Un hospital de Barcelona se equivocó al entregar dos cadáveres a sus respectivas familias y una de ellas llegó a enterrar el cuerpo. La otra familia, mientras tanto, descubrió la sorpresa antes del entierro.
Ester, hija de una de las víctimas de la confusión, ha recomendado mirar dentro del ataúd antes de proceder con los ritos fúnebres de rigor. A a través del programa Bacstage, de Ràdio Flaixbac, ha relatado cómo se dio cuenta de que su padre no estaba dentro del féretro que le había sido asignado.
El cadáver, supuestamente pertenenciente a su padre, pasó del hospital de Barcelona en el que falleció el 18 de septiembre de 2023 al tanatorio, donde fue velado, y de ahí fue trasladado a Terrassa (Barcelona) para ser enterrado, donde llegó dos días más tarde.
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Cuando Ester intentó abrir el ataúd para ver por última vez el rostro de su progenitor, los responsables le recomendaron con vehemencia que no lo hiciese, pues les había sido notificado que el cadáver se encontraba en mal estado, pese a las labores de los tanatoestéticos. Esto llamó mucho la atención de Ester, que insistió hasta conseguir su propósito.
Dentro del ataúd se encontró con un hombre bastante más mayor que su padre y, efectivamente, "muy descompuesto", según las propias palabras de Ester. Acto seguido reclamó a los responsables que aquella persona no era su familiar, a lo que ellos respondieron que no podía ser, que la equivocación no entraba dentro de lo posible.
También respondieron que las personas pueden cambiar mucho cuando se mueren. Ante la indignación de Ester y el resto de los allegados, Ester les enseñó una pulsera que llevaba aquel cuerpo desconocido con su nombre y apellidos y les demostró que no coincidían con la documentación administrada por el hospital, con los verdaderos datos de su padre.
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Fue entonces cuando admitieron la equivocación. Una hora y media más tarde, habían dado con el verdadero cuerpo del padre. Sin embargo, Ester no dejó en paz el asunto y decidió buscar por internet el nombre del cadáver que habían mandado a Terrassa.
Entonces se encontró con un tercer cadáver. Supuestamente, el difunto hallado en el féretro de su padre había sido enterrado el siete de ese mismo mes. Localizó a la familia y les explicó que, o bien habían enterrado un ataúd vacío, o bien habían enterrado a la persona equivocada.