Gypsy Rose se ha hecho famosa gracias al morbo que ha generado su historia: su madre abusaba de ella y Gypsy decidió acabar un su vida. Para consumar el asesinato, convenció a un chico con el que llevaba dos años hablando por internet. Ella fue condenada a 7 años. Hoy, libre, cuenta su historia en Instagram y colecciona 5,8 millones de seguidores.
Claudine “Dee Dee” Blanchard, la madre de Gypsy Rose, sometió a su hija durante toda su infancia a una vida de mentiras con el propósito de lucrarse monetariamente. La obligó a fingir que padecía de leucemia, distrofia muscular y deficiencias visuales, auditivas y convulsiones.
Tal fue el grado de engaño, que la propia Gypsy llegó a convencerse de que realmente tenía leucemia. Madre e hija llegaron a tener la suficiente notoriedad local como para vivir de ayudas del Estado norteamericano. También recibieron obsequios en forma de regalos y viajes.
Para que la mentira fuese creíble, "Dee Dee" obligaba a su hija a moverse en silla de ruedas, usar oxígeno y, en ocasiones, a alimentarse mediante un tubo nutricional. También iba siempre con la cabeza rapada. Le decía que el pelo se le iba a caer igual por culpa de las medicinas que le hacía tomar.
Claudine se sirvió de la tragedia del huracán Katrina para consolidar sus mentiras. Decía que los registros médicos se habían perdido por culpa del huracán cuando algún doctor se los pedía. Si hacía demasiadas preguntas, las Blanchard cambiaban inmediatamente de profesional.
La excusa de los registros no fue la única ventaja que supuso el Katrina para Claudine: la asociación Habitat for Humanity construyó en 2008 una casa para ellas en Springfield, Misuri, años después de que el huracán destrozase su vivienda de aquel momento.
Gypsy Rose ha declarado en más de una ocasión que la peor parte de todo este entramado fue, sobre todo, el aislamiento al que fue sometida. Ni siquiera el padre biológico, Rod Blanchard, logró acceder a su hija.
Los abusos pasaron a ser físicos, pues "Dee Dee" golpeó y encadenó a la cama a su hija en repetidas ocasiones. Sin embargo, las cosas cambiaron con la llegada de internet a los hogares. Gypsy contactó a través de una web de citas para practicantes cristianos con un joven llamado Nicholas Godejohn, de Wisconsin.
Tras haber estado charlando diariamente durante dos años, los jóvenes llegaron a la conclusión de que se habían enamorado y de que necesitaban algo más allá del contacto virtual.
Fue así como Gypsy y Nicholas acordaron verse para hacer más íntima su relación. Concertaron una cita para ir al cine. Sin embargo, la madre de Gypsy le prohibió acudir a la cita. Esto sería la gota que colmaría el vaso: Gypsy comenzaría a planear el asesinato de su madre.
Nicholas Godejohn fue fácilmente convencido para llevar a cabo el crimen. Godejohn viajó a Misuri y "Dee Dee" llevó a su hija a una de aquellas cita médicas. Entonces, una vez reunida, la pareja esperó a que la madre se quedase dormida. Gypsy le dio acceso a Nicholas a su casa y este apuñaló en repetidas ocasiones a "Dee Dee" mientras Gypsy permanecía encerrada en el cuarto de baño.
Trataron de escapar juntos para llevar una vida de prófugos, pero el sueño duró poco tiempo y en escasos días fueron encontrados y apresados por las autoridades norteamericanas. En el juicio, Gypsy declaró haber utilizado a su novio para librarse de su madre. "Quería liberarme de su control sobre mí. Lo convencí", dijo ella.
Nicholas Godejohn fue condenado a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional, pena que actualmente cumple en el Centro Correccional de Potosí, en Misuri. Gypsy Rose Blanchard fue condenada por asesinato en segundo grado a 10 años de prisión en Chillicothe Correctional Center, también en Misuri.
La joven salió tras haber cumplido siete años de prisión. Si bien ya desde la cárcel su caso fue muy sonado y concedió varias entrevistas, fue después de su liberación cuando se hizo extremadamente famosa, primero a nivel nacional y finalmente en todo el mundo.
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Ahora alberga 5,8 millones de seguidores en Instagram y se dedica a hablar acerca de su historia: del infierno que vivió por culpa de su madre y de lo que la llevó a querer asesinarla. A día de hoy, es una mujer arrepentida de lo que hizo. "Nunca diré que me siento orgullosa de lo que hice. Lo lamento cada día", aseguró después de salir de prisión.
También se ha casado con un hombre llamado Ryan Scott Anderson y, recientemente, ha publicado un libro en el que profundiza acerca de sus vivencias, tanto en el papel de víctima de su madre como en el de criminal.
No obstante, no todo el mundo está convencido de que la historia sea tal y como la ha explicado Gypsy Rose. "Las cosas no siempre son como parecen. Este es un evento trágico rodeado de misterio y engaño público", dijo en 2015 el sheriff Jim Arnott, encargado de la investigación del suceso.
Se conoce que "Dee Dee" padecía el denominado síndrome de Munchausen, un trastorno facticio que provoca en sus pacientes una necesidad compulsiva de fingir que que elos mismosu otras personas están enfermas.