zona de arriba para ver si aumenta la cantidad", finaliza.
La Xunta contra el Gobierno
Este lunes, el conselleiro do Mar de la Xunta de Galicia, Alfonso Villares, pidió ante el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, que ante la situación que viven las rías gallegas se declare zona catastrófica por la alta mortandad del marisco.
Villares solicitó, en la reunión sectorial de consejeros de Pesca, que "el trato sea igual a otras comunidades". Reseñaba en su queja que en septiembre se declararon "dos alertas" por incendios e inundaciones. Por eso, ahora deben "preocuparse de hacer lo mismo por Galicia".
Asimismo, el consellero Villares pidió una bajada del IVA de los productos pesqueros y una puesta en marcha de un Perte de la cadena mar-industria. De ese sigue "sin saber nada".
Mortandad en las rías
Los problemas del marisco gallego este año han venido marcados por las últimas lluvias y la escasa salinidad del agua. De ahí el resultado: las lluvias matan almejas y berberechos en la ría. Eso llevó a que el pasado mes de noviembre las mariscadoras del fondo de la ría de Pontevedra tuvieran que retirar parte de la almeja muerta para evitar poner en riesgo la salubridad de los ejemplares aún vivos.
En el caso de Arcade, pararon de mariscar el pasado 16 de noviembre. Un total de 90 familias, según el Diario de Pontevedra, se vieron afectadas por este paron por la mortandad del bivalvo.
Hace unos días, la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, propuso un "fondo extraordinario" para compensar la caída en los ingresos de los mariscadores afectados por la "mortandad masiva".
Según Pontón, no se trata de un problema puntual como "pretende hacer ver" la Xunta. Es "un problema estructural de pérdida de productividad continuada".
En una entrevista reciente con COCINILLAS | EL ESPAÑOL, Fernando Oubiña, gerente de Mariscos Laureano, dejaba un dato revelador: "Entre 2008 y 2022, la producción de marisco blanco ha experimentado una disminución asombrosa del 70%".
Los datos de la Xunta de Galicia establecen que la pesca del berberecho pasó de superar los 5 millones de kilos en 2008 a los 2,2 que se capturaron en 2022. Además, se espera que los datos sean aún peores este año por todo lo narrado.
Con respecto a los ejemplares autóctonos, Oubiña mandó un mensaje claro. "La almeja babosa y la almeja fina están prácticamente desaparecidas, ya casi no tenemos. Hablo de producto gallego, en otras zonas del mundo hay toda la que quieras, pero en Galicia casi no queda. Y estoy casi seguro de que tiene que ser por la temperatura del agua", decía Oubiña en su entrevista con este periódico.
Siguiendo con los datos de la Xunta, si en 2022 se recolectaron 781 mil kilos de almeja fina, en 2022 se lograron 29.000. En cuanto a la almeja babosa, se pasó de los 1,1 millones de kilos a los 124.000 en el mismo periodo de tiempo. "Otra cosa muy preocupante es que los últimos años todo esto había afectado a almejas y berberechos, pero no a mejillón y ostra. El problema es este año también ha afectado a estos dos últimos, por lo que la situación es cada vez más alarmante", cerró Oubiña.